Las ideas son fáciles de expresar; incluso de entender. Los sentimientos encuentran grandes dificultades para ser escritos y descritos, pero tienen la ventaja de poder leerse en los gestos y transmitirse en forma de tradiciones. Hay sentimientos que llegan a formar parte del acervo cultural de toda una nación manteniéndola unida a través de los tiempos haciendo frente a las mayores dificultades.
También forjan sólidas relaciones de unión y hermandad entre grupos de hombres que llegan a sacrificar su individualidad en defensa del conjunto, que vive y se nutre de esos sentimientos que cada uno abraza para siempre.
Unen y transcienden. Difícil de explicar, pero es fácil comprobar cómo se entrega incluso la vida por razones que nada tienen que ver con el éxito material, el poder o las riquezas. Algo inmaterial que llena plenamente el alma dejándose llevar por esa atracción espiritual que se fortalece para llevar a cabo hasta el mayor de los sacrificios. Impensable desde la vulgaridad de las ordinarias miradas.
Sentimientos a los que no les faltan razones. Conocimiento intuitivo, perfeccionamiento de uno mismo, honores, gestas: moral. Domina el honor y el prestigio por encima de las armas. Esa es la Legión.
Esa es la Legión que transciende, inexplicable, misteriosa y atractiva hasta el límite de amarla a través de la muerte. Un encuentro con la verdad que puede provocar dolor, puede llevarnos a la desesperación, pero puede también satisfacernos profundamente.
El sentimiento de ser legionario solo es posible transmitirlo mediante el acto de ser legionario. La atracción y el deseo es un primer paso. Se completa siendo legionario, camisa verde y chapiri. Se consagra entrando en fuego y se sublima muriendo, abrazando la gloria de haber sido legionario. Mientras no se cumplen todas estas fases estamos simplemente en el proceso, ir hacia delante. Este solo culmina con el espíritu de la muerte, un canto espiritual incomprensible e inasumible: <<El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde>>. Incomprensible e inasumible. De ahí su grandeza, la única razón de ser legionario. De ahí su atractivo y a la vez rechazo. No todos son legionarios ni todos los legionarios mueren en combate. El legionario vive para ese momento: morir en el combate. No es posible que todos lo consigan. Es una constante de su vida, todo comprometido, entregado a la fuerza que le ha hecho ser legionario. No hay reserva ni retiro, no hay final, todo continúa aquí, y después, más allá, tiene su posteridad en lo que debe ser el cielo legionario. Es la virtud del ensoñamiento. Un proceso lento y doloroso que culmina con el tránsito.
Todo empieza cuando sobre tu pecho cierras el penúltimo botón de la camisa verde. Cuando cubres tu cabeza con el gorrillo legionario, el chapiri. Ahí se produce el milagro, la transformación; empieza el proceso. Quedas definido como Dama o Caballero, como Dama o Caballero Legionario. Pasas a ser el presente; y el futuro también de ti depende…
9.722 muertos, 35.200 heridos, más de 1.000 desaparecidos… 46.000 bajas.
7 Laureadas de San Fernando Colectivas y 22 Medallas Militares.
23 Laureadas de San Fernando individuales y 211 Medallas Militares.
Esas cifras resumen el porqué del sentimiento legionario, explican por qué se quiere ser legionario. No todos deben entenderlo. Solo los legionarios y quienes tienen intención de serlo. Es suficiente. Para reclamar un puesto de honor en la Legión es necesario dar la vida. El mayor honor en la Legión es morir en el combate: darlo todo. Para eso se viene aquí.
Desde el momento en el que la Legión tira de ti con su inmortal atractivo en tu corazón y mente, se reproducen en tu razón y sentimientos sus gestas y honores. No es necesario leer ni aprender. Todo llega con el ruido de los gestos, las miradas, las voces del que manda, las historias que cuentan, la épica legionaria. Únicamente debes saber interpretarlos y asumirlos como cotidianos.
Laureados de la Legión
Camisa verde y gorrillo legionario. Ya eres Dama o Caballero legionario. Eso es lo que querías. El sentimiento de ser legionario. Quedas de por vida obligado. Estás sentenciado porque a partir de ese momento formas parte de la épica del glorioso cuerpo de la Legión que se ha creado con la sangre de los legionarios. De todo ello eres tú ya parte y no serás nada ni nadie hasta que honres su nombre. Por eso y para eso viniste. Atraído por su historia. Nombres como Baltasar Queija de la Vega, Fernando Lizcano, Bartolomé Munar… Juan Maderal Oleaga, tienen su continuidad en todo el que viste la camisa verde legionaria. Los hechos heroicos de la Legión, su diaria lucha y sacrificio, continúan encarnados en cualquier humilde legionario que espera cada día demostrar que el sentimiento legionario que hasta aquí le ha llevado camina junto a su glorioso nombre.
