LA PROMOCIÓN DE S.M. EL REY RENOVACIÓN DEL JURAMENTO A LA BANDERA 44 PROMOCIÓN DEL EJÉRCITO DE TIERRA 1984-2024. Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver.

 

El Rey, junto a sus compañeros de promoción, renueva el juramento a la Bandera

A mi edad, hago casi todo lo que quiero: desde ver el capítulo diario de «La Promesa»,   alegrarme cuando, como siempre, gana el Real Madrid, aficionarme a los buenos vinos, y hasta santiguarme cuando  entro en un coche para hacer un largo viaje.

Hace muy poco, un amigo  enterró su televisor, con esa valiente acción, quiso acabar con  la fatiga que produce la continua crispación política en que vivimos, y que diariamente nos trasmite la caja tonta. Seguiré sus pasos.

Con su gesto, emuló a los  jinetes franceses, que cuando  aparecieron las alambradas bajas, los caballos de frisa, y sobre todo cuando el primer sonido de una ráfaga de ametralladora retumbó en el campo de batalla,  supieron que la Caballería a caballo había terminado. En ese acto altamente simbólico un grupo de compañeros nuestros, oficiales de la Caballería francesa, enterraron sus espuelas en el bosque de Charleroi al sur de Bélgica, cerca de la frontera con Francia. Pensaban que se había acabado para siempre el modo de actuar del Arma, y que quizás el caballero despojado de su caballo, perdería algo de su esencia y sobre todo ese «Espíritu Jinete», la forma de vivir que siempre los había caracterizado y que nos supieron legar.

También hoy la mayoría piensan que lo militar es una institución rancia con connotaciones antidemocráticas, que suponen un gasto inútil y por tanto hay que recortar sus presupuestos. A todos ellos,  les recuerdo que la palabra militar tiene un sinónimo bello que irradia y  emana  heroicidad y romanticismo, la palabra «castrense». No hay que olvidar que la «familia castrense» era el bien que adquiría el hijo de familia sometido a la patria potestad por su actuación en el servicio militar.

La esencia del espíritu militar, es decir, lo que fundamentalmente sostiene al combatiente ante el peligro, es la vergüenza de no fallar a los compañeros ni a la sociedad y la disponibilidad de morir. Pericles precisa: «Cuanto más grande os pareciere vuestra Patria, más debéis pensar en que hubo hombres magnánimos y osados que, conociendo y entendiendo lo bueno y teniendo vergüenza de lo malo, por su esfuerzo y virtud la ganaron y adquirieron; y cuantas veces las cosas no sucedían según deseaban, no por eso quisieron defraudar la ciudad de su virtud, antes le ofrecieron el mejor premio y tributo que podían pagar, cual fue sus cuerpos en común», y el pasado sábado fui testigo de lo grande de nuestra Patria y nuestro Ejército.

«Un acontecimiento único en la historia de la Academia, la Monarquía y España».

Así  definió este sábado el jefe de la Unidad Militar de Emergencias, el teniente general Javier Marcos Izquierdo, en el acto de renovación de su juramento a la bandera, 1984-2024,  que se celebró en el patio de mi querida  Academia.

El general Marcos Izquierdo, entre sus 220 compañeros de la 44 promoción  del Ejército de Tierra, que encabeza el rey Felipe VI,  fue el encargado de hablar en nombre de todos ellos.

En la celebración, de marcado carácter íntimo, familiar y castrense, sin autoridades civiles,  tomaron parte, como testigos de excepción, los 800 cadetes y damas cadetes que hoy en la academia estudian.

Además de agradecer la presencia del Rey y la reina Letizia ha destacado la importancia de que entre los alumnos castrenses que les acompañaban en el patio de armas se encontrara la Princesa de Asturias, la dama cadete Borbón Ortiz. «Nunca antes se había dado tan privilegiada coincidencia», ha insistido, antes de relatar los valores militares que unen a las dos generaciones.

Hubo durante su discurso mucho espacio para la nostalgia y los recuerdos. «Hay lugares que permanecen en el corazón, en el que se hicieron cosas grandes. Esta academia, este patio, es uno de ellos», así inició su alocución.

«Aquí hicimos algo grande, nos comprometimos con España», recalcó.

Destacó sobre todo Marcos Izquierdo el significado del gesto  de  renovación del juramento a la bandera,  la misma que mandó bordar la tatarabuela de nuestro Rey, la reina María Cristina Habsburgo-Lorena, y ante la que al día de hoy han jurado más de 31.000 oficiales.

