UCRANIA. LA GUERRA EN SU LÍMITE DE ELASTICIDAD Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

La guerra en Ucrania continúa bajo la incertidumbre, y los análisis se encuentran desesperadamente confusos sin que nadie sepa, por mucho estratego que opine, las intenciones de Putin.

La guerra, como todo, llega un momento en el que pasa a la cotidianeidad o, lo que es peor, a la costumbre, y a nadie sobresaltan las noticias si no se ven respaldadas por la subida de la gasolina o del pan nuestro de cada día.

Es triste acostumbrase a la guerra, pero más lo es a la inacción. Observo, quizá con error, que de lunes a viernes hay guerra, los fines de semana fútbol o gastronomía, estado del tiempo y de las carreteras; observo que los reyes de la información se van de vacaciones. Solidaria guerra. Alto el fuego, week end, y de nuevo a retomar la información. A golpe de cañones.

Decía Stalin, en su atroz pensamiento, que un muerto es una tragedia y un millón una estadística. Primero la pandemia. Ahora el Teatro de la guerra.

La guerra empieza a ser estadística de muertos, un cúmulo de datos lo confirman, mientras algunas mentiras intencionadas se deslizan por sus derivadas establecidas sin saber cuáles son las variables independientes. La derivada es el orden convertido en desorden y lo anormal instalado en la normalidad.

Vence lo virtual en la tragedia del olvido, de querer dejar al lado los resultados devastadores del enfrentamiento, allí donde unas letras enlazadas llamadas palabras han fracasado y dan paso al duelo de las armas: el lenguaje de los cañones.

Estamos en un momento de la guerra en Ucrania donde se ven más claras las intenciones. Los jugadores descubren sus cartas, aunque podría ser una simple jugada de comprobación y calentamiento. Nadie ha puesto toda la cantidad sobre la mesa. La apuesta es muy pobre y se habla de farol. Los muertos se olvidan: pura estadística. La guerra sigue y un final temible se vislumbra cada vez más cerca. Las posturas están enconadas y nadie opta por entenderse con la palabra. Más gasolina al fuego.

El Diccionario de Autoridades define «diversión» en su acepción militar: «En términos de guerra se llama al ataque que se hace por el enemigo por diversas partes, para obligarle a separar sus fuerzas, dividirle y enflaquecerle, o entretenerle».

Queda claro en su rotundidad que la guerra ha sido así mal entendida y atendida.

No ha hecho bien Zelenski al desairar a Alemania. No habla Europa con decisión y por ello otros toman su palabra.

El momento es muy delicado y no debemos actuar con maniobras de diversión cuando la violencia puede no tener límites y llegar al uso ilimitado de la fuerza.

Este es el momento del mayor peligro y cualquier cosa puede ocurrir; entre ellas una catástrofe nuclear.

Estamos en el límite de elasticidad que permite la tensión de la guerra y de acuerdo con la Ley de Hook el puenting podría acabar en tragedia. Nada volverá a ser lo que era, deformado y sin vuelta atrás.

Mientras los políticos no decidan que la política y la guerra no son lo mismo, aunque persigan el mismo objetivo, mientras no se den cuenta de que la guerra es su fracaso oculto bajo la vida de otros que nada que ver tuvieron, mientras no encuentren una alternativa a los cañones, seguiremos estirando el tiempo hasta romperlo todo y ser irreversible.

La estrategia y la táctica quedan desbordadas cuando el espíritu de la guerra se convierte en una lucha a muerte en la que no se respetan las reglas de la guerra, cuando los generales son arrollados por la inmoralidad de sus tropas de lo que ellos son únicos responsables.

Una guerra en la que se ha roto el código del honor, donde ya no hay ética militar, puede acabar en cualquier cosa.

Una guerra que está a punto de acabar en algo peor. El terrible ejemplo de acabar con una explosión mayor que todas las habidas hasta el momento debería hacernos pensar más allá de los despliegues de tropas intimidatorios. Ese momento tan cercano: «Ya no había nada más que temer». Era la peste atómica; que puede regresar. No fue una guerra, sino todo y nada que es la definición de la muerte moral. Física también, pero eso es un mal menor.

Salvo una batalla perdida, no hay nada tan triste como una ganada. Nadie gana cuando se manejan ejércitos que no hacen la guerra, sino imponen pura violencia.

Habrá que buscar una definición nueva a tanto terror, al que parece que también nos acostumbramos. Como a morir. Irremediable.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

18 abril 2022

 

8 pensamientos en “UCRANIA. LA GUERRA EN SU LÍMITE DE ELASTICIDAD Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

  1. Gracias. Una vez más, un artículo claro, veraz y a la vez muy inquietante Mi General.
    La Ley de la Gravedad ordena la vida en el planeta Tierra, y los derechos humanos deberían ordenar la vida y gobernanza de la especie humana. El fallo de una u otros sería el fin de la existencia.
    Los europeos, españoles incluidos, estamos «escondiendo la cabeza bajo el ala» frente a las guerras, la conciencia de defensa, la coexistencia pacífica y los principios y derechos humanos.
    Y lo peor de todo, hay personas y lideres que va exclusivamente a lo suyo, sin referentes ni criterio propio, hipnotizados muchas veces por una educación sectaria ausente de valores, por el mimetismo con ciertas redes anti-sociales, la idiotez literaria y televisiva de muchas editoriales, cadenas y plataformas digitales, o por simples intereses egoístas y falso bienestar.
    No hay mundos paralelos para la humanidad, somos la una única especie con conciencia, vivimos una sola vez y en un único planeta sin repuesto. Las guerras en Asia, Balcanes, África, Afganistán o Europa son cosa de todos. No hay atajos ni evasivas para el esfuerzo que supone defender la dignidad humana y solidaridad entre sus pueblos…..Es solo una opinión.

