
Cuadro “Sangre por agua” de Ferrer-Dalmau dedicado al Cuerpo de Intendencia.
A nuestro bloguero el Coronel de Intendencia D. Luis Martín-Pinillos Marco, compañero en destinos militares, vecino de escalera en Zaragoza, concuñado…, y sin embargo amigo.
¡¡¡Muchas felicidades!!!, y que cumplas muchos más.
Es la Reina Isabel I de Castilla quien diseña la creación de la primera Unidad Militar Permanente del Ejército Español: las Guardas Viejas de Castilla en 1493, y aquí fue donde actuaron los llamados «Oficiales del sueldo»: «Veedor», «Contador» y «Pagador», a los que podemos considerar como los primeros intendentes.
El Veedor declaraba útiles o inútiles a los soldados, comprobaba las faltas en el equipo para efectuar los correspondientes descuentos en sus pagas y ordenaba el abono de las soldadas correspondientes a las plazas presentes.
El Contador era el encargado de llevar los libros y establecer las órdenes de pago y las nóminas, cuya concordancia con los efectivos era supervisada por el Veedor. Por último, el Pagador liquidaba los gastos, dejando todo reflejado en el libro de sueldos.
En 1873 se decidió trasladar desde Madrid, la primitiva Academia de Intendencia, al palacio renacentista del siglo XVI, llamado de Polentinos o Casa de los Contreras, en la calle Vallespín de la ciudad de Ávila, dando paso a la Academia de Intendencia del Ejército, hasta que en diciembre de 1992 cerró sus puertas.
Ahora bien, el vínculo con la Jerusalén de Castilla no se rompió, y el palacio Polentinos pasó a albergar el Archivo General Militar de Ávila, y un interesante museo específico dedicado a la historia de la Intendencia Militar Española.
Al haber instalado con buen criterio los antiguos intendentes su academia en la ciudad cuna de la Santa, ¿por qué tendrían que buscar a su patrona fuera de ella? Y es que algo especial debieron ver aquellas sabias cabezas rectoras en la Santa Mística Doctora de la Iglesia, escritora y fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos, para que la proclamaran, Patrona del Cuerpo de Intendencia Militar, entre otras cosa por las cualidades organizativas, de prudencia y austeridad que se le atribuían a la Santa, y que también son propias del Cuerpo.
Y es que Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, conocida como Santa Teresa de Jesús, nunca fue ajena a las cuestiones militares, de joven era lectora de los Libros de Caballería lo que le dejó una profunda huella en su persona y escritos.
Santa Teresa vivió en un ambiente familiar de militares, pues no en vano tenía varios hermanos que profesaban el servicio de armas en América, y conocía muy bien las virtudes que sustentan esa profesión como: el valor, la fortaleza, la abnegación, la obediencia o la disciplina.
Un día se lo dijo a sus monjas, pero parece como si hoy os lo dijera a vosotros Intendentes:
― «Aunque en las batallas el alférez no pelea, no por eso deja de estar en peligro, e interiormente debe de trabajar más que todos, porque como lleva la bandera, no se puede defender y aunque le hagan pedazos, no ha de soltarla»
Por todos es sabido que el patrón de España es el Apóstol Santiago, pero es menos conocido que este patronato es compartido con la figura de vuestra Teresa de Jesús, y vaya por delante que debéis sentiros orgullosos de tener como Patrona a una personalidad tan emblemática del siglo XVI español como fue Teresa de Ávila.
Por la hagiografía sabemos que Santa Teresa era «fémina inquieta y andariega», y a base de esfuerzos y sacrificios, proporcionó a todo su ejército de carmelitas: albergues, alimentos, vestidos, muchas veces, como decía ella, sin blanca, y sin desmayo, aunque por sus inquietudes un día acabase confinada en Toledo por sus envidiosos adversarios. Pero como dijo la Santa: «La paciencia todo lo alcanza».
