VOLUNTAD DE VENCER (General de División Rafael Dávila Álvarez)

800px-Casino_Militar_(Madrid)_02En el mes de mayo del 2011 el presidente del Banco Santander daba una conferencia a los Caballeros Cadetes del Ejército de Tierra en la Academia General Militar de Zaragoza. Les explicaba don Emilio Botín los principios y procedimientos que había aplicado para lograr la posición de liderazgo en la que se encontraba el Banco Santander.

Su conferencia tuvo un enorme valor didáctico y vino a confirmar que los preceptos doctrinales que tradicionalmente se han aplicado en el Arte de la Guerra, tienen una enorme vigencia y utilidad también en otras actividades como la empresarial. No voy a aburrirles con principios doctrinales, simplemente haré una reflexión.

Decía el presidente del Santander: «Para ganar hay que tener voluntad de vencer». Nada nuevo para un soldado ya que es un principio fundamental del Arte de la Guerra que ni siquiera es necesario dejarlo escrito. Es un acuerdo intelectual, la exaltación de cuantos valores morales animan y conducen al logro de la victoria, la fe en el triunfo. Bien lo sabía don Emilio y otros empresarios que aplican los principios del Arte de la Guerra en cada ocasión y en cada momento con la selección de sus hombres y la adecuada instrucción y perfeccionamiento de sus inherentes valores. Para vencer, voluntad de vencer. Es el principio y el primer pilar para la victoria. Parece una perogrullada, pero también lo es que la razón de ser de los ejércitos es la defensa militar, el combate, la guerra (?). Y es que hay ocasiones en las que la perogrullada se convierte en paradoja. Por ejemplo cuando dejas de creer en lo que haces, cuando el enunciado se convierte en simple propuesta sujeta al turno cambiante de grupos o partidos, cuando no te reconoces y pones en duda tus principios o los escondes con meliflua actitud. Poco antes de esta conferencia que les cito, el Jefe del Estado Mayor del Ejército nos decía que estaban muy equivocados, me sentí aludido, quienes pensaban que el Ejército estaba para la guerra, que ahora la sociedad demandaba otra cosa. Me sentí aludido y también consternado porque empecé a ver que era una tendencia, un dictado quizá no casual. Acabar con la voluntad de vencer.

Eran tiempos en los que parecía reeditarse aquel periódico «Pero Grullo» que dirigía «El Bachiller Zapatilla» en el siglo XIX, ¿o era en el siglo XXI?

Valor, virtud que engalana a la voluntad de vencer. Las acciones heroicas llevadas a cabo por nuestros soldados fueron ocultadas o minimizadas.

Dar la vida, si necesario fuera, pero hablar de muertos o heridos era tabú en un ministerio de defensa donde su temporero ocupante se adornaba para la galería con total desfachatez: morir antes que matar. Cualquier cosa antes de hablar de vocación militar, de épica y de riesgo.

De Nación, nada. Discutida y discutible.

No, no se nos olvida cuando los que aquello sembraron sacan pecho, engalanan sus vitrinas y llenan con sus libros los anaqueles… y los bolsillos. España retirada, servir a España una agresión al buen gusto, morir por España… «Espero que en pocas semanas se acabe la vergonzosa inscripción que era y es aún una agresión al paisaje, al buen gusto y la libertad». ¡¡¡De frente, armas!!! Y se acabó. Se borró del paisaje, « A España servir hasta morir». Nunca del corazón ni de la memoria. No podían con la voluntad de vencer.

Toda una época en la que la actividad ministerial se centraba en aparecer como ONG, con sus soldados bomberos o deportistas de aventura. Donde los héroes dejaron de existir y se regateaban condecoraciones. Una enfermedad contagiosa que infectó a los propios soldados en sus puestos más altos.

¿Pasó la enfermedad? Simplemente distintos intereses.

¿Voluntad de vencer? El soldado nunca la perdió.

Cuando los signos anunciaban una recuperación avistamos un negro horizonte de incertidumbre en el que la voluntad de vencer inclinará la balanza a uno u otro lado. Que cada uno se lo aplique y lo entienda como quiera. Será su derrota o su victoria.

No soy el presidente del Santander, solo un infante, un conjunto de capacidades medias. Pero me atrevo a decirles que la tibieza no va ser en el futuro buena consejera. «Entre soldados solo miramos al que más avanza». Lo dijo un infante español: Cristóbal Mondragón.

«Para ganar hay que tener voluntad de vencer», decía don Emilio Botín.

