La Legión Camino del Centenario (66) Historia del Novio de la muerte. Miguel Soler

El himno más conocido de la música legionaria, junto con el de la Legión, es sin duda “El novio de la muerte”.

Este fue escrito sobre la historia del primer legionario caído en combate el día siete de enero del año mil novecientos veintiuno, casi al año de la fundación del Tercio por el general D. José Millán Astray y Terreros, en los combates que se dieron contra las tropas rifeñas en el cerco a la ciudad de Melilla.

La historia que voy a contar está basada en el relato del subteniente de infantería ligera en Antonio García Moya en su escrito “El primer muerto de la Legión”, pues bien, allá va esta sempiterna historia que se reavivará cada vez que en cualquier acto de nuestro querido Cuerpo se cante “El novio de la muerte”.

Baltasar Queija de la Vega, nacido en Minas de Riotinto, Huelva, era un joven pequeño de estatura pero con un don especial que era el de escribir versos, sí, aunque no se pueda creer era poeta uno de esos poetas románticos y apasionados que en sus versos saben transmitir la belleza y la pasión con que son escritos.

Este joven onuvense trabajó de camarero y buscando mejorar su precario estado económico un día vio un cartel de reclutamiento de la creación de un Tercio de Extranjeros y un pasquín en el que se podía ver la silueta de un combatiente bajo el siguiente rótulo: «Alistaos en el Tercio de Extranjeros» donde además se daba cumplida información de las condiciones del servicio donde se decía: “En la Legión encontraréis un buen haber, primas de enganche, comida sana y abundante, excelente vestuario…”.

Este Tercio de Extranjeros, creado como he dicho antes, por Millán Astray a imagen de la Legión Extranjera francesa y con el código del honor Samurai, no pedía requisito alguno para el enganche y presentaba una vida de riesgos y aventura que arrastró a Baltasar a entrar en las filas del recién creado Cuerpo, así como la paga de 700 pesetas que mejorarían su vida.

Según el escrito del subteniente García Moya, un nueve de octubre firmó con el Tercio de Extranjeros un compromiso por cinco años.

Antes de embarcar, recibiría 2,50 pesetas diarias como paga, suficiente para vivir hasta llegar a Algeciras, donde se embarcó rumbo a África, lugar ( según el relato del autor del primer muerto de la Legión) donde fueron recibidos por el coronel D, José Millan Astray exhortándoles con les una patriótica arenga en la que dijo “….¡Venís a morir! La Legión os abre sus puertas, os ofrece olvidos, honor y gloria. Vais a enorgulleceros de ser legionarios. Podéis ganar galones y alcanzar estrellas. Pero a cambio lo tenéis que dar todo sin pedir nada. Los sacrificios han de ser constantes y los puestos más duros y de mayor peligro serán para vosotros. Combatiréis siempre y moriréis muchos. ¡Quizás todos! ¡Caballeros legionarios! ¡Viva el Tercio! ¡Viva la muerte!”

Una vez allí fue asignado a la 6ª Compañía de Ametralladoras de la Segunda Bandera.

Fue recorriendo con su unidad todos los alrededores de Ceuta, el día  uno de enero, tomaron posiciones cerca de Beni Hassan, El siguiente día comenzaron a patrullar por las zonas del zoco de Arbaa y Xeruta para prestar protección a convoyes de la zona o hacer funciones de reconocimiento y vigilancia, durante estos ejercicios recibió una carta de su pueblo donde se le comunicaba que la mujer que daba una razón a su vida había muerto.

Al recibir la noticia Baltasar deseó unirse a ella con la primera bala con la que se cruzara.

7 de enero de 1921 una escuadra de la sexta compañía salió en una acción usual en aquellos para buscar agua en algún acuífero cercano.

Durante la aguada, la escuadra fue ataca de improviso por un grupo de rifeños; sonaron unos disparos y Queija cayó gravemente herido frente a sus compañeros.

Los legionarios cumpliendo con su sagrado credo, llevaron a su compañero hasta la base, pero la gravedad de sus heridas, le condujo a su mayor deseo y dejo de existir.

Muchos escritos e informes de la época se narra este hecho así como el que cuando sus compañeros le recogieron  en el campo de batalla, en un bolsillo, quizás agujereado por el plomo enemigo, encontraron un papel con unos versos de exaltada pasión y espíritu guerrero.

