LA LEGIÓN CAMINO DEL CENTENARIO (64). UN RECORRIDO ESPIRITUAL General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Esta es una conferencia que di hace algunos años y que hoy publico dada el escaso apoyo que he tenido entre compañeros que han estado destinados en la Legión para colaborar en esta sección de LA LEGIÓN CAMINO DEL CENTENARIO. Debemos seguir porque queda mucho camino por recorrer. Solo o acompañado lo nuestro es seguir. Haciendo camino.

La ausencia de colaboraciones, que como comprobarán es mayor entre militares que civiles, la hago patente por si sirve de algo. En cualquier caso gracias a todos y seguiremos intentándolo. Queda mucho tiempo y la Legión es eterna.

 

LA LEGIÓN UN CAMINO ESPIRITUAL

(General Dávila)

Quizás les extrañe el título que le he dado a las palabras que voy a pronunciar, incluso alguno podría echarse las manos a la cabeza… ¿la Legión algo espiritual?, pero espero que al finalizar entiendan la razón de este título y no les defraude.

Pienso que todos ustedes conocen el nacimiento, la historia y la épica de La Legión española y seguramente mejor que yo. Y es que muy poca gente en España no sabe lo que es La Legión. También es cierto que a La Legión en ocasiones se la conoce más por los tópicos al uso o por historias pintorescas y emocionales que por su auténtica realidad y esto no le ha beneficiado en nada. El desconocimiento y la falsedad de muchos de los datos que se han aireado a lo largo de la historia han deformado la realidad de este glorioso cuerpo que en algún momento no muy lejano y por culpa de muchas de esas falsedades ha estado al borde de su desaparición. El desconocimiento también existe en el mundo militar desde donde no siempre se han tenido las mejores intenciones y, en algún caso, simulando cambios aparentemente sin importancia, se ha intentado despersonalizar una unidad que devolvió el espíritu de lucha y de victoria al Ejército español. Mi intención con lo que voy a exponerles es dar mi particular punto de vista sobre lo que significó la fundación de La Legión y la repercusión que tuvo, tiene, y esperemos que siga teniendo en el Ejército español. Repercusión que tuvo que ver con lo operativo, con las nuevas tácticas y procedimientos, pero que no es el tema que traigo hoy a colación. Les hablaré de la repercusión que tuvo sobre el espíritu de todo el conjunto del ejército, sobre el espíritu militar. Es su dimensión espiritual, la fortaleza de espíritu  lo que me interesa resaltar ya que siendo lo más evidente es lo que menos se conoce y en ocasiones se esconde bajo las leyendas de sus supuestos vicios y graves pecados. Les confieso que en mis 47 años de servicio, de los cuales más de la mitad he estado al mando directo de tropas, estuve sólo tres en La Legión y fue de General. En ninguna otra unidad, y han sido muchas e importantes en las que he estado, he vivido tan profundamente la dimensión espiritual de la vida militar. Después de muchos años de servicio encontré en el “Legionario” el conjunto de ideas y principios que conforman la vida militar, el espíritu militar, lo que desde la joven ilusión de cadete buscaba. Y no es que sean los mejores y que otros sean peores, que no hay nada comparativo en mi exposición, sino que todo lo que rodea a La Legión, sus principios, su credo, sus espíritus…, todo transciende más allá de lo material que se convierte en algo efímero ante la trascendencia y verdad de lo que allí se vive que no es otra cosa que vivir para morir si necesario fuera…, la entrega de la vida. Y la forma en que se vive el espíritu legionario es algo que deja una huella imborrable, inolvidable. ¿Se puede entregar la vida sin tener una concepción espiritual y trascendente de la vida humana? Y esto les aseguro que en el legionario no son fanfarronadas o un reto absurdo de la desesperación, ni un desprecio a la vida. Es un espíritu tan contagioso que no existe la posibilidad de vivirlo a medias ni con mentiras. Su creación en el año 1920, su espíritu, su primera y decisiva intervención en Melilla después del desastre de Annual  la  convirtieron en un referente, en un modelo a imitar por todas las unidades.

“Ahora el Ejército es más Legión que nunca”, me decía no hace mucho un General que ocupaba uno de los más altos puestos jerárquicos en el Ejército. Me lo decía peyorativamente indicando que ya no era necesaria toda su parafernalia y poniendo en duda la necesidad de su continuidad. Es decir, me quedo con el espíritu de La Legión y que desaparezca la Legión.

Claro que también se ha dicho desde el uniforme y públicamente que estaban muy equivocados quienes pensaban que el Ejército estaba para la guerra, que ahora la sociedad demandaba otra cosa.

La Legión, como veremos, desde sus inicios es una unidad que contagia, un ejemplo, por su entrega y profesionalidad, y hoy después de más de noventa años así continúa y así evoluciona, adaptándose a las nuevas situaciones pero sin cambiar una coma de su espíritu inicial y fundacional; hacia ese sentimiento de entrega y sacrificio es lógico que tiendan todas las unidades. Efectivamente yo también creo que hoy el Ejército es más Legión que nunca por su fortaleza moral, por la fortaleza moral de sus convicciones, por su dimensión espiritual. Y es que esta es una profesión vocacional, épica y de riesgo. Sólo la dimensión espiritual puede dar sentido a la entrega y el sacrificio y de eso sabe mucho La Legión que contagió en su momento, con su espíritu al resto de las unidades. Lo sigue haciendo.

Este es el espíritu de nuestras FAS que no exclusivo de la Legión pero que en ella tiene un culto especial.

Anticuada Legión dicen algunos y con ese prejuicio estaba ya firmada no hace muchos años la orden de su desaparición. La que se creó bajo las premisas de <<rendir culto al Honor militar y al Valor militar y que, sus componentes, sugestionados con estos sentimientos, vencieran el instinto y no temiesen a la muerte… la que nació como hermandad para que fuera: militar, guerrera, heroica>>, no puede desaparecer. Este espíritu que le da su fundador tiene hoy más actualidad y necesidad que nunca.

Recorrido espiritual por La Legión lo llamo por ser el referente, guste o no guste, de un espíritu nuevo que nació en un momento crítico y decisivo. Recorrido espiritual porque desde su nacimiento hasta nuestros días esta unidad tiene en su base espiritual su razón de ser, su motivación y cohesión, la singularidad de su credo, el arraigo popular, incluso su permanente controversia; su espíritu no ha variado ni un ápice desde su fundación. Su fuerte contenido espiritual hace decir a su fundador el TCOL.Millán Astray aquello de que La Legión es también religión y sus oraciones están comprendidas en su credo.

De todo esto, de esa dimensión espiritual, es de lo que quisiera hablarles y dar pie a sus preguntas e interrogantes.

Para mi argumentación voy a partir de una fecha el 22 de Julio del año 1921, Annual. Si lo prefieren lo diremos como se ha popularizado “El Desastre de Annual”.

Es una fecha que ninguno deberíamos olvidar y menos quien viste el uniforme. Para mi tiene un fuerte componente sentimental hablar de Annual ya que el jefe de la sección de Campaña del EM. del General Silvestre hasta pocos días antes del desastre era mi abuelo, el General Dávila.

