LOS VERSOS DEL CORONEL Félix Torres Murillo. Coronel de Infantería DEM. (r)

UN GRIEGO EN TOLEDO

Mauricio, si la historia es cierta, fue el general de una de las legiones del Imperio formada por cristianos egipcios hacia el siglo III. Por negarse a la orden de Maximiliano de ofrendar sacrificios a los dioses romanos la legión fue pasada a cuchillo. Al ser considerado S. Mauricio como uno de los defensores de la Fe y contar con reliquias del mismo, Felipe II encarga al Greco un cuadro sobre su martirio, destinado al retablo de uno de los altares laterales de la iglesia del El Escorial.

Concibe el griego el cuadro como un paralelismo entre la lucha del santo contra el paganismo a través de su martirio y la que, contra el turco o la herejía, está España llevando a cabo; aparecen así Don Juan de Austria, el Duque Manuel Filiberto de Saboya, vencedor en S. Quintín y Alejando Farnesio, luchando a la sazón en los Países Bajos. En el primero de los planos terrenales sitúa el pintor a S. Mauricio dialogando con sus oficiales sobre la conveniencia o no de obedecer la orden recibida; en un  segundo plano, tomado el acuerdo, representa también en presencia del santo el martirio de la legión. Sin embargo, el hecho de relegar el martirio a un segundo plano y colocar el momento de la democrática decisión  en el más cercano al espectador provocó el rechazo de Felipe II, quien adujo la falta de devoción que a su entender inspiraban las figuras.

Resultado: el cuadro fue encargado a otro pintor, -Romolo Cincinato, italiano- y, más del gusto academicista y acorde con el espíritu de la Contrarreforma fue colgado  donde iba a ir el suyo. Lo que está claro es que antes de pintarlo, su oponente ya había visto, y estudiado, el de nuestro protagonista. Vean y comparen: un perfecto “copypega”.

 Y vemos a nuestro personaje -muy suyo; una personalidad difícil- como en menos de cinco años se ha enfrentado a los dos clientes españoles más importantes: el Rey, y la catedral de Toledo. Me imagino que no con muy buenos humos aquí volvió, para buscar su clientela entre los nobles y religiosos toledanos quienes comprenderán y estimarán su nuevo arte como ya se ha apuntado en este trabajo.

Divido el soneto en dos partes, en los cuartetos hablo (lo haré más veces) sobre su técnica, de tan escasos resultados prácticos en este caso, y en los tercetos reflejo el martirio con alguna concesión más su “maniera” de pintar; todo ello sólo le aportó la incomprensión de un Rey, algo chapado a la antigua.

 San Mauricio y la Legión Tebana. 157780. Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

 INCOMPRENSIÓN

(Soneto)

 Paisajes como él nadie los viera,

escorzos y torsiones, diagonales,

proporciones ficticias, ideales

y esa luz que a sus obras confiriera.

 

Su  forma de pintar “a la  maniera”,

perspectivas que usara irracionales,

ácidos sus colores e irreales:

¡y su arte, topó con la ceguera!

 

… Y por  ser a la Fe sus hombre fieles

se apresta la legión para el martirio

en fatídica y cruel “serpentinata”.

 

Son su premio las palmas y laureles,

y entre cadmios y azules de delirio,

en su espera la Gloria se arrebata.

(Continuará, D. m.)

PD.-

 Hoy, domingo, 26 de abril, por primera vez desde hace 43 días hemos visto pasar un niño de corta  edad bajo nuestra ventana; por la acera, bajo la atenta mirada de su padre,  tocado de casco y protegido por su mascarilla el personaje “pedaleaba” gozoso sobre  su bicicleta sin pedales: mi mujer y yo no hemos podido resistir la tentación de aplaudirlo.

