¿QUÉ ES UN REY PARA TI? Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Un concurso anual que convoca a alumnos de entre 8 y 13 años para responder a una pregunta cada día más complicada: ¿Qué es un Rey para ti? Desde 1980 han participado alrededor de medio millón de estudiantes. Da comienzo la 38 edición. Los niños tendrán que afinar mucho sus respuestas. Quizá habría que ampliar la edad y hacer partícipe en el concurso a más escalas de edades, incluso a los más mayores. Sacar conclusiones con la verdad. Sin partidismos como los del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que ahora estudia todo menos lo que debiera: la sociedad española.

Aquellos niños que empezaron el concurso en el siglo pasado superan ya los 50 años. Convendría que volviesen a contestar, ahora, de nuevo, aunque variando la pregunta: ¿Qué ha sido el Rey para ti? Bueno es preguntar; mejor dar respuesta. La respuesta debe servir para conocer; eso es suficiente para un Rey, a nada más debe aspirar: conocer a su pueblo y unirlo.

<<La carga de un Rey es hacer bien y oír hablar mal de ti>> (Alejandro Magno).No le faltaba razón. Desde Platón se  sabe que el bien y lo bello son la misma cosa. Hacer el bien es la estética de la Monarquía, su belleza reside en un alto nivel de moralidad que contagie y guíe hacia el progreso, cultura y civilización. No es un constante camino escuchando lo que se dice, lo que te dicen, de uno y otro lado, sino haciendo lo que se imite y conviene, lo que atrae y une, lo que la totalidad asume como bueno, la belleza de lo que se desea y anhela. No hay otro camino.

¿Qué es un Rey para ti? No solo puede preguntarse, debe enseñarse y llevamos años ocultando. Y haciendo pedagogía de la república. Huyendo de la Monarquía. ¿Por qué? La respuesta retórica ¿Qué es un Rey para ti? De nada vale. Es la pedagogía la que enseña. Y el ejemplo.

El Rey encarna a la Nación, simbólicamente. Es el mayor de los poderes, el más representativo: es poder dado por cesión de los demás. Por encima del poder político está el simbólico, muy por encima de los políticos está el rey. Cuando ellos se apoderan del símbolo surge el dictador, suplantador de la esencia sin cesión de los suplantados. Ejemplos son los absolutismos, Hitler o Stalin. Una monarquía moderna está precisamente para evitarlos. Porque ellos quisieron ser más que un puñado de votos, todo, y pensar por todos. Cosa que nunca ocurre con una monarquía actual, anclada en la tierra y no en los cielos.

¿Qué es un Rey para tí?

En tiempos de incertidumbre política se acude al símbolo de la Nación; también cuando su unidad está en serio peligro. Se mira hacia ella, se busca una respuesta. No queda nada más. Rotos los poderes del Estado, si se rompe el símbolo no queda nada. ¿Qué es un Rey para ti? Es un momento para demostrar su significado. El momento es de indudable incertidumbre. Se requiere claridad, futuro, saber a dónde nos lleva esto. Tranquilidad, esperanza, estabilidad. El Rey habló con rotundidad el 3 de octubre de 2017 ante el ataque independentista. Señalaba a quienes tienen en sus manos cortar de raíz la rebelión: los poderes del Estado. Legislativo, Ejecutivo, Judicial. Ha pasado el tiempo, demasiado. Nada. Todo a peor.

El Rey reina, pero no gobierna. Eso no hace sino aumentar su poder. Es el símbolo de la Nación. Su unidad. Es más cosas, quizá, pero hoy, con que solo sea eso es suficiente. Ha pasado más de un año. Pedagogía de la monarquía; y más gestos. Si desaparece el símbolo, si se oculta, perdemos la referencia, parece que todo da igual; cuando no todo es igual. El poder simbólico es el mayor de los poderes: una bandera, un himno, el Rey. Hay que verlos, sentirlos y oírlos. Con más frecuencia. Que no parezca que están perdidos; que todo está perdido.

Se hace necesario: Pedagogía. Presencia. Cercanía.

Encarnación simbólica, simbólica sí, pero no hay otra, de la Nación que se nos va de las manos.