«Con un beso, el gesto más universal con el que el ser humano expresa su cariño, 220 hijos  de España hemos vuelto a manifestar nuestro amor a la Patria. Ha sido un instante fugaz en el que nuestro pulso se ha acelerado, porque hemos besado el corazón de España y escuchado el latido de los millones de españoles que la respetan, la protegen y la honran»,  expresó durante su alocución.

Entre las alabanzas a familiares y hacia nosotros sus profesores, el capitán general ha tenido también palabras de cariño hacia la propia ciudad de Zaragoza, que durante tanto tiempo les abrió los brazos en la época estudiantil. «Siempre nos acogió, especialmente aquellas tardes de sábado y domingo cuando, tras superar cada semana difíciles circunstancias, cruzábamos este patio y aquella puerta para salir de la Academia por unas horas», ha rememorado. Junto a sus compañeros participaba en estas esporádicas salidas en aquel momento Felipe VI, igual que en la actualidad está haciendo su hija Leonor.

Quiso compartir también desde el atril recomendaciones para los jóvenes cadetes que, junto a la princesa, están actualmente cursando su formación castrense. Aseguró que el compromiso que tienen que cumplir «nada tiene que ver con una lista de propósitos», sino con la voluntad y capacidad de «cambiar el rumbo» de sus vidas. Igualmente, les ha pedido que una vez egresados mantengan «siempre viva la llama de la vocación», el mejor antídoto, según dijo, contra «la tibieza y la mediocridad».

Incidió además en la importancia de mantenerse unidos como promoción. Y para hacerlo, ha compartido la receta que en el caso de los compañeros de Felipe VI ha sido clave de éxito: «La lealtad al Rey y la defensa de España, sus valores y sus principios constitucionales».

Gracias Señor.  Gracias a toda la 44 Promoción, gracias a mi hijo que forma parte de ella, y gracias a la Academia, la que fue mi casa durante 14 años, donde tanto disfruté.   Gracias por todo lo que ese día volví a sentir, que  acabó con  la fatiga que produce la continua crispación política en que vivimos.

Es necesario enterrar lo inútil y las mentiras. Conviene de vez en cuando, limpiar el abrevadero, como se hizo en la mañana del dia 4 de mayo en el hoy Patio de Armas,  que en su día se llamó Patio del Rey, de la Academia General Militar  (AGM) de Zaragoza,   donde esa mañana recuperé cosas del espíritu cuyo encanto y fascinación advertí que se me estaban escapaban entre los dedos. Esta vez volver al lugar donde fui feliz si estuvo a la altura de mi nostalgia.

Enhorabuena a todos, y un fuerte abrazo de vuestro antiguo y viejo profesor.

Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver.

Zaragoza 5 mayo 2024.

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12 mayo 2024

 

PRESENTACIONES EN MÁLAGA. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Durante esta semana será menor la actividad del blog por encontrarme en Málaga impartiendo conferencia y presentando mi último libro La Segunda guerra civil de Franco 

Están todos ustedes invitados y será muy reconfortante su presencia.

Mi agradecimiento a la Hermandad de Veteranos de las FAS y de la GC de Málaga y a la Hermandad provincial de Legionarios El Blocao por facilitarme todo lo necesario para que estas jornadas puedan llevarse a cabo.

Así mismo el viernes día 10 de mayo asistiré a la misa e inicio del Camino a Almonte de la Real, Ilustre y Venerable Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Málaga La Caleta, que este año luce ya la faja de general donada por este humilde servidor.

Les espero en mi Málaga querida.

Lunes  6 mayo 2024

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 «ROMPER UNA LANZA» Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver.  

 

 

 

 

 

Retrato del teniente general Diego de León (1807-1841), conde de Belascoain. Destacó por su valor en la Primera Guerra Carlista y fue fusilado en 1841 en Madrid. Museo Academia de Caballería de Valladolid.

EN ESPAÑA:

El  Teniente General Diego de León, como me contó el gran historiador y buen amigo, el coronel de Caballería Juan María Silvela Miláns del Bosch,  fue un genuino representante de los jefes poseedores del «espíritu jinete», compuesto de arrojo, valor, acometividad, audacia y disposición generosa para el sacrificio en beneficio de las demás Armas.