 Y hoy leo que en Cataluña se deja rezar en la calle a los musulmanes para “evitar alteraciones del orden”, y ayer vi en uno de los vídeos que circulan como en una parroquia de Madrid  la Policía Municipal impide a un sacerdote sacar un altar a la puerta y celebrar la Santa Misa para que los vecinos fieles la pudieran oír desde sus balcones. Y a un vicepresidente de conocido diseño capilar, con señora contagiada y con  más de un mes de cuarentena  y  que ha dado positivo en el n+1 de los tests que le han sido aplicados porque ella sí lo vale, lo vemos haciendo la compara en el súper sin guantes ni mascarilla; eso sí, con escolta, naturalmente, con el arma reglamentaria al cinto; visible, casualmente.

 Sucedidos que pueden ser la cara y cruz de este confinamiento que paciente y civilizadamente -los civilizados- hemos ido sufriendo durante tantos días.

 Y también hoy recibo noticias de Don Eufemio que me cuenta que hartito ya de tanta inactividad y confinamiento anda mordiéndose las uñas y subiéndose por las venerables paredes de su atalaya cordobesa de Miramontes donde por cierto se contabilizan cero contagios; me remite unos versos que, aprovechando este envío, os transcribo; los titula

BALANCE

(Soneto)

 Una cifra de espanto: escalofrío

da con sólo pensarlo; y un Gobierno

nefasto y mentiroso, tal infierno

ignora en su soberbia y desvarío.

 

Gestiones de fracasos, extravío

de mando y dirección; un subalterno

imprudente, ¿un experto?, sempiterno

propagador de embrollos. Y el navío

 

de España da bandazos, que en el puente

infausto el capitán, grogui, perdido,

lo lleva a naufragar contra las rocas.

 

Y hay un sacamantecas indecente

que de tragedia tal saca partido,

empeñado en tapar todas las bocas.

 

Don Eufemio, abr. 20

14 pensamientos en “LOS VERSOS DEL CORONEL Félix Torres Murillo. Coronel de Infantería DEM. (r)

  1. Ilustrativo preámbulo, que refleja conocimientos de historia y de historia del arte.
    Como el soneto, ilustra sobre conocimientos de dibujo y colores. En definitiva de pintura
    Su título, incomprensión, encierra dos. La de Felipe II y la mía, al pensar que toda una legión fue al martirio sin sublevarse.
    Debían tener muy interiorizado lo de poner la otra mejilla.
    Personalmente prefiero el «In oc signo vinces»
    Un abrazo.

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  2. Buenas tardes Coronel Torres

    Ya ha desaparecido mi primer comentario, y la cosa empieza a parecerme altamente mosqueante, pero lo intento de nuevo, veremos qué ocurre ahora.

    Le decía que no se entiende la predilección de un rey que ha pasado a la historia como un personaje culto, o al menos cultivado, entre esos dos cuadros. No es sólo cuestión de que en la composición del segundo no haya un aire evidente de copia (mala y cursi en mi humilde opinión) es que reflejar un acontecimiento tan dramático con un colorido casi alegre y festivo me parece un desacierto total.

    Puede que a mi me sobre, en el cuadro de El Greco, ese lecho de nubes sobre las que se posan la escena de un Dios que casi se diría que bendice la escena, lo que no quiere decir que la parte inferior del cuadro no me parezca absolutamente perfecta para la descripción de un suceso de esas características. Supongo que el encargo debía llevar unas condiciones previas en las que era obligado incluir la figura de Dios o de una corte más o menos nutrida de personajes que presenciaran la escena, Esa sería una explicación que daría un sentido a lo que, para mi, no lo tiene.Hago esa observación desde un punto, repito, puramente personal, en la que me imagino que usted no está de acuerdo. Cuento con ello y me resigno a sus críticas, porque me gustaría que usted nos diera su versión de lo que significa esa parte del cuadro sobre la que no estoy de acuerdo.

    Por lo demás, sigo deleitándome con sus sonetos sobre la pintura, y me alegro que D. Eufemio haya despertado de su letargo para incluir otros sobre la actualidad nefasta que nos acosa desde nuestro confinamiento. Puede que el personaje nefasto intente callar todas las bocas. Me congratulo de que al menos no lo haya conseguido con D. Eufemio.