Los principios del Arte de la Guerra eran (?), la Voluntad de Vencer, la Libertad de Acción y la Capacidad de Ejecución. Desatender cualquiera de ellos puede conducir al fracaso. No son viejos postulados.

A veces, por la actitud y los hechos, me da la impresión de que algunos quieren perder, conducirnos al fracaso. Cada paso que avanzan dos retroceden. Faltos de voluntad ni convencen ni vencen.

La voluntad de vencer no es doctrina pasada, es el futuro. Y no solo en la milicia. Es la clave para no quedarnos anclados en el pasado… ¡que vuelve!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

12 pensamientos en “VOLUNTAD DE VENCER (General de División Rafael Dávila Álvarez)

  1. Atentamente y con el debido respeto

    Para Voluntad de Vencer
    Pedro Sánchez y otras alimañas
    que por seguir en el poder
    se han empeñado de vender
    lo que ha quedado de España.

    Ramón Lencero Nieto

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  2. A las órdenes de V. E., mi General.

    Hermosa expresión, voluntad de vencer, o fe ciega en la victoria, que sólo pueden entender quienes creen en sí mismos y actúan siempre guiados por el deseo de servir y no por el de ser servidos. Que están convencidos de que la causa que defienden es la justa. Y además, no lo hacen esperando una recompensa especial.

    ¿Pero qué se puede esperar de quienes para satisfacer sus ambiciones personales, venderían a su propia madre y pactan con el diablo?. Nada, ruína, miseria y, naturalmente, derrota y deshonor.

    Menuda estupidez en boca de un ministro de defensa. Apañados vamos con esa mentalidad pseudo pacifista que sólo es una forma de querer camuflar la cobardía y la ineptitud. Entra verdadero terror pensar que, tal como está el horno, estemos en manos de inútiles y negados.

    ¡¡¡Viva España!!!

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  3. Supongo que ese general quería decir que la sociedad demanda del Ejército que sea una especie de ONG uniformada cuyos miembros deben hacer de bomberos, sanitarios, policías (en las misiones de paz), etc.

    Parece evidente que ese general tenía razón. El ejemplo lo tenemos en Ucrania. Los ucranianos se están defendiendo de la invasión rusa con su UME, con sus aviones apagafuegos, sus bomberos forestales, etc. Espero que se entienda la ironía.

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  4. Me sumo a la voluntad de vencer porque la unión hace la fuerza y a la foto del combatiente/guerrero, con la inscripción «SI VIS PACEM PARA BELLUM», aporto al ancla dos fusiles cruzados de «flexibilidad anfibia».

    Que me ha gustado hoy ver en la Estadísticas del blog 6.236.082 visitas. No es cuestión baladí. ¡ES VOX PÓPULI!

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  5. Aquel ministro que prefería morir antes que matar, en realidad prefería forrarse antes que morir y en ello puso toda su voluntad de vencer.
    Unos años antes de 2011 otro JEME en el mismo foro de la AGM exhortaba a los futuros Oficiales a que fueran los líderes del principal servicio público de España….Ahí andamos.

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  6. Los «viejos postulados…» como Ud. bien indica, mi General, son los que de continuo se actualizan. Paradojas de la vida que, quienes no están atentos a ella, se ven en un continuo mundo de errores, como un bucle melancólico, del cual solo salen tras es bofetón que les proporciona la realidad. Incluso siendo Jefe del Estado Mayor del Ejército (el cargo no hace a la persona y en algunas ocasiones, la persona destroza el cargo) Muy oportuno su comentario de hoy.

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  7. A la orden de Vuecencia Mi General, me ratifico en su articulo en cada una de las ideas, palabras, comas e incluso tildes expuestas. Soy un humilde retirado del Cuerpo que creo en 1844 el Duque de Ahumada y creo que estos tiempos no solo no convencen ni vencen, mas bien avergüenzan. En el día de ayer leí el articulo que hacia reseña a un grupo de cinco alumnos de las Academias de Baeza y Valdemoro de la Guardia Civil que vistiendo el uniforme de tan Benemérito Cuerpo en estado de embriaguez se mofaron y burlaron del Cristo de la Buena Muerte, santo y seña de nuestra querida Legión.
    Tengo 56 años, y como digo yo en mi época, pasada y no tan lejana ese acto hubiera sido impensable y además duramente castigado. Fallan nuestros políticos y también nuestros mandos Mi General?.
    Siempre a sus Ordenes.

