España en el mundo, su grandeza y la automutilación HERMANN TERTSCH

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HERMANN TERTSCH

¿Es necesario presentar a Hermann? Ustedes lo conocen de sobra. Un valiente. No es fácil en los tiempos que corren enfrentarse a la verdad sin tapujos ni mediocridad. Hay que contar lo que se ve y lo que se sabe con la convicción del que conoce lo que cuenta y sabe contarlo. Hermann Tertsch del Valle-Lersundi, nos hace el gran favor de la veracidad. No corren tiempos buenos para la verdad. Ni para las ganas de asumir el coste de contarla.

Fue corresponsal en Viena, Bonn y Varsovia en tiempos difíciles; enviado especial por todo el mundo, conoce a fondo Europa, los complejos trasfondos de aquella Europa dividida… y de la actual. Con seriedad. Entre otras cosas las guerras yugoslavas que nos retrotraen a un mundo demasiado próximo como para no aprender sus lecciones.

Fue subdirector, corresponsal, enviado especial y analista de El País, ha pasado por prácticamente todas las televisiones y radios como tertuliano o comentarista, dirigió el informativo de autor de Telemadrid y desde hace una década escribe en ABC siempre enfrentado a toda corrección política y a la desmemoria…

Escritor profundo, entre sus libros nos deja «La Venganza de la Historia», «Libelo contra la Secta» o «Días de ira», novelas como Cita en Varsovia, acusada personalidad y la entrega a su lucha por la libertad. Se lee y relee con placer y asintiendo constantemente.

En su artículo nos deja escrito lo que muchos pensamos y no sabemos expresar. Lean despacio. Saquen conclusiones y divulguen. Emocionante y vibrante. Párrafos para aplaudir al terminarlos. Les va a gustar.

Gracias amigo Hermann por tu generosidad. Nos gustaría seguir contando contigo.

 

España en el mundo, su grandeza y la automutilación

Los sentimientos cotizan muy baratos en estos comienzos del siglo XXI. No solo en España. Una mayoría en las nuevas generaciones en el mundo desarrollado solo cree en sus derechos individuales y en la razón incuestionable de sus emociones personales. Que priman sobre los hechos, tantas veces sobre el derecho y siempre sobre el sentido común. El presente que hemos construido -o hemos dejado que se construya- con la chatarra cultural del neomarxismo reciclado en sesentayochismo y posmodernismo se basa ante todo en el desprecio al pasado. Y por supuesto de la resultante manipulación de la historia para adecuar el relato de lo sucedido como convenga a lo que se pretenda que acontezca en el presente para definir el futuro. Los hechos se equiparan a opiniones. Y todo es maleable, modulable y transformable por la voluntad política. El relativismo ha calado ya tan profundamente en la forma de pensar de nuestros contemporáneos que lo mismo vale una revelación mística que la alegría por un gol del equipo favorito, el cariño a un perro que la defensa de la familia, un piano Bösendorfer que una flauta ovejera, Mozart que Wyoming, las opiniones de Gregorio Marañon, Isaiah Berlin o Karl Popper que las de Alberto Garzón o Bibiana Aido. Vale menos la vida de un niño no nacido que la de una colonia de ranas, menos las víctimas del comunismo que víctimas de accidentes, menos el honor que la fama, la honradez que el éxito, el medro que el prestigio, el capricho que el compromiso, menos el patriotismo que la pasión por un cantante o el equipo del barrio.

Creer en que estamos todos hechos a imagen de Dios confería durante siglos la inviolable dignidad al ser humano que ha sido decisiva y necesaria para “pensar” nuestra civilización judeocristiana hacia la sociedad de hombre libres que pretendemos ser. Hoy, sin dios, todos han pasado a considerarse su propio dios caprichoso, lo que excluye el sacrificio, desde el más pequeño al supremo que sería la entrega de la vida por algo que creemos superior a nosotros, nuestro Dios o nuestra Patria. Con todas las excepciones que se quiera, los jóvenes en el Primer Mundo no contemplan ningún sacrificio que no pueda interpretarse como inversión. Y sin sacrificio asumible por una masa crítica deje deja de ser defendible y posible la libertad, la soberanía, la propia Nación y Patria.

