Juan Chicharro Ortega General de División de Infantería de Marina ( R.) A PROPÓSITO DEL SUBMARINO SAN JUAN

Cuando ya  parece que todas las esperanzas de encontrar al submarino San Juan de la Armada Argentina se dan por perdidas no puedo por menos que sentir un gran dolor por  este hecho luctuoso; y lo siento de corazón por la empatía que como militar siento por unos compañeros caídos en el cumplimiento del deber, sí, porque como tales les tengo por su condición de marinos y argentinos. Ya comienzan consecuentemente en aquella querida nación, de forma muy a la española, la caza de brujas a la búsqueda de responsabilidades entre el poder político y el mando militar, culpa que seguramente recaerá con toda probabilidad en el mando militar  dada su debilidad en una sociedad que sistemáticamente se ha dedicado en los últimos treinta años una intensa campaña de destrucción sistemática de la moral y del equipamiento que vienen padeciendo como consecuencia de la atribución al conjunto de las FAS de los gravísimos errores que cometieron algunos mandos en la guerra antisubversiva de finales de los años 70. Sí, en Argentina hubo una guerra antisubversiva en la que sin duda hubo excesos pero ¡ojo! los hubo por ambas partes tanto por parte de las FAS como del ERP y Montoneros ; y sin embargo la acción de los gobiernos de Kirschner y su mujer Cristina inclinaron las culpas sólo a una de las partes, es decir contra los ejércitos. Las leyes de Punto Final y Obediencia debida que pretendían la reconstrucción nacional fueron derogadas para a continuación arremeter con odio y venganza contra los militares y los ejércitos procediendo a encarcelar a casi 3000 oficiales y suboficiales. Militares, en su mayoría, hoy ya muy mayores, que se encuentran presos preventivos a la espera de juicios que nunca llegan. El máximo tiempo legal para la prisión preventiva en Argentina es de tres años y sin embargo estos 2700 presos militares llevan ya hasta 12 años encarcelados en calidad de preventivos. Muchos están muriendo en estas condiciones en lo que como leo en más de un medio, por ejemplo, en La Nación, se califica como un genocidio.

Por otra parte ya no existe la justicia militar en Argentina ya que esta ha pasado por completo a la jurisdicción ordinaria por  lo que el imponer la disciplina en los ejércitos ya no es competencia de los mandos militares con lo que esto supone de lastre para la eficacia y funcionamiento de un ejército y si añadimos a todo esto la precariedad presupuestaria y organizativa vigente tal parece que es un milagro que un suceso tan triste como el del submarino San Juan sea un hecho aislado.

Aún no sabemos las causas del casi seguro hundimiento del San Juan pero su recuerdo me lleva a recordar el heroísmo y valentía que sus padres y hermanos mayores demostraron en la poco conocida guerra de las Malvinas. La historia la escriben siempre los vencedores pero necesario es escribir que hubo más de un momento en dicha guerra en los que Gran Bretaña estuvo a punto de iniciar la retirada y dar por perdida la guerra. Si no sucedió así fue debido al continuo fallo de los sistemas de armas argentinos que hicieron inútil el arrojo de sus pilotos cuando, volando al límite de su autonomía, veían que las bombas lanzadas sobre la cubierta de los buques británicos no explosionaban o como el fallo de los torpedos de sus submarinos hacían también inútil la pericia de sus submarinistas. De no haber pasado lo que pasó con estos fallos en el armamento tal vez hoy la historia que se cuenta hoy sería bien diferente. Y doy razón de esto no sólo porque fue así – cualquiera puede saberlo leyendo minuciosamente los partes operacionales de la campaña – sino porque lo sé de fuentes directas toda vez que he tenido ocasión de conocer y hablar personalmente con combatientes de ambos lados tanto argentinos como británicos.

Hoy, la tragedia se cierne de nuevo sobre la Armada Argentina y hoy sufro con ellos esta desgracia que no es más que el resultado de una política nefasta en la que la izquierda radical más recalcitrante es responsable en gran medida de lo acaecido y buena prueba de ello son los abundantes comentarios que desde esta perspectiva política se hacen con desprecio sobre sus compatriotas militares, “milicos”, como allí peyorativamente les llaman.

