Creí que era una broma o una de esas noticias que se deforman de manera interesada y que son peor que las mentiras.

Pues no. El presidente del Real Madrid ha quitado la cruz de la corona del escudo del equipo para evitar malestar entre sus clientes musulmanes.

¡Quién lo diría! El Real Madrid es “Real” desde que el 29 de Junio de 1920 el Rey Alfonso XIII le concediese ese título. La corona real no es patrimonio de ningún presidente del club. El Sr. Pérez puede hacer lo que le venga en gana, -¿debería contar con los socios?- pero no parece que pueda, o deba, modificar una corona que no le pertenece. Mejor que la suprima y deje de ser Real. Puestos a suprimir puede quitar el “Re” con lo que el resultado, “Al Madrid” le sonará mejor a su nueva clientela.

Estamos llegando a un grado de estupidez (torpeza notable en comprender las cosas) que al ser generalizada empieza a ser preocupante.

Ya en su día se quisieron volar cruces y hacer desaparecer símbolos de una larga tradición. No es baldío; saben lo que hacen. Para derrumbar un edificio hay que minar los cimientos. Este edificio se sostiene sobre la moral y el espíritu a golpe de historia.

Recuerdo una anécdota vivida en Sevilla durante un importante acontecimiento. Un Jefe de Estado árabe visitaba los Reales Alcázares de Sevilla y alguien sugirió, para no herir sensibilidades, no enseñar el Salón de Tapices donde se narra la conquista de Túnez por Carlos V. La mirada de nuestro Rey ante la propuesta fue suficiente para sonrojar al proponente.

España es una realidad, aunque para alguno parece una reciente criatura nacida con graves antecedentes genéticos, su historia y su cultura. Ya está en la UCI, entubada y con respiración asistida. Nadie la atiende sino más bien todos se desentienden como si preparásemos ya su defunción. Se transformará en la “marca España”, una cosa de compraventa, de oferta y demanda.

Estas cosas del dinero no nos van a llevar muy lejos si de retirar nuestro pasado se trata.

Vean el escudo de España, el del Ejército de Tierra y lo que dice el himno de Infantería:

De pechos que esperaban anhelantes

Besar la cruz aquella

Que forma con la enseña de la Patria

El arma con que habrán de defenderla.

¿Lo cambiamos por cuota de mercado?

Decía Napoleón, señor presidente -¿del Madrid o del Real Madrid?-, que para ganar una guerra eran necesarias tres cosas: dinero, dinero y más dinero. Contra los españoles de nada le sirvió. Se fue con el rabo entre piernas.

Preferimos seguir con nuestra cruz a cuestas. Cueste lo que cueste.

Y es que no solo de pan vive el hombre.

General de División (R)