«MIS QUERIDOS PROFESORES» General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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Caballeros Cadetes en clase

En mis tiempos de cadete en la Academia Militar el deporte que practicábamos era muy específico y dirigido a nuestra peculiar formación. Equitación, esgrima, esquí, pentatlón militar, judo. Las academias militares contaban con el material y las instalaciones más modernas para su práctica. La natación además de deporte era un entretenimiento durante los largos fines de semana en los que el dinerito se había acabado. Como pronto descubrirán, hay deportes y deporte militar; parecidos, pero no exactamente iguales.

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El Trampolín era una prueba de decisión

Uno de los primeros días de curso nos llevaron a aquella inolvidable piscina académica. Tenía dos trampolines a distintas alturas. A la mayoría subir simplemente al más bajo de ellos y mirar hacia el agua nos provocaba vértigos y mareos. El capitán profesor ordenó que uno tras otro subiésemos a aquella plataforma (de las dos posibilidades a la de mayor altura) y, sin la más mínima duda, nos lanzásemos al agua. Mostrar indecisión antes de lanzarte al abismo que te separaba del agua significaba no superar la prueba y las consecuencias imagínenselas. La flexibilidad del método de enseñanza, sumado a la bondad del profesor, permitía lanzarte del modo que dios te diese a entender. Pocos dudaban. Sobran razones. Pero uno de mis compañeros al ser ordenada la prueba se acercó cariacontecido al capitán.

-Mi capitán es que yo no sé nadar.

El profesor mirando al infinito militar, sin ni siquiera mirar al apesadumbrado cadete, le dio una lección que desde entonces ninguno de los que la presenciamos hemos podido olvidar.

-Caballero: Nadie le ha preguntado a usted si sabe nadar. Únicamente se le ha ordenado que se lance al agua desde el trampolín.

Aquella piscina me trae un mar de recuerdos. Uno de mis más queridos profesores tenía una pierna de madera que había perdido por la explosión de una mina en Ifni. Siempre que llegaba a la piscina llevaba a cabo la misma maniobra. Créanselo por extraño que parezca. En bañador se acercaba al borde de la piscina y al primero que veía nadando le preguntaba por la temperatura del agua. A continuación y cuando había conseguido la atención de casi todos los que tomaban el sol, se quitaba despacio su pierna de madera y, como el que brinda la faena, la lanzaba al agua para a continuación exclamar.

-¡Coño, qué fría está hoy! Ya no me baño. ¡Oye tú!, acércame la pierna.

El bañista al que más cerca le había caído le llevaba sonriente la pierna de madera.

Así un día y otro. Jamás le vi bañarse. Al poco rato de estar en la piscina se ponía su uniforme y desaparecía.

Un día, pasado el tiempo llegué  a tener una cierta relación con él; aproveché para preguntarle por qué siempre hacía la misma broma.

-Mira Davilita, lo importante en esta vida no es bañarse, ni mi pierna de madera, sino saber lo que haces. En este caso hay que saber nadar, con una o con dos piernas, y yo ni sé hacerlo ni tengo ganas de aprender. Pero no dudes que si el capitán (dio el nombre del capitán que nos lanzaba desde el trampolín) me ordena tirarme del trampolín lo hago de cabeza para ir por delante de la pierna. Una palmada en mi espalda acompañada de una sonora carcajada dio por terminada la conversación.

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Distintivo de profesorado

La enseñanza es quizá el más delicado oficio de esta vida. Hay que ser maestro, atrayente, ejemplo de virtudes. La humildad es quizá la más difícil de todas. La tarima son unos centímetros de más que en algunos casos eleva al que a ella se sube hasta la altura del trampolín.

Otro de mis recordados profesores, teniente coronel de Infantería, nos contaba como había sido fusilado por un pelotón de ejecución durante la Guerra Civil. Tuvo enorme suerte y solo un disparo le rozó la cabeza. Haciéndose el muerto logró salvar su vida.

