Padre Huidobro. Una oración al legionario y Santo

IMG_0450No es la primera vez que escribo sobre el Padre Fernando Huidobro, Capellán de la IV Bandera de la Legión durante la Guerra Civil. Tampoco será la última. La devoción legionaria junto a un impulso desconocido me llevan puntualmente a acercarme a él y rezar junto a su tumba en la Iglesia de los jesuitas de Serrano. Allí me casé y allí también están los restos de otro jesuita al que debo mucho en mi vida, el Padre Rubio.IMG_20150410_185727

El 11 de abril se han cumplido 78 años de la muerte del Pater Huidobro en el frente de Aravaca donde atendía espiritualmente a los legionarios y a todo el que se encontraba necesitado de sus auxilios en combate, de uno y otro lado.

Fernando de Huidobro y Polanco, jesuita y además Legionario. Caballero Legionario hecho entre la muerte, forjado en el acero de los momentos de la única verdad, cuando la pena te alcanza por un hermano perdido. Legionario hecho en las íntimas confidencias entre cada dos hombres, entre la pugna de la esperanza y la muerte; en los momentos en los que más se necesita la Fe que te devuelva a la vida y te lleve a la luz.

Un valiente, un cura valiente que decían los legionarios, que asombraba a aquellos hombres rudos a los que se ganó como hay que ganárselos, con bondad y verdad… y una buena dosis de valentía. Para ellos además era un Santo, tan Santo que se fue al Cielo con ellos.

IMG_20150410_185811Hace unos meses me escribía un viejo legionario para comunicarme un milagro del Padre Huidobro. Poca cosa decía, estaba en un combate más de la vida; pidió una estampa del Padre Huidobro y la colgó en la cabecera de la cama del hospital. A diario le rezaba: “Fernando, de legionario a legionario, sácame de esta que todavía tengo aquí faena”. Tema resuelto; cosas entre legionarios. Pido disculpas por revelarlas. El combate del que el viejo legionario salió vencedor no era tan poca cosa, pero que quede entre ellos.

El proceso de beatificación del Padre Huidobro sigue parado en Roma, como suele ocurrir con las cosas de Palacio. Mientras, el Pater anda atareado por el cielo legionario atendiendo a las formaciones de aquellos héroes de Aravaca, de uno y otro lado, que no dejan tiempo ni para preocuparse por la burocracia de un título. La suya es una santidad de trinchera, la que acoge a todos y a todos protege desde la más humilde y sencilla epístola del ejemplo.

El Primer Ministro británico felicitaba la Pascua a su pueblo recordando sus raíces cristianas y hacía un llamamiento a alzar la voz contra la persecución religiosa en Irak, Siria, Egipto, Nigeria, Libia, Corea del Norte… “Tenemos el deber de alzar la voz y denunciar la persecución de los cristianos en el mundo”. Esta España nuestra está a otras cosas. Mal dirigida, escondida y rencorosa.

He sentido un escalofrío de indignación por la cobardía que nos rodea. No hay nada peor que la cobardía intelectual que te lleva a ser un pusilánime sin valor ni espíritu.48220342_24572171

Ni el fuego del combate detuvieron a aquél curita valiente que buscaba al necesitado que agonizaba. Hoy hay más peligros que las mismas balas y la cobardía hace más estragos que el furor de la batalla. Así no hay combate posible del que salgamos vencedores. Es una permanente agonía.

El Padre Huidobro nos trae el mensaje de la libertad defendida incluso frente a las balas, hasta la muerte.

Acercaros a rezarle. Y cuando vayáis a verle o cuando le recéis, no olvidéis que es legionario… y Santo.

“Fernando, entre legionarios, sácanos de esta…”

General de División Rafael Dávila Álvarez (R)