LOS VERSOS DEL CORONEL Félix Torres Murillo. Coronel de Infantería DEM. (r)

TOLEDO

 3.- POSTALES

Arco de la Sangre

 

En el centro de la gran fachada de soportales que cierra Zocodover por el lado que se orienta al Río y que fue levantada sobre parte de la muralla del Alficén (cinturón) de la dominación musulmana se abre este arco que comunicaría la Alcazaba con La Medina; uno de los lugares más sugerentes del espacio urbano toledano.

 Lo es por su localización en el centro de la urbe  y lo es por su denominación, un tanto sorprendente. Justo encima de la gran portada  de sillares que da a la plaza y desde el reinado de Enrique IV se encuentra con un Crucificado la Capilla del Cristo de la Sangre, lo que propicia el nombre de todo el conjunto.

 Había desde antes en Toledo dos cofradías, la de la Caridad y la de la Sangre,  vinculadas con los indigentes que morían, con  los que morían por accidente y con los ajusticiados; en lo que respecta a esto últimos ellas se encargaban del enterramiento y  de sufragar los gastos la primera y del auxilio espiritual de sus almas la segunda.

 Transcribo de  “Toledo olvidado”, un afamado portal toledano: <<La forma de proceder de esta Cofradía era la siguiente: “una vez pronunciada la sentencia, condenatoria a muerte, por el tribunal o autoridad competente, y señalada la fecha de entrada del reo en Capilla, dicha autoridad lo comunicaba a las dos Cofradías (Sangre y Santa Caridad) las que inmediatamente procedían según lo ordenado en sus Constituciones. Primeramente la Cofradía de la Santísima Sangre de Cristo, instalaba la Capilla en la habitación que el Alcaide de la Cárcel indicaba, retirándose una vez esto efectuado, y entonces, la Santa Caridad se hallaba presente en el acto de la comunicación al reo de la sentencia dictada (…). En el momento de la salida para la ejecución, se hacían cargo de él los cofrades de la Santísima Sangre de Cristo, los cuales desde ese momento recorrían la ciudad implorando limosnas con destino a sufragios. La Cofradía de la Santísima Sangre de Cristo acompañaba al reo hasta el momento de ser ajusticiado, retirándose y dejando de pedir limosnas desde ese momento.

El cuerpo, transcurrido el tiempo que la autoridad señalaba, era conducido en unas andas, portadas por los Hermanos, antiguamente al Clavicote instalado en Zocodover y posteriormente al Cementerio que la Cofradía poseía en el Pradillo del Carmen (y que posteriormente se trasladó a la Vega Baja)>>

El arco sufrió un gran incendio mediado el S. XVII y durante la Contienda Civil toda la fachada quedó totalmente derruida; solo quedó en pie el arco de sillares de medio punto antes referido. Una cartela sobre el mismo reza

ZOCODOVER

RESTAURADO 1945

año en que se finalizó dicha restauración.

 La capilla permanece cerrada excepto en Semana Santa; entonces, iluminada, se puede contemplar la imagen del Cristo; evidentemente, una réplica por quedar destruida la original durante la Guerra Civil como se ha dicho.

 Pero aún no hemos terminad con éste tan toledano espacio; les emplazo al sábado próximo.

 ESCALOFRÍOS (20)

(Soneto)

 Al fondo es la herradura de tu vano

un nimbo de cobalto que al sol brilla;

y en la dura, la tierra de Castilla,

ilumina el paisaje toledano.

 

Si, tal vez, te proyectó el romano,

medieval, luego, puerta de la villa,

del Cristo de la Sangre, la Capilla

desde un tiempo tú albergas, ya lejano.

 

Allí al pie del cadalso, sus cofrades

para el alma salvar del condenado

para misas pedían en, sombríos,

 

los tiempos de muy otras realidades…

Y al repasar tu vida y tu pasado,

hoy siento al escribirlo escalofríos.

 

8 pensamientos en “LOS VERSOS DEL CORONEL Félix Torres Murillo. Coronel de Infantería DEM. (r)

  1. Y tanto que es para sentir escalofríos, mi Coronel, con la historia del lugar. Y lo de esas cofradías, admirable.

    El soneto, para quedar pasmados.

    ¡¡¡Viva España!!!

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  2. Pues si que dan escalofríos al pensar en lo que esa Puerta ha presenciado, y todos los avatares por los que ha pasado hasta nuestros días. No se puede remediar pensar en lo que le quedará por ver…

    Pero intentaremos disfrutar de sus sonetos sin ir más allá, en lo que no sea las maravillas de esa ciudad que tiene la suerte de contar con usted para relatarnos y mostrarnos su fisonomía, siempre de una forma espléndida, como espléndidos son sus sonetos.

    Gracias una vez más.

    Margarita Alvarez-Ossorio

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