Pocos días antes, y después de controversias y enfrentamientos “militares” con Silvestre, fue evacuado de Melilla gravemente enfermo. No entraré en detalles de aquello que en su momento reflejaré en alguna publicación.

Lo que ahora viene al caso es aquella fecha, por lo que significa para el ejército español, para el espíritu militar, el de las tropas españolas, que sufre una de las mayores derrotas de su historia, y no por la derrota en sí sino por la forma en que han sido derrotadas. Más que una derrota material habría que hablar de derrota espiritual. Miles de muertos sin saber cómo y porqué. Daba la impresión de que allí en Melilla el ejército iniciaba el camino de su desaparición espiritual y sería sometido al juicio de la historia. Mucho cambiaron las cosas no sólo en lo militar, que también en lo político, a raíz de aquél desastre. No es bueno mirar el pasado para relamerse las heridas pero peor es olvidar las lecciones de la historia que repite escenarios y situaciones.

Annual y sus consecuencias, en mi criterio, es la derrota espiritual de un pueblo y de su ejército, de sus dirigentes, de su reciente historia. Es el final de un ciclo desastroso, de corrupciones y relativismos, de abusos e injusticias que traerán graves consecuencias. Annual no es una derrota aislada ni simplemente el hundimiento de la Comandancia General de Melilla, es la derrota espiritual de todo un pueblo, del ejército allí desplegado. Lo resume Berenguer en la comunicación que le hace al Ministro de la Guerra: “Me encuentro con que no hay nada aprovechable.

Todos los servicios desorganizados, el material casi en su totalidad en poder del enemigo, y las fuerzas dispersas y sin mando; y con ser desastrosa la situación que le pinto de recursos materiales, lo es mucho más la moral que se ha perdido en casi todos los restos de este Ejército. En una palabra: la Comandancia General de Melilla se ha hundido en unos días de combate, en forma que de ella poco queda aprovechable; todo hay que crearlo nuevo, y todo ha de ser con los recursos que reciba, y tan urgentemente que, de no hacerlo enseguida, no podríamos contener quizás ni a la misma cabila de Guelaya, teniendo que constituir las posiciones iniciales del año 1909”… “Moral de la tropa es tan deprimida que no me comprometo a operar”.

Es el hundimiento del ejército al completo como continúa diciendo el General Berenguer: “No se trata de reforzar un ejército con elementos nuevos, sino de crear un ejército”. No era necesario crear un ejército, añadiría yo, sino dar una nueva moral, infundir el espíritu militar de siempre a las tropas. Ejército existe pero sin espíritu no es más que una masa sin sentido camino de la tragedia. ¿Qué hacer en momentos como estos? La reacción patriótica, la ráfaga momentánea de entusiasmo de toda España, que aceptaba el sacrificio para haber resuelto militarmente el problema de Marruecos se tradujo en un aumento ostensible de voluntarios para África, pero aquello no era un problema de cantidad sino de calidad. La solución no era juntar muchos hombres sino simplemente enseñar, instruir y adiestrar a los necesarios y aquella era una labor difícil después de lo acontecido ya no sólo en Annual sino en lo que quizás tuvo más eco en Melilla, Monte Arruit, a las puertas de Melilla.

El 31 de Julio, pocos días después del desastre, las fuerzas disponibles en Melilla llegadas de la Península y de Ceuta eran quince Batallones, dos Regimientos de caballería, tres Grupos de Artillería, más los Regulares y el Tercio de Extranjeros. Entre el 13 y 25 de Agosto fueron llegando a Melilla otros diez batallones más, tres grupos de Artillería, dos Regimientos de Caballería, zapadores y servicios. Se llegaban a sumar 62000 hombres. Las fuerzas de Regulares y las de La Legión eran mínimas al lado de las de recluta forzosa. Pero la guerra no es  cuestión de cantidad, de números, de hombres, ni siquiera de material, a pesar de la importancia de este y no hace falta irse muy lejos en el tiempo para comprobarlo; es más bien un problema de mentalidad, de capacidad, de voluntad de vencer y de apoyo en la retaguardia (esa que ve las cosas desde lejos y opina en la distancia). Efectivamente como decía Berenguer, “No se trata de reforzar un ejército con elementos nuevos, sino de crear un ejército”. Y ese nuevo ejército, ese espíritu nuevo, milagrosamente ya estaba en marcha. El Tercio de Extranjeros, La Legión… que iniciaba su  recorrido histórico, espiritual le he llamado, desde la necesidad, como si de un milagro se tratase. Melilla, España, la necesitaba.

Desde el año anterior, 1920, el proyecto estaba en marcha en Ceuta. No deja de ser curioso que mientras en Melilla asistimos al hundimiento del espíritu de las tropas en un espectáculo escandaloso a la vez que trágico, en Ceuta está naciendo a la par, o mejor dicho, está renaciendo el espíritu de lucha, de dignidad, el honor de siempre. Aquel Real Decreto de Enero de 1920 por el que se crea el Tercio de Extranjeros explicaba las razones que había llevado a crear esta unidad… “La conveniencia de utilizar todos los elementos que puedan contribuir a disminuir los contingentes de reclutamiento en nuestra Zona de protectorado en Marruecos…”…hombres de todos los países…”  “como ensayo, la creación de un Tercio de Extranjeros”.

Pero a la postre ni extranjeros ni ensayos. Una auténtica avalancha de españoles se apuntaron al Tercio (Curiosamente la mayor acumulación de voluntarios se produjo en Barcelona, viéndose obligado el Ministro a autorizar su incorporación a Ceuta antes de la fecha prevista de inicio del reclutamiento). Españoles, de las más distintas clases sociales, no extranjeros, acuden en tropel. En tres meses se reclutaron 1700 legionarios teniendo que restringir la recluta. Y a raíz del desastre de Annual la recluta en La Legión fue espectacular. Durante los meses de agosto, septiembre y octubre de 1921 se incorporaron cerca de 4.000 nuevos legionarios y los extranjeros que suponían hasta entonces el 15% aumentaron en tres meses al 20% (unos 700). Queríamos ahorrar vidas de españoles, habían muerto miles de españoles y los españoles se hacían novios de la muerte. Queríamos ensayar y el ensayo se convertía en acontecimiento inesperado. No hay más que una razón para este milagro, acertar a la hora de motivar y dar razón al sacrificio sin olvidar la formación técnica, la preparación adecuada. No son razones de índole material las que llevan al sacrificio. Estar convencidos de que luchaban por una causa justa ha sido históricamente para los soldados su asidero moral más firme ante la brutalidad de la guerra. El honor y la honra siempre han sido sentimientos que han acompañado a las unidades moviéndolas hasta límites insospechados. Cuando no se lucha con convicciones morales, cuando cada uno va a lo suyo y no hay una referencia a seguir, un ejemplo a imitar y una disciplina moral que cumplir sólo se lucha por salvar la vida y ese es el momento a partir del cual se empieza a perder la moral, el combate y la vida. Al margen de la formación técnica, de la preparación, de la instrucción y el adiestramiento, la camaradería, la fraternidad, forja unidades muy sólidas cuyos miembros se sacrifican individualmente en beneficio del grupo. Esos detalles claves para un ejército se habían derrumbado en unos minutos en Annual socavados por la ausencia o ineficacia del mando, el olvido, la incompetencia y la irresponsabilidad de muchos, que no eran precisamente los soldados. Pero no hacía todavía un año desde que el Tercio de Extranjeros se había puesto en marcha para recuperar ese espíritu perdido. Sus acciones en Ceuta comenzaban a conocerse por todos los rincones de España, y en Melilla, ante la caótica situación en Julio del año 1921 solo se confiaba en La Legión. ¿Por qué? No eran unos mejores soldados que otros; no eran los legionarios hombres muy distintos a los soldados que integraban el resto de unidades. ¿Dónde estaba la diferencia?  ¿Qué es lo que repentinamente había cambiado e hizo recuperar el valor a las tropas?

