Mandar soldados, mandar sobre los que tienen como primer y fundamental deber defender a España incluso con la entrega de la vida, no admite experimentos gaseosos sobre la formación y preparación de los que mandan. Mandar no es dar órdenes ni aplicar leyes y reglamentos sino liderar desde el ejemplo. No es servirse sino servir desde el espíritu de entrega a un objetivo y un ideal, España y los españoles
Mandar es también decir siempre la verdad, a los de arriba y a los de abajo.
Si la preparación técnica es importante más lo es la formación moral. El espíritu de un soldado no se forja con leyes y reglamentos sino fomentando las virtudes históricas y permanentes como el amor a la Patria, el honor, la disciplina y el valor.
Un soldado no vive exclusivamente por un salario, que gana con sangre, sudor y lágrimas, sino por el sustento moral que le lleva al sacrificio y que recibe de la sociedad a la que sirve y de las Instituciones que la gobiernan y dirigen. Ellos deben ser su ejemplo, apoyo y respaldo moral. Sí no, es preferible cambiar su primer y fundamental deber por otro y así no engañar a nadie.
Alguien debe preocuparse y ocuparse de atender las necesidades de nuestros soldados y darles forma con leyes y reglamentos. En el plazo de 20 años la política de personal de las Fuerzas Armadas ha estado regulada por tres leyes (1989-1999-2007), a las que hay que añadir la regulación de nuevas Reales Ordenanzas y la Ley de Derechos y Deberes. Para tan corto tiempo es mucho cambio, sobre todo cuando este no es de procedimiento, sino que afecta a la esencia de la vocación, a su motivación y a las expectativas de futuro de todos y cada uno de los que visten el uniforme; y lo más grave, a sus familias, base y sustento de esta profesión de las Armas.
Siempre la polémica ha rodeado las distintas legislaciones. La última, la Ley de la Carrera Militar, trajo el desencanto entre los que ejercen el oficio de las armas. La polémica y los recursos envejecen en los tribunales mientras se sufren las consecuencias del tiempo perdido entre comisiones y falsas promesas.
El sistema de ascensos y escalas cercenó las expectativas de carrera, enrarecido el tradicional compañerismo y dañado la esencia de cualquier cambio, la motivación.
El nuevo modelo de enseñanza para los oficiales abre interrogantes y dudas de su eficacia. Poco de historia militar, de humanidades y tradiciones, claves de la formación militar, mientras se crea algo indefinido entre soldado e ingeniero. Ingeniería del alma es la necesaria para cumplir su primer deber de soldado.
Los suboficiales siguen sin tener un tratamiento acorde con sus capacidades y prestigio, y se les priva de la merecida promoción y de sus legítimas expectativas. Hay una enorme deuda con ellos y no se les reconoce su valía y preparación. Son la clave, la infraestructura de nuestros ejércitos.
La tropa sigue con su permanente temporalidad y escasas perspectivas de dignificar su profesión y facilitar su reinserción en la vida civil. Su temporalidad debe ser resuelta asegurando, sin la menor incertidumbre, su futuro estable.
Hay cosas que no exigen comisiones ni sindicatos o juntas de gorriones. Cumplir con su deber y 
obedecer hasta morir debe tener una obligada respuesta, una exigencia y responsable compromiso, entre los que mandan desde ese Ministerio de Defensa, y hacerlo antes de que se suprima, o veamos materializada alguna otra brillante idea de las que, como consecuencia de la falta de liderazgo, ahora circulan por los medios.
Porque lo que se percibe es desamparo y poca valoración de unos profesionales, que amén de jugarse la vida, han renunciado a sus derechos ciudadanos en beneficio de España.
“…con las armas se defienden las repúblicas, se conservan los reinos, se guardan las ciudades, se aseguran los caminos, se despejan los mares de corsarios…”, amigo Sancho.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
19 octubre 2018
General Dávila 
Muy acertadas consideraciones mi general
Pero si tenemos en cuenta que la llamada «política de defensa» está en manos de quienes desconocen, y en muchos casos desprecian, el alma del soldado, habrá de convenirse que sus razones, dirigidas la clase política actual, es como «predicar en el desierto»
O por terminar con una cita cervantina como hace VE, recordar aquello de «Siempre oí decir, amigo Sancho, que hacer el bien a villanos -en el caso ilustrarlos- es como echar agua al mar,
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Eso ocurre desde hace años, pero caminamos. Un abrazo
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Excelente artículo que resume perfectamente la situación del personal de las Fuerzas Armadas.
Los oficiales: Hace años leí una entrevista a un general del Ejército del Aire que decía que había que reforzar la formación humanística de los oficiales. Se ha hecho todo lo contrario. Se ha creado un plan de estudios para formar futuros soldados-ingenieros y puede que no se consiga ni lo uno ni lo otro. «Quien mucho abarca, poco aprieta» dice el refrán.
Los suboficiales: Muchos de ellos serían magníficos oficiales, pero tienen cercenadas las posibilidades de promoción.
