«…QUE HABIENDO DURADO MUCHO EL MAL, EL BIEN ESTÉ YA CERCA» (D. Quijote). Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver.

Este artículo que hoy os mando, amigos invisibles, es especial para mí. Es el número 50 desde que el jueves 20 de febrero de 2020, aparecí en el bolg con el primero dedicado al aniversario de la fundación de la Academia General Militar de Zaragoza.
La intención es seguir haciéndolo mientras pueda. Gracias por vuestra paciencia.

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Hasta el final del siglo XIX, los cadetes del Real Colegio de Artillería del Alcázar de Segovia estudiaban un breve catecismo militar, que decía entre otras cosas lo siguiente:
“Al modo que peca un magistrado cuando juzga mal por ignorancia, así también peca un Jefe cuando ordena mal sus tropas por la misma causa. Cada uno está obligado a saber su oficio; y el honor y la conciencia obligan en todos los estados a renunciar los encargos que no sean capaces de desempeñar”. Un buen mandatario político es aquel que, pese a no ser el que más sabe sobre la materia de su trabajo diario, se rodea de los mejores para hacer un buen equipo. Una situación que, aunque no es habitual, no debería generar ningún problema mientras el responsable admita sus carencias y destaque como buen gestor. Esta circunstancia es más habitual cuanto más arriba miremos en los organigramas. Por lo tanto, muchas veces lo ideal es contar con el que sepa sacar lo mejor de cada uno de sus subordinados.

A veces en los puestos de responsabilidad del Gobierno, se destinan gestores con experiencia en otras parcelas, pero sin la debida preparación para dirigir estas nuevas, y sólo con el pretexto de que los revitalicen con sus frescas ideas. Eso en sí no es malo siempre que el nuevo destinado tenga al menos las titulaciones mínimas exigidas correspondientes al cargo.
Los que mandan tienen que saber y los que obedecen, querer, pero cuidado, pues cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.
Dicen que para mandar bien es necesario el «prestigio», aunque comprendo que esta cualidad sólo es potestativa de los grandes políticos y reservada a unos pocos privilegiados que tienen ganado la fama por sus logros obtenidos antes de aterrizar en la política. Para los otros, el «carisma» es el equivalente al prestigio de aquellos, son los que tienen la capacidad de atrae o posicionar.
En ambos casos son pocas las señorías que tienen a su alcance este carisma, y casi ninguna el prestigio.
En general, las funciones de todo jefe son diferentes de las de sus técnicos y, aunque siempre deban contar con fundamentos, lo mas importante será que posean y desempeñen habilidades de dirección y «liderazgo», a fin de poder
influir, motivar, organizar y llevar a cabo acciones para lograr sus fines y objetivos que involucren a personas y grupos en un marco de valores.
Todos esos jefes deben conseguir los mejores resultados a través de las habilidades técnicas de su equipo, aunque como es sabido, en política a veces se hacen extraños compañeros de cama.
En cualquier caso, se debe obedecer más al que enseña que al que manda.
Por supuesto que el objetivo del elegido, no será demostrar que cuenta con un conocimiento exhaustivo del campo para el que ha sido designado, sino conseguir sacar el mayor partido a aquellos que tiene bajo su mando, gestionando sus talentos de la mejor manera posible.
Sin embargo, no siempre se consigue un buen ambiente en un ministerio en la que el ministro es el que menos sabe, y mucho menos con los que no saben nada como ocurre en algunos de los actuales.