Y por ello, una mujer tan extraordinaria como fue la Santa abulense, es un caudal inagotable para sustentar y potenciar los valores que hacen posible el buen desempeño militar de gestión, administración y suministro de los bienes materiales, a fin de que puedan vivir, desplazarse y combatir las unidades del Ejército en todas las misiones y expediciones a lo largo de la historia de España.
Y todas estas funciones: administrativas, económicas y de abastecimiento, ¿no son propias y exclusivas del Cuerpo de Intendencia en el Ejército? Es lógico que este talante teresiano sintonice perfectamente con la misión de un militar de Intendencia, y no hay contradicción entre la radical experiencia mística de Dios y su presencia en las criaturas más insignificantes.
Decía la santa que la luz misteriosa de Dios también anda entre «los pucheros», y «cuando perdiz, perdiz y cuando penitencia, penitencia»
Por el simbolismo de las estampas religiosas de la Santa, con una paloma por corona, la pluma en la mano y el libro abierto, es por lo que se justifica su patronazgo.
La paloma que soltó Noé cuando el diluvio acabó, iba y venía una y mil veces , sin descansar en sitio alguno. En este ir y venir sin descanso, parece como si la paloma os invitase a que vayáis y vengáis, y sin reposo, a buscar por todas partes lo necesario para la vida del Ejército Español.
Por otra parte, a nadie más que a vosotros, intendentes, debe interesar este relato de la pluma y el papel, porque en el resto del Ejército es una necesidad relativa; en vosotros, la pluma y el papel es necesidad absoluta. Sois los encargados de la administración de las cosas, tenéis tal poder que con un giro en la mano podéis dar o quitar vida , y con un rasgo de pluma dar con lo que vivir o quitar lo que se tiene.
Intendentes, parece como si vuestra Patrona hubiera visto vuestras necesidades y adivinó vuestros deseos, y en sus manos lleva ya, para ofreceros, el libro abierto de vuestro «debe» y «haber» y la pluma que necesitabais.
Eso sí, que nunca vuestras plumas justifiquen delitos, que escriban siempre recto, que en vuestros papeles no se borren méritos, y que no se oscurezcan fama alguna bien lograda. Custodiar vuestros libros para que en ellos jamás se vea un solo borrón.
Si a todo esto sumamos los símbolos del emblema de vuestro Cuerpo: sol radiante orlado de dos ramas de palmas enervadas unidas por sus troncos y liadas en punta, y al timbre corona real, nos haremos una idea exacta de lo que buscamos.
Según los principios de la Heráldica, el sol y las palmas, son piezas honorables de primer orden, el sol significa: unidad, verdad, claridad, gracia, abundancia y riqueza, y es símbolo de liberalidad y de benevolencia.
Las palmas, cuyas hojas imitan espadas tal como las lleva el emblema de vuestro Cuerpo, simbolizan la victoria y el triunfo.
El sol con su luz y calor, mantiene la vida de todos, al igual que hace los intendentes en sus destinos; y si alrededor del sol giran todos los astros, alrededor del Cuerpo de Intendencia giran también todas las Armas.
Pero nos falta el último motivo para que se descifre definitivamente el enigma del porqué Santa Teresa es Patrona de Intendencia, y no es otro que el vivir de la Santa sin corazón.
Los historiadores de la «Mística Doctora» nos cuentan que encontrándose en éxtasis se le apareció un serafín con un dardo de oro encendido y, atravesándole el pecho con la flecha, le hirió el corazón, y al sacárselo el serafín también se llevó su corazón. («Éxtasis de Santa Teresa», escultura de Bernini ubicada en la iglesia de Santa María de la Victoria en Roma).
Pero no se quedó sin corazón para ser insensible y cruel con los necesitados, sino para amar más y querer mejor junto al corazón de Cristo.
