LA BOMBA ATÓMICA ESPAÑOLA. EL PROYECTO ISLERO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La bomba atómica española

Islero mató a Manolete. Un miura de 500 kilos que hizo historia en el ruedo en su momento cumbre, cara a cara, con la muerte por medio. Islero había roto el núcleo del átomo pesado del toreo. Empezaba una nueva historia, quizá la definitiva.

Franco recibe las explicaciones de Otero de Navascués al inaugurar la Junta de Energía Nuclear

Con su nombre se bautizó un proyecto muy poco conocido en España: la fabricación de la bomba atómica. Todavía hoy se sabe muy poco del fondo de aquella aventura. El científico que encabezó la investigación sabía a lo que se enfrentaba y así quiso bautizar el reto: Islero. Con dos pitones España pretendió saltar al ruedo de los que se repartían el mundo con su poder nuclear: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, URSS y China. Estuvo a punto de conseguirlo y si no lo hizo no fue por incapacidad científica ni técnica sino por decisión o indecisión política.

Era el año 1963. El olvidado José María Otero de Navascués, contralmirante e ingeniero de la Armada, físico, un hombre bueno y sabio, considerado el padre de la energía nuclear en España, siendo presidente de la Junta de Energía Nuclear, comunica a un joven comandante y científico, Guillermo Velarde Pinacho que se encontraba en Estados Unidos trabajando en Atomics International, que el general Muñoz Grandes, Jefe del Alto Estado Mayor y vicepresidente del Gobierno, había autorizado estudiar la posibilidad que España contase con el arma nuclear. A partir de aquel momento la historia de España pudo experimentar un cambio radical. Se inició un duro trabajo dirigido por Velarde con el fin de desarrollar un proyecto que permitiese fabricar la bomba atómica y la construcción de un reactor nuclear. A finales de 1964 estaba terminado, redactado y presentado  al Jefe del Estado, general Franco. Aquello era posible. España podía contar con la bomba atómica. Se barajaron las hipótesis más probables y las más peligrosas. No todos estaban de acuerdo con el proyecto. Unos defendían el peso internacional que podía ganar España mientras otros avisaban de las graves consecuencias que tendría para nuestra nación las sanciones económicas que nos impondría Estados Unidos. Francia siempre apoyó y ayudó a España para, según el general de Gaulle, evitar la dependencia permanente de Europa de los Estados Unidos. Siempre dijo que se perteneciese o no a la OTAN la única defensa eficaz de una nación era disponer de su propia fuerza de disuasión nuclear. Hay que recordar que la central de Vandellós I se inauguró después de un acuerdo de colaboración firmado entre Carrero Blanco y De Gaulle.

El accidente nuclear que en 1966  se produjo en Palomares (Almería) al chocar un B-52 con cuatro bombas termonucleares contra el avión cisterna del que repostaba hizo que allí se trasladase Velarde con su equipo e investigase como científico el material nuclear que allí cayó. Con lo descubierto por Velarde España se convirtió en una de las pocas naciones que estaban en el secreto del método Ulam-Teller para desarrollar armas termonucleares, el mejor guardado en los Estados Unidos. La alarma se activó. España estaba en condiciones de fabricar armas termonucleares.

Poco después Franco recibía a Velarde para que le expusiese su proyecto y los resultados de la investigación del accidente de Palomares. Al finalizar la entrevista Franco le dijo: «He considerado las ventajas que tendría para España poder disponer de un pequeño arsenal de armas nucleares, pero estoy convencido de que, antes o después, sería prácticamente imposible mantenerlo en secreto. España no podría soportar otras sanciones económicas, razón por la que he decidido posponer el desarrollo de este proyecto. No tengo intención de firmar el acuerdo internacional que se está preparando para prohibir la fabricación de armas nucleares».

Aquel parón en el proyecto no desanimó a Velarde que se organizó para investigar la aplicación del método Ulam-Teller de las bombas termonucleares a la producción de energía eléctrica. Así pudo seguir con sus investigaciones.

En 1974 y ya con el Gobierno de Carlos Arias se reinicia muy en secreto el proyecto.

Posteriormente Adolfo Suarez se reúne con Velarde y le da largas sin despreciar del todo la continuidad de la investigación.

Pero poco a poco el proyecto Islero va perdiendo fuerza e interés.  En abril de 1981 España aceptaba las condiciones de Estados Unidos y se sometía al control de la Agencia Internacional de la Energía Atómica. En 1987 el PSOE firmaba el Tratado de No Proliferación como parte del acuerdo para la integración en la Comunidad Económica Europea. Islero moría en el ruedo después de varias estocadas y un descabello final. Había sido una mala faena para un buen toro y excepcional cuadrilla. Al final el torero desperdició a aquel noble miura.

Me entero de manera casual de la reciente muerte del general Velarde. General de División del Ejército del Aire, investigador, Catedrático de ingeniería nuclear, presidente del Instituto de Fusión Nuclear. Sabio.