El advenimiento de Macri al poder y el del movimiento “Cambiemos”, hoy en el poder, ha dado un halo de esperanza a toda esta situación general más tras más de 100 días en el poder comienzan a percibirse con dificultad los cambios que necesita la nación argentina.

Rezo por la dotación del submarino “San Juan” y sus familias y rezo por la nación argentina con la esperanza de un mejor futuro para esta nación que no se merece haber sido dirigida por la mayor caterva de políticos corruptos que uno pueda imaginar : la banda de los Kirschner y compañía.

Salve, Stella Maris, recibe a nuestros camaradas caídos del “San Juan”.

Juan Chicharro Ortega

General de División de Infantería de Marina (R.)

Blog: generaldavila.com

 

22 pensamientos en “Juan Chicharro Ortega General de División de Infantería de Marina ( R.) A PROPÓSITO DEL SUBMARINO SAN JUAN

  1. Mi general, me uno a sus oraciones ,por nuestros hermanos caidos, y Pido a Dios nuestro Señor que les dé el descanso eterno, y salve a la nación Argentina ,presa de todos los lobos,ladrones y bandidos ,que imaginarse pueda.
    Saludo con taconazo. Mi General.
    Siempre a sus Ordenes.

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  2. Dolorosa noticia y, consecuente artículo, que leo entre la pena y la ira.
    Que occidente tiene su época de fulgor por días contados es evidente. Lo escribo con dolor.
    Nuestra cultura va perdiendo, día a día, todas las batallas. Y uno de los que resultan más damnificados es “lo militar” se lo contempla como algo peligroso y de elevado coste en su mantenimiento.
    Peligroso porque el estamento militar es disciplinado y honesto. Sabe que en su campo de acción las cosas no se toman en broma. Que defienden a su Patria. Y eso en un mundo político de chalaneo no tiene encaje.
    Y, por el lado del costo que representa su mantenimiento está claro que lo tienen todo en contra. No resulta rentable, políticamente, invertir grandes sumas de dinero para que “la maquinaria “ sea moderna y útil.
    Hoy lamentamos unas muertes de gente entregada a su misión.
    Se habla de fallos de comunicación. Pero es el ciudadano de a pie el que cuestiona la seguridad del submarino.
    Da más votos dar subvenciones a populistas.
    Es una pena, pero también una gran verdad.
    Y lo pagaremos, tarde o temprano. Luego vendrán los lamentos, como hoy en Argentina.
    Mi dolor, respeto y oración para quienes se vieron privados de su vida.
    Mi exigencia para que los políticos no eludan su compromiso de respeto para con las Fuerzas Armadas.
    Un cordial saludo.

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  3. Este articulo deberia publicarse en la prensa escrita.
    ¡Ya esta bien de politicastros y sus mentiras!
    Se lo merecen los que han cAido en cumplimiento de su deber.
    Te felicito, mi general.
    F. Gea (C. A. ret. )

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  4. La cuerda siempre se rompe por lo más flojo. Y una vez más ha sucedido. Un ejército en manos de políticos, acatando las decisiones de quienes tienen por prioridad sus propios intereses y no dudan en recortar recursos para dedicarlos allí donde ganan votos, es sin dudas un ejército en riesgo, condenado a moverse entre chatarra y, lo que es peor, obligado a hacer volar esa chatarra o sumergirse con ella. Nuestros soldados han estado mucho tiempo obligados a moverse y protegerse con una chatarra que no les protegía de nada hasta que la situación se hizo insostenible y hubo que poner remedio.

    Lastimosamente, si nuestro Ejército cuenta hoy con material moderno ‒muchas veces no solicitado o no idóneo‒ no ha sido sólo porque los políticos le hayan dedicado la atención que merecen sino por razones políticas. Mantener los puestos de trabajo en astilleros y otras empresas tiene réditos políticos. De otra forma nuestros soldados seguramente seguirían exponiendo sus vidas como les ha sucedido a los marinos argentinos.

    Los políticos responsables de facilitar al Ejercito los medios adecuados tanto para su propia seguridad como para la seguridad nacional tienen una responsabilidad que muchas veces se convierte en irresponsabilidad criminal por la que deberían responder.