¿Nacía un nuevo espíritu? ¿Nacía una nueva forma de entender el combate? ¿Nacía un nuevo espíritu militar, una nueva forma de entender el mando? Me lo he preguntado muchas veces…Y la respuesta la tenía la propia historia de nuestros soldados, la de aquellos que había sido la mejor Infantería del mundo, aquellos que en Rocroi supieron morir sin ser derrotados a la rendición porque eran un Tercio español.

La Legión se crea apostando por la modernidad en cuestiones orgánicas, de armamento, uniformidad, logística de campaña, así como con la introducción de una adecuada proporción entre elementos de maniobra y fuego, evolución radical que permitía organizar una base de fuegos muy potente y próxima a la maniobra de las compañías. Así mismo se introdujo un elemento muy importante y pionero en España: el fusil ametrallador.

Pero si importante es la orgánica, el material, la organización…el cambio más profundo que se produce es el de la mística. Porque es la mística la base espiritual de la legión, médula y nervio, alma y rito de ella. Ahora que tanta importancia se le da a la proyección de la IMAGEN, al mensaje que hay que vender, la Legión fue en eso magistral y una adelantada. Se empieza ahora a  estudiar este fenómeno de la Legión para comprender las razones de su éxito. Creemos que su mensaje triunfó por una sola razón: No engañar a nadie y hacer poesía de la vida aunque esta sea efímera. El legionario necesita verse envuelto en una aureola romántica, en un poema de lucha entre la vida y la muerte, en la vida misma. Ser legionario es vivir la vida cada segundo dando importancia  a lo que realmente lo tiene y pertenecer al Tercio es saber que tienes una familia que cuida de lo tuyo y de los tuyos estando tu o no estando, muerto o vivo. La Legión trasciende en el tiempo y ser o haber sido legionario es pertenecer a una hermandad que te acompañará siempre, si tu quieres. No tenemos tiempo pero les contaría la ingente cantidad de personas anónimas que constantemente se ofrecen para ayudar a la Legión y a sus legionarios cuando la necesidad surge.

El Credo es la base espiritual de la Legión, médula y nervio, alma y rito de ella.

La Legión es también religión, escribe su fundador, y sus oraciones están en él comprendidas: las del valor, compañerismo, amistad, unión y socorro, marcha, sufrimiento, endurecimiento a la fatiga, compañerismo ante el fuego, y las cardinales: Disciplina, Combate, Muerte y Amor a la Bandera.

Espiritualidad por todos lados, una necesidad vital para una unidad que reclama a sus componentes la disponibilidad permanente de su propia vida en el cumplimiento de su misión, que les exige entregar la vida como vocación. Misión insoportable a todas luces si se carece de una visión espiritual, moral de la existencia. No cabe duda que con el Credo legionario Millán Astray pretendió compendiar los valores militares teniendo en cuenta que se esperaba una composición heterogénea de la Legión por lo que estos valores tenían un claro componente universal, válidos para cualquiera que se alistase y convirtiendo como en la Legión extranjera “Legio Patria Nostra” la idea de patria en la de Legión. No tenemos tiempo para desgranar el credo legionario que como credo no es un articulado sino que se compone de “Espíritus” es decir de la esencia y la sustancia de la profesión, de algo que va más allá de su disciplinado cumplimiento y se enfoca más a  su profundo sentimiento. Es un sobrecogedor desafío a la guerra y a la muerte, un canto a los fundamentos castrenses de la raza española. Es como un resorte que hace revivir el espíritu de la infantería imperial, que despereza las virtudes innatas de la nación. Quizás por eso no ha dejado indiferente a nadie y ha sido objeto de alabanzas y críticas. También es un código capaz de hermanar con los mismos ideales a los hombres de todas las razas y de todas las creencias. Es un código prodigioso y extraño, que resulta humano a fuerza de ser severo y duro. No es palabrería el decir que el resultado inmediato que produjo el Credo de La Legión fue convertir a aquellos seres abatidos, desengañados y cansados, en caballeros de un ideal, redimidos y purificados. Pero como vulgarmente se dice algo tiene el agua cuando la bendicen. Hoy todos copian aquello y en el momento en que se crea una unidad se pone bajo unos principios de actuación que buscan resumir en ellos un código de conducta y virtudes, un Decálogo, un Credo, como vemos en unidades como Paracaidistas o recientemente la UME. Es lo que ahora se llama cultura corporativa que ya  inventaron los Tercios, en Flandes y en La Legión.

El Credo de la Legión después de muchos años y distintas vicisitudes sigue en vigor sin modificación alguna. Sufrió durante unos años una auténtica persecución e incluso hubo un intento ridículo de modificación de sus artículos que nadie quiso llevar a buen término. Cuando me hice cargo del mando de la Legión me encontré con que el Credo estaba de alguna manera restringido ya que sólo se autorizaba a recitar alguno de sus artículos y expresamente prohibidos algunos. Pedí la orden donde figuraba esto y nadie fue capaz de enseñármela con lo que volvimos a su lectura sin ningún problema. Alguien quizás dio en su momento una orden verbal, pero con prudencia e inteligencia todo se aclara. El caso es que lo que algunos ahora llaman espíritu de empresa, corporativo, identidad corporativa, la Legión lo pone en marcha a imitación de la Legión Extranjera a la que acaba igualando al menos porque entre hermanos todos somos iguales. El Credo legionario hoy como ayer sigue siendo la guía y la base espiritual de la Legión. Decíamos al principio que los tópicos sobre el comportamiento de los legionarios son abundantes. Muchos errores también y una falta de investigaciones serias ha creado mitos y falsas historias ya difíciles de enmendar. La guerra civil ha deformado muchos aspectos de la Legión y por otro lado se han utilizado insultos o descalificaciones atribuyendo a los legionarios actitudes y comportamientos deleznables.

Recientemente la obra del TCOL. Miguel Ballenilla y García de Gamarra ha puesto seriedad y rigurosidad en la historia de la Legión y deshace muchas de estas falsedades o exageraciones.

Como decía el General Fontela la razón del militar es la guerra, para ser más exacto el combate y la preparación para el combate, y esto es muy duro y poco agradecido, y para eso están estas unidades como la Legión. En los años fundacionales hubo sombras y dificultades y la legión se fundó con hombres, no con ángeles, y son precisamente esas sombras y las grandes dificultades que se encontraron por el camino, lo que hacen más meritoria la creación de la Legión. Son precisamente esas sombras las que hacen resaltar, por contraste, hasta lo sublime tanto heroísmo y sacrificio de los que vistieron la camisa legionaria con honor.

