Maniobras. Los Rancheros

B0i9TRDCYAAzCKgEs en el campo, de maniobras o en combate, cuando conoces el alma humana en todas sus dimensiones. Situaciones que se convierten en cátedra de la milicia donde cada día se imparten las mejores conferencias de lealtad y compañerismo. Nada sabes de mando y obediencia sin pasar por esa cátedra. La de la vida militar de frente y sin filtros, alejada de los despachos y de la rutina cuartelera; la que muestra al desnudo las grandezas, también las miserias, del ser humano.

Allí, pronto percibes que la dependencia y la compañía crean unidad; que solo no eres nadie y que formas parte de algo que todo lo tiene y te acoge; unos lo llaman Compañía, otros Batería. Para todos es su Unidad, algo indivisible que transporta la esencia de cada uno y que ahora, cuando de ella formas parte, es del conjunto propiedad.

Nadie está solo; todos protegidos por la unidad que conforman al ser una Unidad militar.B0vyatfIQAA_kb-

Si te cansas, lo disimulas porque todos se cansarán contigo.

Si sufres, no lo parece porque todos sufrirán contigo.

Si te vienes abajo, nunca te hundirás del todo, porque todos te darán antes su mano.

Si surge una duda, quedará de inmediato aclarada porque siempre alguien contará contigo.

Si te abandonas, no podrás hacerlo, no deberás, porque todos perecerán contigo.

Si te cansas, deberás seguir, porque sí no, otro por ti caerá más que cansado, caerá reventado.

en-combateComprendes que, porque eres unidad, en tu Unidad nadie se queje de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño; sabes que uno, de otro depende; que es el juramento entre cada dos hombres lo que os mantiene; que todo depende del quehacer de todos. Es algo que en cuanto se sufre se comprende.

Muchos de los que lean estas líneas han hecho el Servicio Militar y entienden mis palabras. Incluso aquellos que hablan de su mala experiencia durante el servicio, seguramente guarden un recuerdo entrañable de las jornadas de maniobras.

Le daba vueltas a estos recuerdos viendo a tantos que a través de las redes sociales han formado grupos alrededor de su Compañía o Batería. Intercambian anécdotas fotos y sentimientos. Es una buena prueba de que la Unidad sigue en pie.

Una foto de unos ejercicios de la Brigada de la Legión en el Campamento de San Gregorio (Zaragoza)  mostraba hace unos días en su twiter, una imagen clásica de la vida militar en el campo de maniobras: los rancheros.

Acompañaba a las imágenes un texto muy acertado y legionario: “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos. Casi 3.000 raciones son elaboradas al día por el Grupo Logístico de la Legión”.

Con esa foto llegan a mi memoria campamentos de fríos amaneceres, cuando lo más deseado era un café caliente que entonase el cuerpo. El silencio de aquellos momentos previos a la actividad, solo era roto por el permanente tejemaneje de aquél siempre luminoso rincón, el de las cocinas. Me parecía un mágico lugar; tan mágico que nunca conseguí saber cuando dormían aquellos soldados rancheros, siempre enredados en el misterio de las viandas y los fogones. No era un sitio donde pudiese entrar cualquiera; era el exclusivo dominio de los rancheros, celosos guardianes de su territorio.

El calor físico y humano que desprendía su luz y su olor, eran un imán para los que se levantaban en los amaneceres; era lo único, junto a los centinelas, que mantenía vivo el campamento, de día y de noche, sin que nada ni nadie perturbase su actividad. Allí latía el corazón de las Unidades y mucho tenía que ver con la unidad, con el optimismo  y con la actividad. Así es, mucho le debemos a los rancheros.

Como bien decía la Brigada de la Legión: “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos”.1959 VICENTE MARTINEZ CUARTERO MILI QUINTA 58 VALENCIA (6)

Quizás la frase podíamos hacerla más general y repetirla simplemente cuando hablemos de los soldados, cualquiera que sea su cometido.

General de División (R.)