EL DIFÍCIL ARTE DE LOS MOTES: EL COJONARIO. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Se va perdiendo el sentido del humor y eso es grave. Es uno de los síntomas que una sociedad en decadencia debe tener en cuenta y someter a revisión, no el sentido del humor, sino el camino emprendido, por donde se va perdiendo, para rectificar a tiempo. Hay personajes que más que provocar humor provocan indignación, repulsa y rechazo. Si le encajamos un buen mote, que resuma su personalidad y actuación, la cosa, mientras dure, será más llevadera. Se hace necesario, casi obligado, para vivir entre tanto ramplón y tramposo.

Para conocer a los causantes de nuestra tristeza no es suficiente el nombre o apellido. Su auténtica personalidad y proceder se revela utilizando el transparente e irónico mote. Es un ejercicio de humor y rentabilidad comunicativa, síntesis de sabiduría popular, que deberíamos recuperar para desenmascarar  a muchos de los que pretenden ejemplarizar desde la vida pública. Las academias militares, centros de supervivencia, donde un profesor sin mote es un don nadie, siempre fueron escuelas en este difícil arte. Allí estaba “el Culo con Botas”, mote que no requiere explicación, junto a una pareja inseparable, “el Masca” y “el Tanca”; ya saben, intercambiables, tanca como “el Masca”, o masca que “el Tanca”. Grandiosos eran “el Veraneante”, que nada hacía ni sabía y “el Bikini” que enseñaba todo menos lo fundamental. Alguno se jactaba de su mote, lo que no es muy recomendable. <<Me llaman “el Remacho” por mi porte y valentía>>; un compañero le hizo ver la cruda realidad, <<te llaman “el Remache” porque eres bajito y cabezón>>. Aquel día arrestó a más de media Compañía. Era muy amigo del “Mafeito”, que solía decir, <<Caballeros, mafeito (arresto) a seis a la vez>>.57

Como les decía, deberíamos recuperar el ingenioso arte del mote. “El Sacabuches”, “el Arrugas”, “el Combustible” (de apellido Resino Grasa)… los_militares_estacan_el_dibujo_animado_del_camion_tarjeta_postal-red44fb0f993849209c4bc8bdced38243_vgbaq_8byvr_512Pero nada como aquél mote, “el Engañabaldosas”, que identificaba a un curtido profesor del que se decía que “va como va, más no como debe”. ¡Sublime!

Sobrenombres, apodos, motes, constituyen una precisión identificativa y una caricatura lingüística que estamos perdiendo y que sería muy útil, con el debido respeto, utilizar en las redes sociales. Es un discurso sintético muy rentable para la economía del lenguaje y que genera lazos convivenciales además de representar una de las producciones lingüísticas de más creatividad.

Me falta recordar algún mote… Repasen la vida política y ejerzan el sano oficio de moteador o apodador y verán como todo se hace más llevadero. ¿Como llamábamos a aquel que decía una cosa y hacía la contraria? , ¿o el okupante de la Moncloa? Uf! me falla la memoria. Seguro que a ustedes se les ocurre enseguida porque lo sufren a diario. Les invito a, con respeto y sentido del humor, empezar a bautizar a estos insufribles que sufrimos a diario.

Mandando la Legión, una de mis ingeniosas nietas dijo en el colegio que su abuelo era “cojonario”. Acertó aunque tuvimos que dar explicaciones escolares. A la hora de ponerte mote mejor es que te lo ponga alguien que te quiere.legiondibujo--644x724

Rafael Dávila Álvarez . General de División(R.)

14 noviembre 2018

Blog: generaldavila.com

 

15 pensamientos en “EL DIFÍCIL ARTE DE LOS MOTES: EL COJONARIO. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

  1. Desde luego se agradecen estos gestos de buen humor, como el que hoy se nos brinda en este blog.

    En otras epocas tambien muy dificiles, habia gente que hacia buen uso del humor.Me refiero en concreto al semanario «Gracia y Justicia», que se burlaba en toda ocasion de los politicos que mal- mandaban durante la segunda Republica ( Azaña y sus seguidores eran su blanco preferido).

