¡Tanto lo siento! Sigo siendo un antiguo, de los del periódico y la barra de pan y si se tercia tomarme un cafelito con churros. Es un placer coger el periódico y pasar hojas de atrás adelante que es mi costumbre; ¿será genético?, también lo hacía mi padre.
Cierran quioscos y cada vez cuesta más encontrar donde comprarlo sobre todo si no estás en una gran ciudad. En mi opinión lo mejor de los periódicos son sus articulistas. La mayoría y de casi la totalidad de ellos. Tengo mis predilecciones, de alguno soy amigo, de todos aprendo, a escribir y a leer, es una literatura necesaria, fácil (a veces no), y libre (a veces no).
Les diré lo que me ha pasado hace muy pocos días. Estaba en el campo, lejos de casa, perdido, aunque consciente. Con esto de la pandemia preferí no salir de mi encierro ni para ver una calle asfaltada. Pero el domingo sentí la necesidad del periódico y de la barra de pan que además el lugar era de buen pan y seguro que de ricos churros.
Desconocía el pueblo más cercano, nunca había estado allí, encontré rápido la panadería donde pregunté por un sitio donde comprar el periódico. Me extrañó la cara de la joven (a pesar de la mascarilla) y la pausa de duda que hubo, eterna me pareció, hasta que me contestó.
La pausa, llegué a la conclusión, no fue porque pensase en el lugar de venta, sino que dudó la respuesta: ¿un periódico? Como si dijese ¿eso qué es?
Entró en esos momentos un hombre, ya mayor, a la panadería y la joven le pasó mi pregunta. Se quedó también pensando un rato, hasta que recordó que había un sitio no muy lejos, pero creía que había cerrado ya, y que desde luego los domingos seguro que no abría.
¿En algún sitio puedo desayunar churros?
Ni churros ni periódico, pero, ¡menos mal!, había pan de panadería. Sector servicios. 6.500 habitantes. ¡Ojo al dato!
Al llegar a mi lugar le di gracias al Cielo de que no hubiese internet y que mi móvil se hubiese quedado en Madrid. A veces es bueno no llevarse ni libros cuando de soledad se trata. No sé cómo se me ha ocurrido bajar al pueblo.
Más solo que la una, mejor que mal acompañado en enredos sociales.
Un águila lagunera vigilaba desde las alturas una gran charca. Por un momento pensé que era un dron.
El calor no respetaba ni las sombras.
Escribía la chicharra sobre el tronco de un árbol, estridulaba que debe ser parecido; de pequeño me enseñaron que lo de la chicharra no es canto sino estridor.
El águila y la chicharra, la sombra caliente; y el silencio de pequeños murmullos. De las pocas cosas que no habían cambiado en mí recuerdo.
Ahora cuando vuelvo a la ciudad todo chirría en desagradables sonidos.
Al fin he podido comprar el periódico, pero me dice el quiosquero que a partir de ahora voy a tener que encargarlo previamente.
Todo chirría.
Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
Mi respetado Genersl, y amigos:
– Por lo que Ud. manifiesta yo me he buscado una aldea que ni llega a 25 habitantes.
– Si quiero periódico y churros tengo que andar unos 6 km. hasta un precioso pueblo que en cambio tiene hasta un castillo que Patrimonio tiene maravillosamente conservado, jardines incluidos, pero que por la maldita pandemia no es momentáneamente visitable.
– Vivo en un absoluto costumbrismo rural Perediano, en el más puro estilo de su obra «Peñas Arriba», solo que en vez de en la entrañable y bella Cantabria, estoy en la bendita y recia Castilla.
– Un respetuoso, pero afectuoso, saludo al T.Col. Martin-Pinillos MARCO, y para no contrariar a nuestro querido General, les dejo no sin decir
¡¡ SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA !!
¡¡ POR DIOS Y POR ESPAÑA A MI REY SERVIR HASTA MORIR, DESPERTA FERRO, SEMPER FIDELIS, VIVA ESPAÑA, VIVA EL REY, VIVA LA LEGIÓN!!
Esperanza González de Fonseca Marco
(Dama Paracaidista de Sanidad Militar)
(Diplomada en Ciencias Políticas)
–
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Mi General, con pocas palabras no deja de ser profundo y lleno de esta desgraciada realidad que nos acecha de una forma tan criminal como inhumana y antisocial. Y como bien dice Vuecencia, en la soledad del campo, donde se respiran los olores propios de la naturaleza y se escuchan los graznidos de los córvidos, los trinos y cantos de las diferentes aves y el chirriar de las cigarras, lejos de esos ruidos artificiales y escandaleras insociables, ahí es donde podemos mitigar en cierto modo, y aunque sólo sea el tiempo que disfrutamos de ello, olvidar lo que hay y LO QUE SE AVECINA SI ESTO SIGUE ASÍ.
Atentamente y a la orden de Vuecencia
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Buenos días mi general
Empezaré por lo último que le iba a decir.
Felices vacaciones con mucha salud.
Efectivamente,hay cosas buenas que se han perdido,y se están perdiendo,yo coincido con usted,eso de ir a por el pan,el periódico,y desayunar churros con un buen café con leche..la verdad es que para mí no tiene precio. Afortunadamente puede seguir haciéndolo en la ciudad dónde vivo.
¿Por cuánto tiempo más?
Saludos cordiales
Arriba España
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A las órdenes de V. E., mi General.
Se percibe un leve tono de nostalgia en este escrito. Es inevitable, y normal, pues el tiempo pasa, las costumbres, y nosotros también, y las nuevas tecnologías de la comunicación terminarán definitivamente no sólo con las noticias escritas,sino, lo que es peor, con los buenos artículos de prestigiosos escritores que a veces, no siempre, podían leerse en algunos, sólo en algunos, periódicos. Porque desde que se abrió la veda del panfleto y ell falso juglar, con esto de la política, ya todo dejó de ser como antes. Hasta ese inocente placer de la barra de pan, el chocolate o café con churros, y el enfrascarse en la lectura del periódico. Había dos maneras de hacerlo, que mostraban muy claramente el carácter del lector. La del que parecía parapetado tras el diario completamente abierto que no dejaba ver su cara, y la del que lotenía abierto sobre la mesa y a quien se le veían hasta los leves y casi imperceptibles gestos o rictus conforme iba leyendo. Persona franca que no necesitaba esconderse tras una pantalla.
Ahora, parece que no interesa a quienes mueven los hilos del guiñol, que nada permanezca escrito y olvidado en algún cajón para que con los años alguien pueda leerlo y comparar. Es más práctica la ¿noticia o bulo? subliminal y tipo flash, que sólo queda grabada en el inconsciente y cumple una misión de consigna puntual.
Hace mucho tiempo que un servidor renunció a prestar oído a falsos profetas, y dejó de buscar un rayo de esperanza y consuelo en las noticias que se publican. Es preferible el boca oído del amigo de confianza.
¡¡¡Viva España!!!
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Café, periódico, y cigarrito, ¡qué tiempos aquellos!, completábamos el círculo, el cafe nos espabilaba lo bastante como para enteder CASi todo lo que «ponía el periódico», y el cigarrito servía para atenuar el cabreo por las malas noticias, o para celebrar las buenas. Y churros, cuando hay, buenos son aunque engorden. .
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Ni periódico, ni café, ni mus. España desgraciada, sin banderas en la calle el día de santiago. Los comunistas ganan por goleada. Basta de lamentaciones. VOX y Felipe VI ganándose el trono antes de que lo echen..
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Una pena, mi General.
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