Fue en Sevilla pero pudo ser en cualquier otro lugar de España. Ocurre al menos una vez al año que se desgarra el alma y convertimos una semana en santa, en la Santa Semana. Aparece la muerte alzada entre Hermandades y Cofradías, pasión que se siente, una semana al menos en nuestra constante vida penitente.
Se llamaba Ricardo Gordillo Díaz pero era el Balilla. Nombre de guerra de aquellos soldados bajitos y fieros. ‹‹ ¡Díselo al Balilla! ¿Dónde está el Balilla? Pregúntale al Balilla… lo ha dicho el Balilla››. Heredan el apodo, el estilo, de generación en generación; para eso hay que tener condiciones. Sin ser cabo son más cabo que el cabo de varas. Con veinte años era ya el Balilla. Tenía que haber sido legionario. Ahí es nada. Pero era muy joven y le tiraba mucho Sevilla. ¡Quién sabe! De la misma raza que el legionario de la melódica que nos contaba hace unos días en El Recuadro del ABC sevillano el cabo Burgos. Hacen historia y son historia. La del ingenio y el valor ante la vida. Que es el honor del pueblo. Da lo mismo un roto que un descosido. Resignación siempre, su vida en manos de los demás. Surgen y se elevan en los momentos en los que el alma está al filo de lo imposible. No están hechos para la vulgaridad aunque su vida se vea como algo muy vulgar. ¡Al cielo con Ella! No pudo salir de otro lugar que no fuese el corazón de aquel hombre apodado el Balilla: ¡Al cielo con Ella! Solo cuando algo es verdad trasciende. Aquello ocurrió la madrugada del Viernes Santo de 1952 siendo Ricardo Gordillo Díaz costalero de la Hermandad del Cristo de los Gitanos.
Mandaba yo la Legión cuando un día lo oí: ¡Al cielo con Él! Preparaban mis legionarios la Semana Santa y en sus ensayos fue cuando observé como el cabo de la escuadra de gastadores repetía cada vez que quería motivar a sus legionarios: ¡Al cielo con Él!
Subía el Cristo al cielo como solo puede subir de brazos legionarios. Por un momento quedaba suspendido en el aire. Temblaba aquel madero, del golpe de las manos, temblaba hasta el suelo, de los golpes de las botas legionarias, y temblaba el mismo cielo de ver aquel espectáculo. No temblaban los legionarios.
¡Al cielo con Él! Decir legionario, por aquello de la Buena Muerte, del compañero jamás abandonado, de los cincuenta mil muertos y laureados.
Temblaba el general de tener aquel mando y aquellos hombres tan bravos que convierten hasta la rutina en valor, cualquier cosa que hacen es en ellos lo más apreciado, su deber más sagrado.
¡Al cielo con Él! ordenaba el cabo legionario
Tiene que haber un cielo legionario, pensé. No es fácil alcanzarlo, ser legionario, de verdad, y Él tiene que ser allí capitán, un capitán legionario, el capitán de los legionarios. Un cielo para los valientes por sencillos y humildes legionarios. Para los que nada han sido sino legionarios, para los que eso que han vivido, pobres y olvidados, ha sido ya desde la tierra un cielo, aunque sea legionario, el mejor cielo encontrado. Porque allí juraron su amistad que nunca en otro lugar encontraron. Porque allí nunca se vieron abandonados hasta perecer todos, juntos y hermanados. Un cielo para los hombres bravos, donde no se oye la queja sino el grito de socorro del legionario hermano, donde se obedece hasta morir y morir es el mayor honor cuando te espera la Buena Muerte de ese tu capitán, el Cristo legionario y hermano. ¡Dios mío! Tiene que haber un cielo legionario cuando se muere por tu Bandera y por tu hermano.
¡Al cielo con Él! ordenaba aquel cabo legionario y su voz de mando resonaba como el mandato de la historia de los cincuenta mil muertos legionarios.
El Cristo legionario
Me quedó esta historia que hasta hoy guardo, la del Cristo legionario, ensayando en un patio de armas, velando, orando y llevando la historia de una leyenda de vida y muerte, la leyenda inmortal, la historia, va para cien años, legionaria. Hubo momentos que confundí el Cristo con aquellos legionarios y aunque el cabo ordenaba con potente voz de mando, como general me di cuenta enseguida que el capitán era aquel legionario al que herido sobre el tronco llevaban, al cielo legionario, y que como solo ellos saben gritar, como si de una orden se tratara, orden legionaria, solo se oía un grito: ¡Al cielo con Él! Cristo, capitán legionario.
No podía la voz del Balilla estar sola: ¡Al cielo con Ella! Era necesaria la voz legionaria que como una orden, mandara: ¡Al cielo con Él!
¡Dios mío! Tiene que haber un cielo legionario.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
Mi general tiene la especial habilidad de recordarme mis convicciones, especialmente hoy Jueves Santo en que nuestro Capitán descenderá una vez más a tierra en nuestra , aún más por ello, querida Málaga.