La tropa: Una parte de ellos, después de haberse jugado la vida y la salud por España en el Líbano, Irak. Afganistán, Mali… se ven expulsados de las Fuerzas Armadas a los 45 años sin posibilidades de encontrar un empleo en la vida civil. Las soluciones ya las expuso el general Chicharro en un brillante artículo en este mismo blog, pero parece que no hay voluntad de aplicarlas.
Yo añadiría algo más: Los numerosos civiles que estarían encantados de dedicar una parte de su tiempo libre a servir a España en sus Fuerzas Armadas (en una Fuerza como la Guardia Nacional estadounidense, Heimevernet noruego, Ejército Territorial británico, Guardia Nacional polaca, etc.) y que se ven imposibilitados de cumplir ese deseo porque se ha renunciado a tener una verdadera Reserva Voluntaria.
Eso por no hablar de las carencias materiales de nuestras Fuerzas Armadas: vehículos 8×8, artillería autopropulsada, lanzacohetes, fragatas, un segundo LHD, helicópteros, aviones de entrenamiento… pero como el artículo está dedicado al personal, mejor lo dejamos ahí.
Todo ello tiene una única causa: el desinterés de nuestra clase política por las Fuerzas Armadas y por la seguridad de España.
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Buenas noches doña Josefa
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Decia alguno llegado de la GB que en política una semana es una eternidad,parece una bobada pero los que confían en ellos mientras venden a sus compatriotas,deberian leer lo que les espera el dia que no les sean utiles(escrito1917 y experiencias continuas ).Como nadie garantiza la seguridad de casi nadie,cada país debe tener unas fas y fops capaces de resolver situaciones mientras se activan alianzas leales o movilizan las fuerzas necesarias en cada momento.Si la UE no resuelve los problemas sino que congela organizaciones y ciudadanos,apoderarse del continente será un paseo triunfal,salvo Alemania y Rusia que vigilan la viña de lejos.Y hoy no esta bien visto usar las armas,es con legislación y dinero de flujo continuo(dólar,libra),lo cual convierte cualquier comercio en una eliminación de fronteras(al permitirse comprar países y expulsar a sus nativos).
Por supuesto ,estamos hablando de amigos relativos ,si son enemigos mejor no hablar de derechos humanos (o lease el equipo de verdugos que realizo en Turquia un acto que supera a la máxima tortura china,pero que los turcos han grabado y filmado,al parecer);aparte la leida de cartilla del sectº estº Usa, la venganza esta empezando,y los turcos en los interrogatorios son muy persuasivos(dicen los que los han sufrido)En cualquier caso no esta el patio para dejarse en manos de tanto criminal.
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Magnífica lección de milicia y ciudadanía. Léala señora ministra de Defensa
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La peor clase de enemigo está en el ministerio…
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Mi General, España siempre tuvo sus mejores hijos en sus ejércitos y eso duda perezca. Podrán venir vientos tempestuosos de revancha y rencor, los tenemos entre nosotros ya, pero el español sabe dónde se encuentra la mejor reserva de hombres y mujeres. Como en los mejores vinos, en nuestros ejércitos. Un padre de Comandante de EM.
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Un abrazo y enhorabuena
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Mi respetado y querido General,
Lleva razón en todo lo que expresa en tan brillante artículo. Los entusiastas nos cegamos de ilusión y cuesta levantar «NO CONFORMIDADES» y hacer la autocrítica pertinente..
Como todo es factible de mejora, deberíamos tener LA ACTITUD PERMANENTE DE MEJORA CONTINUA CON ORDEN Y LIMPIEZA (La más acertada definición de Calidad).
Un ejemplo palpable de mejora se tiene en la aplicación del PEC. Si su revisión es de 15 años, resulta que se han pasado y no se ponen en marcha, por ejemplo, los mantenimientos por sistemas de armas etc.
En otro orden de cosas dentro de la mejora, podíamos citar la respuesta dada por un buen amigo a la pregunta formulada : ¿ La asistencia al curso de Generales cómo se determina?. La respuesta fue : El número de sillas de la sala. Me imagino que se quedó conmigo. En cualquier caso sería de Gila.
A la orden de V.E
VIVA EL REY
VIVA TIERRA MAR AIRE Y G.CIVIL
VIVA ESPAÑA
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En relacion con el ultimo articulo, la politica de defensa,la compra de armamento,el mantenimiento,y otras decisiones deben ser estudiados por tecnicos(que se enfrenten a vendedores,comerciales o comisionistas,sin jerarquias ,ni empleos ) ,sin perjuicio de pasar por juntas de defensa ,consejos de estado y demas organismos,que en cualquier caso servirian de coartada a muchos politicos ,dada la grave responsabilidad de su mision. y su lamentable sistema de nombrar los asesores.
En este regimen ,donde la legislacion va destruyendo el sistema y deja atonitos a ciudadanos,ocurren cosas intolerables(menos frecuentes en algun pais vecino) que piden una formacion adecuada para politicos/as,y añadiria aumentar la de algunos funcionarios (en particular justicia ,astos sociales e interior),para evitar llegar a la corrupcion venezolana,que cuenta alguna victima.
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