El mismo fundador del Tercio escribió en el borrador de su expediente unas palabras que denotan la importancia que le dio al primer caído en combate del Tercio de Extranjeros, en el que se puede leer “Enterradlo con la mayor solemnidad”.

Su deseo se había cumplido y por fin se había reunido con su amada.

Se dice que los versos que se encontraron, dieron forma a uno de los dos himnos legionarios  más extendidos, dando lugar a la letra  del “Novio de la Muerte” cuplé, en un principio interpretado en Málaga por la cupletista Lola Montes con música de Juan Costa Casals.

Miguel Soler

29 diciembre 2019

Blog: generaldavila.com

 

7 pensamientos en “La Legión Camino del Centenario (66) Historia del Novio de la muerte. Miguel Soler

  1. Muchas gracias Mi General, por todas las historias que sube a este blog y demás comentarios. Le deseo lo mejor, para el próximo año y sobre todo que siga este maravilloso y esperanzador blog. Saludos.

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  2. A las órdenes de V.E., mi General.

    Sin duda, «El Novio de la Muerte» es romanticismo puro, mística auténtica, y en él se condensa todo el espíritu de la Legión. Más que un himno, es una oración. y no fúnebre como podría parecer a primera vista, sino la ofrenda alegre y deseada de la propia vida en aras de un amor en el que la «divina mujer» es la Patria. Así lo entiendo yo.

    En aquella guerra se dieron algunos casos de soldados caídos en cuyos bolsillos se encontraron cartas a medio escribir, o ya terminadas, para novias o familia, que fueron auténticos testamentos olográficos en los que el único legado que poseían para otorgar era su gran amor a la Patria. Siendo niño y adolescente conocí a muchos excombatientes de Africa, y quedaba impresionado por el patriotismo, la convicción y orgullo que conservaban y que hacían por contagiar. Y eso, a pesar de que algunos estaban en la más triste y absoluta indigencia.

    ¡¡¡Viva España!!!

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  3. Por cierto, Don Pedro Motas. Precioso poema para degustar y esperar que se diluya cual elixir, en el paladar del alma. Con estos versos se puede ir a dormir como un bendito.

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  4. Don Pedro, usted no me sorprende; sencillamente, mientras más lo leo más lo admiro.

    Mas. Por otra parte me revuelvo contra mí mismo al ver que España está gobernada por mamarrachos HABIENDO TANTOS Y TANTOS TALENTOS SIN APROVECHAR POR EL BIEN DE TODOS LOS ESPAÑOLES DE BUENA VOLUNTAD.
    Rogaciano Goana Nelson=Ramón Lencero Nieto

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  5. Hay que tener presente también, en esta primera fila de corcheas legionarias a «Tercios Heróicos», primitivo himno de La Legión, cuya primera parte se sigue interpretando en solemnidades legionarias con la misma tilde armónico.melódica, que obliga el espíritu legionario, Nací en Aznalcóllar, provincia de Sevilla, metròpoli que estuvo guarneciendo durfante 100 años al legendario Regimiento de Infantería de Soria, nº 9, «El Sangriento». Cuando el Soria marchó a la isla de Fuerteventura quedaría en la antigua Hispalis su Unidad de Música, adscrita a otros colectivos militares, pero el pueblo ,la siguió llamando «la Banda de Soria», como así ha quedado, y seguirá quedando por los siglos de los siglos, en todas las publicaciones que le he dedicado a la misma, y que le seguiré dedicando de por vida, con fe, rigor, devoción, disciplina, y cariño, a manera de catecismo, como mandan los cánones de la historia. ¿ Que por qué meto al Soria en todo esto ? En Sevilla resulta normal que cualquier aborigen conozca a todos los directores que tuvo esta unidad militar de música, en otro tiempo Músicos Mayores hasta que afloraron los directores del Cuerpo de Músicas Militares. Y entre ellos hubo uno muy especial para la música legionaria, ya que entre 1914 y 1915 estaría al frente de la dirección de la «Banda de Soria » (en este caso procedería decir «Música» para no confundir al lector con las bandas de guerra) el Músico Mayor don Francisco Calés Pina, quien sería, ni más ni menos, el autor de «Tercios Heróicos», primitivo himno de La Legión, ocupante de lujo, también, obviamente, en el repertorio más ancestral y más solemne.

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