    Descansen en paz los tripulantes del submarino argentino y ojalá sirva esto para que se corrijan los problemas de material que pueda sufrir el Ejército argentino. Los nuestros ya pasaron por esto.

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  5. Comparto mi general tu tristeza y tus oraciones por esos valientes marinos, cuya sepultura es ya, muy posiblemente, el fondo del mar. De ese mar y esa patria a los que ofrendaron su vida, «crucificándose en la rosa de los vientos».
    También comparto la indignación, pues la similitud con lo que está sucediendo en España no es «mera coincidencia» sino «evidente paralelismo» y en ambos casos, patrocinado por las mismas «fuerzas oscuras de las rosa y el mandíl».
    Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…. ya se sabe, o pones las tuyas a remojar, o te dispones a contraatacar.
    El honor de las armas, y el mismo instinto de supervivencia, obligan a lo segundo.

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  6. Buenas tardes, mi General y a todos los lectores. Qué razón lleva Vuecencia cuando dice que “aquí se lee tanto o más que en la prensa escrita”. Quizá más aquí; pero para gustos se pintan los colores. Dejémoslo ahí…
    Triste y dolorosa noticia cuando, no siendo en tiempo de guerra –Dios no lo quiera–, fallecen –por las circunstancias que sean– militares de cualquier Nación. Me sumo a sus oraciones, mi General, como si de mis compatriotas se tratara. Navegando en un “cascarón”, viejo y con muchos años en servicio, sirvieron con honor y lealtad por unos ideales dignos e incuestionables. Dicen, que las guerras son la continuidad de la política, o un fracaso de esta; y eso fue mayormente lo que desencadenó la famosa y ya olvidada guerra de las Malvinas: un fracaso rotundo de la política de disuasión. Muchos errores que, quizá, y ahora no vengan relacionados con el artículo –excelente, mi General–; y el gobierno británico no logró comprender el compromiso emocional de Argentina con las Malvinas, tampoco estos lograron comprender que el Reino Unido lucharía por algo que parecía no importarle. La presencia de un submarino “nuclear” en aguas de las Malvinas y una clara advertencia a ellos de que estaba ahí y de que ser necesario se utilizaría, habría salvado a ambos países de una guerra que nunca tuvo que haberse producido. Ambos países sufrieron costos en hombres y material y todo ello a la ‘incompetente operación de estrategia disuasoria’.
    La incompetencia política preocupa tanto a quienes la sufren como a los profesionales competentes que intentan mantener su nivel.
    Descansen en Paz, soldados marineros y que Dios les tenga en su gloria.
    Marineros caídos, ¡PRESENTES!

    Sin otro particular, quedó a sus ordenes.
    Víctor Fraga, guardia civil y soldado.

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  7. Buenas tardes mi General :
    Impresionante relato y desconocido, que como se dice, deberían conocer todos, los politicos, de la izquierda también.
    Me uno al sentimiento de tristeza de todos, en la Marina, de los familiares de los fallecidos, y a la oración .por sus almas y eterno descanso. Marineros caídos,,!! PRESENTES !!
    Un afectuoso saludo.
    Josefa López del Moral Beltrán

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  8. Valiente donde los haya este artículo, mi General. Que pone el dedo en la llaga de acontecimientos que ya son triste historia, pero que vuelven a la actualidad con motivo del sacrificio supremo de miembros de un un ejército, que aunque no sea el nuestro, no por eso deja de ser igual de doloroso, que pone la sensibilidad y el sentido de la solidaridad y la camaradería a flor de piel.

