INTRODUCCIÓN DEL LIBRO: LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE. El general Dávila, Franco y las campañas que decidieron el conflicto. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Aprovechen el fin de semana para leer el libro y estoy seguro que no saldrán defraudados, aunque desde su publicación ya he podido detectar que hay verdadero interés por el contenido. Doy las gracias a todos y periódicamente les iré desvelando algunas cosas sobre lo que en él cuento y también lo que solo se vislumbra.

La maniobra que pudo poner fin a la guerra y que no fue aprobada por Franco

Hoy como aperitivo les dejo la introducción al libro.

‹‹Disculparás los defectos de mi estilo, si consideras a mi pluma no afilada por sutil cuchillo de tranquilo estudio, sino rasgada por el desaseado corte de militar espada›› (Marqués de Santa Cruz).

INTRODUCCIÓN

Podríamos empezar en Cuba, en Filipinas, o en Annual, quizá en los Tercios de Flandes, la historia no puede escribirse a trozos, sin encajes, porque nada hay aislado ni se encuentra tan lejano que no nos afecte, acontecimientos todos enlazados y dispuestos en un orden del que conocemos, apenas, las sombras. Los españoles han estado en los confines del mundo, con su palabra o con su espada, la historia habla español; ciertos son los versos de Bernardo López García en su oda al 2 de mayo: « ¡Doquiera la mente mía / sus alas rápidas lleva, / allí un sepulcro se eleva / contando tu valentía. Desde la cumbre bravía / que el sol indio tornasola, / hasta el África, que inmola / sus hijos en torpe guerra, / ¡no hay un puñado de tierra / sin una tumba española!».

Pero nuestra historia, que es mundial porque al mundo ha afectado, de repente, no en pocas ocasiones, se fractura por dentro en cuanto regresamos a casa, incapaces de ordenarnos y constituirnos en una nación orgullosa de su pasado y animosa para enfrentarse a su futuro. Alejandro Magno dormía junto a la Ilíada y su espada. Nosotros parace que lo hacemos con el Quijote y la lanza.

Es una larga historia. Inabarcable. No podemos pretender, como aquel niño con el que se cruzó San Agustín, vaciar con un cubito toda el agua del mar en un pozo hecho en la arena. No lo pretendo. Tampoco es bueno quedarnos de brazos cruzados, incapaces, porque con rigor, humildad y trabajo se le puede ganar terreno al mar y descubrir algo de lo que esconde que nos ayude a entender mejor lo que, ahora, pasa.

Uno de estos días llegaron a mí poder las herramientas necesarias para construir un dique y pensé que sería bueno adentrarme en el mar de la Historia con el adecuado material, sólido y diseñado expresamente para la obra. Reconocí enseguida la tarea que me esperaba. Supe para lo que servían aquellos inesperados materiales que por alguna razón alguien había puesto en mis manos. Después de meditar responsabilidades, me hice cargo de los hechos y decidí ponerme a trabajar. No soy historiador, tengo los apuntes, pero no el título de ingeniero y, como el momento de la Historia es convulso, me dije: esto hay que darlo a conocer y que cada cual saque sus conclusiones y construya su obra.

Aquí está un trozo de la historia de España, la de una de sus fracturas internas, el paréntesis que ha provocado una ruptura en el necesario, cada vez más urgente, encaje del antes y el después. Por nuestro bien debemos prestarle atención desde lo que conocemos de los hechos.

Por mis manos han pasado algunos documentos personales de mi abuelo, el general Fidel Dávila Arrondo (Barcelona, 24 de abril de 1878 – Madrid, 22 de marzo de 1962), anotaciones que minuciosamente iba apuntando, de su quehacer diario, en unas libretas negras, pequeñas, tanto como su letra, difícil de descifrar, pero con claves que abren el camino para adentrarnos en esa parte de la historia de España que tanto nos cuesta asumir como historia propia: la Guerra Civil. Sin conocer no es posible poner en orden las ideas y perdonar los graves errores cometidos en ambas orillas.

He repasado bibliotecas y archivos, no de fácil acceso, rodeados de incómodos procedimientos para llegar al objetivo. He mantenido muchas conversaciones y he recibido muchas sorpresas.