La peor situación que se puede producir es aquella en la que el Presidente, los Ministros, Directores Generales, Secretarios de Estado etc., no cuenten con la experiencia y habilidades suficientes para gestionar el grupo. En este caso, la situación tarde o temprano se volverá insostenible para ambas partes, y la única salida será la que lleve a una dimisión con cambio en la dirección del equipo.
Hoy los hombres del Gobierno no deben ser como los pintaban allá por 1800:
“ Calma perfecta del subordinado y su jefe, calma que es precisamente la del caballo midiendo noblemente el paso entre la brida y la espuela y orgulloso de no ser responsable de nada”.
De cualquier modo, cuando esos mandatarios sean los que menos saben, al menos deberían comportarse con cierta humildad, aceptando sus limitaciones.
Es muy importante que siempre «digan la verdad», ya que es uno de los elementos esenciales para un buen entendimiento con sus subordinados que los llevará a ganarse su confianza, aunque no tienen que asegurar que intentarán cumplir lo pactado, pues todos sabemos que no va a ser así.
Hoy la gestión de los asuntos públicos está en manos de algunos malos políticos profesionales, hombres y mujeres que nunca han ejercido otro trabajo que el de la política y que muchas veces carecen de méritos y conocimientos, y lo más importante sin tener una vocación de servicio, olvidándose en atender a las personas y buscar como meta la estabilidad.
Los que mandan, si saben poco, deben ser conscientes de no poder prescindir de los pocos profesionales de la política que son expertos en esos mundos, pues ésta es la única condición que les seguirá manteniendo en sus sillones. Es la gran ventaja que tienen estos últimos de tener jefes que sepan poco. Que diferencia tan grande entre los que hablan por decir algo, y los que dicen algo por hablar, por eso, tantas voces y tantos gritos como dan estos desde sus escaños «saliéndose del tiesto», esconden lo que nada tienen que decir. No se dan cuenta que cuando hay verdad, cuando hay sentimiento, casi
siempre se impone el silencio.
Hoy ya tenemos demasiado ruido de misiles, demasiadas amenazas atómicas.
Casi echo de menos la Guerra Fría.

Quienes aspiren a entrar en un partido político, a ser militante de base, antes de recibir el carné tendrían que pasar cursos de formación y simultanearlo con el estudio de una carrera universitaria, el trabajo en una empresa o en la administración. Hoy parece que para obtener el carné prime, la cercanía política, y muchas veces la sumisión sobre la profesionalidad. Parece como si para algunas de sus señorías la política fuese el refugio del paro.
Buen ejemplo tienen en los que dirigieron España durante aquellos difíciles años, en su mayoría profesionales que abandonaban sus ocupaciones por un tiempo para poner sus su conocimiento y preparación al servicio de todos, y
cuando abandonaron la política volvieron a su profesión, sin tener necesidad de usar las puertas giratorias.
Las dudas que desprenden los políticos de hoy sobre sus trabajos, ya sea en seguridad jurídica, en economía, en política fiscal o de indultos, causan inestabilidad consecuencia de su escasez política. Son los llamados «políticos profesionales», que sin oficio ni beneficio, sin haber trabajado nunca en una empresa privada, hartos de fabricar currículos falsos, copiando tesis doctorales, y haciendo pasillo en las sedes de los partidos, han llegado a directores generales, ministros, ministres o ministras; aventureros foráneos, a quien nadie ha dado vela en nuestro propio entierro, eso si, nunca
decepcionan, pues siempre encuentran la ocasión de meter aún más la pata.
Son como garrapatas, verdaderos chupópteros de nuestras vidas, una vez que se enganchan, resulta difícil quitárselos de encima.
En las últimas elecciones generales algunos les regalaron el éxito, en las próximas les debemos despojar de su cínica felicidad.
Al final la razón acabará por tener razón.
Y en eso estamos…, pues como dijo D. Quijote:
«…Que habiendo durado mucho el mal, el bien esté ya cerca».

Zaragoza octubre 2022.

Blog: generaldavila.com

12 pensamientos en “«…QUE HABIENDO DURADO MUCHO EL MAL, EL BIEN ESTÉ YA CERCA» (D. Quijote). Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver.