Sentí hace mucho el fervor legionario, no lo fui por inmadurez de juventud que me llevó por otros caminos.
¡Al cielo con Él y con Ella!
Gracias mi general.
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Gracias y Santa semana Santa
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Como siempre, emocionante, acertado y oportuno. Hoy a las 11’30 en 13 TV el Cristo de Mena, como todos los años.
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¡Al cielo con Él, legionarios!… y los legionarios esperan así encontrar, con su Cristo de la Buena Muerte, el Cielo que esperan cuando su novia, la muerte, les haga la visita que siempre esperan…
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Mi General,
Es estos mismos momentos desde el barrio de El Perchel, en la ciudad de Málaga, el cielo legionario donde hoy también forman nuestros hermanos caídos también gritan al unísono: ¡AL CIELO CON ÉL!.
No lo dude.
Gracias por sus palabras y su pensamiento.
A LA ORDEN DE VUECENCIA,
Fdo. Francisco de Javier
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Gracias Mi General !!!. Gracias por colaborar tanto con la conservación de nuestros nobles valores. Adquiridos por suerte en mi querida VII Bandera… hace algunos años.
Que nuestro Señor de la Buena Muerte nos proteja siempre !!!
Feliz Semana Grande para todos !!!
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Bravo mi General. Estoy orgulloso de poder leer sus comentarios. Esto que usted escribe para la juventud debería ser parte del Evangelio. Pero desgraciadamente lo desconocen. Debería volver la mili obligatoria para insertar una serie de valores que allí se aprenden.
De nuevo mil gracias y al cielo con ella y él.
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…a sus ordenes mi general. Viva La Legión!!!
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Gracias y mil veces gracias, mi General.
Aunque no sea Legionario sino Marino, me hace sentirme uno mas entre los suyos y ademas de ser cofrade en mi tierra, Sevilla, hace 32 años…..Dios mio cuanto ha llovido, tuve el honor de navegar desde Melilla a Malaga junto con los Caballeros Legionarios que desfilarian con su querido Cristo.
Tan solo unas horas para quedarme impresionado con la disciplina, orden y espiritu militar que nos inundo a la tripulacion del Buque de desembarco «Martin Alvarez» en aquella lejana primavera del 84.
Por todo ello y por Caballeros como Usted, hay tradiciones y sentimientos que nunca moriran.
Jose Emilio Pineda Prats
A LA ORDEN DE VUECENCIA, MI GENERAL!!!!!!!!!!!!!
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GRACIAS MIS LEGIONARIOS, POR LO VALIENTE–,AYER LLORE VIENDO A ESTOS HÉROES COMO SACABAN SU CRISTO CON TANTO AMOR, NO SE LES MOVÍAN NI UN MUSCULO DE SUS CARAS MIRANDO HACIA EL CIELO, CON SU CRISTO EN LO ALTO, UNA MARAVILLA,DE VALENTÍA Y RESPETO VIVA LA LEGIÓN VIVA ESPAÑA,UN ABRAZO DESDE GRAN CANARIA -25-3-2016- VIERNES SANTO, TATA
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Tube el honor de conocer en sus ultimos meses aL Legionario,Coronel,D Nando Mestres ,Greus,y hablar mucho con el,ya enfermo,y ser su amigo,si mal no recuerdo,de Santander,destinado,en Almeria su ultimo,destino, y usted me lo recuerda mucho,y espero que el este con su cristo en lugar preferente por caballero ,militar y honrado,desde aqui mi humilde reconocimiento para el, un taconazo y que Dios,en su grandeza ,lo gualde siempre a ,el, y a todos los que quieren a España,A la orden de VUECENCIA MI GENERAL,,,,,,
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Reblogueó esto en yagovelis.
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Maravilloso y sentido, escrito desde el fondo del corazón de un Caballero Legionario.
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Gracias mi General, después de veinte años de servicio en La Legión, sigues emocionándome
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Gracias a ti que los que son como tú habéis construido este espíritu de amor y devoción
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Me ha dejado Ud. Mi General sin palabras. Gracias por su escrito.
¡ Viva España ! ¡ Viva La legión ! y ¡ Arriba el Cristo de la Buena Muerte !.
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Mi General,todos sus comentarios están cargados de un gran contenido conservando nuestros grandes valores.
La imagen de Los Legionarios,portando sobre sus hombros El Cristo de La Buena Muerte,ha llegado al corazón de La Semana Santa en España.
A sus órdenes mi GENERAL. ¡¡VIVA LA LEGIÓN!! ¡¡VIVA ESPAÑA!!
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Muy agradecido y son cosas del alma para los que sienten desde el alma
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Y bien que queda plasmado en sus escritos, todos estos sentimientos que muchos compartimos, y el amor que tiene a la Legión que la componen mandos y tropa, una tropa a la que usted alaba en la forma que la merece, taconazo mi general.
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Un abrazo legionario y gracias.
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