¿Quiénes son los legionarios? Se preguntaba su fundador…Son los luchadores de la vida, los aventureros, los soñadores, los esperanzados y los desesperados, contestaba. Llegan en su mayoría, seriamente, sin el aturdimiento que buscan algunos hombres cuando afrontan el peligro. Ni gritos, ni alborozo. Reflexivos, quizás muchos tristes. Desconocemos el estado en que llegarán a los conventos los que llamen para quedarse, pero si son hombres que ya anduvieron por el mundo es seguro que sus caras y sus almas son muy parecidas.

Y los hay de todos los tipos, de todas las clases humanas y algún Capitán Alatriste que todavía pulula por nuestra geografía. Mandando la Legión asistí a una boda en Madrid en la iglesia de San Fermín de los Navarros y por deseo expreso de los contrayentes asistí de uniforme. Al finalizar la ceremonia me encontré con cuatro pobres pidiendo en la puerta de la iglesia y uno de ellos al verme gritó “Un Legionario” y acto seguido y más fuerte “Coño si es General de La Legión”. Tres de ellos habían sido legionarios y conforme me mostraban sus brazos tatuados me contaban sus aventuras y desventuras. Les di algo de dinero y lo más importante una tarjeta mía para que fuesen a ver al Coronel que preside la Hermandad Nacional de la Legión y pudiese atenderles en sus problemas, como de hecho se hace con todo el que se acerca a una Hermandad. Por allí como me suponía no aparecieron y a uno de ellos que volví a ver me dijo que andaba a lo suyo y que ya iría.

Me he encontrado con almas legionarias en muchos rincones y casi todas responden a los mismos parámetros de bondad y de libertad, esa que usan los pájaros para ir y venir sin puertas ni jaulas. En todos la misma disposición y entrega de siempre y deseosos de volver si pudieran a su Legión. Cuentan que viniendo un día Franco de una cacería se detuvo en Despeñaperros donde se acercó un antiguo legionario suyo. Franco le reconoció y le recibió durante unos minutos en el mismo coche. Le preguntó si necesitaba algo a lo que el legionario contestó que para él nada ya que estaba estupendamente. Pero que ya que se interesaba por él le iba a hacer una petición para un gran amigo suyo que era Guardia Civil, allí destinado pero que al ser de Melilla estaba muy sólo y desamparado recordando a su familia. Franco Ordenó a su ayudante tomar nota del nombre y efectivamente al poco tiempo el G.Civil se presentaba en Melilla. Al ser preguntado por el Comandante de la GC. Las razones por las que le habían destinado allí y que a quién conocía este respondió que el primer sorprendido era él ya que en Melilla no se le había perdido nada. Aquél antiguo legionario era un avispado furtivo al que el GC. traía frito a denuncias y se lo quitó de encima vía legionaria… Mejor es no cruzarte con un avispado legionario.

Y no nos engañemos con esa imagen estereotipada del legionario bebedor, agresivo y pendenciero… Falso. El día a día de la Legión empezando por la hora de gimnasia es muy duro. El legionario es fiel reflejo de las virtudes y defectos del pueblo español y como en cualquier sitio hay de todo. Cuando en marzo de 1926, el caballero alumno de la Academia de Infantería don Marcial Sánchez-Barcaiztegui Gil de Sola solicitó su ingreso en La Legión, el coronel fundador le escribía en estos términos:

“Habrás de rendir culto al honor, culto que te obligará a que tu conducta en todos los órdenes, tanto militares como civiles, sea pura e inmaculada, depurada en todos sus conceptos, siempre inclinada al bien, evitando en todo momento los pasos en falso, las conductas dudosas y las compañías perniciosas. Culto al valor, que te sobreponga a las flaquezas humanas y al instinto de conservación, para ofrendar con gusto la vida y poder mirar a la muerte cara a cara; pero este valor ha de ser sereno, tranquilo, ecuánime, sin exaltaciones ni depresiones, sin despreciar al enemigo si fuere poco, sin temerle cuando sea mucho…culto a la cortesía para que tus actos se rijan siempre con la exquisitez de los caballeros españoles; dulce en el trato, afable con todos, respetuoso para con los superiores, galante con las damas, singularmente amante y entusiasta del soldado, al cual has de cuidar constantemente, encauzándole y atendiéndole con fraternal cariño…Y como final, culto a la Patria, altar en donde has de ofrendar cuanto seas, todo lo que poseas, cuanto puedas valer, y como compendio y suma de los ofrecimientos, entregar en ese santo altar tu vida, con la seguridad de que sólo así esta Patria será grande”.

No sé lo que ahora se enseña en las Academias militares pero si no es esto, todo lo demás sobra. Esta es la auténtica ingeniería que necesita un soldado, la del espíritu. Cuando un nuevo oficial llega a la Legión en un acto sencillo y lleno de solemnidad se le recibe con la lectura de esta carta que es el Código de los Caballeros.

Creo que ahora irán entendiendo el título de mis palabras… “La legión, un recorrido espiritual”.

Nos habíamos centrado en ese momento clave en Melilla y las consecuencias materiales y morales de lo ocurrido en Annual y su coincidencia con la entrada en escena de un nuevo espíritu, el de La legión.

Ante el panorama que tras el desastre de Annual se respiraba en Melilla materialmente y en el conjunto del ejército espiritualmente, La Legión transmitía una razón por la que luchar, la entrega, la entereza moral, la competencia y la ejemplaridad. Volvía aquél espíritu que nunca debió faltar para liberar a los refugiados de Monte Arruit.  En este ambiente, en esta situación, ha nacido La Legión y a los pocos meses de su creación nadie la discute; su actuación se mide por éxitos, victorias y actos heroicos.

Aquellos primeros pasos de La Legión en Melilla no sólo sirvieron para confirmar su eficacia y capacidad sino que también fueron el acicate necesario para recuperar el prestigio perdido y la esperanza en nuestros soldados que habían sufrido una de sus mayores derrotas. Ejemplo y acicate para generales y soldados, para amigos y enemigos. El Ejército volvía a sentir su honor, disciplina, acometividad, abnegación y solidaridad.  Legionarios, Regulares y tropas peninsulares combaten juntos recobrando el espíritu de victoria.

En La Legión desde sus inicios, el conocimiento y el sentimiento se aunaron en las enseñanzas y se reforzaron en el combate. Estamos acostumbrados a oír las hazañas de La Legión en sus numerosas acciones que minimizan las de otras unidades, pero en mi criterio el verdadero triunfo, la hazaña de la legión fue saber transmitir a otras unidades la acción heroica, el sentimiento de unión, de camaradería. El Credo legionario, el compañerismo, la amistad, el sufrimiento y la dureza, la disciplina, la Bandera, no eran exclusividad de los legionarios, lo que sí es de su exclusividad y mérito fue saberlo trasmitir con su ejemplo al resto de las unidades. En definitiva no eran más que soldados españoles, los de siempre, a los que se les había imbuido, a los que se les había dado no un nuevo espíritu sino simplemente habían recuperado el auténtico espíritu del soldado español.

