Desde su atalaya cordobesa: LAS COSAS DE DOS EUFEMIO

Si quieren que les sea sincero, las palabras criminalizar, demonizar me gustan más bien poco que mucho pero ahí están en el DLE de la RAE , ambas con toda su carga inculpatoria; y ahora, sin importar, más bien al contrario, que haya o no razones se criminaliza y se demoniza demasiado. Y ¡oh, casualidad! siempre en la misma dirección.

 Así, todos los medios, todas las instituciones, todos los partidos, los adversarios y los otros y cualquier mindundi que se precie se creen en el derecho de hacerlo. Resultado, que siempre hay algún, eso, descerebrado, que se erige en vengador justiciero de no se sabe bien qué, y a la vista los resultados.

 Y  no esperen, o háganlo sentados, que se salga en defensa del agredido por parte de alguno de los elementos de la relación especificada ut supra o que se pongan todos los medios para poner a buen recaudo a los criminales y demonios -éstos sí- que han llevado a cabo tan execrable acción.

 ¡Y ya está bien, c…áspita!, que diría Pedrín, el joven compañero de Roberto Alcázar.

De la prensa de febrero de 2020

Sergi Fabri, concejal de VOX en la localidad gerundense de Salt, ha denunciado la quema de su vehículo que se encontraba en las inmediaciones de su domicilio.

CAMPAÑAS

(Soneto)

 Si en una las teles, uno espera

lo saquen al abrir los telediarios;

y la prensa en papel, los noticiarios,

en su primera plana en cabecera

 

resalten la noticia: ¡Ay!, quimera.

Escamado uno está de estos falsarios

pues ni la nombrarán, son comisarios

políticos, en roja la trinchera.

 

Y de aquellos los polvos, las campañas

de criminalizar gratuitamente

voceando el embuste y la mentira

 

vienen éstos los lodos que, alimañas,

bestias descerebradas, mala gente,

convierten en terror, en odio, en ira.

 

Don Eufemio, feb. 20

(Continuará. D. m.)

5 pensamientos en “Desde su atalaya cordobesa: LAS COSAS DE DOS EUFEMIO

  1. Esto se está hundiendo, ya nada vale, todo es mentira, la gente normal no cree ni en los políticos, ni en la Justicia con mayúsculas.
    No nos queda esperanza. Perdón, nos quedan al menos tus rimas, que no es poco, continúa con ellas.🇪🇸🇪🇸🇪🇸
    ,

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  2. A las órdenes de V.I., mi Coronel.

    Seguramente muchos recordarán, y a otros les sonará aquel brutal atentado con bomba en la cafetería «California 45» de la Calle de Alcalá, en Madrid. Bueno, pues un servidor, por primera vez en su vida, estaba allí dentro porque nos habíamos citado allí un antiguo Jefe mío, Tte. Coronel y el que suscribe, para charlar y tomar café. Fué él quien sugirió el lugar por la única razón de que le cogía cerca de casa. Como yo, de todas formas, tenía que ir en coche desde las proximidades del Aeropuerto de Barajas, me daba igual el lugar. Tampoco era que fuésemos a hablar de cosas del servicio, que conste.

    Cuando estalló el petardo estábamos junto a la barra con el segundo café entre las manos, y no sé cómo de pronto me ví en la calle ileso pero con cierta sensación de mareo. La primera reacción fue instintiva, entrar en aquel infierno de gritos y cascotes a buscar y rescatar al amigo. Ya se sabe, «no abandonar jamás a un compañero en el campo hasta perecer todos». Lo encontré sentado en el suelo y un poco aturdido, pero aparentemente intacto, y así se comprobó una vez fuera. Hasta aquí la mitad de la anécdota. La otra mitad ocurrió de forma sorprendente, de casualidad y pura coincidencia, unos días después en un supermercado de Canillejas.

    Era cerca de mediodía, creo que un Lunes, y había ido allí, como muchos días, a recoger a una hija que tenía en un colegio, para llevarla a casa a almorzar. Y mientras llegaba la hora, entré en el supermercado a comprar unas cosas que mi esposa me había encargado. Cuál no sería mi sorpresa, y mi resquemor y mosqueo, cuando salidos no sé de dónde, irrumpen cinco indivíduos bastante jóvenes, entre los veinte y los treinta, y poco menos que a la fuerza nos querían entregar un folio copiado a ciclostil mientras nos decían que lo de la cafetería California 45 había sido un «crimen fascista», porque aquello era «un nido de fascistas». Sin pensarlo, cogí por la muñeca al que me acosaba para que cogiera el folio, y retorciéndosela a conciencia, le dije que salieran inmediatamente de allí y nos dejaran en paz. Con qué «energía» se lo diría, que antes de que él, descolocado por mi respuesta a su exigencia, se moviera, los otros cuatro abandonaron sus objetivos, y ya estaban en la calle discutiendo si lo esperaban o ponían tierra de por medio. Claro, es que el haber hecho muchas semanas, imprimía carácter e investía de autoridad. Cuando lo recuerdo, se me pone la carne de gallina, porque lo mismo que eran unos cantamañanas inofensivos con más miedo en el cuerpo que que un niño sorprendido en una trastada, mandados por alguien, podían haber sido terroristas armados y hubiéramos tenido que terminar a tiro limpio en espacio cerrado, tan pequeño y concurrido, sobre todo de señoras, y pudiera haber resultado alguien herido o algo peor.

    Eso, tirar la piedra, digo, la bomba, y esconder la mano y culpar a otro. Típico, de manual.

    ¡¡¡Viva España!!!

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  3. Muchas gracias como siempre D. Eufemio. por sus sonetos, que gracias a ellos vamos pasando el día. Le doy la razón, no hay imparcialidad en nada, y si pueden le cargan el muerto a los demás, y claro como no protestamos en condiciones, así nos va. Pero sobre todo, que no se pierda la esperanza. Saludos para Vd,. y todos los contertulios.

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  4. Sus sonetos D. Eufemio, a parte de ser una crónica certera y mordaz de la realidad española son como agua de mayo para los seguidores de este blog. Nos informa de forma fehaciente, reconforta y nos dibuja una sonrisa, cuando no una carcajada de la que todos andamos necesitados.

    Un saludo a todos,
    Pedro Dalmau

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