Revisar documentos ha llegado a encorvarme, algo menos que el tiempo ocupado en pensar y enlazar lo que se ha dicho, dice y puede que se diga. Muchos de los hechos que se toman como dogma de fe, pilares de tantos y tantos libros, no son exactamente como se reflejan, una y otra vez, no sé si con alguna intención. Después de 85 años quedan cosas por conocer, documentos que revelar, incluso puede que no todo fuese exactamente como hasta ahora se ha contado. Por lo menos algunas de ellas. Todavía existen intereses, desatenciones, olvidos y miedo. En algunas personas sigue el recelo, cierto a contar sus historias.

Mi intención es dar a conocer con rigor lo que mi abuelo, entre sus documentos de guerra, dejó escrito —por algo sería—; lo hago con enorme respeto a lo sucedido entre españoles, a unos y otros.

Ya he dicho que no soy historiador y es a ellos a quien quiero ayudar. Lo que expongo es una pieza más de un puzle que cada vez se enrarece más. Ayudar a recomponerlo ha sido mi intención.

Como militar, conecto con la historia de mis anteriores generaciones de soldados: mi bisabuelo, el teniente coronel Mateo Dávila; mi abuelo el general Fidel Dávila; mi padre el general Manuel Dávila; y este que les escribe, el general Rafael Dávila.

Al acercarme a tantos inéditos documentos, hubo algo que me transportó a una de mis recientes lecturas:

«Luego nos advirtió que los planos que buscábamos estaban en un cajón con un letrero: Mapas, y que no anduviéramos revolviendo en los libros de la biblioteca, ni ningún papel que no fuera necesario, porque los libros y papeles hacen mucho sentimiento de su dueño cuando está ausente, y se callan y no dicen nada como cuando él está presente».

Es un párrafo del primer capítulo de Maestro Huidobro del Premio Cervantes José Jiménez Lozano.

Son las palabras justas, las que no sabría yo encontrar para describir el estado emocional ante los cientos de documentos, libros, libretas, agendas, calendarios, manuscritos, oficios, partes de guerra —también de paz—, órdenes y sugerencias, desórdenes evidentes, mapas, croquis, esbozos, apuntes, borradores, cartas, mensajes, telegramas azules, urgencias, acusaciones, papeles, que fueron blancos y son sepia, color antiguo que ya huele a tiempo, ante el tiempo que fue; y empiezo a abrir y sacar de unas cajas que aparecen en el ático de mi casa. No por casualidad. Esta historia encerrada en cartones, que ahora abro, es centenaria y milenaria, es un árbol viejo, muy viejo, que de nuevo brota de la tierra y da forma a un tronco nuevo. Ocurre cuando unas manos de primavera airean tanto papel y hacen volar las hojas como convertidas en pajaritas recién llegadas de su viaje lejano, con nuevas noticias del pasado; pero que no siempre es así.

No pretendo escribir un libro de historia desde la metodología del profesional, sino con la de soldado, una historia que aparece entre documentos y conversaciones familiares. Esto es lo que les quiero contar, y lo que con su permiso paso a contarles.

No sin antes volver al Maestro Huidobro.

«Y, luego, junto a la ventana, había una jaula con un loro que se llamaba

Napoleón y repetía:

— ¡Napoleón vigila! ¡Napoleón vigila!

Y, cuando nos arrimábamos a la librería, decía también:

— ¡Cuidado con ésos! ¡Cuidado con ésos!

Pero luego ya no dijo nada cuando abrimos los cajones de los atlas y los planos y las escrituras. Vio que éramos amigos. Así que Bea, Cosme y yo, nos dispusimos a investigar muy deprisa».

Olvidemos las precauciones, los prejuicios, las maldades, y abramos los cajones de la historia. Investiguemos y ¡que se calle el loro! Somos amigos.

Ya no deberíamos tener cuidado con esos ni con aquellos.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Del Libro LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE. El general Dávila, Franco y las campañas que decidieron el conflicto.

Publicado en: La Esfera de los libros

Blog: generaldavila.com

10 mayo 2021

19 pensamientos en “INTRODUCCIÓN DEL LIBRO: LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE. El general Dávila, Franco y las campañas que decidieron el conflicto. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

  1. Mi General: Lo primero mi felicitación por su libro. Lo llevo muy avanzado, estoy con Asturias, ( pág.312)., ya me queda relativamente poco.

    La primera parte del libro, impresionante, parecerá mentira, pero aunque conocía el porqué de la guerra, ahora lo he conocido del todo. Nombres de
    Políticos de entonces, conocidos , ahora se quienes eran y que hacían. Me alegro de leer esta novela, rectifico, esta Auténtica Historia de nuestra Guerra Civil.
    Ahora estoy con la propia guerra, el día día, de algo que por desgracia sucedió.
    Me falta el final, pero como no lo he leído, no quiero que alguien del Blog, me copie, es broma.
    Gracias mi General y con tu permiso, con un fuerte abrazo. 🇪🇸🇪🇸🇪🇸

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  2. Apreciado General Dávila.