Los soldados de recluta eran de diferente origen social, en su mayoría pertenecientes a las clases más desfavorecidas, con niveles distintos de instrucción, poco motivados, sin experiencia de combate y con un armamento y material insuficiente, anticuado, escaso. Las misiones que desempeñaban siempre las realizaban en retaguardia o en blocaos, convirtiéndolos en soldados de segunda fila sin espíritu de lucha. En Marruecos se estaba pasando sutilmente de una inicial acción de policía, de pacificación, de civilización, a la guerra con toda su crudeza y para eso no tenían la adecuada preparación ni medios suficientes. Nadie quería hablar de guerra ni de muertos, ni de heridos. Y allí en los campos rifeños, en una guerra que parece perdida ante el desastre de Annual, se encuentran combatiendo Fuerzas Regulares, La Legión y las tropas de reclutamiento forzoso.

Hace tiempo di una conferencia en la Hermandad de Antiguos Legionarios de Almería que titulaba “Reflexiones Sobre La Legión”. En ella hacía un cierto paralelismo entre La Legión y una de las más queridas unidades militares que han pasado por Almería, el Regimiento de La Corona. Es precisamente este Regimiento el primero en llegar a Melilla después del Desastre de Annual. Si leemos la mayoría de las crónicas y libros escritos nos dicen que las primeras tropas en llegar al rescate de Melilla son las de La Legión que embarcadas en el “Ciudad de Cádiz” llegaban, procedentes de Ceuta, al mediodía del 24 de Julio. No es cierto ya que las primeras tropas en llegar son las del segundo Batallón del Regimiento de La Corona de guarnición en Almería al mando del Teniente Coronel D. Eduardo Barrera Bau, que lo hicieron ese mismo día a las ocho de la mañana. El error es bastante frecuente y figura hasta en el primer tomo del libro editado por La Legión titulado “La Legión Española”. Es también un error y además una clara injusticia lo que he podido leer en un importante libro- que no voy a citar- cuando dice que “los integrantes del Batallón de La Corona vienen muy afectados por la travesía desde la península, y las noticias que corren de boca en boca originan el espanto en las filas del Batallón al recordar la sangría ocurrida en aquellas mismas tierras doce años antes, en 1909”. Los hechos demuestran lo contrario al ver la actuación heroica de este Batallón, condecorado con la Medalla Militar, y la actuación de su Jefe muerto como consecuencia de una enfermedad contraída en la guerra y declarado a pesar de ello y por ley  como muerto en combate.

Y así esos valores de siempre y que parecían perdidos, renacieron en el Regimiento de La Corona y en otras muchas heroicas unidades. Eran las enseñanzas de La Legión que en contra de lo que muchas veces se ha comentado tenían un valor inteligente y no temerario. No había alardes inútiles de valor ni actos de riesgo personal innecesarios a excepción de aquellas ocasiones en el que el decaimiento moral lo exigía. El aprovechamiento del terreno, el fuego y el movimiento, el constante adiestramiento y la disciplina, unido a los valores de su credo  fue lo que le dio sus victorias y lo que transmitieron y enseñaron a otras unidades. Las cosas cambiaban y regresaba el espíritu antiguo, el de siempre, aquél de Mayo de 1808 del pueblo de Madrid, el del capitán Ruiz y los tenientes Daoiz y Velarde.  El de los héroes de Sidi-Dris, de Abarrán, del Igueriben; el de aquellos jinetes del Alcántara con Primo de Rivera a la cabeza. Y a esos soldados, legionarios, Regulares y de reemplazo SM. El Rey les impone la Medalla Militar ganada codo con codo. Con más claridad lo dice el Rey cuando se traslada a Almería a condecorar a la Bandera del Regimiento de La Corona: “Regimiento de la Corona: Es para mí una satisfacción inmensa que la primera vez que os paso revista sea para condecoraros con la medalla militar. Sois testimonio glorioso de lo que es capaz un soldado español cuando está bien mandado…Nunca olvidaremos tu hazaña, regimiento de la Corona”. Esa era la clave… “de lo que es capaz un soldado español cuando está bien mandado”. Con  La Legión aparece de nuevo la gloriosa Infantería española, es decir la médula del  Ejército. Por todo ello al hablar de La Legión hablo de un recorrido espiritual. Un recorrido por todo lo que pertenece al espíritu, ese principio generador e íntimo que es en definitiva la esencia de la milicia. El espíritu también se define como ánimo, valor, aliento, brío, esfuerzo; como vigor natural y virtud que alienta y fortifica el cuerpo para obrar. Hablar de la milicia es hablar de sensibilidades y de unas manifestaciones o tomas de decisión personales que no responden a los cánones convencionales. Son decisiones, razones que se enmarcan en el campo espiritual y que responden a un único y mismo criterio, a una misma y única razón de ser, el espíritu que surge de la práctica y la vivencia de unas virtudes. La milicia ha sido y será una profesión del espíritu. A pesar de los cambios. Vivimos momentos de cambios en todos los aspectos y no sé si por necesidad real o moda temporal de lo que se trata es de cambiar. Aquello que decía San Ignacio de que en momentos de crisis no hacer mudanza ha quedado en el olvido y ahora se trata de cambiar muchas veces sin saber para qué ni por qué. Y quizás haya que cambiar la enseñanza militar, el armamento y el equipo, los idiomas, los uniformes…pero tocar el espíritu de nuestras tropas, de nuestros soldados es innecesario. Precisamente es ese espíritu lo más envidiado por el resto de los ejércitos en el mundo entero.

Decía la Enciclopedia Espasa de 1924 al hablar del espíritu militar: “Principio esencial, naturaleza moral de los pueblos, de las instituciones armadas y de los individuos, por lo que a la guerra, y sobre todo a la guerra ordenada, se refiere. Así como la eficacia militar es debida a la suma de todos los factores morales y materiales, el espíritu militar depende nada más que de los caracteres psicológicos, de modo que es tanto mayor cuanto más desarrolladas están las virtudes militares, y desaparecen cuando estas virtudes se desconocen o se olvidan.

Como todos los principios esenciales, el espíritu militar es difícil de definir y de explicar. Existe en las sociedades y en los individuos, como existe el patriotismo en los pueblos, como el alma en los hombres. No es una pauta, es una fuerza; no es la brújula que señala el camino del deber, es el fluido magnético que impele a seguir este mismo camino.

Las manifestaciones del espíritu militar, como sucede con todas las manifestaciones del espíritu, son tan variadas como son distintas las circunstancias en que se da a conocer. Cuando el amor a la vida dice al oído del hombre que se separe del peligro, le dice el espíritu militar que se mantenga en su puesto de honor, despreciando la existencia en aras de la Patria; cuando la libertad humana le grita que se rebele contra la orden mal dictada, el espíritu militar le obliga a doblegarse y a someterse a quien la ley le señala como un superior; cuando la vanidad humana le induce a oponerse violentamente a la opinión del jefe inepto, el espíritu militar le sujeta a respetar lo que la inteligencia de ningún modo aceptaría; pues el espíritu militar es unas veces valor, otras abnegación, muchas veces entusiasmo por la profesión abrazada, no pocas anhelo de gloria para la colectividad, afán de esplendor para la patria; es, en fin, el conocimiento pleno del deber y la voluntad decidida de llegar hasta el sacrificio para cumplirlo”.