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  8. Buenas tardes General Dávila y todos

    Hoy nombra precisamente a un personaje que conocí personalmente y a quién admiré además, porque esa premisa, la voluntad de vencer, no lo abandonó nunca, y porque, como usted mismo señala, supo transmitirla a través no sólo de una política de empresa que consiguió desarrollar perfectamente, es que además la practicaba personalmente dando ejemplo y con mucha efectividad. El Banco de Santander avanzó hasta convertirse en una de las mayores empresas españolas, y sólo espero que su hija, que ha heredado el cargo, sepa continuar la labor que su padre supo ejercer durante muchos años con gran éxito. Creo que hubiera sido un excelente soldado si la vida lo hubiera llevado por esos derroteros. Le puedo asegurar que sabía mandar, cómo y a quién, y no me extraña que acudiera a dar una conferencia a la Academia Militar de Zaragoza, y que esa conferencia hiciera su efecto. No hablaba por hablar, era hombre de pocas palabras pero siempre con un sentido del deber que ya quisieran muchos poseer. Se puede ser patriota en muchos campos, y en el que le correspondió lo hizo yo diría que extraordinariamente.

    Esos Principios de la Guerra los aplicó, puedo asegurárselo, con un espíritu casi militar. Descanse en Paz.

    Ojalá la sociedad moderna lo entendiera, y en todos los terrenos. Seguro que nos iría mucho mejor.

    Y ya apunté que había leído con atención el libro del Jemad Fernando Alejandre, y por todo lo que relata en él da bastante desconsuelo comprobar que ni siquiera en un puesto de tanta responsabilidad como era el suyo pudo conseguir casi ni un mínimo de sus objetivos. Siempre la política poniendo palos en las ruedas de los profesionales de la guerra, de los que de verdad entiende de ello. Lamentable, sinceramente.

    Cordiales saludos

    Margarita Alvarez-Ossorio

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  9. Estaría bien que en la Academia, también dieran charlas, trabajadores que se levantan a primera ahora de la mañana hablando de su experiencia laboral, de la cultura del esfuerzo y de traer el pan a casa, y no solamente banqueros que hacen grandes sus entidades mediante el cobro de fuertes comisiones, hipotecas vertiginosas y cerrando oficinas en zonas rurales…

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  10. Disculpe D. Josep MIquel, pero no creo que a los soldados nadie tuvieran que darles conferencias sobre el esfuerzo diario, levantarse a primera hora de la mañana y ganarse el pan con el sudor de su frente. Eso ya lo sabían sin que nadie tuviera que darles una conferencia sobre el tema.

    Ni los soldados ni los bancos son ONG.

    Que yo sepa, el banco de Santander no obligó a nadie a hacerse cliente suyo, supongo que cobraba las comisiones permitidas por la ley, ni tampoco obligaba a aceptar un crédito ni una hipoteca habiendo tantos bancos dónde elegir. Si los clientes eligieron ese banco sus motivos tendrían y el mérito justamente estuvo en dar confianza sobre gestión, seriedad y trabajo bien hecho. Y no se en cuales circunstancias y si fue en su época cuando se cerraron sucursales en lugares pequeños. Supongo que si un negocio no da beneficios, y el banco tenía que dar anualmente cuenta de su gestión ante los millones de pequeños accionistas que les confiaban sus ahorros, no podían mantener abiertas sucursales que dieran pérdidas. Es doloroso y lamentable, pero inevitable. Y nunca he entendido la mala prensa de la que «disfrutan» los bancos, porque en definitiva acudimos a ellos cuando tenemos necesidad y no porque nos divierta ni nos guste. Si no se está de acuerdo con sus gestiones, basta con no comprar a crédito y no ponerse en manos de ninguno, pero la cuestión está en que si decidimos hacerlo porque no vemos otra solución, confiemos en aquel banco que tenga un mayor prestigio y una mejor solución a nuestros problemas. La voluntad de vencer de D. Emilio Botín precisamente estuvo en saber prestar esos servicios imprescindibles en una sociedad moderna con las mejores condiciones y con el personal adecuado, y por eso fue un empresario modelo, porque también estaba en su mesa de trabajo a la misma hora e incluso antes que sus propios empleados, y con muchísima frecuencia viajando por todo el mundo para vigilar de cerca la diversificación de su empresa y no creo que aquello fuera demasiado divertido para él, pero lo hacía, y todos sabemos que el ojo del amo (en éste caso del jefe), engorda al caballo, y es muy posible que se esfuerzo extra fuera el que costara la vida.

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  11. La mediocridad se ha instalado en los escaños del Parlamento esperemos que no sea a perpetuidad.
    No se ha perdido tan solo la voluntad de vencer; se ha perdido incluso la voluntad de luchar por nuestra libertad.

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