Silencio mediático. Nadie ha dicho nada. El general escribió un libro en 2016 contando parte de lo que vivió, lo que ha podido contar: Proyecto Islero. Cuando España pudo desarrollar armas nucleares.

El resto, el conjunto, se ha ido con él y jamás lo sabremos. Detrás están las incógnitas y misterios más importantes de la reciente historia de España.

Kissinger con Carrero Blanco. El proyecto nuclear por medio

Sirvan estas palabras para recordar al hombre bueno y sabio que se entregó al servicio de España con total desprendimiento y con la única idea de hacerla grande.

Me impresionó en su día, hoy más,  las palabras que como dedicatoria firmó en su libro Mecánica cuántica: <<Dedico este libro a todos aquellos que soportando una administración indiferente y, a veces, despectiva hacia la investigación científica, dedican su vida a ella renunciando al camino fácil y próspero de ignaros y logreros>>. El que tenga oídos que escuche.

Gracias mi general. Hoy te dedicamos este recuerdo sabiendo y reconociendo tu entrega a España.

Descanse en Paz. Que Dios le acoja en su presencia.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

24 enero 2018

 

 

11 pensamientos en “LA BOMBA ATÓMICA ESPAÑOLA. EL PROYECTO ISLERO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

  1. Amén mi General. El libro Proyecto Islero, amén de una crónica familiar, es un entretenido repaso del proyecto y cómo España, gracias a personal de altísimo nivel, de importantes e inquebrantables valores, estuvo a punto de volver a colocarse en un entorno de influencia, que hubiese estado mucho más acorde a su importancia histórica.

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  2. España tenía capacidad para desarrollar la bomba atómica, ya a mediados de los sesenta, quizá un poco antes.No había liquidez -el plan Ullastres prometía y avanzaba, mas aún era pronto-, pero si buenos ingenieros, y el deseo de tener un peso mayor en Europa, tras la visita de Eisenhower,a pesar de la obstinación de Kroutschev contra la «Vieja fascista». Además se había hecho un cálculo estimativo del ritmo de producción, de la capacidad de almacenamiento de sus riesgos, etc…
    Es cierto que De Gaulle, le habló claramente a Franco de la posibilidad real de España de disponer de esa capacidad de disuasión, de hecho la tecnología para el desarrollo de las centrales nucleares nos vino del vecino del norte, y nos vino con la indicación aludida arriba como elemento de peso. Hay que tener en cuenta que la situación en el África noroccidental pesaba en los cálculos del Mariscal. Y Franco tuvo que jugar también con ellos, no sólo con la cabeza – pensar en lo de Ifni escocía-, sino también con el corazón. Es decir ese flanco no iba a dar problemas.
    Tengo entendido, mas no la certeza, que la segunda espada del Reino Agustín Muñoz Grandes era partidario de su desarrollo.( Ni siquiera especulo, sólo me atengo a manifestar rendijas históricas que, con datos, hubieran podido ser más que plausibles).
    Los horizontes abiertas por el incidente de Palomares los desconocía. Mas pienso que hubo un impulso hacia la aventura atómica, entre otras razones para dotar, en su momento, a Castiella de más peso en la cuestión del Peñón. Igualmente para disponer de cartas ante el proyecto europeo que se había abierto tras el fracaso del bloqueo. Hay que tener en cuenta que la política estadounidense -amén del pseudoimperialismo- había impuesto en el Continente falsas democracias, bajo la óptica de que era una demanda de la guerra fría. Por ejemplo habría que estudiar a fondo cual fue la contrapartida de la retirada soviética del este de Austria.
    Otro asunto de particular interés es la buena sintonía entre los Kennedy y Garriges en aquellos momentos (después este diplomático tuvo que ir a taponar la brecha del Concilio).
    Estos hechos fueron manifiestamente coincidentes con el claro deseo francés de obtener un mayor grado de independencia de EEUU. La aproximación española al eje franco-alemán era más que razonable: beneficiaba a ambos lados de los pirineos. Los «piropos» galos al Franco no fueron súbitos actos de amor; un sólo ejemplo: se habló de la deuda de Europa con Franco en el Eliseo.
    En resumidas cuentas, hay algo que se me escapa en la marcha atrás en el proyecto atómico español. Pero me cuesta dar por buena la versión del mero temor a las sanciones económicas o a una nueva campaña antiespañola.
    Carlos Manuel.

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  3. Muy estimado General Dávila:

    Muchas gracias por honrar la memoria de un patriota como el General Velarde. Que en paz descanse.

    Ejemplo a seguir, que hizo posible que España pudiera llegar a tener su propria fuerza de disuasión nuclear! Mi más sentido pésame a sus familiares, amigos y al Ejercito del Aire.