Que yo conozca no hay profesión ni vocación que exija por contrato, por juramento o promesa, entregar la vida si preciso fuera en defensa de España. Así se dice en el Juramento o promesa ante la Bandera y así lo dictan las Reales Ordenanzas…

“La disposición permanente para defender a España, incluso con la entrega de la vida cuando fuera necesario, constituye el primer y más fundamental deber del militar…

¿Hay algo más espiritual que entregar la vida por y para los demás? Y esto no necesita cambio alguno. El oficio militar, ese que se definía como… aquí la más principal hazaña es obedecer…Cumplirá con su deber obedecerá hasta morir…Religión de hombres honrados… no tiene otra razón de ser que la existencia real o amenaza de conflictos bélicos, es decir, algo que hoy con cinismo se rehúye nombrar, la guerra. Nunca ha habido tantas guerras ni amenazas como ahora. Nunca ha habido un negocio armamentístico como el de ahora. Y en mi particularísima opinión nunca ha habido tanta hipocresía como ahora a la hora de definir conflicto, guerra, acción de imposición de la paz…Vivimos la utopía del final de las guerras, del final de los conflictos armados y hasta conceptos tan manipulables como que el Ejército es innecesario. Una prueba de ello es comprobar cómo la épica, el riesgo es asumido por otras organizaciones como bomberos, ONG, s. deportistas, etc. que ocupan el espacio mediático y épico. Hay que tener cuidado con los cambios porque cuando este concepto del ejército entra en crisis o se sustituye por otros muy buenistas y utópicos se produce una grave desorientación que cala incluso dentro de la propia institución. La guerra desgraciadamente no está superada y el conflicto armado abre constantemente las portadas de periódicos y televisiones. El militar, el soldado debe prepararse para la guerra y alcanzar la máxima eficacia para el combate al servicio de la sociedad y de la Patria. No parece muy difícil de entender la necesidad de disponer de un instrumento para salvaguardar y proteger los bienes de la nación y la vida de sus habitantes ante una agresión armada, recurriendo al uso de la fuerza, si así fuese necesario. Y si no es así podemos caer en gravísima irresponsabilidad que en definitiva se traduce en la pérdida de la vida.

Todos hemos asistido en los últimos años a la polémica más que semántica de llamar guerra o no a las situaciones a las que se enfrentan nuestros soldados en Irak, Afganistán…Hemos asistido, alguno de nosotros perplejo, a graves enfrentamientos políticos sobre una intervención sí y otra no. Se han dicho sobre estos temas las barbaridades más fuertes oídas en política últimamente. Heridos, muertos, condecoraciones, acciones en el Índico (Alakrana), accidentes (Cougar), escenarios (Irak-Afganistán), todo se ha puesto bajo sospecha y enfrentamiento. Y todo esto mientras los soldados se jugaban la vida, atónitos ante el espectáculo. En fin situaciones alguna más que penosas y que requieren un análisis acerca del sentido de la responsabilidad de algunos pero que no es motivo de esta charla. Pero viene esto a colación porque mientras preparaba estas palabras surgió una de las muchas acciones de combate que se desarrollan actualmente en Afganistán en la que resultó herido de bala un legionario. Ha sido durante este mes de Marzo cuando el Caballero Legionario Iván Castro Canovaca era herido de bala en un enfrentamiento con los talibanes. La noticia no ha rellenado muchas líneas de periódicos y no recuerdo haberla oído en ningún telediario. Simplemente es un herido en un combate en Afganistán…Pero entre lo que ocurre informativamente hablando, lo que cuentan los políticos, el mayor o menor interés informativo, el lenguaje empleado para calificar los hechos de guerras, conflictos, misiones de paz o como se quiera llamar, y lo que viven y como lo viven nuestros soldados hay una diferencia sustancial. Este es un ejemplo de muchos de los que se podrían citar…De la noticia…  “Un soldado español herido leve en un enfrentamiento con talibanes en Afganistán” y la Orden publicada por La Legión hay diferencias sustanciales que indican el enorme abismo que separa el mundo real del combate y el de la retaguardia. Creo que no está demás pararnos unos minutos a leer algunos párrafos de esta orden. Creo que veremos en ellos esa dimensión espiritual tan necesaria para poder enfrentarse así a la muerte.

Este es el recorrido espiritual que he pretendido hacer y que como no puede ser de otra manera terminaré con la devoción de la Legión a su Cristo de la Buena Muerte.

Particularmente me gusta la denominación del Cristo de los legionarios como es conocido popularmente en Málaga. Pero tampoco quisiera detenerme excesivamente en la conocida “Congregación de Mena” precisamente por ser la más conocida y sí hablarles de las distintas devociones legionarias.

Pero en la línea de lo que les estaba diciendo quiero finalizar este recorrido espiritual por la Legión con algunas particulares apreciaciones.

Creo haber dicho que la formación moral en mi criterio es mucho más importante en un militar que la formación técnica. Hemos visto la importancia que en la Legión tuvo esa formación y que es la dimensión espiritual la única que puede dar sentido a la entrega de la vida y al sacrificio. También es algo evidente que la espiritualidad y trascendencia en el pueblo español tiene profundas raíces cristianas y que históricamente el militar español ha sido un hombre de fe, de fe cristiana. Por ahora pocos se atreven a levantar la voz a favor de mantener nuestra fe y nuestras tradiciones. Según dice la prensa, a raíz de las JMJ (Jornadas mundiales de la Juventud), en Madrid con el Papa, ha habido un sinfín de llamadas de militares extranjeros para desfilar con el Cristo de La Legión en Málaga.

Que poca seriedad, que continuos vaivenes. La fe parece depender del Gobierno de turno. Si hay quien sí, pues a procesionar y si hay quien no pues al cuartel. Se nota que nunca han sentido la muerte de cerca.

Los legionarios no participan mucho del juego mediático. Cuando acuden a una procesión mi impresión particular es que lo hacen dándolo todo. Suelen ser bastante herméticos con sus mandos y se les conoce más por sus gestos, por su actitud, que por sus palabras. En las procesiones no hay ningún problema para conseguir voluntarios, todos lo son. También es cierto que se cubren todos sus gastos y se les dan las dietas reglamentarias. Hay lugares que tienen mayor preferencia para ellos que otros y la verdad que esto depende de la forma de tratarles cosa a la que el legionario es muy sensible. Málaga es atractivo para ellos por lo mediático de la procesión, la historia que acumula y el cariño y calor humano que reciben del pueblo malagueño. Pero por encima de ello y de los directivos de la Cofradía está el Cristo de la Buena Muerte. Muchas veces no sabemos si es de los legionarios o de los cofrades y en alguna ocasión los intereses parecen prevalecer sobre la fe. El aspecto social tiene mucho que ver y en ocasiones esto debería ser mejorable. Hay muchos intereses por medio. En la Legión gusta la verdad y hay que ir con la cara descubierta. Pero el legionario suele llevar a su Cristo colgado del pecho, a Él le reza y de Él presume al lucirlo en su pecho.

Cuentan que una Semana Santa de los primeros años veinte, varios legionarios-en descanso de la guerra de África- y unos cofrades de Mena compartieron el pan y la sal, hicieron amistad y hermandad… “Morir en el combate es el mayor honor” y para esa muerte…el abrazo redentor del Cristo de la Buena Muerte.