    Me ha encantado la lectura de su libro. La profusión de documentos que aporta y lo ameno de su lectura. Ahora mismo estoy releyendo el capítulo 47 Teruel, donde dos mis tíos (Juan y Pascual) combatieron en el bando republicano y un tercero (Antonio) en el bando nacional. Los tres sobrevivieron al conflicto y en muy pocas ocasiones hicieron mención a sus vivencias de la Guerra. Un tercero (Bartolomé) falleció en 1937, a la edad de 12 años, durante los bombardeos acaecidos sobre la ciudad de Badalona.

    Ésta sí que es la verdadera «Memoria Histórica» y no la que nos pretenden inculcar.

    He recomendado su lectura a allegados y conocidos.

    Un saludo a todos y que tengan un buen fin de semana.
    Pedro Dalmau

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  3. Buenas noches mi General

    No había repasado el correo en el que recibo normalmente los artículos del Blog (no se porqué la mayoría de las veces entran en el apartado «Social» y no directamente en «recibidos» como correos normales), y ya una vez que veo cual es el artículo del día y si puedo lo comento, dejo de mirar ese apartado, y por eso muchas veces tampoco puedo comentar al Coronel Torres hasta muy tarde o por la mañana temprano.

    Por ese motivo no he visto su comentario sobre el libro hasta éste momento,, por lo que supongo que lo leerá mañana por la mañana, pero no quería dejar de escribirle sobre su libro en ésta oportunidad que nos brinda hoy.

    Ya se puede imaginar que no tengo o tenía la más mínima idea de lo que son las tácticas militares en una guerra, y mucho menos sobre la nuestra, con tanta precisión y pormenores como usted explica en ese libro.

    Puede creerme que le admiro por la forma tan clara y entendible hasta para una simple ciudadana de a pie como soy, de lo que supuso esa campaña del ejército nacional sobre el norte de España comandada por su abuelo, a quienes todos conocíamos al menos de nombre. Yo viví en Santander en una calle que se llama General Dávila, supongo que si conoce esa ciudad sabrá de sobras que es una calle que atraviesa la parte este de la ciudad, desde casi la entrada en Santander hasta el Sardinero, así que mi orgullo por poder seguirle personalmente y haber podido leer su libro es doble, porque me trae recuerdos de mi primer año de casada y del piso que habité en esa calle durante el tiempo que viví en Santander, hasta que nos marchamos al primer destino en el extranjero, exactamente a París, donde nacieron mis dos hijas. Quizás por eso el nombre de su abuelo estaba clavado en mi mente como alguien que fue decisivo y muy conocido y admirado por todos.

    Desearía poder expresarle lo más calurosamente posible mi felicitación por la redacción impecable de ese libro, por todo lo que significa al día de hoy conocer todos los detalles de lo que fue la misión del General Dávila en esa campaña del norte, que posiblemente significó la victoria del bando nacional en nuestra guerra civil, y por todas las fotografías, planos y referencias impresas que seguro no han sido nunca publicadas y que deben pertenecer a su archivo personal como familiar directo de ese héroe de nuestra contienda.

    Quizás sin usted advertirlo (o si) nos da un esbozo del carácter de Franco, tengo la impresión de que a veces difícil de lidiar, pero no hay nadie perfecto en éste mundo, y él no podía ser una excepción. Felizmente parece que el carácter y la firmeza de su abuelo hicieron frente, con el debido respeto a quién ostentaba el mando del ejército y más tarde del País, para conseguir sus objetivos con una visión más exacta desde su posición y conocimiento del terreno y de las fuerzas con las que contaba, y eso le llevó al éxito final, la conquista de Barcelona, con lo cual la guerra quedaba ya resuelta en su parte más difícil. Había oído hablar, como casi toda nuestra generación, de esas batallas fundamentales como fueron la de Brunete, Teruel y lo que se llamó la batalla del Ebro, y puedo imaginarme las dificultades y los muertos que entrañaron, y el comentario de D. Pedro Dalmau nos da una idea bastante precisa de hasta qué punto fue una lucha entre hermanos, que es lo más penoso de asimilar.