Era la época de la «lanza-manía», ya fuesen  castellanas o jinetas. Esta arma blanca llegó a considerarse imprescindible para el choque; así lo demostraron los lanceros carlistas ante los coraceros de la Guardia Real, pero todavía había numerosos partidarios del sable curvo para el combate cuerpo a cuerpo, dejando las pistolas  para la defensa individual. De León era muy hábil en el manejo de las tres armas, especialmente de la primera. Por ello y por las victorias que obtuvo con sus unidades de lanceros, hoy se le considera como la «Primera Lanza de España».

En el verano de 1841, los moderados conspiraban ya intensamente contra Espartero, apoyados con fondos proporcionados por María Cristina desde París, e intentaron llevar a cabo un «pronunciamiento» militar simultáneo en las principales ciudades españolas.

De León se dejó convencer por el general O´Donnell para intentarlo en la capital, debía sacar del Palacio Real a Isabel II y llevarla a las Vascongadas, y posteriormente a París, donde María Cristina de Borbón se haría cargo otra vez de la Regencia.

El secuestro formaba parte de un plan para acabar con la regencia de Espartero en el que estaban implicados O´Donnell y Narváez, entre otros. Al fallar este intento, Diego de León fue apresado y  encerrado, por órden de Espartero,  en el cuartel de Santo Tomás de la Milicia Nacional de Madrid, situado en Atocha.

El Consejo de Guerra, que debía juzgarle, se organizó inmediatamente y de forma no muy correcta el día 13 de octubre, le condenó a muerte. Espartero no quiso atender las numerosísimas peticiones de indulto, incluso de la propia reina niña Isabel II.

El general Diego de León, que vestía  uniforme de gala con todas sus condecoraciones, cruzó Madrid hacia la Puerta de Toledo, allí, y sin querer ponerse la capucha, solicitó permiso al oficial que mandaba el piquete de ejecución para poder dar él mismo las órdenes reglamentarias. Una vez leída en presencia del reo la sentencia sumarísima que lo condenaba a muerte, y antes de dar él mismo la orden de abrir fuego, les dijo a los soldados: «No tembléis, al corazón.»

Fue enterrado en el cementerio próximo a la puerta de Fuencarral.

Carta escrita por Diego de León, a su esposa, la noche anterior a su fusilamiento.

«Amada esposa;

Preveo que sobre estas líneas van a caer abundantes lágrimas; yo quisiera evitarte este dolor, pero es tan largo y acelerado el viaje que he de emprender que no puedo dilatar la despedida. Me dicen los amigos que la sentencia que sobre mí ha recaído es injusta, pero cuando Dios la consiente la tendré merecida; por eso apelo a la resignación, que es el triste consuelo de los moribundos.

Indicarte los deberes que competen a la viuda de un soldado pundonor, sería ofenderte y no lo mereces, ni el trance pide argumentos de esta clase.

No solicites verme, no quebrantes con tu cariñosa presencia el vigor que necesito para morir como he vivido, ni busques duplicar tus dolores delante del que no ha de poder remediarlos.

Supla el cariño de nuestros hijos el inmenso amor de tu infortunado esposo y llévalos por la senda honrada que anduvo su padre.

Quisiera estar hablándote toda la noche, por ser la última que te dirijo la palabra, pero hay deberes que me lo impiden.

El que vivió Caballero, es menester que muera Cristiano, y el merecerse a Dios, exige meditadas y supremas preparaciones.

Tuyo hasta exhalar el último suspiro.

Diego de León».

El Regimiento de Caballería Húsares de la Princesa y su Coronel Diego de Leòn, no eran hombres, eran gigantes, leones con fiereza sin igual, la encarnación anónima y gloriosa del límite humanamente insuperable de la acción del  Arma.

 

EN FRANCIA:

El General Lasalle recibiendo la capitulación austriaca de Stettin, por Antoine-Jean Gros Musée de l’Armée. París.

En el terrorífico cuento de Allan Poe «El pozo y el péndulo,  el protagonista es un condenado a muerte por  la Inquisición  en Toledo, preso en una celda oscura y plagada de ratas. En la mazmorra hay un agujero que da a una profunda sima. Con un péndulo que baja del techo afilado como una cimitarra y paredes recubiertas de hierro al rojo vivo que se van estrechando poco a poco, los torturadores intentan que su víctima se arroje al vacío. Hoy, se puede ver algo de esos horrores en el museo de la Inquisición de Toledo.