Es a partir del año 1927 cuando se inicia la escolta de los legionarios al Santísimo Cristo y en el año 1930 empiezan a desfilar acompañando al Cristo como Protector. El pueblo de Málaga suscribió esta unión con una saeta eterna…

“Dicen que a la Legión se ha alistado

Un Cristo crucificado”

Todos los Tercios tienen una imagen del Cristo que suele entronizarse en las formaciones legionarias, es decir es trasladado por los legionarios a un lugar de honor para presidir el acto y la oración a los muertos. Digo suele porque no siempre se hace así y menos ahora con esa fiebre laicista que nos invade.

En el año 2000 el Cristo fue declarado oficialmente por Monseñor Estepa, arzobispo castrense, Protector oficial de la Legión.

Recuerdo los días anteriores a nuestra marcha hacia Irak. Preparábamos conductores de BMR, en Ronda. Un accidente se llevó a uno de los instructores. Al finalizar el funeral me acerqué al cabo de la escuadra de gastadores para darle el pésame legionario. Me contestó  “ Gracias, Mi general pero ya sabe VE que nosotros estamos para lo que El diga (El Cristo) y a este se lo ha querido llevar ahora…No quería que fuera a Irak”.

El caso es que hay muchos lugares donde el legionario asiste en Semana Santa con  entrega, fe y devoción. Lugares que luego a lo largo del año hacen una labor encomiable para el legionario, ayudas, becas, atención familiar, etc. Por cierto no les extrañará que en el tiempo que estuve en la Legión se atendía amuchas familias de legionarios con alimentos y no era la época de la crisis.

Termino. Quisiera que entendiesen más de cerca a los legionarios porque son muy parecidos a la definición de español.

No sé si este final lo van a entender. Yo me entiendo.

Yo lo que quisiera haber sido es legionario. Por encima de general de los legionarios. Pero me quedé en el camino.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

15 diciembre 2019

 

28 pensamientos en “LA LEGIÓN CAMINO DEL CENTENARIO (64). UN RECORRIDO ESPIRITUAL General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

  1. Queridísimos amigos:
    – Me disculpo, una indisposición, sin mayor importancia, me ha impedido estar con vosotros estos dias.
    – En cuanto a la conferencia que hoy nos haces llegar, junto a mi madre tuve el privilegio de podertela escuchar, personalmente . Es imposible que tu te acuerdes. Fue el día que nos presentaron.
    – Lo has dicho tu todo. Nada puedo yo añadir.
    – Solo darte las GRACIAS por el «Banderín de Enganche» de amor a la Patria que supone para millones de españoles, las colaboraciones en tu blog.
    – Benditos seáis todos los que haceis posible lo que desde hace años yo llamo el milagro de éste blog.
    – Buen dia del Señor a todos.
    ¡¡¡ POR DIOS Y POR ESPAÑA A MIS REYES SERVIR HASTA MORIR, POR LA LIBERTAD VIVA LA LEGIÓN !!!

    Esperanza González de Fonseca Marco

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  2. Buenos días mi General,
    Formadas las seguidoras en el Blog de El Puerto de Santa María, sin novedad. Bienvenidas Teresa, Charo, Mar, María y Fabiola. Admiradoras de la Legión de buena Ley.
    Mi enhorabuena por el excelente testimonio, que rebosa admiración a la Legión y a sus virtudes.
    A esas virtudes, que nos » han enganchado » a la causa y que mostramos con orgullo.
    Podemos presumir de contar con una Fuerza de Elite Ejemplar y muy querida.
    Fuerte abrazo Legionario a todos

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  3. Mi general una gran lección magistral sobre el espiritu legionario , como VE sabe hacer.Que buenos recuerdos le trae su estancia en Almeria .Que siga dándonos estas lecciones muchos años para ejemplo y bien de aquellos que aún tienen alguna duda del comportamiento y el valor de un Legionario.Mi felicitación personal mas distinguida .Viva España Viva el Rey y Viva la Legión.- Un cordial saludo legionario .

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  4. Querido General Dávila:

    Precioso y sentido artículo! Muchas gracias.

    Los valores espirituales son atemporales y son los que han de dar sentido a nuestra pasajera estancia terrenal.

    Esa falta de colaboraciones a la que hace referencia, no ha de ser más que motivo de seguir adelante con paso firme. Gracias!

    Me gustaría compartir con todos, la Oración del Comodoro:

    «Señor, dame el coraje de cambiar aquellas cosas que puedan y deban cambiarse, el valor de aceptar aquellas cosas que no puedan cambiarse y la sabiduría para distinguir entre unas y otras»

    Viva España y Viva La Legión!

    Un fuerte abrazo y feliz tercer domingo de Adviento

    Benigno Castro

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  5. Buenas, siento decirle que no me he leído el articulo, otro día que tenga mas tiempo, pero como dice en una de sus últimas frases del articulo y parafraseándole, en la Legión se entra de legionario y se sale de legionario, lo que transcurre en medio, es la vida
    Paso a paso hacía el centenario, no a 160 pasos por minuto pero si a 24 horas por día
    saludos de un CLP
    Ildefonso Morón

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  6. A las órdenes de V.E., mi General.

    Confieso que, aunque con algo de retraso hoy, acabo leer absorto, con la emoción a flor de piel. y de una sentada, esto, más que sentida semblanza, apasionado y merecido canto épico a la Legión, y por extensión, a la condición de Militar de cualquiera de nuestros ejércitos españoles.

    Siempre entendí y viví la milicia como una vocación, un sacerdocio, y como una congregación fiel cumplidora del rito sagrado diario de renovar la ofrenda de la vida y rendir homenaje a la Patria, en todos sus actos resumidos y compendiados en el izado de la bandera por la mañana y el arriado por la tarde al toque de oración, momentos solemnes y plenos de misticismo donde los haya.

    Lo dijo Calderón de la Barca: «… una religión de hombres honrados».

    Todo lo opuesto y más alejado de un «ejército popular» al servicio del ego y el culto a la personalidad del personaje de turno que logra imponerse, y no precisamente por su valor personal, eliminando a sus oponentes en una torre de Babel en la que nadie se entiende con nadie, porque nadie tiene más ideal que su propio beneficio y egoísmo.

    ¡¡¡Viva España!!!

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  7. No se por donde empezar, ahora mismo tengo la mente en blanco. Sin embargo, puedo decir que desde que entre en este Blog,, la mano guiada por el corazón, escribe sola, soy otra persona. Gracias mi General.
    Lo de hoy ha sido genial, no tiene desperdicio, cada línea es un poema, lo digo yo que no soy legionario, si volviera a nacer quizás intentaría serlo.
    Sobre la falta de apoyo y colaboración, ellos se lo pierden, pero hago una llamada a todos para que cuenten sus experiencias. Tengo muchos amigos legionarios, y se que conservan el amor ,el espíritu y el orgullo de haberlo sido y eso ya es mucho.
    Prometo, que pronto, enviaré una modesta colaboración y por supuesto , puede quitar, cambiar y borrar lo que le parezca impropio.🇪🇸🇪🇸🇪🇸

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  8. Magnifica conferencia e historia de la Legión general Dávila :
    Que leeré, muchas veces, para conocerla cada vez mejor, y con profundidad..
    Infinitas gracias ..
    Un afectuoso saludo..General Dávila.
    !Viva España! !Viva el Rey! ! Viva la Legión !
    Josefa López del Moral Beltrán

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  9. Una magnífica conferencia, mi General, que es necesario imprimir para tenerla siempre a mano y leerla con frecuencia, porque esas virtudes que deben figurar en el espíritu militar y que trajo La Legión a la actualidad cuando más se necesitaban, no sólo sirven para que sepamos el origen y el porqué de su fundación, es como una lección de vida y de espiritualidad para todos y cada uno de nosotros, seamos o no militares, y que se pueden aplicar en su mayor parte a la cotidianidad de nuestros comportamientos incluidos los conceptos de disciplina, esfuerzo y sacrificio en el día a día.