Nos decía:

-Pues bien, señores. No fue aquel día en el que me fusilaron cuando realmente he pasado miedo. Miedo, lo que se dice miedo, lo he pasado en estas aulas cuando el profesor desde esa tarima me hacía salir a la pizarra. Y más miedo pasé en el curso preparatorio para ascenso a general. Les aseguro que prefiero un pelotón de fusilamiento. Huyan de la tarima, de lo que significa, y bájense a tierra. ¡Caballeros!, enseñen y manden, pero no pontifiquen.

He aprovechado estas anécdotas para que en la lectura no se quedasen a medio camino y llegasen a este momento final que es de agradecimiento. Agradecimiento a mis profesores de la Academia General Militar de Zaragoza y de la Academia de Infantería de Toledo. Nunca podré olvidarlos, ni a los buenos, la mayoría, ni a los malos.

Tenían una difícil misión y viendo el paso del tiempo y sus resultados, bien se les puede dar las gracias por la semilla sembrada que sigue, a pesar de todos los pesares, dando sus frutos en nuestras filas de soldados.

Gracias a todos ellos y, por ellos y con ellos, sigo con la esperanza de que ningún plan de enseñanza saque de sus textos y formación, como asignatura obligatoria y principal, el trampolín a la vez que disminuya, pero solo lo suficiente, la tarima.

¡Gracias!, mis queridos profesores.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

6 agosto 2018

16 pensamientos en “«MIS QUERIDOS PROFESORES» General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

  1. En nombre de los antiguos y actuales profesores muchas gracias por esos recuerdos tan entrañables. Realmente hay que recordar lo positivo y olvidar lo negativo, aunque de todo se aprende. Felicidades por sus anécdotas,mi General.

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  2. En mis tiempos del Servicio Militar en la Bripac, para nosotros «niños» desde 17 a 22 años, un Instructor veterano era como Dios, se pueden imaginar lo que era un Teniente o nuestro Capitan.

    Cuando nos tocaba pista americana, no tenia problemas con ningun obstáculo, excepto con el que llamabamos «el gallinero», que, o lo pasabas con decisión, (a mas de un compañero vi dejarse mas de un diente en el), o no había forma de hacerlo. Mi estatura física no es muy grande, por lo que le tenía un pánico atroz a este elemento de la pista, aun recuerdo aquel dia que mi Teniente Alvarez, pasó él primero este obstáculo, luego se situó junto a este, y lanzandonos piedras, nos hizo a todos uno por uno saltar dicho obstáculo hasta que lo hicimos.

    Cierto es que todo se aprende en esta vida, mas de los malos momentos que de los buenos, hoy dia, cada vez que tengo un problema de cualquier tipo, me acuerdo de aquel momento y me digo: «si conseguiste pasar aquello, puedes con cualquier cosa».

    ¡¡GRACIAS mi Teniente!!, (lección aprendida con el ejemplo), gracias a aquellas pedradas, (lanzadas con muy malaleche), me demostró y enseñó Ud, que: ¡¡NINGUN OBSTACULO SERA TAN GRANDE QUE NO PUEDA SUPERARLO!!.

    Un saludo

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  3. A las órdenes de V.E., mi General.

    Vuelve un servidor a incorporarse a filas tras esta larga ausencia forzada por las obligaciones de todo abuelo para con los nieatos, en mi caso únicamente dos y de corta edad a los que sólo puedo ver una vez al año por residir en Estados Unidos, en Chicago, estado de Illinois. Siete y cinco añitos respectivamente, «para comérselos» pero también para no poder tener con ellos un ordenador o cualquier otro artilugio suceptible de ser conectado a internet.

    Son muchúisimas, y a cual mejor, las entradas que me han ido llegando en todo este tiempo, más de un mes, as tengo archivadas, pero no he podido terminar de leer en profundidad todavía. Ya me he traído el portátil a la casa de campo, y retomo el comentar.