En el cuento cuando la muerte parece inminente, con el condenado a menos de un palmo del pozo, una mano lo rescata. «Era la del general Lasalle». El ejército francés acababa de entrar en Toledo.

El  general de húsares Lasalle,  siempre fue punta de lanza, en primera posición o liderando algo,   abriendo el camino para que otros pudieran pasar  por él.

Noble que abrazó la Revolución, héroe del Imperio, fue santo y seña de la Caballería ligera que conquistó Europa durante las guerras napoleónicas, este centauro supo que cabalgaba desbocado hacia la muerte. Y aceptó el reto. Su frase más famosa (pronunciada con ocasión de celebrar uno de sus ascensos), sostenía que cualquier húsar que siguiera vivo a los 30 años era un don nadie. Sus palabras textuales fueron:

«Tout hussard qui n’est pas mort à trente ans est un jean-foutre».                                                                                                                          Uno de sus biógrafos, lo califica como «el mejor espadachín, el más famoso amante y el más extravagante bebedor de esta vertiginosa época». Su ascensión fue meteórica: enrolado siendo un adolescente, era capitán a los 20 años, coronel a los 23, y general de división, a los pocos meses de cumplir la edad fatídica, los 30. Vivió deprisa, deprisa, espoleado por sus más célebre boutades. (salidas extravagantes e ingeniosas, de intención a menudo provocadora). En combate, el primer cañonazo –decía–, me hunde el alma, el segundo me da alas. Esas alas le hicieron volar en pos de la gloria.

Al derrotar enteramente al enemigo, a su paso no quedaba lanza enhiesta.

En Salamanca, fundó la Société des Altérés (de los alterados). Primera y única regla: bebérselo todo. Muchos historiadores prefieren el nombre de Société des Assoiffés (de los sedientos), donde estaba prohibido decir que ya no tenían sed, dedicó un culto al alcohol fuerte, a los ataques brutales, a los sables imprudentes… Cuando algún prefecto,( Gobernador de un Departamento) de las 101 prefecturas que cuenta Francia, se quejaba de los actos vandálicos que acompañaban las monumentales curdas del grupo, Napoleón les respondía: «Firmo un papel y tengo otro prefecto, pero un Lasalle tarda más de veinte años en formarse».

Dicen que en todas las tierras por donde pasaba, era amado por las mujeres y odiado por los maridos,

En cierta ocasión Napoleón le regaló doscientos mil francos con motivo de su próxima boda, y días después, cuando le preguntó por la fecha del enlace, Lasalle le respondió que cuando tuviera dinero para pagarla; se lo había gastado todo en devolver deudas… y en juegos de azar. El Emperador le disculpó una vez más.

Una bala de un granadero austríaco lo descabalgó en la batalla de Wagram, el 6 de julio de 1809. Tenía 34 años, cuatro más de los que él hubiera deseado, aunque hay que reconocer que Lasalle se esforzó, con ahínco, en morir antes, aplicando lo que hacía famosos a esos húsares. Es decir, su comportamiento salvaje, suicida…

Todos hicieron suyos el  lema con los que los Mariscales de Francia Lasalle y Murat se despedían en sus cartas,  cuando escribían a sus mujeres desde el campo de batalla en vísperas de partir hacia el combate:

―«Mi corazón para ti, mi sangre para el Emperador, mi vida para el Honor»

Eran  hombres que no sabían vivir a menos que sintieran a su alrededor una vaga,  pero constante,  sensación de peligro físico, de desafío mortal…

En España y Francia:

A ese «Espíritu Jinete»  todavía nadie le ha podido vencer, debido al escudo o  adarga al brazo, todo fantasía, y  la lanza en ristre, toda corazón, y es que  estar con la lanza en ristre, es estar siempre dispuesto o preparado para acometer cualquier empresa.

El espíritu de la Caballería, hecho de audacia y abnegación, de sacrificio y disciplina, no cambiará jamás, porque es el alma misma de los jinetes, y el alma es inmortal.

Hoy, acercándome al triple de la edad límite de ellos, salgo en su defensa y rompo una lanza en favor de todos los húsares,  que lo mismo podían cargar contra la artillería desde los flancos sin dar tiempo al enemigo de girar los cañones, que aventurarse en la tierra de nadie para espiar sus posiciones y su orden de batalla.

