SEVILLA. DÍA MUNDIAL DEL VENCEJO Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Quizá alguno de mis lectores piense que le estoy tomando el pelo. Pueden reírse de este general y zarandear mi artículo como alguno lleva tiempo deseando. Voy en serio y no tengo rubor en manifestar mi admiración y curiosidad por los vencejos. Cierto es que tengo un rechazo innato a esas cosa del “Día de…”, pero esto es distinto. Acabo de enterarme de que, al fin, el vencejo tiene un día marcado en el calendario mundial:  hoy 7 de junio, “Día mundial del vencejo”. Sevilla una de las ciudades con mayor población de vencejos del mundo se sumará a esta celebración con amplia participación.

No sabría explicarles las razones de mi admiración por los vencejos. Recuerdo las tardes de estudio en la Academia Militar de Zaragoza en unas aulas que se encerraban en largos y estrechos patios exteriores donde la única vía de libertad que se apreciaba en el silencio de aquellos recintos mustios era el vuelo de los vencejos y sus constante chilríar.

Aprendí en calurosos anocheceres de verano, junto a las viejas sentadas en las sillas de enea a la puerta de sus casas, al pie de una carretera por la que jamás vi pasar un coche, a diferenciar las golondrinas de los aviones comunes y de aquellos de los altos vuelos: los vencejos. Cada uno a su altura, a su vuelo, a su canto, a su llamada, a su alimento, a su crianza, cada uno de sus colores, un misterio de donde vengan y a donde vayan. Nadie hacía mucho caso de ninguno, pero todos estábamos en ellos, que eran el cielo; y ya anochecido, después de la cena, con el calor que no se iba, las sillas volvían a la calle y ya no había vencejos en el cielo, ni aviones comunes, ni golondrinas, pero volaban los murciélagos.

Alguna vez aparecía un chiquillo con un vencejo en la mano, encogidas las patas, que son como garras. Hundido el pico, ojos que miraban cielo, caído de un nido a su enemigo mortal: la tierra. Costaba enseñarle, alimentarle, darle el vuelo de nuevo, mientras las viejas decían: niño suelta al pájaro, suelta al pájaro; y el gato se relamía.

Espero cada año su llegada que de uno a otro se retrasa; y su marcha se adelanta. No sé más que lo que leo, por lo que pido disculpas por mi ignorancia sobre esta ave inmensa y bella, pero en mi observación anual noto que cada vez hay menos vencejos en este lugar cercano a Madrid. Llegan más tarde, se van antes y son menos. La Iglesia parroquial es testigo de su llegada cada año, y lugar preferido para sus nidos y vuelos de atardecer. Me siento algunas tardes en un banco de piedra y después de verles dar giros y hacer piruetas en sus locas persecuciones cierro los ojos  para oírlos; y viajo, no sé a dónde viajo, quizá a abrir puertas y rejas cerradas, a ampliar los reducidos espacios donde nos encerramos.

Día Mundial del Vencejo. Me apunto. El cielo se hizo para volar y volar es ser vencejo; lo demás es un sucedáneo.

Hoy me va a entender mejor que nadie el maestro don Antonio Burgos, mi Cabo de la Topográfica, de estrellas azules como el cielo de nuestros vencejos. Él y yo sabemos que son inalcanzables, pero él los convirtió en imprescindible cielo de su Sevilla: «como metáfora de una ciudad soñada, que nunca atraparemos. Y que quizá no exista ya más que en el nupcial blanco de las magnolias, en el leve morado de las jacarandas y en el vuelo, ay con su yayayay, de los vencejos».

Y luego dicen que ya está todo visto: miren al cielo.