Que no parezca que está todo perdido. Que todavía nos quede el poder del símbolo. El de la Nación. Es necesario darle presencia y explicar su esencia.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

4 diciembre  2018

9 pensamientos en “¿QUÉ ES UN REY PARA TI? Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

  1. Queridísimo Rafa, y amigos:
    Escribo a paso de carga, porque no puedo entretenerme ya que si no, llegaré tarde a mi trabajo.
    PRIMERO DIRÉ LO QUE NO ES, para que quede claro que yo de peloteo NADA DE NADA.
    Con todo mi respeto y devocion hacia S.M. un Rey jamás puede permitirse LA FALTA DE DECISIÓN para cumplir con su deber o la situación se le irá de las manos….(prefiero mirar hacía ninguna parte).
    Ahora, digo lo que UN REY ES:
    LA FE de ALFONSO XIII,
    EL PATRIOTISMO de JUAN III,
    LA VALENTÍA de JUAN CARLOS I,
    LA BONDAD, HUMILDAD, Y CONOCIMIENTO de FELIPE VI.
    Por todo lo anterior:
    Mañana os deseo un buen día de la Constitución, y hoy más que nunca
    ¡¡¡A ESPAÑA Y A MIS REYES SERVIR HASTA MORIR, POR LA VICTORIA VIVA LA LEGIÓN!!!
    Esperanza González de Fonseca Marco

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  2. A las órdenes de V.E., mi General.

    Reflexión y exposición de lujo. Pedagogía este artículo, y la que se necesita hoy en España. No puede ser que todos los medios y recursos de «información», más bien de propaganda, estén en manos de los enemigos de España y de la Monarquía, Habría que contraatacar en tromba y con todo lo intelectualmente disponible, aunque solo fuera para compensar y nivelar el conocimiento y los estados de opinión.

    Mientras el mundo de la cultura, la enseñanza y la información, estén dominados por los revolucionarios, el único camino que tenemos conduce al pasado más tenebroso. Y al infierno.

    En efecto, tendría, para comenzar la reconquista, que haber más frecuente presencia. Que no parezca que todo está perdido o que estamos huérfanos de guía. Una Patria, un Jefe, una bandera, y un himno que sean incontestables, la esencia y el alma de la nación. Y sí, que gobiernen unos políticos elegidos, pero que no sean corruptos ni traidores.

    ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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  3. Para mi un Rey es un arbitro de la política. Sería tremendo que en los partidos de fútbol el arbitro fuese del Barsa o del Real Madrid. El arbitro tiene que ser neutral y velar por el juego limpio de los políticos. Los que viven pensando en insultar al arbitro que se larguen. Viva nuestro Rey de España.

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  4. V.E., estimado amigo D. Rafael:

    La lectura de su artículo «Qué es un rey para ti», me ha traído al recuerdo una anécdota que me ocurrió con una de las personas que más me han influido en mi vida y que yo más quería: mi abuelo materno Rafael Salado, el cual al quedarse viudo cuando yo era un niño de 3 años, se quedó en casa a cargo de mi madre el resto de su vida.
    De mi abuelo Rafael, quien pronto conocería la Guerra del Rif en el año 1921, cuando hacía la “mili” como soldado del Regimiento de Infantería “Granada 34”, recuerdo cuando se levantó aclamando la proclamación del rey emérito D. Juan Carlos. Mi abuelo creía que al otro lado del televisor le oían: – ¡Viva el Rey! ¡Viva el Rey! –exclamaba-. -¡Niño, levántate, mira el Rey! (yo tenía 8 años).

    Él que era Monárquico Alfonsino, y que me contaba las historias de su participación en la guerra del 1921, el primer día que S.M. el Rey D. Juan Carlos (ahora emérito) visitó Sevilla, me cogió de la mano y conmovido me dijo: -“Niño, vamos corriendo, que vamos a ver al Rey.” Pero abuelo, habrá mucha gente cuando pase por la calle: -“Qué no niño, venga arriba, vamos a prisa…” Pues mire Ud. D. Rafael, esperando en primera fila, se quedó aquella secuencia de imágenes –y las conservo hoy en día en mi retina-: Acercándose la comitiva, mi abuelo aclamando al Rey y yo, el vehículo disminuyó la velocidad y S.M. NOS SALUDÓ desde el vehículo con la mano y una sonrisa: No puedo olvidad aquella anécdota: no le lo podía creer…

