Y LLEGÓ EL DIA ANHELADO DE LA JURA DE BANDERA Juan Chicharro Ortega. General de División de Infantería de Marina (R.)

Jura de Bandera en la Academia General Militar

Nadie que no sienta un profundo amor a su Patria es capaz de entender lo que significa el acto de juramento a la Bandera. Un acto en el que uno se juramenta para darlo todo por España, nuestra tierra, el solar de nuestros padres y abuelos, la labor de siglos y siglos forjada por tantos que nos antecedieron incluso con su sangre y con su vida.

El pasado día 21 de octubre asistí a este Acto solemne en el patio de Armas de la Academia General Militar donde juraron 472 Caballeros Cadetes. Sí, Caballeros, que es lo que son, llenos de juventud y alegría a la par que dotados de una madurez indescriptible palpada en su compromiso con nuestra historia.

Y desde muy temprano familiares y amigos se arremolinaban   ya en los aledaños de ese solar zaragozano  caminando  con  gozo para ser testigos de lo que estaba por ocurrir; y los Caballeros Cadetes llenaban los pasillos circundantes formados en compañías cantando a España. Resonaban los muros de la ya veterana Academia con las voces fuertes de los futuros oficiales de nuestro Ejército al más puro estilo legionario.

“Siempre que ondee al viento la Bandera roja y oro bajo el sol, siento latir mi corazón con orgullo de español”

En el ambiente, ¡cómo no!, la amenaza a nuestra integridad como nación amenazada en esos, y estos, momentos críticos para nuestra Patria.

Y en el aire el recuerdo emocionado a dos jóvenes oficiales del Ejército del Aire recién caídos en acto de servicio que ya reposan en el cielo de los buenos soldados.

Y desde ese mismo cielo miles de otros jóvenes españoles que lucharon y murieron en América, África o en las estepas rusas haciendo grande a nuestra España contemplan orgullos a su estirpe presta a seguir su ejemplo.

“Y si morir por ti preciso fuera combatiendo por tu honor, orgulloso esperaré mi fin luchando con ardor”.

Escuela de soldados, escuela de hombres y mujeres de  honor, dispuestos a ofrecer lo mejor de sí mismos en el cumplimiento del deber.

Créanme, en una sociedad donde el relativismo moral hace estragos todavía hay multitud de jóvenes españoles que tienen por norte de su vida el honor, la lealtad, el espíritu de sacrificio y el amor a su Patria. Sí, yo les he visto.

Y de la  “long grey line” (la larga línea gris parafraseando el apelativo por el que se conoce a los cadetes de West Point) saldrán bravos capitanes y excelentes generales como todos aquellos cuyos recuerdos iluminan la centenaria labor de la Academia General Militar. Hombres y mujeres que liderarán nuestro Ejército en el siglo XXI.

Toma el juramento el General y brota en el aire un “Sí juro” con tal fuerza que lo cimientos de la propia Academia tiemblan mientras que los corazones de los presentes laten a gran velocidad en sintonía con la fuerza moral que lo invade todo. Grito sólo comparable a los Vivas a España y a nuestro Rey.

Son confusos e inciertos los momentos que estamos viviendo, más viendo a estos jóvenes, futuros mandos de nuestro Ejército, comprometerse con nuestra Patria, más valdría que los sediciosos y traidores que amenazan nuestra unidad como secular nación perdieran toda esperanza de conseguir nada porque la victoria es nuestra. Nada ni nadie nos va a arrebatar nuestro orgullo de español y menos aún la labor de nuestros ancestros.

En la defensa de nuestra soberanía como nación nos encontramos en la hora de la política y a su mayor éxito nos ceñimos a lo que los dirigentes políticos disponen en estos momentos; y lo hacemos con lealtad y disciplina, esa disciplina que es espina dorsal de la valía del Ejército pero nadie dude que lo que el soldado español jura lo cumple.

Ya desfilan los batallones de la Academia General Militar y reina sobre todo la alegría y el orgullo de formar parte de esta gran familia militar en comunión cerrada con la sociedad civil a la que se debe el soldado.

Y es que el soldado sabe bien que desde el momento en que la Patria le entrega las armas para servirla, le jura fidelidad ante la Bandera que la representa.

Sí, llegó el día anhelado de la Jura de Bandera de unos jóvenes cadetes y ante su presencia el viejo soldado no puede más que sentirse orgulloso pues siente en su fuero interno que el testigo se ha pasado con honor.

Y no puedo por menos que felicitar a los mandos de la Academia General Militar por haber sabido imbuir y mantener ante todo el profundo sentido del amor a España, a nuestra  Patria. Gracias.

Juan Chicharro Ortega. General de División de Infantería de Marina (R.)

Blog generaldavila.com

23 octubre 2017

8 pensamientos en “Y LLEGÓ EL DIA ANHELADO DE LA JURA DE BANDERA Juan Chicharro Ortega. General de División de Infantería de Marina (R.)