    Como decía el General Velarde «si España tuviera una fuerza de disuasión nuclear, sería respetada por todos y temida por algunos», que es lo que por nuestra historia nos correspondería.

    Con el agradecimiento de un español de a pie al General Velarde por toda su obra al servicio de España. El tiempo se encargará de honrarla como se merece.

    Un fuerte abrazo y VIVA ESPAÑA!!

    Benigno Castro

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  4. No olvidemos al Excmo Sr D. Federico Michavila, TGral del Ejército del Aire y que entonces estuvo como Coronel vinculado al Proyecto. todavía vive y mantiene actividad para su edad

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  5. A las órdenes de V.E., mi General.

    Este artículo como merecido homenaje póstumo al General Valverde, me trae el recuerdo de unos hechos históricos en los que. a pesar de mi juventud, veintitrés años, y mi modestísima categoría y empleo militar a la sazón, me vi envuelto para bien o para mal.

    Como digo, muy modesta era mi persona, aunque no tanto mi formación académica para aquella época. Y ya desde un tiempo antes se me venían confiando cometidos de responsabilidad muy por encima de lo que podía corresponder a mi condición. Fui comisionado a Palomares con motivo del accidente nuclear, en calidad de ayudante y auxiliar de quien tenía la misión de investigar técnicamente las causas del accidente. Esa era mi misión escrita. Y además, se me había instruido verbalmente en cometidos más específicos e informar puntualmente a un Jefe concreto, para lo que tenía plena libertad de acomodar mi trabajo a las circunstancias reinantes en cada momento. Mi única ventaja, pues experiencia en determinadas cosas no tenía en absoluto, consistía en el conocimiento previo durante dos años del terreno de operaciones y del carácter de los necesarios interlocutores. Al primer vistazo y toma de contacto, comprobé que lo único que podría funcionar, sería la amistad, pero en absoluto otros procedimientos; y eso de hacer amigos siempre se me dio muy bien. Tanto, que la amistad que hice allí y gracias a la cual pude hacer noblemente y a satisfacción mi trabajo, ha permanecido hasta la muerte de esa persona hace ya veinticuatro años. Y no era cosa baladí si tenemos en cuenta la abismal diferencia, y hasta de edad, en cuanto a categoría y empleo respectivos.

    Allí tuve somero contacto con personas de la Junta de Energía Nuclear, pues cada cual éramos autónomos. No es que yo tuviera un conocimiento mínimamente aceptable sobre energía nuclear, pero algo sí había aprendido asistiendo a unas clases de protección y precauciones contra ella que habían impartido los americanos, para su gente, en mi anterior destino en un Escuadrón conjunto de Alerta y Control . Y entre esos mínimos elementos y la intuición propia, pude andar por todas partes y librarme de contaminación.

    Cuando el brutal atentado al Almirante Carrero Blanco, yo ya estaba en lo que fue mi trabajo civil, y a la sazón destinado en Madrid. Un terrible escalofrío me recorrió el cuerpo al caer en la cuenta que el mismo día antes, alguien que se hacía llamar «Doctor», sin serlo al menos en Medicina, le había cumplimentado con una visita tras la cual voló fuera de España.

    Son tantos y tan emotivos los recuerdos… En fin, que como a Julio César, fueron muchos los espadas que mataron al toro Islero antes de que pudiera salir del chiquero. Hay cosas que uno piensa y otras de las que muy a su pesar ha sido testigo involuntario, que se las tiene que llevar a la tumba pues así lo juró en su momento; además, es posible que sean información no desclasificada.

    ¡¡¡TODO POR ESPAÑA!!!

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  6. Aunque para algunos pueda resultar paradójico, las armas atómicas han sido y lo siguen siendo una garantía de paz gracias al temor mutuo. Sólo sufren el abuso de la fuerza las naciones sin capacidad de respuesta. La URRS y Usa aunque antagonistas participabann del mínimo de racionalidad para no desencadenar la hecatombe. Se tuvieron que «contentar» con la guerra fría. Desgraciadamente, no se puede decir los mismo de las nuevas potencias nucleares que están imbuidas o al menos muy próximas a la influencia de irracionales convicciones que en algún momento les pueden lanzar un ataque al infiel aun jugándose su propia existencia, como de hecho lo están haciendo, de momento, en pequeños grupos fanáticos con sus ataques suicidas.
    En esa circunstancia, no imposible, siempre será más fácil que las primeras victimas sean las naciones sin recursos para dar una respuesta. De donde deduzco que proveerse de armas disuasorias al más alto nivel será un factor imprescindible para mantener la paz, incluso la interior. No debemos olvidar que en el siglo XVII un entrañable trozo de nuestra de nuestra península se buscó la protección de una fuerte potencia, para buscar el respeto de sus vecinos.
    No me gustaría ver a nuestra querida Cataluña como protectorado de Corea del Norte o de los ayatolás iraníes.

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