  1. Buenos días:
    Es verdad que nunca hubo tanto político mediocre, sin preparación y arribista, que ni en sus mejores sueños imaginaban llegar a las altas esferas del Estado. Y ahí están. Convirtiendo la política en agencia de viajes para cuchipandis, agencia de empleo para familia, amiguetes y afines, todo a gastos pagados y creando dogma de fe de su pensamiento único y donde la mentira de cara a los electores es marca de la casa (todos mienten. unos más y otros menos, pero tomar el tupé al ciudadano es lo que impera, y el ciudadano se lo cree y vota. Y aunque se demuestre la falsedad, no importa. Son de los «mios» y todo se perdona).
    Esperemos que pronto regrese la preparación, la cordura y gobernar para todos y no para unos pocos que apoyan sus prebendas sacando tajada a cambio.
    Ahhh, no. Espera, se me ha ido la olla. Estamos en España. Eso es imposible en la actualidad. Pena de pais.
    Un saludo.
    Siempre COE

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  2. Buenos días, mi Coronel, y todos. Muy de acuerdo con que a quien le venga grande un cargo, no le debe dejar ejercerlo, y también con el que quien es consciente de su propia incompetencia, y aún así en permanerce en el poderr delinque; de hecho los que ahora están, en lo único que son hábiles, es en acceder y permanecer en sus poltronas.

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  3. Buenos días a todos, mi General:
    Estimado Coronel Cerdido: Ojalá se cumpla el deseo de Don Quijote porque escuchando esta mañana a Carlos herrera en COPE se me han puesto los pelos como escarpias.
    Saludos cordiales.

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  4. Buenos días.
    Me parece muy acertado su artículo de hoy, mi Coronel, cuando comienza recordando una de las frases del Catecismo para los Cadetes del Real Colegio de Artíllería, de la cual extraigo la enseñanza capital: «… cada uno está obligado a saber su oficio; y el honor y la conciencia obligan en todos los estados a renunciar los encargos que no sean capaces de desempeñar”. Menuda situación se produciría ahora, con lo que tenemos, si se aplicara; supongo que nos haría más consecuentes con todo y con todos.
    Y para terminar, la reflexión a la que me induce el texto, se debe a la frase que explicita perfectamente el mensaje del citado Catecismo y que usted pone negro sobre blanco: «En cualquier caso se debe obedecer más al que enseña que al que manda». Sabia máxima, mi coronel, sabia máxima.
    Gracias,

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  5. Atentamente y con el debido respeto

    A los políticas basuras
    —————————————–
    Si aceptaran sus limitaciones
    NO estarían donde se plantan
    Los que al pueblo desencantan
    Y saciando sus ambiciones
    NO dejan de poner trampas.

    Para los ingenuos y serviles
    Y. Otras clases de mochuelos
    Atrapados en los enredos
    Extendidos por alguaciles
    Al servicio de marrulleros.

    La política es la gangrena
    Que al indefenso le ofrecen
    Los políticos que se mecen
    En los podridos sistemas
    Que a la Nación empobrecen.

    Como es el caso de ahora,
    En la España que aborrecen
    Los indignos que se crecen
    En los vicios que afloran
    Las políticas que envilecen.

    Si aceptaran sus limitaciones
    NO estarían donde se plantan
    Los que al pueblo desencantan
    Y saciando sus ambiciones
    NO dejan de poner trampas.

    España día 6 de octubre de 2022

    Ramón Lencero Nieto

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  6. Excelente escrito el suyo Mi Coronel. Ha escrito verdades como puños sobre este «desgobierno», Espero y deseo que no dure mucho más, pues entre unos y otros, están destruyendo un país lleno de historia y buenas materias primas en todos los conceptos, tanto humanas, como a nivel empresarial. Saludos para todos.

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  7. El garrapatismo en la política siempre ha existido. Pero siendo así, prefiero el garrapatismo que dialoga en un asunto político, el que sube el SMI o el que beneficia a las rentas más bajas; el bálsamo de Fierabrás, lo dejo para la lectura del Quijote.