La Legión: ¡Legionarios a luchar, legionarios a morir!
El sentimiento de ser legionario se explica solo en la mística, en razones ocultas, en el misterio que alcanza a unos hombres que se sienten atraídos por la honestidad y rectitud de una épica inalcanzable sin sacrificio y entrega total.
La Legión atrae y acoge. Prepara para el combate y para la muerte. Como cualquier otra unidad.
Lo que tiene la Legión es un Credo previo al combate, un Credo para la vida y la muerte. Inexplicable. Como el sentimiento de ser legionario.
Todo empieza cuando sobre tu pecho cierras el penúltimo botón de la camisa verde. Cuando cubres tu cabeza con el gorrillo legionario. No termina jamás, jamás. Es el proceso. No hay reserva ni retiro, no hay final, todo continúa aquí, y después, más allá, tiene su posteridad en lo que debe ser el cielo legionario.
Ritos y tradiciones. Gestos y valores. El ritual del honor. El choque es un torneo de valores. Se mide el valor y el honor. Comienza el combate. En la Legión la virtud y el rito tienen una fuerza superior a las armas.
Por eso es Legión.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
11 enero 2018
Con los rostros impasibles, fuerza invencible al acecho
Los legionarios aguardan del cornetín el acento,
para lanzarse al ataque, en busca del cuerpo a cuerpo,
que puntualiza y exige la enseñanza de su credo.
Patrimonio imperativo, génesis en el contexto
de observancia a que se ciñe, el inmutable precepto,
de no abandonar jamás en el campo a un compañero,
cumpliendo así la sagrada promesa de nuestro credo.
La verdadera amistad y el desinterés sincero,
que trata de reflejar con torpeza mi intelecto,
tiene tan hondos matices, como colores el cielo,
como tonos la armonía, como gestas nuestro imperio.
La petición de socorro en cualquier circunstancia,
no puede ni debe ser, jamás mal interpretada,
porque nunca ha sucedido, que por capricho brotara,
en boca de un legionario, sin causa justificada.
La admirable resistencia de una tropa que entrenada,
soporta de noche y día por el llano y la montaña,
con equipo y armamento, una larga y dura marcha,
es obligado ejercicio, del que nos honra la fama.
Arcabuz, pica y ballesta, tríptico de donde arrancan,
todas las rectas virtudes con la Legión entroncadas.
Suena el toque de oración y acariciando nostalgias,
guiones y banderines, doblan sus rodillas de asta.
Y cuando España se hundía, poco a poco, sin remedio,
sin esperanzas, ni fe y con partidismos ciegos,
en un abismo de odios, muerte y venganzas sin freno,
de nuevo fue la Legión, su defensor primogénito.
Y pues tiene La Legión, DIOS, PATRIA y MUERTE por verbo,
por tan limpia trilogía, los legionarios cumplieron
una vez mas su deber, de honor y sangre cubiertos,
y con la Gloria por rumbo en su rosa de los vientos.
«Espíritu de Combate» Escudo, Bandera y Lanza,
interna y fecunda luz, voz, ceremonia y proclama.
En el milagroso ciclo, sublime de tus hazañas,
son radicales de fuego, de tu Fe y virtud legionarias.
En el vació ominoso, por tu vereda de celos,
bendiciendo de tu gloria el fuego que llevas dentro,
novia rendida y desnuda, sin flores blancas ni velos,
la Muerte tu prometida, te espera envuelta en incienso.
¡Reliquia en púrpura y oro, limpia enseña legionaria
con la sangre de tus hijos revestida y esmaltada !
¡Bandera la más gloriosa, soberbio pendón de España !
El credo de La Legión, tu honor y respeto guarda.
Caballeros legionarios forjadores de leyendas,
mártires del sacrificio, abnegación y entereza,
monjes ceñidos a un voto de renuncias y obediencias,
y guerreros sometidos a una disciplina ciega.
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Muy bonito y emocionante don Pedro. Un fuerte abrazo
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Precioso y emocionante canto épico, mi General.
En estos tiempos necesitamos realimentar el alma de moral con recordatorios como este. Siempre lo he pensado así, ser Militar y vestir el uniforme no es una profesión como otra cualquiera que se ejerce a cambio de una remuneración económica. Ser Militar, y en este caso Legionario, es algo imposible de entender para quien nunca ha pensado en ello; es incluso más que un sacerdocio, algo que no es fácil expresar con palabras, quizá sólo con el gesto y una actitud de místico y asceta.