    Pero por desgracia, así son las cosas diría que en todas partes. Los políticos van a lo suyo, al cálculo diario de votos que pueden perder o ganar con sus decisiones; es como si estuvieran en un eterno e ininterrumpido concurso para sumar puntos y conseguir el premio. Lo demás, comenzando por la seguridad nacional y la de sus propios votantes, les importa un bledo. Para ellos somos súbditos en la mejor de las hipótesis. En el mejor de los supuestos, el Ejército no es más que un negociado más de la Administraqción, y los Militares de carrera y profesionales, meros funcionarios. No lo entienden de otra manera. Y si estos políticos son de izquierdas, además lo odian y le tienen pánico, y sólo lo ven, en su paranoia, como una amenaza que hay que conjurar y destruir. Es así de simple y no hay que darle muchas vueltas. Todo lo que no sea un «ejército popular» en el que ellos puedan disponer y manejar a su antojo y conveniencia, es un enemigo con cuernos y rabo. El secreto está, quizás más que en odio, en la envidia, porque su mediocridad o nulas luces no le permiten pararse a estudiar la misión de un ejército y su razón de ser. Por eso, además de temerle, lo odian; porque ellos jamás podrían alcanzar ni los conocimientos ni la aptitud para hacer lo que hace un militar. Ya me gustarí ver a un político dentro de un submarino, o a bordo de un cazabombardero en ejercicio de tiro y bombardeo real en un polígonmo al efecto. Yo lo llevaría de «paquete» con mucho gusto.

    En el caso de España, y aunque dicen que las comparaciones son odiosas, a veces no hay más remedio que recurrir a ellas, porque la penuria de medios que sufrió nuestro Ejército durante los años cincuenta y principios de los sesenta, obviamente no se debió a los perversos motivos expuestos en el párrafo anterior, sino a otros de más altura de miras y auténtico patriotismo y sentido del deber. Digamos que fueron carencias y riesgos conscientes y valientes en beneficio de toda la nación. Para que avanzara y ponerla a la altura, y hasta por delante de los países más avanzados económicamente de nuestro entorno. Me explico. Sólo puedo referirme al Ejército del Aire de aquella época porque es lo único que conocí y viví. Y si el material que había, con excepción de a partir de la llegada de los primerois cazas a reacción, de segunda mano, eso sí, pero con las mismas necesidades de mantenimiento como si hubieran sido a estrenar, y todo el entrramado de instalaciones radioléctricas y acondicionamiento de unos cuantos aeródromos, más la red de Alerta y Control con radares para cubrir todo el territorio nacional como una especie de escudo de Occidente (yo serví durante dos años en uno de ellos), digo que, esceptuando eso, el material para volar era anticuado pero se compensaba su antigüedad y «fatiga» con la fabricación aquí, en las factorías aeronáuticas de Madrid y Sevilla, maestranzas se les llamaba, de todo lo necesario, con licencia, para mantener los aviones en vuelo. Yo volaba en ellos, y aquí sigo, sin haber tenido nunca un «mal rato». Los accidentes que se produjeron, estadísticamente estaban dentro de parámetros razonables en relación con el volúmen de actividad. Claro que no por eso eran menos dolorosos y lamentables.

    Hay algo que quiero decir, porque, que yo haya visto o leído, nadie lo ha dicho, y creo es de justicia que se sepa, para enfatizar la importancia y la grandeza de intenciones que fueron el espíritu con el que se sacrificaba la modernización del material y se continuaba con el antiguo. Y esto fue la puesta al día y en primerísima línea, de la Aviación Comercial, que con respecto a nuestro entorno, estaba francamente en desventaja para competir. Se hicieron, de forma simultánea dos auténticas obras faraónicas de muy elevados costes. Una, la construcción de Aeropuertos con todas sus instalaciones y tecnologóa punta, que siguen dando servicio. Se convirtieron algunas Bases Aéreas en modernos aeropuertos, y el Estado avalaba los créditos millonarios de las Compañías Aéreas españolas para la compra de los aviones comerciales de última generación. Estos avales recuerdo que salían en el B.O.E y en el Boletín Oficial del Ejército del Aire. Todo esto, sin contar la formación de Pilotos y personal especialista, gratis, en las Escuelas del Ejército del Aire. Más la puesta a disposición de aviones de enseñanza y combustible gratis, de los Aeroclubs civiles para fomentar la afición y el aprendizaje de la Aviación Privada, cantera que también aportaba Polotos, junto con el Ejército, a las Compoañías Aéreas. Y no es difícil imaginar el coste de todo esto.