    El tono y la forma en la que ha descrito esa campaña es admirable, porque creo que ha intentado y conseguido no hacer comentarios desagradables ni especialmente ofensivos para el ejército enemigo, y ha descrito a la perfección cómo en definitiva lo más importante en un combate es la moral de los hombres que integran su ejército, y que los mandos sean capaces de llevar a cabo los planteamientos del jefe superior, sobre todo manteniendo la moral y el ánimo constante en las fuerzas a sus órdenes.

    Y no quiero cansarle más.

    Gracias una vez más por su esfuerzo y su destreza en encauzar éste nuevo ejército que formamos en éste blog, y siempre a sus órdenes y al servicio de España le saluda con respeto y afecto

    Margarita Alvarez-Ossorio

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  4. Pues sí doña Margarita; los fines de semana trabajo hasta más tarde (por llevar la contraria con eso del finde para descansar; para mi descansar son mis libros y mis papeles); es por lo que he llegado en esta noche a la lectura de su comentario. Le diré algo: nunca esperaba una crítica como la suya: además de elogiosa, que es lo de menos, describe mis intentos a la hora de transmitir lo que deseaba a la perfección. Lo hace usted de manera impecable; me ha sorprendido porque leía sus palabras y pensaba «esto es lo que yo quería». ¡Cómo me ha gustado su comentario! Si después de leer el libro piensa así es que ¡lo he logrado!
    Dicen que la elegancia del filósofo es hacerse entender. No soy filósofo, pero los militares y cualquiera que se dedica a algo que mezcla la técnica y el arte usa un lenguaje demasiado técnico que muchas veces uno piensa que es hecho a conciencia para no dejarse entender no vaya a ser que descubramos los grandes errores o poca sabiduría de estos «sabios». La pandemia ha dejado al descubierto a muchos de ellos.
    El caso es que me gusta entender y que me entiendan y no contar batallitas.
    ¡Gracias! doña Margarita por sus impecables palabras no por lo que de halago tienen, sino por haber entrado en el alma de este humilde escribidor que se lo agradece porque «nada hay oculto que no vaya a saberse».
    Reciba todo mi afecto y agradecimiento.
    Rafael Dávila

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  5. Tengo el deseo e intención de leer su libro con detenimiento General Dávila, y en él comprender y aprender, todo lo que fue la Guerra Civil del Norte, y de España.
    Infinitas gracias por todo y por tanto.

    Un saludo con afecto y agradecimiento. general Dávila

    Josefa del P.S. López del Moral Beltrán

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  6. A las órdees de V. E., mi General.

    Todo el día limpiando y preparando la piscina para que cuando los dos nietos tengan las vacaciones el agua haya tomado siquuera la temperatura del cuerpo humano, me ha impedido poder abrir el ordenador antes de esta hira ya tardía.

    Consecuencia, pues que ya está todo dicho, y muy bien, en comentarios que preceden, como el de Doña Margarita Alvarez Osorio. Un servidor sólo puede insistir en la delicia que supone leer algo escrito con lenguaje culto pero a la vez coloquial y sencillo, sin el más remoto intento de lucimiento ni florituras improcedentes ni atisbos de sectarismos cuando se están contando e ilustrando con documentos originales hasta ahora inéditos, hechos que han conformado la historia y han de ser tratados con absoluta objetividad y honestidad. Ciertamente este libro no es uno cualquiera más sobre la guerra civil, y deberían leerlo muchos de los que quedaron como vencedores, y toddos los verdaderamente honestos entre los descendientes de los que fueron víctimas de sus propios errores y de las ambiciones y egolatría de unos dirigentes a los que no les importó sacrificar a sus combatientes para ganar tiempo, reunir un botín y poner tierra y aguas de por medio hacia exilios dorados, aún sabiendo que la contienda, en lo político y en lo militar, estaba ya irremisiblemente decidida. Y me estoy refiriendo en especial al canto del cisne de la república provocando la Batalla del Ebro.

    E insisto igualmente, en la profunda admiración y gratitud, que tanto por referencias y testimonio directo de personas que se ofrecieron voluntarios y participaron desde el primer momento en todos aquellos acontecimientos, como por este libro, por unos mandos que desde cero culminaron una obra de gigantes, guiados exclusivamente por su patriotismo sincero y altruísta. Muchos de los cuales, a lo largo de la lucha, se fueron dejando la propia vida, entre ellos el mismo General Mola en un desgraciado accidente de avión. Entonces no había predicciones del tiempo ni informes meteorológicos, ni cualquier otra ayuda a la navegación aérea.