Eso es así en todo el mundo occidental y particularmente en Europa. Como tantas veces en la historia, en España las evoluciones políticas y culturales perversas se presentan a veces prematuramente, a veces con retraso, pero siempre de forma especialmente aguda. La chatarra neomarxista de la escuela de Frankfurt que hoy domina culturalmente el mundo occidental, ahora ya con formas de expresión tan dramáticas, violentas y totalitarias como es la corrección política, nos llegó tarde a España por avatares del siglo XX. Pero cuando lo hizo fue con redoblado impulso debido a una transición de la dictadura al sistema de partidos que muy pronto quedó dominada por la mentira. Que es precisamente el mejor alimento de ese mantra hegemónico que sostiene que la realidad y el hombre son transformables de forma prácticamente ilimitada, que no tiene ni alma ni núcleo esencial sino es un animal más moldeable de principio a fin. Toda la izquierda ha asumido ese mensaje del hombre transformable

En España ha sido letal para la libertad y el pensamiento, para la probidad política, la mentira antifranquista por la que se rompió el pacto de la Transición que asumía que las dos Españas habían sido culpables de la tragedia del fracaso de la república y la guerra. Muy pronto, la izquierda comenzó la manipulación histórica que convertía al Frente Popular en una fuerza democrática, a la república en un régimen impecable y a las fuerzas que se levantaron contra la república como un mero manojo de militares fascistas con cuatro curas y Hitler. Con esa grotesca simplificación se avanzó rápidamente hacia la plena caricaturización aunque tuvo que llegar en 2004 Rodríguez Zapatero, el peor felón en la historia de España desde Fernando VII, para imponer ya la radical mentira de la España buena “demócrata” y la España mala “fascista”. La cobardía de la derecha española, acomplejada esta y aterrorizada por la mera idea de ser tachada de “franquista”, facilitó la imposición de aquella mentira como la verdad incuestionable. Bajo riesgo de ser señalado y represalias social y políticamente.

El miedo a ser tachados de franquistas y ser marginados sirvió como instrumento de eficacia implacable. El riesgo era cierto. Paulatinamente todo el que defendía una visión de la historia mínimamente alejada de la mentira quedaba expuesto y represaliado. Y todos comenzaron a refugiarse en el mantra antifranquista. De aquel “Todos somos de derechas” que ridiculizó Mingote pasamos a “Todos fuimos antifranquistas”. Todo lo que había que desacreditar era “facha” y todos hacían lo indecible por no ser tachados de fachas. Así se fue “escribiendo” una nueva “historia” con las más obscenas falsedades que todos asumieron por el bien de la armonía y por miedo a significarse en oponerse, aun conscientes de la mentira. Trágico y decisivo fue que en la “España buena” de la mentira antifranquista estaban los nacionalismos periféricos, esos inventos decimonónicos -catalán y vasco especialmente-, surgidos al rebufo del romanticismo y el carlismo. Los nacionalismos, esencialmente antiespañoles y por tanto obligadamente desleales a la Nación, consiguieron un estatus especial de consentimiento y privilegio que jamás habrían tenido en otro país. Cierto que en parte a lomos de la violencia terrorista. Como conseguidores de mayorías fueron logrando por negociación y chantaje que los partidos grandes españoles asumieran ya como hábito el entregar parcelas de soberanía a cambio de votos en Madrid. Lo cual garantizaba además la aceptación de su mensaje hostil a España que siempre se reforzaba con la identificación de España con Franco y el franquismo.