    Como tampoco es difícil calcular los miles y miles de puestos de trabajo que todo ello generó. Por eso ponía yo ayer el grito en el cielo, en un comentaro.a otra noticia, por la ingratitud y la bajeza moral y cobardía, de alguien que, «con nocturnidad y alevosía», y con muy mala sangre, retiró e hizo desaparecer de uno de esos nuevos Aeropuertos, la sencilla placa que se colocó, como en todos y en todas las obras públicas se hace siempre, el día de su inauguración, con la escueta leyenda de la fecha y los nombres del Jefe del Estado y del Ministro del Aire, Teniente General, impulsor y artífice de esta ingente obra, que lo inauguró en persona. El día en que un antiguo Jefe y amigo del alma, me llamó para darme la noticia de su fallecimniento, y estando yo de servicio en uno de esos aeropuertos, confiueso y no me avergüenzo que lloré como si de mi misma sangre hubiera sido.

    Muchos españolkes, diría que casi la mitad, tienen muy mala memoria, no han leído la verdadera historia, y muy mala «otra cosa».

    Pido perdón por lo extenso del comentario. No sabría sintetizarlo en menos. A las órdenes de V.E., mi General.

    ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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  9. Sobre este naufragio ,nunca sabremos Los Comunes,nada mas A los secretos ,hoy,se los traga el mar,Los coreanos con los misiles arrojados al agua ,los norteamericanos ,lo mismo Los que manejan el mundo no nos hacen participes de sus acciones Aca no sabremos si chocaron contra una mina en zona de exclusion,o si fueron loz ocupNtes de Malvinas O si fueron los chinos en venganza por intervencion en su pesca ilegal o si alguien quiere atacar a chinos por su centro nuclear en la Patagonia etc…Solo se ha globalizado la guerra y la grieta mayor es entre paises deudores y paises acreedores todo se refleja en las riñas,disputas,grezcas y nosotros balconeamos ajenos a todo y victimas de todo

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  10. Es triste y notorio que el submarino perdido a casi 3000 metros de profundidad, no se puede saber por qué y será muy didifíl, casi imposible, se desapareció. Se piensa que fue una explosión. La Armada Argentina no es responsable de este triste desastre. Son los políticos en el Gobierno los que no aportan el presupuesto suficiente para mantener las Fuerzas Armadas en un perfecto estado de funcionamiento. Los ejércitos están mal dotados y regularmente mantenidos. Los bajos presupuestos provocan desastres.
    Den más presupuesto a las FFAA, porque los militares se centran en mantener la paz. No atacan ni provocan, sólo defienden. Repito, hoy en día, las Fuerzas Armadas no están para provocar guerras, sino para conservar y preservar la Paz.
    Los politicos, malos, muy malos, en su mayoria,
    no sirven a la Patria, sino que se sirven a sí mismos.
    En el caso de las Fuerzas Armadas, a los que en realidad se les debería llamar Fuerzas para la Paz, están abandonados en mantenerlos como debe ser. Si no se mantienen, los desastres, sobre todo en la mar y en el aire, corren el peligro de tener averías, especialmente en los aviones en vuelo, como en los submarinos navegando en aguas profundas.
    Honor a los marinos argentinos desaparecidos y respeto a los Mandos de los Ejércitos.

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  11. Gracias, mi General, por sus conceptos y por su aprecio. De un marino argentino que tuvo el gusto y el honor de conocerlo a fines de los ’90, en el Tercio de Armada.

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  12. ES INAGUANTABLE LA GRIETA QUE FORMARON ENTRE ARGENTINOS.TODOS SOMOS ARGENTINOS ,civiles y los valientes militares.

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  13. Exacto comentario sobre la situación que se vive en mi país. Cómo Oficial Superior de la Infantería de Marina Argentina y veterano de Malvinas firmó como mías cada una de las palabras de este trabajo.

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  14. Señor General:
    Reciba mí más profundo y sincero reconocimiento por sus palabras, y sus sentimientos hacia mis camaradas que descansan en nuestro profundo mar.
    Y permítame felicitarlo por el profundo conocimiento de mí país y su historia reciente.
    Con alta consideración lo saludo atentamente
    Miguel Angel Maggi
    Capitán de Fragata (RE)
    Armada Argentina

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