    Puede que en la hora actual sea necesario, más que nunca, luchar cada uno en su parcela y en la medida de sus posibilidades, por nuestra Patria, con el honor y la valentía que ha demostrado y sigue demostrando ese cuerpo de élite que es La Legión.

    Muchas gracias por esa lección magistral.

    Margarita Alvarez-Ossorio

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  10. Con permiso de Vuecencia, mi General. Reciba mis mas sincera felicitación por esta lección magistral sobre La Legión y el Espíritu Legionario. Esta todo escrito pero quiero suscribir el comentario de D. Rafael Hervías. ¡Arriba España y viva La Legión con todas las Fuerzas Armadas!. Julio de Felipe

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  11. Efectivamente, la creación de La Legión supone un giro de 180 grados en el desarrollo de la guerra de Marruecos. Supone sustituir una tropa de reemplazo mal entrenada y desmotivada por una tropa profesional entrenada, con una gran formación física, con gran potencia de fuego y dotada de unos valores morales que han perdurado a lo largo del tiempo.

    Su fundador sabe que el terreno es difícil (áspero y montañoso) y que el enemigo es duro y combativo. Sabe que para ganar esa guerra es necesario crear un cuerpo de élite dotado de una inquebrantable voluntad de vencer. Y esa voluntad inquebrantable de victoria la ha demostrado La Legion a lo largo de sus casi cien años de historia por todo el mundo.

    ¡Las derrotas que nos hubiéramos evitado si la Legión hubiera sido creada 50 años antes!

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  12. CVV:
    «La guerra civil ha deformado muchos aspectos de la Legión y por otro lado se han utilizado insultos o descalificaciones atribuyendo a los legionarios actitudes y comportamientos deleznables»

    Sinceras felicitaciones por esta semblanza de La Legión, que se me ha hecho corta.
    Los insultos, cuando proceden de los enemigos de España, han de tomarse por halagos.
    Gracias a La Legión y sus Jefes, secundados por el pueblo español, es que la Nación salió vencedora del embiste del comunismo en el periodo 1931-1939.
    Su ejemplo y determinación debe inspirarnos en el trance actual, y los nietos de aquéllos deben saberlo y temerlo.
    VERL

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  13. Mi General, como remate de lo que vengo leyendo en este lugar único en su especie y después de leer su conferencia, me quedo con las ganas de haber sido legionario. Hubiera sido un honor y una satisfacción, pero sobre todo una forma de vida en valores poco frecuentes en el mundo de hoy.- Una pena habérmelo perdido y no poder volver atrás.

    Y comprendo su tristeza, porque la indiferencia que caracteriza a la sociedad de hoy no era de esperar entre quienes han formado parte de La Legión. Quizás hayan pasado por ella pero no hayan sido legionarios. Al menos tal como VE los describe.

    Es bien cierto. Tanto daño hacen las palabras de nuestros enemigos como el silencio de nuestros amigos.

    Pero una cosa diré en su descargo. Quizás estuvieron bien preparados para el uso de las armas pero no de la pluma. No todo el mundo es capaz ‒tiene el valor‒ de dejar por escrito lo que piensa, sin miedo a dejar bien claro quién es y exponer públicamente su categoría humana.

    Una cualidad ésta que no puede exigirse a cualquiera sólo por ser legionario, pero que adorna y refuerza la dimensión espiritual y fortaleza moral de quien se atreva.

    Mi General, crítico, incómodo, imprudente quizás, pero no dude que yo estaría codo a codo con sus legionarios en los momentos más difíciles.

    Reciba mi mejor consideración. Un ejemplo y un placer leerle.

    Ah! Y ellos se lo pierden.

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  14. Bueno, puede que no fuera esa su intención, escribir embiste, pero eso es lo que hacen lo toros, y no se yo si no sería un comparativo adecuado, con su permiso., D, José Martínez. Yo si me he enfrentado a un toro bravo en directo, a una edad irresponsable y con la consiguiente preocupación de la familia, y se lo aseguro, tienen una mirada torva, peligrosa y nada consecuente con las intenciones que nos llevaban a visitarles.Impresionar, impresiona. Puede que finalmente tenga usted razón y en los consejos de Ministros sirva de algo parecido por parte del Rey y su presencia en ellos.

    El problema es que aquellos embestían, si se les provocaba un mínimo, aparte de la mirada imponían mucho las defensas con las que contaban, que no eran para echarlo a broma.

    En fin, creo que usted me entiende perfectamente…

    Atentamente

    margarita álvarez-Ossorio

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  15. Muy emotivo su artículo como todos los que VE escribe.
    Le dire que soy un sargento Legionario caballero mutilado de Guerra por la Patria. Herido en el combate de Tifariti en el que fue muerto el sargento Carazo.
    Olvidado por todos los gobiernos de turno desde el 74 aquí. Si volviera a nacer no dudaría en repetir todo lo vivido en la Legión. Un fuerte abrazo Legionario

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  16. Un fuerte abrazo legionario querido y respetado Jesús y te animo a que expongas aquí todo aquello que de interés puedas contarnos, sea bueno o malo, que de todo se aprende. Fuerte abrazo.

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  17. Cuando uno lee estos escritos con tanta profundidad, seriedad y rigor que bien se siente, muchísimas gracias mi General viva la Legion y viva España

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  18. Mi general: ahora eta, bildu, secesionistas , asesinos y corruptos. Y la justicia ¿qué? tarde, tolerante y mal: bambalinas, luces de bengala Y nosotros.. ¿qué? Siempre a tus órdenes.

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  19. CAMINEMOS JUNTOS, MI GENERAL, HACIA EL CENTENARIO DE LA LEGIÓN.
    Excelente conferencia, por la que concluyo tras su lectura, deshaciendo imágenes esterotipadas, muchas de ellas negativas, como V.E., que a mí también lo que me hubiera gustado ser es legionario.
    Lo viví acompañando a mi padre, guardia civil de permiso en su pueblo natal, en el entierro de uno en Campanario; era conocido este hombre, simplemente, por su nombre de soldado “El Legionario”. En el entierro coincidimos con otro, que por haber estado destinado en la primera escolta del General Franco era conocido como “El Escolta”, llegado de otra localidad extremeña.
    Allí pude ver ese espíritu y hermandad de los que V.E. habla en su conferencia.
    Gracias por hacernos llegar estas sentidas palabras.

    ¡VIVA LA LEGIÓN!
    ¡VIVA ESPAÑA!

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