La izquierda hizo suyo el mensaje antiespañol muy pronto. Adoptó su lenguaje y llevó su complicidad con los nacionalismos hasta adherirse a la militancia que consideraba cualquier expresión de la Nación es sospechosa de ser “franquista”, “nostálgica”, “casposa”, “autoritaria” o lo que fuera. Hay cien mil epítetos insultantes y descalificadores utilizados por la izquierda como por los nacionalista contra España como nación, contra su historia y sus símbolos. La hegemonía de la izquierda en los medios, graciosamente fomentada por la derecha, hizo el resto. Nada es explicable sin el derrotismo, la indolencia y la cobardía de la derecha española. El entreguismo del PP a la idea dominante nacionalista tanto en Cataluña como el País Vasco tuvo efectos devastadores. La entrega de la educación en estas autonomías al mensaje separatista y antiespañol se complementó pronto con la idea antiespañola y cada vez más revanchista de la educación pública bajo la hegemonía de la izquierda en el resto de España. Así han crecido dos generaciones en el desprecio a la Nación Española. En su identificación con todo lo que se les presentaba como despreciable y condenable. Después llegó la Memoria Histórica y ahora se avanzan otras leyes como la LGTBI para completar el blindaje de las mentiras y la amenaza a todo intento de articular verdades históricas o presentes. Pero la deriva de la mentira ha llegado a su fin por pleno agotamiento. Las fuerzas antiespañolas habían llegado ya al punto en que su siguiente paso lógico era la muerte de la Nación Española, la ruptura de España que ahora mismo intentan. Todo esto no es irreversible pese a que a simple viste a mucho se les antoje. La posibilidad de que se produzca una enmienda general se nutre de la certeza de que seguir por esta senda nos lleva a la catástrofe. Por eso no debe excluirse que comience un movimiento pendular hacia la verdad y la liquidación de estas servidumbres a ideologías extremistas que corrija esta bárbara evolución que tuvimos. Por supuesto que llevará mucho tiempo si acaso se logran. Lo cierto es que todos los españoles están llamados a ello porque que todos somos responsables en alguna medida. Nuestras desgracias nos las hemos ganado a pulso. Por cobardía, frivolidad, falta de honradez intelectual o no.

Es una labor primero de líderes reales y después de dos o tres generaciones de políticos convencer a los españoles, también en Cataluña y en el País Vasco, de que no hay perspectiva más noble, atractiva y gratificante que recuperar la convivencia sobre la ley, la verdad y la unidad en el suelo patrio de España. Que es una de las naciones más relevantes y sin duda la nación que mayor labor civilizadora -solo quizás comparable a Roma- ha tenido en la historia de la humanidad. La Nación española ha sido capaz de las mayores grandezas, de esa mayor gesta colectiva de la humanidad que es el Descubrimiento y la Conquista de América. Y de las mayores miserias como sus enfrentamientos cainitas y su automatización frívola e irresponsable. España ha sido siempre su peor enemigo. Que nunca ha sido leal y agradecida a sus mejores defensores. Y que ha promovido como ninguno de sus rivales la Leyenda negra que ninguneada sus mejores logros y magnificaba sus errores y abusos. En ese sentido, el proceso de autodestrucción inaudito que ha vivido España en estas décadas de bienestar material y libertad es reflejo de otros anteriores. Probablemente España hoy corra un peligro de autodestrucción como nunca desde 1808. Nunca tuvo tantos enemigos internos movilizados. Y unos defensores tan poco resueltos y conjurados entre sí. Con todo, hay pocas naciones con tantos recursos para una reactivación de su vigor histórico.

Formado en una casa en varias lenguas, abuelos de orígenes diversos y enorme vocación histórica por padre y madre, he tenido una formación alemana con la historia austriaca y centroeuropea como trasfondo al tiempo que he disfrutado de mi madre, hija de una vieja familia española y vasca que me inculcó siempre el amor a una patria, España, con sus debilidades abismales, sus grandezas conmovedoras y su vida de pueblo sabio de romanización temprana y vida tan trágica como dramática. Con mi nombre raro, germanizado de origen eslavo, muchos enemigos míos me creen recién llegado y no saben de mi madre Felisa del Valle Lersundi ni nuestros orígenes vascos, luego españoles, documentados desde hace muchos siglos. Ambos, padre y madre, me enseñaron a querer lo propio sin odiar lo ajeno, a nada ni a nadie. A saber que los seres humanos somos capaces de lo mejor y lo peor y hay que luchar porque lo peor no sea posible y lo malo evitable. A emocionarme con los lazos íntimos entre quienes tenemos un pasado común, una cultura común, un sentido cristiano de la trascendencia, seamos o no creyentes. Para una reactivación del citado vigor histórico de España es necesario primero la convicción de que las otras sendas nos deparan catástrofes. Y la voluntad de defender estos valores, legado de nuestros antepasados que tenemos el deber de ceder enriquecidos a nuestros descendientes, ese hogar del espíritu que se llama Patria.