    Para eso, tendríanque pasar muchos años y pagar un importante tributo en vidas, sobre todo en la Aviación Militar. Porque la comercial apenas si existía..

    ¡¡¡Viva España!!!

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  7. Mi respetado y muy querido GENERAL,
    Realizar un comentario sobre LA INTRODUCCIÓN DE «LA GUERRA CIVIL EN EL NORTE» ,sin haberle leído es una osadía. Precisamente EL DESARROLLO y la CONCLUSIÓN DAN SENTIDO A LA INTRODUCCIÖN:
    Sin embargo mi ADMIRADO GENERAL, sigue los pasos que rigen las INTRODUCCIONES como parte inicial de textos, Libros , ensayos, monografías o artículos científicos.
    V.E sitúa el texto en un contexto determinado y expresa lo que EL CUERPO o DESARROLLO de los diversos capítulos contendrán.
    Es posible que en relación a las páginas sea o no breve. En mi modesta opinión es posible que sea un poco breve. Lo que sí es SINTÉTICA EXPLICATIVA Y NO REPETITIVA.

    Me imagino que el tipo de lenguaje es el mismo que se usa durante todo el libro.
    LA INTRODUCCIÓN se usa para CAPTAR LA ATENCIÓN DEL LECTOR Y ORIENTADO acerca del Contenido que va a leer.
    Como tal INVESTIGACIÓN HISTÓRICA lejos de la metodología del HISTORIADOR PROFESIONAL sino con la DE SOLDADO..
    Observo que cumple la INTRODUCCIÖN con las respuestas a las preguntas :
    ¿QUÉ?
    -Detalla brevemente «LA GUERRA CIVIL DEL NORTE»
    ¿POR QUÉ?
    – Dispone de un material EXCEPCIONAL que permite iluminar posibles sombras de importancia relevante.
    ¿PARA QUÉ?
    – Marca el OBJETIVO ESENCIAL: CONTAR UNA HISTORIA que aparece entre documentos y conversaciones familiares
    ¿CÓMO?
    – Detalla la metodología y el esfuerzo que ha supuesto conseguir la traza histórica desde su bisabuelo hasta V.E con el peso de la revisión documental donde los intereses, las desatenciones y los miedos influyen de manera decisiva.
    ¿CÓMO HACERLA?
    -Ha elegido la información más relevante
    -Marca el camino sobre el cual redactar el contenido (Cuerpo y Conclusión)
    Me paso pero merece todos los elogios LA DEDICACIÓN ENTUSIASTA QUE HA BRINDADO EN SACAR A LA LUZ TAN ILUSTRATIVA OBRA.
    -Indica CITAS (Marqués de SANTA CRUZ, BERNARDO LÓPEZ, MAESTRO HUIDOBRO (JJ LOZANO ETC.,)
    -Describe De forma simple y concisa el tema que trata.
    -Antecedentes y comparaciones
    – En el objetivo, genera expectativas y captura la atención
    -Ideas encadenadas (va de lo general a lo particular)
    -Cierre ( Es de imaginar que deja escenario abierto).
    ¡ENHORABUENA!
    NEC DESUNT VOTIS CEQUAE GRATULATIONES ET LAUDES ( No faltan ciertamente motivos de congratulación y alabanza).
    A la orden de V.E
    VIVA EL REY
    VIVA EL TCOL MATEO Y LOS GENERALES FIDEL, MANUEL Y RAFAEL DÁVILA
    VIVA Y ARRIBA ESPAÑA

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  8. Realmente estoy recibiendo elogios que ya a mi edad no quedan en exclusiva vanidad, sino que traspasan esa faceta y se aceptan con el mismo profundo sentido que se escriben. Gracias y el ánimo aumenta para poder seguir adelante. Un fuete abrazo agradecido

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  9. Mi respetado y MUY QUERIDO GENERAL,
    LAS PERSONAS QUE OFRECEN POR LA PATRIA TODO SU SER, COMO V.E, QUE EN SU INCESANTE Y COTIDIANO AVATAR REALIZA, NO SOLO TIENE GARANTIZADA LA PROPIA SATISFACCIÓN PERSONAL, SINO QUE LA INMORTALIDAD LE DARÁ LA GLORIA MERECIDA.
    ¡GRACIAS!. DE TODO CORAZÓN
    QUE DIOS LE CONCEDA LARGA VIDA PARA SEGUIR ILUMINANDO A ESPAÑA.
    A la orden de V.E
    VIVA EL REY
    VIVA LA FIEL INFANTERÍA
    VIVA Y ARRIBA ESPAÑA

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  10. Apreciada Doña Margarita de Armas.