    Quisiera poder dar más detalles, pero no puedo detenerme más, mi deber profesional me lo exige, pero no quisiera pasar por alto otro detalle que me pone los “vellos de punta”: al poco tiempo de la proclamación de S.M. el Rey D. Felipe VI, falleció un amigo de mis años de estudiante de BUP, quien nos visitaba todos los años por el Rocío en la casa que nos legó mi abuelo Rafael Salado a sus 11 nietos “Casa de Abuelo Rafael”. Aquella casa era también su casa, D. Rafael. Recuerdo que ni un año faltaba a vernos y nosotros lo acogíamos como si fuera su casa para su descanso después de hacer un largo camino hacía el Rocío. Me refiero al gesto de compañerismo que cuando el compañero de la Academia de San Javier de S.M. el Rey falleció, D. Felipe, ya proclamado Rey se personó en el funeral del Teniente Coronel D. José María (Josele) Goy (q.e.p.d.) con el uniforme de Capitán General del Ejército del Aire, dándole su último adiós –mejor, “hasta pronto”- y arropando a su viuda, hijos y hermano Fernando, Coronel del Ejército del Aire.

    Desde aquél día, yo como mi abuelo Rafael Salado, quien se declaraba monárquico Alfonsino, incondicional del abuelo de nuestro augusto Rey emérito D. Juan Carlos, yo me declaro –y todavía más después del mensaje de D. Felipe apelando a la unidad frente a los que se rebelaron contra el orden constitucional, legalmente establecido- incondicional a la Corona, concebida en el art. 56.1 de la Constitución Española como la más alta magistratura del Estado.

    “A España, servir hasta morir”

    ¡Viva el Rey Felipe VI!

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  5. El hombre es una realidad, el mundo que le rodea es otra, sus semejantes son otra, y por encima de esas realidades espaciotemporales, está «el absolutamente otro». Sin esta realidad superior, ninguna de las otras tiene sentido completo, ni en conjunto ni mucho menos por separado.
    El Rey es la abstracción de esa forma de comunidad de origen y de destino que llamamos la Nación. La Nación se compone de individuos que forman sociedad mediante relaciones complejas de todo tipo, y que se han de regir por principios de justicia y reciprocidad. Estos principios no pueden ser el resultado de una convención ni de un pacto mayoritario, sino que son preexistentes, pues consisten en la propia sustancia de la Sabiduría de Dios incluso antes del acto creador. En el diseño de la realidad subyace el principio moral de su Autor, y a éste se debe someter todo: el individuo, la sociedad, la Nación, el Rey y el mundo.
    En el Rey la Nación necesita en el fondo un caudillo, un profeta y un sacerdote.

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  6. Con permiso de Vuecencia, suscribo el comentario de D. Rafael Hervías. El presidente del gobierno (Si, con minúsculas) es partidario de la inviolabilidad del Rey, un paso para eliminar la Monarquía. ¡Arriba España y viva La Legión!. Julio de Felipe

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  7. Es una pena qué con la idea qué el Rey fuese una fuerza sin fuerza ejecutoria. Quizá le dieron esa fuerza sin fuerza, para qué fuera ecuánime en los juicios de Valor de Ley.
    Puede hacer y no puede hacer.
    La Verdad qué jamás he llegado a entender la función de un Rey sin Poder, más allá de lo que se le entrega en su papel de simple observador.
    Hasta incluso, da la sensación estando la Nació cayendo al Abismo.
    Y aparentemente no puede ejercer Poder.
    Porque en los últimos tiempos existen reyes, virreyes que han mutado todos ellos en tiranos señoritones y señoritonas, sin discrepancias discriminatorias, medievales qué quieren ser, no solamente más que el Rey. Sino más que la Ley de Leyes, la Constitución de España.
    Han salido una cantidad de enanos y enanas, sin voluntad de discriminación ninguna; que uno alucina. La cantidad de sátrapas, tiranos y reyezuelos de baja monta tiene éste Estado nuestro de cada día en la casa dividida en la que han convertido estos monigotes de pacotilla a España en la última década y media.
    Por lo tanto necesitamos todos para nuestro bienestar social y de salud moral un Rey que cuide de nuestra Soberanía, nuestra libertad en la Unidad de la Igualdad de todos los españoles.
    Porque han sido de nuevo erigidos las murallas con sus castillos y torres de homenaje que atacan directamente nuestras más elementales libertades de convivencia en paz. Por estos nuevos esclavistas en una nueva Edad Media.

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  8. El Rey debe Lealtad a España, y si es leal a España, los españoles debemos ser leales al Rey; los poderes Ejecutivo, Legislativo, y Judicial, van por libre; será porque están por encima del bien y del mal; será…

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