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  2. ¡Qué buen rato y como me he reído con el asunto que nos ha regalado hoy, general! Es de agradecer, y le asiste toda la razón del mundo al relacionar la decadencia palpable que se respira y la ausencia, cuando no afeamiento, del empleo del mote.

    En lo que de serio brota de esa aparente jocosidad, el mote, y que alguno dirá que es propia de gente vulgar y sin formación, despunta en efecto el drama. Luce la decadencia no sólo de lo político o social. Lo que denuncia es, a mi juicio, de calado antropológico.

    La risibilidad siempre ha sido considerada como un rasgo propio de la esencia del Hombre. No compartida por ninguna otra criatura. Los tiempos que vivimos han puesto patas arriba la concepción antropológica del ser humano. Es, por tanto, consecuencia casi inevitable, que de ello saliera herida también esa empresa racional que consiste en sintetizar en una o dos palabras lo que del otro es, en todo jocoso, una identificación no para uno sino para muchos.

    En mi familia, ahora ya no, pero hace años, sobre todo de pequeños nos identificábamos los hermanos con motes. Evidentemente no tienen sentido para el de fuera. Pero identificaban aquello que nos llamaba más la atención del otro y, por supuesto, siempre en todo de buen humor (aunque usarlo cuando el ánimo estaba algo tenso era arriesgarte a una patada en el culo si te pillaba el mentado).

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  3. Sus entradas al blog hacen que me reconcilie con la realidad.
    No es tan infrecuente lo que siempre ha sido normal.

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  4. ¡Don trivi!

    Me viene a la memoria que a un profesor de Álgebra que tuve en mi primer año de carrera universitaria, en Granada, así lo conocía media Facultad, así lo conocíamos.

    ¡El bueno de don trivi! Que te llenaba una de aquellas gigantestas pizarras de una abstrusa demostración en la que al final tenía que ir escribiendo más pequeño y torcido para que le cupiera toda. Y te soltaba, con cierto tono de jocosidad y después de la correspondiente «q.e.d» (quod erat demonstrandum: como queríamos demostrar) un «¡esto es trivial!»

    Se podrán imaginar que algunas veces al «nombre» lo adjetivábamos no muy cariñosamente, sobre todo cuando lo que nos plasmaba en la pizarra se elevaba sobre lo abstruso, entraba en lo metafísico y, te volvía a espetar lo de «¡esto es trivial!».

    De la mejor Álgebra que he visto expuesta, la de don trivi.

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  5. A las órdenes de V.E., mi General.

    Pues sí, cuán alegre era España en mi niñez y juventud. Había multitud de excelentes humoristas de profesión siempre en la radio y luego también en la televisión. Son igualmente inolvidables aquellos viajes pagados con «cajetín» en los viejos trenes de tracción por locomotoras a vapor; viajes a veces de hasta veinte horas de duración, con la nota invariable, pintoresca y juvenil de Soldados de uniforme. Eramos multitud y ocupábamos todo el tren de la mitad para atrás. Nos gustaba mezclarnos en los departamentos con la gente normal, civil, y más de un compromiso de por vida, matrimonio incluído, se gestó en alguno de aquellos viajes, que si tenían la incomodidad propia de aquellos medios antiguos, se compensaba, y hasta se mejoraba el viaje gracias a las amistades que se hacían y que le invitaban a uno a compartir hasta el bocadillo.

    No faltaba el cómico de segunda o tercera fila, más bien aficionado o de feria de pueblo, que amenizaba con sus chistes, chascarrillos le llamaban ellos, aunque alguno era demasiado subido de tono y a veces hasta de pésimo gusto.

    Y los motes. Claro, lo típico era ponérselos a los Profesores, a los Jefes. Muchos de ellos ya los arrastraban desde años atrás. E incluso sacar punta a ciertos apellidos como Rico, Hermoso, etc. A veces algún Jefe no tenía mucho sentido del humor y alguien pagaba con días de prevención la gracia. Recuerdo a un Capitán de nombre Eugenio al que llamábamos «San Eugenio»; no como mote, sino como acto de justicia, porque lo era.