Hermann Tertsch

Blog: generaldavila.com

 

18 pensamientos en “España en el mundo, su grandeza y la automutilación HERMANN TERTSCH

  1. Hermann Tertsch es un gran periodista y un gran español.

    Hace años que le vi por primera vez, en un programa de debate en Telemadrid, cuando estaba en El País. Tal vez por ello, me sorprendió muy gratamente la defensa de las ideas que allí se debatían, tan lejos de los postulados de los empleados de Don Jesús «del gran poder».

    Es periodista al que le leo todo lo que escribe, algunas veces perdido en las páginas lejanas a las del debate, en el ABC. He leído algún libro suyo y, ciertamente, me confirma que estoy ante una persona muy culta y con fuerte personalidad, que, por dignidad ha abandonado, más de una vez, una tertulia retransmitida en directo, ante posturas intolerables de otros tertulianos.

    Leo, hoy, su artículo para el Blog del General Dávila y, obviamente, suscribo todo lo que manifiesta.

    En efecto, nuestra situación es tremendamente delicada. La derecha ha abandonado sus postulados y se enroca en una espiral de cesiones y entregas a cambio de que le dejen participar en el debate.

    El lo escribe, y todos lo sabemos, necesitamos un líder que, con mano firme tome el timón y enderece el rumbo. Y mucho tiempo para ir deshaciendo ese recorrido erróneo que se «ha cargado» un par o tres generaciones de ciudadanos españoles.

    La tarea es ingente, mas no dudo de que si encontramos nuestro líder, nadie que sienta España, va a dejar de prestarle toda la ayuda, moral, material e incluso física (no me refiero a otra cosa que no sea colaboración desinteresada), para que la travesía llegue a buen puerto.

    Dicen que es necesario que las cosas se pongan muy mal para que se arreglen. Es curioso analizar las últimas elecciones en Europa, con batacazos de las izquierdas y aparición de partidos a los que se tilda de «fascistas» simplemente porque defienden los postulados del orden, la verdad, el esfuerzo y todo aquello que se reúne bajo lo que conocemos como nuestros principios y valores.

    Decir que el artículo me ha parecido magistral, y pese a poder ser considerado como una obviedad, es reconocer que creo haber entendido que no estoy, en mi pensamiento, tan lejos de la línea de pensamiento adecuada.

    Muchas gracias señor Terstch. Leerle u oírle es siempre muy gratificante.

    Cordiales saludos y mi agradecimiento por su colaboración con este Blog, en el que se quiere a España.

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  2. Estimado señor Don Hermann Tertsch:

    Soy un incansable lector de todo lo que ha escrito en libros y de todo lo que escribe cada día en Prensa.

    Su artículo es un regalo impagable para los lectores de este Blog y con él, como con todos, tenemos la obligación de difundirlo a los cuatro vientos para que se le lea en esas dos España, la «mala» y la «buena» que el neomarxismo ha utilizado para revertir la gran unidad en la que hasta hace 40 años conviviamos, con los resabios olvidados, los españoles.

    Son lecturas como ésta las que deberían REEDUCAR a la sociedad española tan maltratada, conscientemente o no, por muchos de los educadores impulsados con frecuencia, tolerados siempre, por una clase política y gobernante aquejada de un enanismo cultural y patriótico muy, muy preocupante.

    Así hemos llegado a una situación límite, cuyo clímax estallara el próximo domingo. Dada la trayectoria de España, quizás está catarsis pueda incluso resultar beneficiosa si sirve para que la España anestesiada sea capaz de reaccionar y regresar al mundo de los «vivos». Ellos, los «enanos» no lo van a hacer. Muy al contrario, ya están fraguando alternativas de caminos que nos sigan llevando a profundidades irreversibles con una Constitución reformada para mucho peor.