    Coincide esto con la que me llega esta mañana con el canto de gratitud que V.E. hace a quienes fueron sus Profesores. Un servidor guarda, igualmente, imboirrable recuerdo y gratitud eterna a cuanbtos fueron mis maestros y Jefes durante mi estancia en el servicio activo, la mayoría de los cuales ya no están entre los vivos, y los pocos que van quedando están (estamos) anímicamente destrozados y muy desorientados.

    Sirva, si me lo permite V.E., y acepte el presente comentario, no sé si al menos en parte fuera de contexto, como muestra también de gratitud por mi parte a la lincomparable labor didáctica y patriota que realiza desde este blog. Es ya el único consuelo y rayo de esperanza que nos queda en medio de tanta confusión y juego sucio de truanes en que ha devenido la vida en España.

    ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!. ¡¡¡VIVA EL REY!!!. ¡¡¡VIVAN LAS FUERZAS ARMADAS!!!

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  4. Se lo agradezco enormemente don Rafael y su comentario me da unas fuerzas enormes para que todos juntos sigamos este camino. Bienvenido y muchas gracias don Rafael. Un fuerte abrazo y ¡Viva España!

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  5. Queridisimo Rafa y amigos:
    Se acaba de borrar todo lo que habia escrito, así que repito, en la medida que recuerde.
    TE HONRA, RAFA, como dice nuestra amiga Josefina, tu gratitud hacia tus protos.
    No comparo una ACADEMIA MILITAR EN LA QUE (POR FAVOR CORRIGEME, SI ME EQUIVOCO) SE FORJA EL ESPIRITU, HASTA EL ALMA, Y EL CUERPO, MEDIANTE LA DISCIPLINA, NO COMPARO DECÍA, con el «choteo» de la Universidad Pública.
    Pero si os digo, que salvando la distancia de la discrepancia ideologica con la mayoria de mis profesores, tengo un magnífico recuerdo de casi todos.
    Hasta el extremo, que CON TODA MI HUMILDAD, Y SINCERIDAD, PIDO PERDÓN A TODOS VOSOTROS, SI ALGUNA VEZ HE PECADO DE PEDANTE, O «ME PASÉ DE FRENADA» CON ALGUNO DE LOS COLABORADORES DEL BLOG POR MI FALTA DE ENTENDIMIENTO a pesar, o precisamente por, la seguridad academica que me dieron de un modo específico cuatro profesores, (una de ellas Académica) diciéndome los cuatro, cosas maravillosas a fin de estimularme a perseverar en el estudio, cuyo Grado, finalmente, no pude obtener por no poder pagar mi matrícula, ya que como cualquier madre, antes pagué las de mi hija, así que, me faltan 7 asignaturas mas el trabajo final, para obtener el Grado.
    Mis profesores fueron tan excepcionales que algunos (por supuesto no lo acepté) se ofrecieron a pagarme ellos la matricula, pero ya digo que no acepté, como no podía ser de otra manera. Otro, quería que me incorporara a su Departamento (Jesús Hoya, Departamento de Geografia, y eso que solo obtuve un notable en su asignatura), y me dedicara a dar clases una vez terminara.
    En fín, que por otros motivos que no vienen a cuento, mi etapa universitaria fue durísima, (por lo que me esperaba fuera de la Universidad) pero los libros, y las clases con muchos de los profesores, eran una delicia, que me ayudaba a vivir.
    Por hoy no os doy más el tostón.
    Ya ni me acuerdo de lo que se ha borrado pero solo añadiré que los mismos que:
    1°.- NO CONVOCAN ELECCIONES GENERALES
    (PDTE. SÁNCHEZ ES UD. UN OKUPA DE LA MONCLOA…)
    2°.- CESAN AL COL. SANCHEZ CORBI
    3°.- LIBERAN AL GENOCIDA POTROS
    4°.- CASO «ERES» DE ANDALUCIA, QUE A ESTE PASO SE ENCARCELA A LA JUEZ ALAYA
    5°.- SS/BMV: CASO «GURTEL Y DEMÁS…».(ESPERO QUE NO ME OCURRA NADA POR HACER MENCIÓN A LAS SS….)
    Y EL PROBLEMA NACIONAL ¿ES EL MASTER DE CASADO?
    – EL POLÍTICO, SECRETARIO GENERAL DEL PP QUE NO SE HA PRESTADO AL COMPADREO DE LA «OPERACIÓN HERNANI» Y RESPETUOSAMENTE, SE HA POSICIONADO JUNTO A LA CORONA…A LO MEJOR ES POR ESO QUE SE LA HAN JURADO…DIOS SEA CON ÉL.
    FUERTE ABRAZO A TODOS Y
    ¡¡¡A ESPAÑA Y A MIS REYES SERVIR HASTA MORIR, VIVA LA LEGIÓN!!!
    Esperanza González de Fonseca Marco