Abran el cielo y dejen libre la libertad, como hizo el genial Mingote con la imagen para mí más profunda y expresiva de la vida.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

7 junio 2019

12 pensamientos en “SEVILLA. DÍA MUNDIAL DEL VENCEJO Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

  1. A las órdenes de V.E., mi General.

    Pues no se puede tomar a broma tan simpático y poético artículo. Claro que Dios hizo el cielo para que voláramos, y para enseñarnos cómo hacerlo lo pobló de aves de todos los colores y tamaños. Y también para que a veces el pensamiento se relaje y vuele también, lejos de la tierra llevados por la esperanza, sin ruta prefijada ni destino.

    Los vencejos y las golondrinas son los que mejor recuerdan a los cazas a reacción de geometría variable. Los vencejos siempre intrigan a uno al carecer de empenaje de cola con sus dos timones, el de dirección y el de profundidad, y hace más interesante la observación y el estudio de su asombrosa maniobrabilidad.

    Hubo también un fantástico avión comercial de pasajeros de geometría variable, el anglo-francés Concorde, que más que un águila majestuosa, parecía un monstruo antediluviano volando. Y quiso hacerlo tan alto, que un día le ocurrió lo que a Icaro en el Golfo de Corinto, que se acercó demasiado al sol, se le fundieron las alas, perdió toda sustentación, entró en pérdida irreversible, y cayó al mar. Además, el estruendo que formaba con su ruido metálico, era insoportable.

    ¡¡¡Viva España!!!

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  2. El Vencejo vuela diez meses sin posarse, comen y duermen en el aire y solo en en época de apareamiento se posan, suelen conservar su nido. Es relajante verlos volar.. Esta información procede de mi cuñado MANOLO, ( Coronel (R) de Caballería.) me lo contó un verano en Fuengirola. De vez en cuando, un tema como este, nos aparta un poco de la política y se agradece.🇪🇸🇪🇸

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  3. Que bonito mi General.
    Su artículo me ha propiciado que mi pensamiento volara hacia lugares y momentos más placenteros. Muchas gracias.
    En efecto, como dice D. Luis Martín-Pinillos, «apartarse un poco de la política se agradece.
    Corren malos tiempos. Tristes e incomprensibles si recordamos el artículo de ayer de D. Melitón Cardona.
    ¿Dónde quedaron los defensores de la Patria?
    ¿Dónde los garantes de la legalidad constitucional?
    ¿Tiene el Rey que aguantar que una «señora» vaya a su casa a decirle que ella y su «grupo» están ahí para echarle?
    La situación resulta tan asfixiante, para algunos, que se agradece enormemente «abrir el cielo y dejar libre la libertad».
    Reciba un afectuoso saludo.
    José Manuel del Pozo González

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  4. Mi General. me ha gustado su comentario y me siento en la necesidad de hacérselo saber. En él hay tanta verdad como la ternura que sólo sienten las personas amantes de la naturaleza de estas aves únicas. el Vencejo y los Aviones no pueden alzar el vuelo desde el suelo, precisamente, desde donde estoy escucho y las veo como surcan los corrales, calles y regadíos, las golondrinas y vencejos; los aviones vuelan más alto, por lo que se ven menos. una de mis hijas ha criado y dado la libertad a cuatro vencejos, porque el quinto se murió en sus manos.

    Atentamente: Ramón Lencero Nieto=Rogaciano Goana Nelson

    Golondrinas que se fueron para luego regresar
    ———————————————————————
    Golondrinas que se fueron
    Para luego regresar
    Donde tienen la querencia
    En sus ansias de anidar.

    Todas las mañanas oigo
    Los cantares que resuenan
    Al compás que el nuevo día
    Nos va quitando la pena.

    En los cables que se cruzan
    Se posan para cantar
    Esos sones melodiosos
    Que alegran el despertar.

    No ha faltado una mañana
    Que no escuche su ternura
    Y los ecos se expansionan
    En las calles que se acunan.

    Cada vez que las escucho
    Se reanima el corazón
    Que afligido se resiente
    En la alcoba del dolor.

    Golondrinas que me alegran,
    Las espinas me quitáis;
    Vuestros trinos dan la vida
    Por el doquier que viajáis.