    Gracias, señor. Me pongo a la tarea de difundir su lección. Pero no puedo desperdiciar la oportunidad que se me brinda par a pedirle que me desbloquee en Twitter, situación en la que paradójicamente me tiene desde hace algún tiempo sin que sea capaz de saber el motivo que le llevó a ello. En todo caso, si lo hubo, le pido disculpas.

    Saludos cordiales a usted y muchas gracias, mi General, por esta nueva oportunidad de aprender.

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  3. A las órdenes de V.E., mi General. Lo de hoy son artículo y autor difíciles de igualar e imposibles de superar.

    Nada que añadir o revisar. A los que no hemos sucumbido ni hemos sido contagiados por la degeneración de las ideas ni de las costumbres, porque hemos estudiado la historia real y no la inventada, y no hemos sido abducidos por ese mundo tenebroso de la confusión y la manipulación, parece que sólo nos queda rezar y pedir a Dios que haga el milagro, pues nos sentimos abrumados, superados e impotentes. Ciertamente a lo que se ve que está ocurriendo, durante los últimos cuarenta años, que son muchos años, nos hemos confiado demasiado y entregado en brazos de un bienestar y una situación económica no sólo favorabe, sino también boyante. Y nos hemos distraido y descuidado tanto en la vigilancia, que hemos llegado a dormirnos en la garita y el enemigo, siempre al acecho y oportunista, nos ha robado el arma y nos ha hecho el favor de dejarnos vivos de momento, para disfrutar más ellos cuando en un aquelarre de proporciones bíblicas nos elimine a todos en el holocausto final. Que eso debe tener más morbo que hacerlo de uno en uno.

    Nos robaron el fusil mientras dormíamos con sonrisa y rictus de estúpidos y barriga llena. Nos dejamos arrebatar la cultura y el ágora donde se adquiere, los colegios, los institutos, y sobre todo, la Universidad, y nos sorprendemos y no comprendemos que hoy los amos sean eternos «estudiantes» que nunca estudian ni asisten a clase salvo para suplantar al profesor y hacer de adoctrinadores porque no tienen otros conocimintos que transmitir. Y de ahí a las Instituciones, tras una acampada velando las armas y para reponer fuerzas, un paso. ¿Somos todos culpables de que nos hayan copado y nos tengan inmovilizados en una gigantesca bolsa, sin esperanza más que de la muerte o el cautiverio en un inmenso gulag hasta que nos estingamos uno a uno por agotamiento?.

    Modestamente creo que no. Que fuimos muchos los que con visión clara, serenidad y objetividad, pero con alarma, vimos lo que se nos venía encima, y a nuestro modo y dentro de nuestras posibilidades y escasos medios, lo combatimos todos los días y dábamos voces de alarma que por desgracia fueron como el canto del cisne o como predicar en el desierto.

    Y en esas estamos, tensos y preocupados pero fieles a nuestros valores, los valores eternos que hicieron a esta nuestra gran nación, España, una vez fue y dueña y señora, en el sentido de la evangelización y culturización, que no en el del dominio, la opresión y esclavización, del mundo, esperando la voz que nos diga «Lázaro, levántate y anda», o al menos la que nos recrimine cariñosamente con un ¿»Acaso no pudísteis velar una hora conmigo»?.

    ¡¡¡QUE VIVA ESPAÑA!!!.

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  4. D. Hermann, mi General, extraordinaria exposición de los echos sin embargo echo de menos que se limite aún asunto interno, que lo es, pero que no debemos olvidar que hay unos terceros que interesa dividir España, En lo que se refiere a la desestablización de España nos conviene conocer quién es quien y como Soros a través de una de sus asociaciones Open Society influye en los medios, estos los de izquierda y mucho tiene que ver con la reunión que Roueres “el rojo multimillonario” mantuvierón Junqueras y Pablo Iglesías a partir de esa reunión podemos apreciar lo que ha ido sucediendo.

    http://katehon.com/es/news/la-lista-de-aliados-fiables-espanoles-de-soros-en-el-parlamento-europeo