  1. Buenos días mi General :
    Precioso y emocionante relato el que nos comenta hoy, sobre el día anhelado , en la jura de bandera de los soldados cadetes en el Patio de Armas de la Academia general militar de Zaragoza. Es cierto, el corazón late deprisa, en los actos, por el amor a España y el juramento a su Bandera. Infinitas gracias.
    Un afectuoso saludo.

    Josefa López del Moral Beltrán

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  2. Hoy viene muy extenso e intenso el blog, por lo que seré muy breve. Juré hace muchos años la bandera en mi calidad de Caballero Aspirante a Oficial de Complemento (IPS), y fue un acto bonito, pero la fuerte emoción de la Jura, la sentí el pasado mes de septiembre, cuando la renové en la Plaza de María Pita de La Coruña. Hace 50 años, nada podía hacer presagiar, que llegaría el día en que si podría ser cierto y no metáfora, el ofrecer la vida en defensa de España.
    Un afectuoso saludo y VIVA ESPAÑA

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  3. Mi General el compromiso que se adquiere al jurar la bandera es irrenunciable a los propios valores castrenses, mi primer juramento en el (71) lo hice en la LEF (ceremonia del Kepy Blanc) acabada la instrucción en Bonifacio (Córcega) muy emocionante se hacía así; desde la puerta de la compañía hasta la plaza de armas un pasillo de antorchas a ambos lados cubrían la formación la plaza de armas estaba rodeada de antorchas el Coronel leía la palabras de fidelidad a la Legión y a Francia, una vez jurado te ponías el Kepy Blanc ya eras legionario después de cuatro meses de durisima instrucción. Esta ceremonia ya no se hace así.

    Acabado mi contrato de cincos años me regrese a España ingrese en la Bandera Paracaidista en finales del 76 jure bandera en Jabalí Nuevo muy distintos ambos actos la diferencia en la LEF en las juras ni antes ni ahora hay público, pero para mi fue en ambos casos me emociono y sentí mi compromiso.

    Acabado mi compromiso con España, regrese a la LEF siempre serví en el 2º REP me retiré finales del 91.

    Volví a renovar mi compromiso con la Bandera de España el 21/05/2017 en un acto civil en la Plaza del Pilar en Zaragoza.

    A su orden mi General
    !!!VIVA ESPAÑA!!! !!!TODO POR ESPAÑA!!!

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  4. A las órdenes de V.E, mi General. Qué gran acto, y con cuánta nitidez me quedó grabado para siempre, el día 27 de Mayo de 1.959, ahí es nada 58 años años ya, en que casi niño todavía, hice ese sagrado juramento, con plena consciencia de su transcendencia y del compromiso que contraía.

    Lo renové el 7 de Mayo del año pasado, y quería volver a repetirlo este año, no como cosa festiva o folklórica, sino de corazón y por las circunstancias, para no ovidarlo. Pero me informaron que una reciente disposición establecía un intervalo de veinticinco años entre jura y jura. Mucho me temo que para mí es demasiado plazo ya.

    ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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  5. Mi General, querido Juan:
    Reconforta, pasados casi cuarenta y ocho años de mi propio compromiso en aquel patio de armas de «Respetar siempre a vuestros Jefes, no abandonarles nunca y derramar, si es preciso, en defensa del Honor e Independencia de la Patria y del orden dentro de ella hasta la última gota de vuestra sangre»; ver que sigue habiendo jóvenes que, teniéndolo mucho más duro que nosotros, justo es reconocerlo, son capaces de, con un beso a aquella misma Bandera, comprometerse de por vida en algo que ya anunció el primer Director de la segunda época que no era «camino de regalo ni deleite»
    A tus órdenes, un abrazo

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  6. A la orden de V. E. mi General:
    Ya ha pasado tiempo desde que juré Bandera, un 18 de Septiembre de 1988 en la explanada que estaba enfrente del CIR Centro Plasencia, Cáceres. Después de tanto tiempo, no tengo palabras para describir lo que sentía aquél día, y cómo las lágrimas resbalaban por mis mejillas cuando ví a mi padre renovar su Juramento en el mismo acto. La emoción era indescriptible. Años más tarde, en 2005; volví a jurar Bandera, esta vez como Aspirante a Reservista Voluntario, y la misma emoción que sentí con 18 años en Plasencia.
    Es de lo más bonito que he vivido en mi vida.
    Atentamente y a la orden de V. E. mi General.

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  7. Yo también recuerdo con emoción el día que juré Bandera. Me gustaría volver a hacerlo pero no en un acto civil, sino militar. Desafortunadamente ya es prácticamente imposible. Recuerdo haber leído algún artículo y visto en TV alguna declaración del general Dávila, lamentando que en España no haya una reserva efectiva (que a muchos nos permitiría volver a vestir uniforme y volver a jurar Bandera) pero la cruda realidad es que a día de hoy a muchos nos resulta imposible volver a vestir uniforme, aunque sea a tiempo parcial y, en definitiva, ponernos a disposición de España en estos momentos tan difíciles para su unidad.

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  8. A D. Antonio Fernandez: Tiene esa oportunidad si ingresa en La Real Hermandad de Veteranos de Las Fuerzas Armadas y La Guardia Civil. Hay Delegaciones en toda España. Un saludo, Julio de Felipe

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