Un doctor en la Moncloa. Melitón Cardona (*)

Es comprensible que la degradación de la enseñanza implantada y tenazmente fomentada por el PSOE haya sembrado el país de pretenciosos analfabetos titulados, pero resulta menos comprensible es que uno de ellos haya conseguido acceder a la Presidencia del Gobierno del Reino de España encumbrado por lo mejor de cada casa en materia de antiespañolismo. El hecho de que ese individuo asegurara en Soria estar encantado de encontrarse en «la tierra natal de don Antonio Machado» demuestra no haber leído los famosos versos del poeta andaluz (mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla …) y, por si eso fuera poco, en el impúdico libro que acaba de publicar dice haber recordado la famosa frase de San Juan de la Cruz (!) en la Universidad de Salamanca: «decíamos ayer …»; el problema es que la frase fue pronunciada por fray Luis de León pero ya se sabe que para el indigente intelectual da igual Juana que su hermana porque si sale con barba San Antón y, si no, la Purísima Concepción.

Leo que el Süddeutsche Zeitung le califica de «amateur arrogante» y no estoy nada de acuerdo, porque pienso que el señor Sánchez es un profesional arrogante … de la ignorancia al menos. Ha cometido un plagio masivo en una tesis doctoral, algo que no sólo el ABC ha demostrado contundentemente, sino que ha sido confirmado por varios programas informáticos antiplagio, de manera que quien acusó a Rajoy de no ser una persona decente resulta haber cometido él mismo una indecencia que debería estar tipificada en el Código penal o, en todo caso, inhabilitar para el ejercicio de un cargo público, algo que, por cierto reclamó el felón antes de que salieran a la luz sus tejemanejes.

Es evidente que en cualquier país de nuestro entorno, un individuo de la catadura moral e intelectual de Pedro Sánchez no hubiera pasado de un empleo subalterno en una pequeña empresa; el hecho de que aquí haya conseguido acceder nada menos que a la Presidencia del Gobierno da idea de la degradación de una sociedad víctima de las manipulaciones de un partido político capaz de traicionar la lealtad constitucional con tal de alcanzar cuotas de poder con el conocido método que tan bien bien definió George Bernard Shaw al decir que «el Gobierno que roba a Peter para pagar a Paul siempre podrá contar con el apoyo incondicional de Paul».

(*) Ex Embajador de España.

Blog: generaldavila.com

22 febrero 2019

6 pensamientos en “Un doctor en la Moncloa. Melitón Cardona (*)

  1. ¡¡¡Magnífico Sr. Melitón!!!
    Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
    Decía Gracián, gran conceptista.
    El PSOE es, ha sido y será una maldición bíblica para España.
    Hizo inviable la segunda república… y hará inviable la Transición.
    Dice Vd. Señor embajador que en cualquier país de nuestro entorno un individuo ágrafo y de esta catadura moral nunca hubiera llegado a presidente del gobierno.
    Ese es el problema por el que en España la única democracia viable es la orgánica.
    Y la enorme responsabilidad histórica de quienes la sustituyeron por la partitocracia o dictadura de los partidos.
    Y ahora esto es lo que tenemos.
    Le saludo con el mayor respeto y afecto.

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  2. Excmo. Señor.

    Esto sí que es para sobresaliente cum laude. Pero yo me pregunto si entre la pléyade de asesores en nómina que tiene este saltimbanqui, o saltabalates, que dicen en mi pueblo, habrá alguno, siquiera uno solo, que le lea esto sin maquillar ni falsificar.

    Hay algo que nunca he podido soportar, y es a los aduladores, por ser gente rastrera, inútil y cobarde.

    Gracias por lo diáfano de sus exposición.

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  3. Muy cierto lo que expone en su magnífico y actual artículo, Don Melitón, porque en el fondo está la distinción de lo que supone un político formado, preparado, inteligente e íntegro y otro ignorante, listillo y trepa.

    El inteligente es el que llama la atención por su capacidad, con un coeficiente de inteligencia alto. El listo, en cambio, es el que utiliza al máximo su capacidad intelectual aprovechando sus aptitudes, y le saca todo el partido que puede, sin ser de inteligencia notoria.

    También hay entre los listos los que se trazan un cambio y una meta que consiguen alcanzar con esfuerzo y tenacidad, aunque no destaquen tampoco por una inteligencia deslumbrante ni siempre por una conducta intachable.

    Otro tipo de listo, o listillo, es ése que se ha ganado un puesto de élite sólo por simple aptitud, habilidad, maña, experiencia o constancia para desarrollar tal o cual actividad concreta, y sólo ésa, mientras su coeficiente intelectual es más bien bajito.

    Está claro que el triunfo, la grandeza, la fama, el poder, la riqueza conquistada, la habilidad política no están precisamente siempre en razón directa al coeficiente intelectual poseído. El hombre inteligente nace y se hace.

    Reciba un afectuoso saludo.
    Pedro Motas

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  4. Genial D. Melitón!!!
    Como acostumbra en todos sus artículos. Me niego a leer el libro de semejante indocumentado, y animo a los presentes a no comprarlo…ni de coña!!

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  5. Ingeniosa y oportuna «sanchilinaria». Ni siquiera falta la complicidad en el golpe de Estado.
    Es Vuestra Excelencia un genio, Don Marco Tulio Cardona.

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