    Hoy tenemos dos peligros inminentes, el golpe de Estado en Cataluña y la desestabilización de España, esta nos viene del exterior por dos factores el económico (promovido por Goldman Sachas y Soros y los cambios en Europa, que el teatro de pruebas será España. http://www.ikusle.com/medios/20/02/2017/andrei-kononov-podemos-eldiario-estan-conectados-george-soros-traves-aecid/

    Que el gobierno y jueces no hayan actuado ya contra los políticos catalanes de verdadero peso y cerrado la autonomía, y solo deteniendo a subalternos que no a los titulares de los partidos, con la charada de los alcaldes a los que tomaron declaración ayer los juzgados logrará exonerarlos a todos, ya que no se puede juzgar dos veces por el mismo hecho. Delata habrá independentismo versión federalismo que no independencia que no les interesa.

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  5. Buenos días, mi General, y buenos días, Sr. D. Hermann Tertsh.

    Si buenas e importantes, han sido las aportaciones de todos en el blog.. la suya, no tiene desperdicio. Es magnifica y reconozco que la he leído varias veces. y la leeré muchas más,.compartiendo de principio a fin lo que nos traslada.
    Me quedo preocupada, por la realidad,de la situación que vivimos actualmente. a la vez que, me encuentro , con mas fuerza y energía, para defender nuestra Patria, aportando mi grano de arena, y todo lo que sea posible.

    Gracias, y enhorabuena por su magnifico escrito. .Un afectuoso saludo.

    Un afectuoso saludo también, mi General.

    Josefa López del Moral Beltrán

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  6. ¡MAGISTRAL!. Conocí a Hermann Tersch en Bosnia, como corresponsal de «El País», con su paso a ABC le sigo leyendo y agradezco su claridad de expresión de las ideas que muchos compartimos

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  7. Quiero felicitar al Sr. Tertsch por la crudeza de su escrito. El origen de la desmembración de España no hay que buscarlo en los malos, han sido los «buenos», los que renegando de los ideales del 18 de julio han dejado España en manos de sus enemigos para que la descuarticen.

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  8. Exactanente, Señor «caprilesii», en el centro de la diana. Y todo estaba planificado al milímetro desde tiempo muy anterior a la muerte del Caudillo. No en vano eliminaron tranquilamente y sin interferencias al Almirante Carrero Blanco, y hasta una especie de «maestro de ceremonias» se entrevistó con él y remató el plan el mismo día antes, poniendo de inmediato espacio aéreo de por medio.
    Viví aquellos acontecimientos desde la barrera, y por los comentarios que corrían soto voce en mi entorno, pude deducir que algo muy gordo estaba en marcha y aquello había sido no el pistoletazo de salida sino el primer torpedo a la línea de flotación de España.Y a la muerte del Caudillo, no mucho después, muchos se quitaron la careta y pisaron el acelerador, con una legión de tontos útiles a bordo, que eso nunca falta, y no sé si por mala fe y ambiciones personales de protagonismo, o si por estulticia supina. Pero España era un barco muy bien construído por el mejor ingeniero y los mejores artesanos, muy difícil de hundir ni por todos los submarinos del mundo en combinación así de un solo golpe, que aguantó el envite y siguió orgulloso a flote porque nadie, ni las ratas, lo abandonamos y permanecimos en nuestros puestos de combate aun escasos de munición. Tuvieron que revisar la táctica, y esperar a que la preparación artillera psicológica estuviera termanada, eso les ha llevado más de treinta años hasta poder iniciar el asalto final de la Infantería, que es el que estamos viviendo.

    ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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  9. «Nada es explicable sin el derrotismo, la indolencia y la cobardía de la derecha española. El entreguismo del PP a la idea dominante nacionalista tanto en Cataluña como el País Vasco tuvo efectos devastadores. La entrega de la educación en estas autonomías al mensaje separatista y antiespañol se complementó pronto con la idea antiespañola y cada vez más revanchista de la educación pública bajo la hegemonía de la izquierda en el resto de España…»

    Gracias por su magnífica exposición, D. Hermann. !
    No tiene desperdicio, de principio a fin, y expresa perfectamente nuestro discurrir en estos muchos años de abandono y cobardía.
    Por ello encabezo este mi humilde comentario con el suyo , exacto, conciso y concreto. Se que me lo permite.
    Un fuerte abrazo

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  10. Enhorabuena Hermann, has dado en el clavo.Cuántas verdades que otros no se atreven a escribir.Tengo la esperanza puesta en la generación de mis hijos,en la que hay de todo,pero se que a algunos,les hemos inculcado esos mismos valores de los que hablas.Hay repuesto,solo necesitan nuestro apoyo y mucha ilusión.
    Española y vasca por lo que me toca.Muy orgullosa de serlo.