¿Quién que no haya sentido alguna vez la emoción de las cosas grandes, que no haya mirado a la muerte cara a cara y no haya tenido ese diálogo mudo con ella, podría entender esa simbiosis?.
Alguien podría pensar que rendir culto a la muerte es una locura. Puede ser, pero si esa locura y ese culto son para responder por la vida de los semejantes y por el honor y seguridad de la Patria, el concepto cambia radicalmente y pasa a ser otra cosa muy distinta, loable y envidiable.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!. ¡¡¡VIVA, CON HONOR Y GLORIA SIEMPRE, LA LEGION!!!
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Un fuerte abrazo Rafael
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No he podido evitar que se me llenasen los ojos de lágrimas al leer este artículo. Ya se de sobra que muchos no consideran a los Reservistas como soldados «auténticos».
Bueno, es una opinión como otra cualquiera, pero el espíritu legionario que destila esa carta no me lo puede quitar nadie, ni por lo civil, ni por lo penal. Y creo que no soy el único.
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Nadie duda de ustedes.un abrazo
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Fenomenal, mi General. Empecé mi vida militar en La Legión y las enseñanzas adquiridas iluminaron mi vida, personal y profesional a lo largo de toda mi vida y continúan ahora germinando en mi actual situación.
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Un abrazo mi general
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Muy agradecido y cordial saludo doña Josefa
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Don Pedro se había perdido tu valiosísimo comentario por estas cosas de mi poca sabiduría en etas lides de la informática, pero ya está solucionado para que todos disfruten de él. Ruego disculpas y un fuerte abrazo.
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Genial. Me siento totalmente identficado y coprometido
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Un abrazo Caballero Legionario de Honor con todo merecimiento.
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Gracias, mi querido General, siento las molestias. Un fuerte abrazo.
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Queridísimo Rafa:
A mi también me ha emocionado tu artículo de hoy.
Una de las virtudes de tu blog es que nos devuelve (al menos a mi me ocurre) la fe en el futuro de España, de nuestra hermosa gran nacion, y patria.
Leerte me ha enardecido hasta el alma, y me ha recordado a mi padre en los años más felices de su vida, los del chapiri.
La ultima camisa verde que vistió en las últimas maniobras cuando le llamaron por radio para felicitarle porque su ascenso había salido publicado en el BOD, cuando llegó a Madrid camino de su siguiente destino en Toledo, decía que al llegar a Madrid, me entregó esa última camisa, sudada y con el polvo y el salitre del último desembarco en que habían participado, pidiéndome que así, hasta acartonada casi, esa camisa verde fuera su mortaja y, sin lavarla, se le enterrara con ella puesta, y a fe mía, que su última voluntad fue cumplida.
Queridisimo Rafa, me da la vida leeros porque me traeis los recuerdos mas bonitos de mi vida que son junto a mi padre, que me adoraba y por el que aún muerto sigo sintiendo devoción, y que con todos sus errores sentía auténtico amor, vocación e ilusión por su carrera y que además de ser un carrista convencido, por encima de todas las cosas, su pasión fue La Legión.
Me estoy expresando fatal, disculpadme quiénes podais leer estas líneas, pero las escribo con un nudo en la garganta y los ojos arrasados de lagrimas.
GRACIAS DE NUEVO, RAFA, QUE DIOS OS GUARDE A LOS QUE HACÉIS POSIBLE EL MILAGRO DE LA LIBERTAD PARA ESPAÑA DESDE VUESTRO BLOG.
Besos a Pilar, tus hijos y tu de vuestra incondicional amiga
Esperanza González de Fonseca Marco
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Gracias por tus palabras. Estas son las razones que nos hacen escribir y esforzarnos en rigor y sentimiento. Gracias Esperanza y aquí seguiremos mientras contemos con vuestro ánimo.
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Muy emotivo, mi General. Como ya he dicho en alguna otra ocasión hasta los valientes legionarios lloran alguna vez ante los camaradas caídos. ¡Viva la Legión ! ¡ Arriba España !. Julio de Felipe
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LA LEGIÓN Y LA ESPAÑA QUE JURAMOS VAN DE LA MANO DE LA PATRIA Y DEL HONOR
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Mi General!
Magnífico artículo.
Magnífica lección de Moral Militar.
Muchas gracias.
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Gracias a ti. Un abrazo
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Gracias, mi General. A los que somos un poco duros de mollera conviene que, de vez en cuando, nos recuerden estas cosas.
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Un abrazo
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