    Golondrinas que me dieron
    Las lisonjas que mitigan
    Al que está desesperado
    Y en el llanto se litiga.

    Día 5 de junio de 2010. Original de Ramón Lencero Nieto

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  5. Buenas tardes, General Dávila:

    precioso lo de hoy y con gran significado..y muy relajante. Los comentarios, que ya he leído, a esta hora, ( de noche vuelvo a entrar y volver a leer más ) son increíblemente buenos, y aclaratorios, como complementarios.. sí, dejemos el cielo abierto, y dejar libre, la libertad, como bien se ha comentado.

    Me voy a fijar más, en mirar al cielo.. y ver volar, a todo ello que lo haga..infinitas gracias a todos los que escriben aqui.. aprendo mucho.. hoy es un dia de esos..

    Gracias General Dávila, me ha gustado mucho.. un afectuoso saludo..

    !!Viva España !! !!Viva el Rey !! !! Viva las leales Fuerzas Armadas Ejército y la Legión !!

    Josefa López del Moral Beltrán

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  6. Precioso artículo mi General,
    En la casa de mis padres en Jerez, conviven las cigüeñas, los gorriones, las golondrinas, los vencejos y en la época que corre, también anidan los jilgueros con sus cantos tan alegres. De unos años a ésta parte, no encontrábamos a explicación a la disminución en el número de pequeñas aves por la zona, bastante evidente, hasta que pregunté a un amigo experto en naturaleza y biología, y me explicó los daños que ocasiona la «cotorra argentina», una especie invasora muy agresiva, y que se reproduce en muchas ciudades, ocasionando problemas en la fauna autóctona de aves pequeñas.
    Fuerte abrazo a todos y buen fin de semana.

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  7. Con permiso de Vuecencia, mi General. Golondrinas, vencejos, aviones. Hace mas de 50 años nuestros pilotos de la Base Aérea de Torrejón hacían las mismas piruetas con los F86 y F104. Ver a las aves relajaba, ver a los cazas emocionaba. ¡Arriba España y viva La Legión!. Julio de Felipe

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  8. Una de las cosas por las que este blog se hace imprescindible no es ya sólo por su contenido, sino porque nos da a conocer una imágen de lo militar que nada tiene que ver con la que desde algunas parcelas se dibuja.

    Los simples creen que un militar es un señor que gusta de la guerra. Creo que por jugárselo todo no gustan tanto de ellas y, además, en este mundo castrense veo preocupaciones, espíritu de victoria, amigos de por vida, lealtad y muchas cosas más.- Y poetas.- Poetas con espada al cinto, por si fuera menester, que para eso profesan.- Por si la Patria lo exige y también nosotros, que ella somos. Que con espada también puede uno ser poeta.

    Gratamente sorprendido por tan delicado artículo. Los olvidados vencejos desde hoy los buscaré por los cielos allí por dónde yo vaya. Gracias por hacérmelos presentes. También son de mi niñéz y me gusta recordarlos.

    Nuevamente agradecido por esta hermosa faceta.

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  9. Con retraso, y lo siento General Dávila, incluyo un pequeño comentario a su artículo sobre «el día del Vencejo». Ayer tuve múltiples ocupaciones y sólo me dió tiempo a añadir un «me gusta» apresuradamente, porque eso sí, siempre encuentro tiempo al menos para leer los escritos diarios.

    Este articulo me parece delicioso, relajante, puro verso en prosa, que dice mucho sobre su sensibilidad y ternura, y nos demuestra que ambas virtudes no están reñidas con el carácter castrense como el solemos adjudicarle.

    Estoy totalmente de acuerdo con su nieta, que le adjudicó una profesión con un gracejo digno de una descendiente de V.E.Por lo que parece todavía no había descubierto que aquella ocurrencia también era consecuencia de su genética. Pues eso, felicidades digno cojonario de honor.

    !Que Dios le guarde muchos años!

    Margarita Alvarez-Ossorio

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