Feliz Año

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Obligada y sincera felicitación que todos nos hacemos en esta fecha. Las que me llegan repiten el deseo de olvidar este 2013 que al fin nos deja. Me sumo a ello con la esperanza de mejores tiempos en el 2014. Sabemos quienes son algunos de los culpables de esos males de este año que se va, pero nada solucionará la queja ni el enfado. Ya hemos podido comprobar como nadie responde a nuestras necesidades. No os fiéis de la palabra. Por sus obras los conoceréis. Son las conductas y los hechos los que demuestran los verdaderos sentimientos y no sólo las palabras tan formularias y huecas como sonoras y espectaculares.

En lo militar, el regreso de nuestras tropas de Afganistán es el acontecimiento más destacado del año. Una labor, la de nuestros soldados, que merece un reconocimiento mayor del que se ha realizado. ¿No se le ha ocurrido a nadie concederle a las Fuerzas Armadas la Medalla del Congreso como premio a su lucha por las libertades? Aquí se prefiere destacar otras actividades menos bélicas y seguir jugando con estas cosas de la defensa y la seguridad confundiéndolas y confundiendo incluso a los mismos profesionales. La otra noticia del año, pero con graves repercusiones para el que viene,  es el presupuesto de Defensa. Su mejor definición es la de “presupuesto irresponsable” y con eso creo haberlo dicho todo.

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Fuera de lo castrense, la crisis es ya demasiado larga sin que nadie hasta ahora nos haya dicho claramente el porqué de la misma y quienes son sus culpables. Lo único que padecemos son sus penosas consecuencias espirituales y materiales. No es necesario hacer una larga lista del desencanto: Paro, corrupción, amenazadora secesión y abandono de las víctimas del terrorismo. ¿Algo más? El paro es una plaga que amenaza a la esencia misma del ser humano, una lacra de la que todavía no somos conscientes pero que ha sumido en la pobreza y en la irreversible y depresiva tristeza a millones de personas. Por eso es la corrupción un delito de una inmoralidad hasta ahora desconocida y la desconfianza en nuestros dirigentes una poderosa razón para la exigencia de responsabilidades a todos los niveles.

La secesión, al margen de ilegal, es insolidaria, egoísta y nos lleva a más pobreza y desesperación. Vemos como avanza con soberbia y fuerza sin que se apliquen las medidas que la ley contempla. Puede llegar un momento en que ya sea demasiado tarde.

Las víctimas del terrorismo están abandonadas y perdidas en sentencias que esconden oscuros espacios del deshonor y la negociación. Los apoyos intelectuales al terrorismo, los de siempre, se permiten aconsejar y negocian desde las instituciones mientras se llevan el dinero de la traición. Dinero con el que siembran el odio y se adoctrina a los jóvenes cachorros que pronto aprenden a odiar e insultar.

Triste panorama dirán ustedes. Es el que hay, que nada me invento.

Pero todo por muy grave que parezca es coyuntural aunque siempre exista el riesgo de que lo que se supone coyuntural por la crisis, se consolide como una nueva estructura social. Cada uno debe de cumplir con su obligación sin nada que esperar del favor ni temer de la arbitrariedad.

No todos son males. En lo militar tenemos un ejército consolidado en un espíritu y tradición que nos hace ser copiados y felicitados por el mundo entero. Nadie nos gana en entereza, entrega, conocimientos y sacrificio. Allí donde vamos dejamos la amistad y la hermandad escritos en un credo de firmes convicciones humanas y solidarias.

Somos una gran Nación y nada ni nadie nos va a quitar siglos de historia y buen hacer por el mundo. Cada español encierra la fuerza suficiente para cambiar todo lo que le rodea y convertir en vergel el más seco desierto. Sólo necesitamos motivación y ejemplo, algo que no siempre se encuentra. Pero incluso sin ello, el español cuando ve ese desamparo corre a vanguardia y coge el relevo, se pone en cabeza y arrastra al grupo hasta que lo lleva a la meta. Ahí estamos en estos momentos, corriendo, aunque solos, hacia la vanguardia para tirar del carro y decirle al guía el camino que debe tomar.

No nos quedemos en la retaguardia porque tenemos los valores y capacidades suficientes para ir en vanguardia. Confiad sólo en vuestro esfuerzo y sacrificio y que este sea solidario. No nos dejemos arrastrar y seamos nosotros los que arrastremos con nuestro ejemplo y determinación. Confiad en vosotros y en vuestro esfuerzo y así uno a uno haremos un grupo cohesionado y fuerte al que nadie logrará abatir. Ese grupo será el que siempre fue, es y será, es España y los españoles.

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¡Feliz Año! Os lo deseo desde el  corazón.

General de División (R)