Por los de ayer y los de hoy, aunque estos no lleven: dolman,  mirlitón con su plumero, calzón azul celeste, botas a la húngara de media caña, pellizas, gorros de piel de oso, casacas, charreteras, aunque su armamento no sea el sable, la  tercerola, o las dos pistolas que siempre llevaban en el equipo.  Húsares de España, de Francia, de Hungría, de Austria, … hasta los últimos, los  alados de Polonia. (Cuerpo de Caballería pesada  con armaduras y largas lanzas, con altos penachos en las testeras de los caballos y en sus celadas, compuestos de alas de águilas, y cubiertos con pieles de leopardo.)

¡Rompo una lanza por todos vosotros!

Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver.

Zaragoza mayo 2024.

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LIBROS DEL GENERAL RAFAEL DÁVILA ÁLVAREZ

Ya van pesando después de tanto pensar y pesar.

La segunda guerra civil de Franco

El nuevo arte de la guerra

La guerra civil en el Norte

La Esfera de los Libros

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CONTAD LOS DISPAROS. ES LA GUERRA. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Hay veces que cuesta un esfuerzo sobrehumano mantenerse en la corrección del lenguaje y no soltar la furia verbal que expresa el interior sentimiento. Hoy me veo en esa obligación de la mesura, pero sin disminuir un ápice la firmeza.

Hace más de cien años en una posición enclavada en el corazón del Rif quedaban abandonados unos soldados españoles. Morían de hambre y sed y fueron rematados por las balas rifeñas: El Igueriben (julio 1921).

Aquella inútil posición estaba anclada en un perdido lugar por donde ni los pájaros volaban. Fue el comienzo de una historia cuyas consecuencias llegan hasta nuestros días. Empezaba con un abandono y que, como todas las cobardías, marcaría una etapa de decadencia y hastío para el conjunto de España.

Pocos saben dónde está ni que pasó en el Igueriben, pero tampoco nadie sabe a día de hoy donde está España ni lo que ha pasado en esto últimos años. La posición ha sido abandonada y sus defensores con ella.

El comandante Julio Benítez y Benítez que defendía el Igueriben ya había dado muestras de su heroísmo cuando un mes antes fue atacado en Sidi Dris por las harcas rifeñas.

Él y sus hombres dejaron claro en todo momento donde están los héroes y donde los cobardes que abandonan a sus hombres y con ello a su nación.

No hay tiempo ni soporte para dejar plasmado lo que ocurrió en el Igueriben. Se condesa la historia completa de un pueblo que no quiere saber nada del pasado y permanece a la espera de que sea otro el que le arregle el futuro. Mezcla de héroes y villanos.

Fue entonces y es ahora cuando se repiten los hechos, con menos ruido y más cobardía. No está el comandante Benítez ni nadie que se le parezca

En el Igueriben hubo que combatir porque aquello era España. Ahora también. Abandonados, rodeados y sin agua, un convoy detrás de otro en su ayuda fracasan.

El 21 de julio de 1921 el Igueriben está rodeado. Piden ayuda y solo reciben una contestación: ‹‹Resistid unas horas más, lo exige el buen nombre de España››.

‹‹Mañana os juramos que seréis salvados, o todos quedaremos en el campo del honor››.

El comandante Benítez contesta: ‹‹Parece mentira que dejéis morir a vuestros hermanos, a un puñado de españoles que han sabido sacrificarse delante de vosotros››.

Le autorizan a parlamentar con el enemigo y la contestación avergüenza a los cobardes: ‹‹Los oficiales del Igueriben mueren, pero no se rinden››.

Es el final del heroísmo que quedará ya para siempre como pieza de museo. Ni en las Academias Militares se enseña este tipo de ingeniería del alma.

‹‹Solo quedan doce cargas de cañón que empezaremos a disparar para rechazar el asalto. Contadlas y al duodécimo disparo, fuego sobre nosotros, pues estaremos envueltos en la posición››.

Llegó el desastre.

Invertir en cosas del alma no es rentable. Los héroes suelen quedar en familia y poco más. ¿Interesa España? ¿Morir por España?

He mirado a uno y otro lado. He buscado y en la búsqueda con casi todos he hablado. Buscaba pregonar las razones que tienen los héroes cotidianos para servir hasta morir; a pesar de todo. Pero ya no hay poetas que canten el sentimiento de España, una patria, un amor, un dolor y algunas razones. Si cantas a España quedas marginado. Nos pasa a los locos poetas de la milicia, que cada día buscamos nuestro hueco en formación para escribir la marcialidad, el honor, el deber y el amor que nos llevó y llevará hasta el final.