    Gracias a los dos una vez más

    Un afectuoso y cordial saludo

    Margarita Alvarez-Ossorio

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  3. ¡Ay!, amigo Lorenzo: recuerda aquello de la conveniente lectura del papel. La segunda palabra del artículo ya es un condicional…Ahora que nadie nos oye, y muchos nos leen, te diré que muchos de los milagros venían «a demanda»; creo yo.
    Un abrazo.

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  4. Ya le dije, Dª Margarita; con la mejor de mis intenciones, «para gustos, los colores». De hecho lo que a D. Felipe no le gustaba es lo que usted aprecia más del cuadro. Y pienso como usted, el de D. Romolo, bastante sosito.
    Y en cuanto a lo que alude sobre «un lecho de nubes» podríamos hablar largo y tendido. Era lo que se llamó, y se llama , «rompimiento de Gloria», muy del gusto del Barroco, también del Rococó. En su próxima visita a Toledo no se pierda el techo de la sacristía de la catedral, de Lucas Jordán, segunda mitad el XVII.
    Pero como tal recurso era pero que muy del gusto de nuestro personaje ya lo iremos viendo en los sucesivos cuadros que comentemos: le sorprenderá el número de veces que lo emplea.
    Saludos afectuosos.

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  5. Siempre certero y enseñando, que no es fácil . Tus cuadros y tus versos, nos hacen olvidar, el confinamiento que estamos sufriendo. 🇪🇸🇪🇸

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  6. Estimado General Dávila: nunca he tenido la menor duda de que los problemas sobre la desaparición o «evaporación» de alguno de mis comentarios no tienen ni han tenido nada que ver con su moderación de los mismos.

    Mi mosqueo va más en la línea de la compañía que me proporciona el servicio de conexión a internet o puede que de mi propio ordenador o muy probablemente de su propietaria y la ineptitud para manejar éste chisme, que es relativamente nuevo y se nutre de un sistema que no he llegado a dominar, si es que alguna vez conseguí dominar al antiguo.

    La última y menos probable opción es que estemos todos controlados y en ese tejemaneje borren a los comentaristas si dejan en suspenso lo que estén escribiendo durante un lapso de tiempo superior a los 5 minutos, que no me parece totalmente imposible.

    Mi mosqueo va preferentemente en la dirección de mi propia ineficacia para evitarlo, pero le agradezco que se haya preocupado y me aclare una cuestión sobre su posible intervención que no me ha pasado por la cabeza, se lo aseguro.

    Muchas gracias. Un atento y respetuoso saludo.

    Margarita Alvarez-Ossorio

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  7. Y D, Félix, lo del «rompimiento de Gloria» (sin saber exactamente cómo lo llamaban), naturalmente que se observa en muchos pintores de la época de El Greco, anteriores, y posteriores.

    En efecto, sobre gustos, los colores. Siguen sin gustarme, vaya por Dios, en general y con honrosas excepciones. Y claro que ya me imaginé por sus explicaciones que era justamente la parte inferior del cuadro la que no aceptó Felipe II, de ahí mi extrañeza ante semejante elección.

    Por mucho que el estilo no fuera el habitual y reconocido, al menos se podría suponer que era capaz de percibir la calidad de la pintura y la diferencia abismal entre nuestro pintor y el finalmente elegido.

    Llego a la conclusión de que el mal gusto, o el del gusto selectivo para mal, no es característica mía en exclusiva. Mal de muchos, consuelo de tontos…Espero que Dios me perdone por tener la osadía de compararme, aunque sea en el mal gusto, con Felipe II, pero en esa ocasión demostró muy poco sentido artístico, y espero que en eso, al menos, estemos de acuerdo.

    Afectuosamente

    Margarita

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  8. Gracias Mi Coronel, por sus sonetos y escribir claro sobre lo que está ocurriendo, en mi humilde opinión a los españoles nos han dejado en segundo plano y a los demás, no se si será por votos o porqué, les dan todas las facilidades. En cuanto a los cuadros, siempre me ha gustado la pintura y gracias a Vd. estoy aprendiendo mucho, no puedo opinar sobre lo que expone de los cuadros, pues soy una neófita, que le gusta pintar todo lo que ve, sobre todo naturaleza. Saludos para todos.

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