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  11. El artículo me parece simplemente antológico. Gracias, muchas gracias señor Tertsch.
    Desgraciadamente ni Rajoy ni Sánchez llegarán a leerlo. Y aunque lo leyeran no sé yo si alcanzarían a entenderlo… tengo serias dudas.

    La situación es francamente difícil, pero todavía hay esperanza… siempre hay esperanza.

    Dios no permite ningún mal si de él no se puede extraer algún bien… la sociedad española tiene que reaccionar…

    Abrazo al autor, al editor y a todos ustedes.

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  12. Es un verdadero placer leer a Hermann Tertsch porque escribe con el corazón en la mano y porque llega al alma, al menos al alma de todos aquellos que estamos sufriendo por la misma herida. Es un privilegio poder leer a personas que nos ayudan a comprender por qué pasa lo que está pasando en España. Hermann Tertsch es mas que un simple periodista. A mi me parece uno de los intelectuales que tanto necesitamos para poder situarnos ante tanta traición.

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  13. Tenía escrito este artículo para el próximo Boletín de UNAMU-Aragón -que no sé si será incluido en el mismo- y que expongo aquí por parecerme adecuado y en la línea del pensamiento del Sr. Tertsch, aunque no pasaría nada si la primera parte ( hasta la entrada al consultorio médico ) se sufriera para que el comentario fuera menos extenso.