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  6. Estimado General Dávila:
    Permítame que, respondiendo al cariñoso recuerdo de sus profesores de la Academia General Militar con que hoy nos obsequia, traiga aquí a mi memoria a dos de mis profesores.
    Pido disculpas a todos los contertulios porque sería una extraordinaria coincidencia que conocieran a alguno de ellos.
    Como creo haber comentado alguna vez, las matemáticas no son mi fuerte. Pero todo lo que sé de esa materia me lo enseñó un viejo profesor, D. Fernando González, en una pequeña academia de repaso en Zaragoza el verano de 1.969.
    Estudiaba para aprobar en Septiembre esa asignatura y poder presentarme a la Reválida de 4º de Bachiller.
    Aprobé todo. Gracias D. Fernando.
    El otro, Antonio de Enrique Picado -fallecido ayer en Málaga-, fue compañero y mi maestro en aquellos tiempos de Son Bonet (lugar dónde estuvo el primer aeródromo de Mallorca y luego el Centro de Control de Navegación Aérea).
    Antonio había sido radarista militar cuando nosotros todavía ni habiamos hecho el curso de radar. Nos llevaba muchas aproximaciones de precisión de ventaja.
    A él le deberé siempre haberme convertido en un buen profesional.
    Descansen en paz ambos dos.
    Saludos cordiales.
    José Manuel del Pozo González

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  7. Hablando de profesores: quede sorprendido al enterarme que , siendo Franco Director de la Academia General de Zaragoza, se suprimieron los examenes.Era Director de Estudios el General Campins.Para que luego hablen mal de Franco estos ignorantes…Tampoco salieron mal enseñados aquellos Oficiales, pues casi todos hicieron la guerra en el bando nacional, con el resultado de todos conocidos.