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  2. Al Montruo de Frankenstein lo han creado entre una docena que no reconoce llamarse Frankenstein, ni mucho menos Victor, tal y como le ocurría al Javier de la canción «No me llames Javier»; no se debería empezar lo que no se sabe terminar. Y en esto todos los actores son culpables; mi impresión es la de que el problema, que unos y otros han creado SIN necesidad, les viene grande. Buenos días, mi General y todos.

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  3. Atentamente y con el debido respeto

    A las intenciones putinianas y la indolencia latente
    ———————————————————————-
    Las intenciones pitinianas
    son tan confusas y perversas
    como intrigantes e insanas,
    calamitosas e inhumanas;
    Y. Es así que se procesan.

    Dentro de la sensatez
    que contempla el salvajismo,
    la indolencia y la estupidez
    que haciendo galas del saber
    enaltecen el periodismo.

    Informando y desinformando
    para explotar los noticieros
    que se vienen maquinando;
    Y. Nos van acostumbrando
    a tragar de sus anzuelos.

    En el Teatro de la guerra
    se hacen ver esos actores
    que a la humanidad aterran
    Y. En la inmunidad se aferran
    consagrando sus maldiciones.

    Mientras la sangre rebosa
    en la tierra que se empapa
    retumban voces rabiosas
    de las fieras más peligrosas.
    ¡LAS VERDADES SE SOLAPAN!.

    Día 18 de abril de 2022

    Ramón Lencero Nieto

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  4. A las órdenes de V. E., mi General.

    Esta barbarie es cada día más preocupante, y Putin podría ser a estas alturas tan peligroso como una fiera herida de muerte, sobre todo, herido en su orgullo y egolatría.

    Estrategias y tácticas aparte, es evidente que las cosas no le están saliendo como las había calculado, ni dentro del tiempo, ni con tantas pérdidas propias, en vidas y material. Y en su desesperación puede ser impredecible; no en vano intenta, desde el primer momento, darse moral amenazando con utilizar su poder nuclear. No es un farol, lo dice con plena consciencia y determinación.

    Nadie en su sano juicio se lanzaría a una guerra sin calcular la duración prudente y el margen de maniobra que puede permitirse para mantenerla en posesión de la iniciativa y el control. Y aquí parece que, entre las vidas que le está costando (se habla de unos veinte mil soldados, con la escalofriante cantidad de generales y otros altos mandos), más las toneladas de material, se diría que le quedan pocas opciones de tipo convencional para conseguir sus objetivos. Hasta, al verlo hablar, parece que está deseando abrir el maletín y pulsar cualquier botón a ver qué pasa. Debería pensar que la respuesta sería automática, pues así está programado el juego, incluído el suyo. Y entonces…

    ¡¡¡Viva España!!!

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  5. Muchas gracias Mi General, por su impactante escrito. Me quedo con su definición de; Los muertos se olvidan: pura estadística. La guerra sigue y un final terrible se vislumbra más cerca. Tremendo. Saludos para todos.

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  6. Mi General : Hoy me descubro al leer su lección. Esto ya no es una guerra entre un gigante mundial y un valiente país..
    Putin juega sucio, no quiere una simple victoria, busca una humillación y aplastamiento de su enemigo. Ucrania se defiende a muerte, sabe que no puede ganar. Aguantará hasta el final, el perder es desaparecer.
    El momento no está para bromas y es muy delicado.
    ¿ Se verá Rusia “obligada, por su fracaso”, a utilizar y llegar a la guerra nuclear ?.
    Sería un fracaso tremendo, esperemos y saldremos de dudas..🇪🇸🇪🇸🇪🇸
    ¡¡¡ TODO POR LA PATRIA,!!!

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  7. Como Vuecencia muy bien y claro dice, el final es impredecible y la latente amenaza del empleo del arma nuclear esta ahí presente. La rata sI se ve en situaciónes límite, ataca y muerde; y Putin acusa ya el desgaste. Poco le debe de quedar de «aguante» para ello y frente a el tiene defensores decididos a morir si es preciso en la defensa de sus posiciones en una guerra de guerrillas que tiene a su favor las ruinas de ciudades que hacen mas dificultosa la entrada y dominacion de tropas regulares. Ante esta resistencia a muerte, es de suponer que Putin llegado el momente, empleara el arma nuclear táctica con caracter limitado y de aviso para que Occidente deje de alimentar la guerra con el creciente suministro de armas a Ucrania.
    ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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