    ¿Qué ocurre de unos años a esta parte, que han desaparecido los humoristas sanos de los medios y se ha caído en la zafiedad hablando sólo de política?. ¿Por qué han caído los medios de comunicación exclusivamente en manos de quienes todos sabemos y nos intentan intoxicar con su verborrea y su propaganda vacía?.

    ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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  6. Mi General,
    Recuerdo un par de motes referidos al mismo…»Barquerito de las Ramblas» también conocido como «Narciso el Bayonetas» y su fiel escudero » La novia de Reverte».
    Fuerte abrazo Legionario y Viva el arte!!!

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  7. Mi general Dávila, es usted un genial Cojonario de Cojonudo. Es auténtico.
    Nos viene hoy a indicar y bien señalar, que para llevarlo mejor y podamos bebernos nuestras lágrimas. Hagamos un rezo al mote para llevar mejor la cruz en llamas que nos ha caído desde el Infierno.
    He indagado un poquito por la Gran Enciclopedia que es Internet, y he dado con algunos resultados que no nos dejára de asombrar sobre el Okupa de la Moncloa «Casa Pintada·, como así la llamaban en el siglo XIX, a la mansión monclovita.
    Yo personalmente le llamo Picapiedra Sánchez alias de «Atapuerca». El de «Atapuerca», para resumirlo mejor. Antes, incluso que llegaran los neardentales a la famosa sima.

    Según algunos medios de Marx Media de aquí y de allá, más allá del extranjero. Se han hecho eco según la SER (Sociedad Expañola de Radio, entre otros y que fue muy beneficiada desde tiempos de Franco. Mucho más que la Intercontinental). Según éste Marx Media, dice que el Finalcial Times ó la Agencia AFP. Le llaman al Okupa de Atapuerca Sánchez, Mr Handsome, o sea, el «guaperas», el guapo. Dicen que se lo ha ganado dentro del país Spain. Sin embargo, no se creen para nada que esto sea verdad.
    Esto yo creo que es debido, a que alguna periodista progre, de estas que nunca se peinan, porque no han tenido una noche de victorioso amor, y se ha pegado ella misma una paliza ante el espejo de la bruja roja. Sin saber nada de la historia reciente de España, le ha puesto éste mote que realmente no le hace justicia al de Atapuerca. Ya que tiene el rostro picado de viruelas. Que no se notan, porque así lo desean las cámaras de vídeo.
    Viendo la búsqueda, aquí tenemos algunos ejemplos.
    En Foro Coches, le llaman de muchas formas posibles e imposibles.
    Primero las imposibles: «Peter San», «El Breve», «Pedro I el Guapo», «Sancho VIII el Alto», «Figurín», «Pretty Boy Sánchez», «Perrito Sánchez».
    Los muy posibles: «El Mozo de Mulas», «El Renacido», «Don Estornudo», «El Vendedor de Enciclopédias», «El Ilegítimo», «El Sepia» ya que esta no sabe a nada, y es la salsa la que tiene sabor como acompañante (El Coleta de la…? ¿Podría ser la salsa?), «Homer Sánchez», «Narciso I Destructor de Mundos», este mote, le va que ni al pelo. «Fungus Amungous», «Presidente Republicano del Reino», «AcartonaSOE», «HD….», sin comentarios. Y éste otro para mí es el que mejor lo describe a nivel político histórico de Memoria Vengativa de V de Vendetta: «El Lenin de Tetuán».
    Nosotros aquí en casa, le llamamos «Picapiedra Pedro» el de Atapuerca.
    El que va a rematar la faena que comenzó Zapatero a partir del 11M2004 GdE de ETA. El que le subió al Cielo y a España la bajó a los infiernos.
    Prefiero reír que no llorar.
    Aunque cuando río lloro.
    Gracias mi general Dávila.

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  8. Mandando la Legión, una de mis ingeniosas nietas dijo en el colegio que su abuelo era “cojonario”.

    Con esto me quedo, y oro fervorosamente para que la Providencia nos perdone y visite nuestra necesidad. Mi oración es por España, y para mí se queda.

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