Intendentes, arrancaos el corazón , no para ser de piedra con las necesidades del Ejército, sino para no tener lástima alguna a las exigencias de unos, a las fingidas necesidades de muchos y a los egoísmos de la generalidad. Muy poco os debe importar el vivir sin corazón; con que os quede la voluntad, que es donde radica la Justicia, para dar a cada uno lo suyo, os basta. Muchas veces el corazón para vosotros puede ser un estorbo.
Por lo que hemos visto, «Por la paloma, por la pluma y libro abierto y , sobre todo, por vivir Santa Teresa sin corazón», desde el 22 de julio de 1915, de manera oficial y solemne la Mística Doctora de la Iglesia es la Patrona indiscutible de Intendencia.
Durante su patrocinio, los Militares Intendentes del Ejército habéis sentido su protección intercesora en el trabajo diario, habéis contado con su amparo en las misiones internacionales de paz, y hallado en ella el consuelo por el compañero caído, y es que como aquel alférez que nos contaba la Santa, vosotros aunque a veces os hicieran pedazos, nunca soltasteis el estandarte que es el que os corresponde por ser «Cuerpo Montado». Como no lo soltaron últimamente en las acciones de guerra que llevaron a cabo en 1922 en Melilla, la Compañía Expedicionaria de Intendencia de Transporte a lomo, perteneciente a la Agrupación de Intendencia de la Comandancia General de Melilla con sus 10 caballos y ¡¡¡80 mulos!!!.
La creación de una línea defensiva formada por ciento cuarenta y cuatro «blocaos» desplegados por el Ejército Español a lo largo de ciento treinta kilómetros de frontera en el territorio del Rif, supuso la necesidad de abastecer dichos fuertes conduciendo columnas a pie y con mulos, que transportaban municiones, comida, agua y todo tipo de suministros necesarios para garantizar su subsistencia a lo largo y ancho de este vasto territorio.
Se podría decir que fue durante la Campaña de África 1921-26 (Guerra del Rif), en esa línea defensiva, donde el Cuerpo de Intendencia, prestó sus servicios de abastecimiento y gestión económica de manera más brillante, alcanzando las más grandes cotas de heroísmo, disciplina y sacrificio, en el apoyo a las Unidades de las Armas y Cuerpos hermanos.
En reconocimiento a este heroico comportamiento, el Rey Alfonso XIII, por Real Orden de 26 de abril de 1922, concedió a las Tropas de Intendencia, el uso de la Enseña Nacional en su modalidad de Estandarte. Y así se lo hizo saber el general Millán Astray, y tú Luis, fuiste el primero en recordarme la preciosa arenga.
― «Si el noble privilegio de ostentar un Estandarte como emblema de la Patria y guion de sus soldados ha de ganarse con sangre vertida heroica y generosamente, con una conducta de ruda bravura, con sobrehumana resistencia a la fatiga, con fe inquebrantable al cumplir el deber, y si los destellos de tan excelsas virtudes han de irradiar de quienes ni sus cañones les cantan la victoria, ni sus ametralladoras les enardecen al crepitar, ni el lucir de sus sables les excita, ni el estruendo de la minas les acompaña; si sus armas no han de herir, si su marcha a la muerte ha de ser silenciosa, si su gloria está en morir por llevar pan y agua a sus hermanos, si sus héroes más preclaros solo han de figurar en la sublime letanía de los soldados desconocidos, si así se gana un estandarte, yo os aseguro, soldados de Intendencia, que igual que todos, os vi ganároslo cuantas veces os encontré en el combate».

Emblema del Cuerpo de Intendencia del ET (versión coronada).
Y ahora Alma del Carmelo criada en la Jerusalén de Castilla, orgullo de tu pueblo, abre tus ojos y míralos compasiva, porque estos intendentes no han visto el cielo y lo quieren contemplar en tu mirada… en los ojos de «UNA SANTA SIN CORAZÓN Y CON TEMPLE DE SOLDADO»

Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver.
Blog: generaldavila.com
25 marzo 2023
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