    Dios guarde a Vd. muchos años para el bien de la Patria

    Últimamente, estaba en mi ánimo cumplir mi compromiso con el redactor, maqueteador, revisor, etc. de este Boletín Informativo de UNAMU-Aragón (lo que ahora frecuentemente algunos eruditos a la violeta y proclives a la estupidez denominan «newsletter», como si con nuestro rico idioma tuviéramos que recurrir al inglés para algo tan simple como eso). Dicho compromiso, con el que me estrené cumplidamente (por lo extenso que me salió) en el Boletín anterior se centraba en contar una «batallita» de las que hemos vivido en nuestra larga vida militar más o menos interesante, curiosa o lo que fuera con la finalidad de distraer un poco a los lectores del Boletín. Ya hasta tenía pensado el asunto a tratar y estaba a la espera de sacudir un poco la pereza que acentúa el calor, cuando esta mañana me ocurrió algo que consideré digno de ser contado aunque no fuera exactamente una batallita, puesto que el concepto que tenemos de historias de este tipo consiste en narrar un hecho del pasado y lo hoy acontecido es de la actualidad. Pensé que esta deriva podía ser aceptada porque lo que hoy es un simplemente un hecho con el paso del tiempo pude adquirir las características de batallita, si bien otra pega es que carecía de trasfondo militar. Tras meditar sobre ello, me lanzo a este desvío por considerar que lo que encierra puede ser de interés general en unos momentos en que España y los españoles estamos viviendo una situación que voy a calificar de surrealista, dicho sea en plan suave.
    Empieza la cosa con una prosaica visita a mi Centro Médico con el único fin de un control de la tensión arterial y de la firma de algunas recetas. En este Centro, en su Servicio Médico Permanente, hay un señor – casi siempre el mismo – con el que ya había tenido contacto anteriormente para estas cuestiones, y hoy también estaba allí. Hombre maduro (pongamos que en torno a unos 60 años), serio, formal, de pocas palabras, que cumple su cometido sin derrochar simpatía pero con toda corrección: contesta al saludo al entrar uno e igual a la despedida, y pocas palabras más que las imprescindibles se cruzan en esa consulta. Cuando me tocó el turno, entré en el consultorio y le saludé; no había pensado hacerlo pero me salió, sin la menor intención de bromear, lo siguiente: «Buenos días, doctor, Dios guarde a Vd. muchos años para el bien de la Patria, como se decía antes»; y la sorprendente respuesta fue: «Pobre Patria, con lo maltratada que está; ya lo vio venir Goya»; me quedé perplejo pero solo un instante mientras mi mente buscaba la idea de fondo de lo dicho por el galeno: ¿Goya?, ¿Goya?, ….¿Goya? ¡¡¡CLONG, CLONG!!! Sonó la campana por la sencilla razón de que yo ya había pensado en aquello, en la relación de una obra de Goya con la Patria, y precisamente con la Patria en la situación actual; deduje así que estaba perfectamente sintonizado con el galeno. Para afianzar mi idea, mientras él iba preparando el aparato de la medición de la tensión, le dije: «Si, como supongo, se refiere Vd. al famoso y terrorífico cuadro que representa a Saturno devorando a sus hijos, en esta situación está ahora la pobre Patria: se cambia a Saturno por una figura que represente a España y los hijos en vez de devorados se tornan en devoradores y ya tenemos el cuadro adaptado a la situación actual, pero ¿qué sucederá cuando esos insaciables hijos no dejen de su madre ni la piel? «. Hizo una seña afirmativa y después yo comenté que aquel impresionante cuadro debió ser el resultado de un ataque de «delirium trémens», y él dijo que en su sordera total el gran pintor oía ruidos que lo trastornaban; para mí, que una cosa es oír ruidos y otra muy distinta tener alucinaciones y visiones fantasmagóricas que le llevaban a las espeluznantes representaciones de aquella serie, que eso vendría más bien de excesos alcohólicos. Bueno, pues ahí terminó la cosa, así que, tras la firma de las recetas, me despedí y me marché.
    Y ahí queda para la reflexión de los sufridos lectores esta alegoría inspirada en esa obra del genial pintor. Me permito opinar que es la triste realidad nacida de la aberración autonómica creada allá por 1978, cuando hubo el inncesario mal parto de unas regiones que nunca habían tenido un sentimiento de índole autonomista: nacieron así unos enanitos que con el tiempo crecieron y se han hecho fuertes y no quieren unos ser menos que otros; en otras regiones había unos pitufos siempre protestones, gemebundos y pedigüeños que ahora han adquirido una fuerza que les parece colosal y todo lo que reciben les parece poco y encima se creen que tienen derecho a más y a un trato privilegiado, sin que los gobernantes de la Nación hayan sido sudo capaces de ver los cánceres que se estaban desarrollando ni la manera de atajarlos, claro que todos ellos están enredados en los intereses creados y buscando siempre la forma de mantenerse en el gobierno de su parcela para su beneficio, para el de sus amiguetes, para el de su partido y…¿España, qué? El interés general ha ocupado el último lugar, con una Constitución que se incumple y hasta se desprecia en buena parte de sus ideas y artículos fundamentales; y también hay que acusar a toda la casta política de dejación de autoridad y del abandono de los muchos ciudadanos que ahora viven oprimidos por los enanos y pitufos engrandecidos, bravucones hasta la chulería y ensoberbecidos que ni respetan la Constitución ni sus propios Estatutos Autonómicos si no les conviene, y así a la Madre Patria – perdón por la expresión – la tenemos en bragas: se ha alcanzado la Gran Aberración. La pregunta es: ¿como saldremos de ella? La solución solo puede consistir en que hemos de ser los propios españoles que aún quedan con auténtico amor a la Patria los que impongamos que se respeten leyes y derechos.
    Mientras, en espera de que este milagro se produzca, podemos refugiarnos en la esperanza que aporta la cita del llamado Canciller de Hiero, Otto Von Bismarck, cuando dijo algo como lo siguiente: «España es el país más fuerte del mundo; los españoles llevan siglos intentando destruirla y no lo han conseguido».

    Zaragoza, a 6 de septiembre de 2017

    Enrique López-Sors Vergara
    Coronel de Infantería, DEM (R)
    Ldo. En Geografía e Historia

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