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  8. Qué artículo mas emotivo y gratificante, mi querido General; el alumno agradecido y el profesor motivante y predicando con el ejemplo… porque «el ejemplo arrastra». Por ello, permítame que recuerde mi propia experiencia que un día no lejano puse en el debate de este Blog.
    El hecho de ser Profesor y Director de Master Universitario Posgrado en la Escuela de Negocios de la Universidad y alumno, en mi segunda carera, de Teología en la Facultad de Teología del Norte de España (Sede de Burgos), me sirvió de mucho a la hora de transmitir conocimientos, aconsejar a los alumnos, entenderlos, motivarlos, comprenderlos y acercarme a ellos.
    Tengo anécdotas muy gratificantes y bonitas, cuento una como muestra:
    Hace unos años, antes de irme de viaje a examinar de unas asignaturas, me despedía de los alumnos, informándoles del examen que ellos iban a tener en esos días que yo iba a estar fuera; una alumna llamada Raquel quiso hablar conmigo a solas, la llevé a un despacho y me dijo que iba a abandonar el master porque no quería pasar examen alguno, ya que había sufrido suficiente con los exámenes de la carrera de Licenciatura en Ciencias Económicas, que lo pasaba muy mal porque sufría taquicardias, nervios, ausencia de sueño, hasta desmayos y dolores de cabeza, etc…
    Yo la intenté convencer para que se presentase al examen y no tuviese que abandonar el master, alegando el gasto elevado que sus padres habían realizado por ella, el disgusto que les iba a causar, la importancia que el master representaba para su carrera y futura profesión, etc…
    Me contestó que por deferencia a mi, porque ella y los demás compañeros me apreciaban por identificarme y preocuparme por ellos, ayudándoles y aconsejándoles, me lo comunicaba antes que a sus padres, porque esa noche estaba dispuesta a decírselo a ellos.
    Yo insistí y a ella se le saltaron las lágrimas, contestándome: ¡Pedro, por favor, no insistas, lo tengo decidido…!
    Cuando se despedía y se iba, yo le dije que quería corresponder a su deferencia conmigo y contarle algo personal; ella quedó sorprendida por esa decisión mía y escucho interesada lo que quería decirle.
    Le dije lo siguiente: Raquel, mañana salgo de viaje a examinarme de una asignatura, el examen consiste en contestar, comentadas, diferentes preguntas y desarrollar por escrito diferentes temas, esto por la mañana; por la tarde, ante un tribunal, y sacando de una bolsa una bola numerada, desarrollo el tema que me salga durante veinte minutos, y contesto a preguntas del tribunal. Como ves es duro y me pongo muy nervioso, a veces también tengo taquicardias, no duermo bien los días previos y me duele la cabeza de los nervios que paso,… añadiendo a eso un viaje de ida y vuelta de 1.400 Km. en dos días; pero lo supero todo y me sirve como experiencia, disciplina, autocontrol y sobretodo como satisfacción personal por superarme a mi mismo y adquirir conocimientos.
    Pedro, y eso a tu edad…? contestó ella y se fue pensativa.
    A los dos días, cuando yo había pasado el examen escrito y estaba comiendo para posteriormente pasar el examen oral, me llamaron al teléfono móvil desde la Universidad de Murcia para decirme que Raquel se había presentado al examen y continuaba el master.
    Yo, con esa noticia, estaba tan motivado, acelerado y contento que el tribuna examinador me comunicó que parase porque ya era suficiente la defensa hecha del tema en cuestión…
    A la vuelta del viaje, cuando entré en el aula de mis alumnos, el profesor que estaba dando su clase dejo de hablar, los alumnos se pusieron de pie aplaudiendo, Raquel se abalanzó hacia mi llorando y abrazándome un largo rato, y yo me emocioné tanto que no pude contener las lágrimas… todos me preguntaron por mi examen, pues hasta ese momento no había dicho nada de mis estudios como alumno.
    En ese examen que realicé… me dieron la nota más alta de la carera, un 9,5.
    La tal Raquel terminó el master con nota y actualmente es la Directora de un departamento de una gran empresa. Está claro que le faltaba motivación y seguridad en sí misma.
    Me invitó a su boda como testigo principal, al bautizo de su hijo; y cada dos o tres meses comemos juntos y me cuenta como lleva su trabajo en la empresa.
    Una vez más se demuestra que “el ejemplo arrastra” y convence más que las palabras.
    Perdón por la extensión, pero quería ratificar lo que mi querido General transmite en su admirable artículo: el agradecimiento de un alumno y el ejemplo de su profesor… como complemento a la labor didáctica.
    Buenas noches, feliz vacaciones y un abrazo.
    Pedro Motas