    Felicitarla por su magnífico comentario que comparto totalmente.

    Con afecto.
    Pedro Dalmau

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  11. He dejado pasar el día, mi General, antes de intentar contestar a sus palabras, y sinceramente se lo digo, me ha hecho feliz, si con las mías he conseguido darle a entender que no sólo he captado el relato sino «el alma» de lo que nos contaba, y no seré evidentemente la única y que pienso y deseo que su libro tenga todo el éxito que se merece, porque si yo he conseguido entenderlo de pleno, no hará falta ser un militar y alguien con conocimientos específicos sobre el tema para que lo lean, como yo lo he hecho, con atención e interés, y les guste como me ha gustado a mi.

    Usted nos ha dado una visión diferente de esa guerra, las dificultades para la intendencia, el desplazamiento y la motivación que hay que saber inculcar en la tropa, y ha sabido plasmar delicadamente cómo debe comportarse un General en ciertas circunstancias no siempre fáciles respecto a los superiores, sin faltar a la disciplina y el respeto debido.

    Detalles tan personales hasta de cómo se llegó a la conclusión de quién era el jefe más adecuado, con la generosidad que demostró su abuelo al hacerse a un lado si pensaba que eso era lo mejor para España, capítulo que dice mucho a favor del General Dávila, pero con cuya decisión puedo no estar totalmente de acuerdo, aunque eso ya es algo muy personal y opinable, pero nunca sabremos si su decisión fue la adecuada, lo que queda en evidencia es que no buscaba el protagonismo, y eso debe estar en su genética, porque usted tampoco lo hace, y tendría motivos más que suficientes para al menos haberlo intentado en su momento.

    No crea que es por casualidad si le sigo diariamente y procuro integrarme en todo lo posible con sus opiniones reflejadas en sus artículos. Jamás he formado parte de ningún foro de opinión, no tengo un perfil en ninguna de las redes sociales, al menos no reconocible, porque sólo entro en facebook para acceder a los que tienen mis hijas, y sinceramente, más por saber lo que tratan en ellos y con quién se relacionan. Una madre no deja de serlo nunca, y siempre nos parecerá que debemos vigilar los errores que puedan cometer por falta de experiencia y desconocimiento de la realidad. Así que si he entrado de lleno en el blog es porque desde el primer momento tuve claro cual era su actitud, sus intenciones, y su manera honesta y clara de tratar diferentes temas, sobre todo la defensa de España . Es un blog que nos aporta cultura, no sólo militar, nos aclara ideas que podemos tener un poco en el aire, tenemos hasta a nuestro poeta de cabecera y comentarista de anécdotas políticas aparte de experto en pintura,(Gracias D. Eufemio) y a veces artículos que tratan sobre temas muy profundos de la conciencia, escritos por D. Pedro Mota a quién sinceramente admiro, y si todo eso no fuera bastante, los adorables comentarios del Coronel D. Angel Cerdido, y las informaciones sobre nuestras actuaciones en misiones especiales del general Villegas, interesantes e inéditas para muchos de nosotros.

    Es decir, que por primera vez en mi vida me ha merecido la pena seguir un blog y a sus integrantes, sabiendo que nada malo puedo esperar por hacerlo sino adquirir conocimientos y una relación con personas de bien que siempre es satisfactoria.

    Por todo ello la que debe y quiere darle sus más expresivas gracias soy yo, y lo hago de todo corazón.

    Añado un poco al aire de agradecimientos un abrazo para Luis Pinillos, siempre tan amable y cariñoso conmigo, demostrando en cada línea que escribe su buen corazón, su patriotismo y su innata bondad. Gracias también a ti, Luis, por ser como eres que ya es bastante.

    Saludos y que tengan un buen fin de semana

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  12. Buenas tardes Mi General, y mi enhorabuena por el libro tan precioso que ha escrito, explicando minuciosamente todos los pormenores acontecidos. Saludos para todos.

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  13. Como le dije, repito: muy agradecido y procuraré seguir en la medida de mis posibilidades a acercar temas que parecen muy técnicos, pero que explicados se descubre que lo complicado no lo es tanto. Ya estoy en ello para una próxima segunda parte.
    Con mi afectuoso saludo reciba mi agardecimiento.
    Rafael Dávila

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  14. Deseando leer su libro. Me interesa sobremanera. Felicidades. Lástima que papá ya no esté en disposición de poder hacerlo. Un ssludo

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