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  8. Perfecto, querido amigo.
    La eterna aspiración no conseguida salvo honrosas y escasísimas excepciones de que los políticos cuenten con las virtudes «auctoritas» y «potestas» -moralidad y sabiduría- imprescindibles para el ejercicio de su responsabilidad.
    Aunque no siempre se conseguía, ya en Roma les eran exigibles; por lo visto no hemos aprendido mucho: ahora ni tan siquiera se les exige; es más se premia al que ni remotamente las posee. Para muestra…, mil botones.

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  9. Buenas tardes.
    Expaña en caída libre, pero tranquilos, que en el año 2023 veremos cosas aún más estrafalarias. Objetivo: remontar y poder formar «Frankenstein 2″… O hundir Expaña y tras la cirugía, jalear al pueblo y ganar las siguientes elecciones!!!

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  10. Buenas tardes

    Ay, D. Ángel, tan bonito como suena todo cuando se explica con sensatez y sinceridad. Parece fácil deducir que quién no esté preparado para un puesto debe renunciar a él, pero ¿quién es consciente de sus propias limitaciones? Eso en primer lugar, y después vienen todos los condicionantes que usted va desgranando.

    Un ignorante soberbio evita normalmente tener gente a su alrededor que le haga sombra, en definitiva que sepa más que él, porque teme que le quiten el puesto, y esto es tan normal como la vida misma, y no sólo ocurre en la política, también en la empresa privada. Si llegan a un puesto importante, muchas veces por nepotismo no nos engañemos, ya procuran por todos los medios que si tienen alguien atrás de ellos que valga más, queden en las sombras sus ideas o su buena gestión, para aplicárselas ellos mismos sin ningún empacho. Y si por lo menos tienen cerca a personas formadas e inteligentes, la empresa puede llegar a ir bien incluso con el impostor al frente.

    Y si eso es grave en una empresa, peor es en política, porque del desempeño bueno o malo de la gestión de los que están arriba dependemos millones de personas y el propio País, así que claro que es importante la formación del número uno, porque en esa formación quedaría incluido rodearse de los mejores, y por desgracia ya vemos lo que hay, inútiles agarrados a un sillón para ganarse la vida, porque nunca encontrarán un puesto que pueda equipararse en remuneración económica a lo que alcanzan en política, y como bien dice, acaban en garrapatas chupando la sangre de todos sin remordimientos, ya sea con mentiras, arrastrándose ante el superior a base de darle siempre la razón, aunque fueran capaces, cosa que dudo, de darse cuenta de que no es ese el camino, y con todas las trampas que les vengan a la mente para continuar en el lugar que inmerecidamente ocupan.

    Aquello del interés común, del bien de los ciudadanos, del espíritu de servicio obligado y por el que se les paga pasó al olvido. Yo tengo la impresión de que esas premisas no les pasan siquiera por la mente siendo como son las que deberían pasar ante todo. Tan sencillo, tan evidente y tan ignorado.

    Gracias mi General por traernos hoy al blog a unos de nuestro más queridos articulistas, y gracias Coronel Cerdido por ser, una vez más, la voz de la razón sin ira. La verdad no la necesita, por eso tenemos tanta ira dónde debería primar la sinceridad.

    Saludos a todos y uno muy cordial y afectuoso especialmente para usted, mi Coronel.

    Margarita Alvarez-Ossorio

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  11. A las órdenes de V. I., mi Coronel.

    Todo está dicho. Un servidor no está seguro de si ha caído ya en el fatalismo del «No hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista». Pero esa es la sensación que tiene, de que esto puede durar no cien años, sino doscientos, y ya no estaremos aquí para ver el final, si es que España, a medio plazo, no ha desaparedido del mapa.

    ¡¡¡Vova España!!!

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  12. Mi General : Con lecturas, como la de hoy, me siento feliz. Mi
    Blok , perdón mi General, funciona de maravilla. Debes sentirte orgulloso tienes muchos colaboradores que son de”fuera de serie”.
    Hoy envío un fuerte abrazo al autor de lo escrito, lo conozco desde hace muchísimos años, y es un modelo en todo.
    Ángel, Gracias por tus letras, son magníficas..🇪🇸🇪🇸🇪🇸

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