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  9. Queridísimo Rafa, y amigos:
    Verdaderamente interesante, emotivo, y hermoso, el relato de la experiencia de Don PEDRO MOTAS.
    MUCHÍSIMAS GRACIAS POR COMPARTIRLO, DON PEDRO.
    Me ha recordado Ud. ese sentimiento tan BONITO (AL MENOS PARA MI) COMO ES EL PATERNALISMO, (HUBO PROFESORES QUE NUNCA AGRADECERÉ LO BASTANTE QUE LO EJERCIERAN CON NOSOTROS, SUS ALUMNOS) O MATERNALISMO, PORQUE la Académica CARMEN IGLESIAS, (nos impartió, entonces, la asignatura de Historia de las Ideas y Formas Políticas) y aunque solo obtuve un aprobado en el examen final, me dio unos consejos maravillosos, además de constituir un privilegio escuchar sus apasionantes clases porque CARMEN ES UN SABIO CON FALDAS y HUMANAMENTE EXCEPCIONALMENTE LLENA DE BONDAD..
    Pero perdón que me desvio, solo quiero decirle al Sr. MOTAS QUE MUCHÍSIMAS GRACIAS Y QUE SIENTO TODO EL RESPETO DEL MUNDO POR EL ARTE (PARA MI LO ES) DE LA DOCENCIA.
    PUEDES SER UN ERUDITO Y SER INCAPAZ DE TRASMITIR, PROYECTAR, SOBRE EL ALUMNADO TUS CONOCIMIENTOS SIN QUE SE DUERMAN…SI ADEMAS DE ERUDICION, DIOS TE HA TOCADO CON SU MANO, Y ERES CAPAZ DE IMBUIR EN QUIEN TE ESCUCHA EL CONOCIMIENTO, LA ENSEÑANZA ES UN REGALO, PORQUE APRENDES SIN SACRIFICIO Y DISFRUTANDO AL ESCUCHAR AL DOCENTE.
    LA ASIGNATURA MAS ÁRIDA EL BUEN PROFESOR TE LA HACE AMENA, Y LA ASIGNATURA MAS INTERESANTE, EL MAL PROFESOR TE LA HACE PLUMBEA.
    DON PEDRO, RESPETUOSAMENTE LE SALUDO, AGRADECIENDOLE DE NUEVO QUE HAYA COMPARTIDO SU EXPERIENCIA PERSONAL, PORQUE ME PONGO EN LA PIEL DE SU ALUMNA.
    YO TUVE UNA HEMORRAGIA NASAL SALVAJE 10′ ANTES DE TENER QUE ENTRAR AL AULA PARA UN EXAMEN DE LA ASIGNATURA DE SISTEMAS Y FORMAS POLÍTICAS, NO ME PREGUNTE COMO CORTÉ LA DICHOSA HEMORRAGIA, ANTES DE QUE SE CERRARAN LAS PUERTAS DE LA CLASE, ENTRÉ HECHA UN CRISTO EN EL AULA, FUE UN EXAMEN FACILÍSIMO, CAYÓ LA V REPÚBLICA FRANCESA, Y NO RECUERDO LAS OTRAS DOS PREGUNTAS, MI BENDITA Y FANTÁSTICA PROFESORA: CONSUELO LAÍZ CASTRO (OTRA «MONSTRUITA» EN LA LINEA DE CARMEN) ME PUSO UN NOTABLE, EN FIN PERDÓN, QUE ME ENROLLO DE NUEVO.
    DOY LAS BUENAS NOCHES A TODOS, ES UN REGALO LEEROS, DIOS OS BENDIGA
    ¡¡¡A ESPAÑA Y A MIS REYES SERVIR HASTA MORIR, VIVA LA LEGIÓN!!!
    Esperanza González de Fonseca Marco

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  10. Con la autorización de V.E., mi General, me permito responder brevemente a Don José Manuel del Pozo.

    Ciertamente, Don Manuel, a veces se dan coincidencias extraordinarias, pues no sólo conocí a Don Antonio de Enrique Picado, sino que fuimos compañeros Suboficiales Especialistas Radiotelegrafistas y Controladores de Aeródromo, Aproximación y GCA (radar para aproximaciones de precisión sin visibilidad) del Ejército del Aire. Me llena de consternación la noticia en su comentario, de que ha fallecido.

    Fuimos ambos de los pocos que nos beneficiamos por las disposiciones legales, siendo Ministro del Aire el gran impulsor y padre de la Aviación Civil y Comercial de España en los años sesenta, el Excelentísimo Señor Teniente General Salvador y Díaz Benjumea, para poder optar a opositar para el pase he ingreso en el recién creado Cuerpo Especial de Controladores de la Circulación Aérea en caidad de Funcionarios Civiles de la Administración Militar.

    El fue destinado a Palmna de Mallorca, y un servidor al Centro de Control de Madrid, que entonces estaba a mitad de la subida de la colina sobre la que descansa el puebo de Paracuellos del Jarama. Con los años, él se vino a Málaga y yo a alguna Torre también del Sur y finalmente al Centro de Control de Sevilla. Ya se sabe, la querencia normal por la «patria chica». Ambos hicimos y ejercimos felizmente la especialidad de Instrucción, y algo de nuestra poarticuar «escuela» llevarán todavía muchos de los que aún están en el operativo.

    Mientras estuvimos en el Sur, nos vimos algunas veces, en Sevilla y en Málaga, y siempre tuve la satisfacción de constatar que «el espíritu y disposición», y el concepto de servicio a la Patria, continuaban inamovibles. Hubo, por cierto, alguna ocasión especialmente propicia, para demostrarlo. En fin, esa es otra historia. La última vez que nos vimos en Malaga fue poco antes de su jubilación forzosa por la edad, era un par de años mayor que yo, y deduje que le sería muy difícil asumir esa circunstancia. Igual me ocurrió a mí dos años más tarde con la mía. Era nuestra profesión tan apasionante y emotivamente tan gratificante, que si hubiese sido el caso, estoy seguro de que ambos habríamos pagado por desempeñarla.

    Descanse en paz un hombre capaz y cabal.

    ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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  11. Magnífico artículo donde expresa realmente virtudes que naturales o adquiridas, se cultivan en nuestra Casa Grande.
    Con la anécdota de la piscina, me ha recordado mi verano de 1978 con la XXXVIII promoción de la A.G.M., cuando en la fase del campamento en Monte la Reina del sistema de ingreso denominado «selectivo», en los primeros días de su inicio, quiero recordar que fué nuestro capitán de la 8° Cía., capitán Delgado, nos dió la misma orden, uno tras otro subirnos al trampolín más alto de la piscina (era más alto que el mas alto de la piscina de la A.G.M.) y lanzarnos al agua, cosa que hicimos casi todos sin vacilar.
    Uno de nuestros compañeros, desde lo alto del trampolín se dirigió a nuestro capitán porque no quería saltar por no saber nadar.
    Nuestro capitán, además de reiterarle la orden, le explicó que en agua había compañeros nadando, esperando sacarle a flote, por lo que no le pasaría nada.
    Pese a ello, y a la insistencia de la orden, nuestro compañero no quiso saltar.
    Al final, hubo otra orden para «ayudarle» a lanzarse al agua y se ejecutó sin vacilar.
    Este compañero, ya en el agua, no sufrió percance alguno ya que sus compañeros que le esperaron nadando le ayudaron inmediatamente a salir del agua.
    Acto seguido, el capitán le comunicó su baja inmediata en esta fase y no le volvimos a ver.
    En mi opinión, ese compañero habrá desarrollado otras virtudes que la vida civil le haya recompensado, pero entendí en ese momento que no era lo más idóneo para la vida militar que le esperase en un futuro, donde la toma de decisiones sería una acción treméndamente importante, no solamente por el ejemplo que deriera dar, sino entre otras cosas, porque de sus decisiones dependerían, llegado el caso, la vida de sus hombres.

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