Solo nos queda la esperanza de que todavía queden soldados en una olvidada posición. Soldados que mueran pero no se rindan. Soldados que no engañen al uniforme que visten, ni se detengan ante el fuego tenaz y preciso de los que intentan desmoralizarles con cantos de antimilitarismos, de traición a los ideales más nobles.

El que dio órdenes que suponen entregar la vida al cumplirlas no puede luego renegar de lo que mandó. Es reo de traición.

Con España no se juega. Cuando lo dice un soldado todos sospechan o miran para otro lado. Pero ya no somos solo los soldados los que un día y otro avisamos. Ya es asunto diario, normal y cotidiano: ‹‹Pobre España, que no tiene quien la defienda››. ‹‹¡Pobre España!›› ‹‹Ser patriota ya no está de moda; ojalá no se vuelva contra nosotros››.

Cualquier Gobierno que se precie, es decir que cumpla con su deber, sabe que por encima de todo, repito, por encima de todo, están las Instituciones, sus símbolos y su Constitución. Si eso no se cumple, o se cumple a medias, según interese a la negociación política, estamos en los comienzos del totalitarismo y es el momento de gritar: «Tirad sobre nosotros, el enemigo está dentro». ¿Será este el momento?

La dejación de funciones, olvidar el sentido del deber, incumplir con el deber que la sociedad demanda, conduce a replegarse y esconderse.

Lejos de los espejismos que desde los periscopios de los submarinos emergentes se divisan hay una realidad llamada España. Si no somos los españoles los que cumplimos nuestra misión, cada uno la suya, unas más comprometidas que otras, pero todas igual de transcendentes, volvemos al abandono, al Igueriben.

Nos remorderá la conciencia: ‹‹Solo quedan doce cargas de cañón que empezaremos a disparar para rechazar el asalto. Contadlas y al duodécimo disparo, fuego sobre nosotros…».

No se distingue ya entre amigos y enemigos.

Estamos rodeados. El fuego hace tiempo que comenzó; es tenaz, preciso y mortal. Hay autorización para morir en la defensa de España, nunca para rendirse.

‹‹Al duodécimo disparo, fuego sobre nosotros››. Empiecen a contar.

Acaba de sonar el undécimo…

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez¡

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EL NOVIO DE LA MUERTE. General Rafael Dávila Álvarez- General Jefe de la Legión entre 2001-2004

«En el legionario es característica la alegría y el buen humor y de ello son su manifestación los cánticos. ¡Cantan a la mañana como los pájaros; cantan al salir a la marcha y al combate; cantan al volver, cantan, siempre cantan!…

EL himno es la marcha nupcial del soldado cuando va a desposarse con la muerte. Los vivas son gritos de vida, afirmación de los ideales, imposición de ellos…

Nuestros himnos fueron: dos españoles y uno extranjero, «La Madelón». Con él empezamos como cortés deferencia a los legionarios extranjeros; igual hicimos con el Deutschland über alles y El Tipperary. Después tuvimos «La canción del legionario», del Maestro Modesto Romero, con estrofas del Comandante Emilio Guillen. Pronto se hizo popular y lo repitieron las músicas militares y los clásicos  organillos. El «Himno de la Legión», severo y solemne, que se adapta a los momentos de intensa emoción y respeto, es debido al Maestro Francisco Cales y letra del poeta Antonio Soler. A ellos se unen los espontáneos, los que brotan como las flores en el campo, los que cantan los legionarios, sin saber de dónde vienen, siendo la musa de la Legión quien los inspira. Cada Bandera tiene sus himnos predilectos, como sus cantos de marcha, y las letras hablan de lo que le es más querido. En esto, como en todo, sus imaginaciones se desbordan exuberantes y sentimentales. Los vivas se repiten pertinaces y los gritos de ¡Viva España! ¡Viva el Rey! y ¡Viva la Legión! suenan en todos los actos y en todos los lugares. Es la consagración de su Credo, es el nudo gordiano de su existencia legionaria. No se puede ser soldado sin tener los vivas grabados en el alma. Ellos serán los que los empujen, son los motores de la voluntad, el ánimo, el enardecimiento, el grito de guerra, el de salvas, el de muerte, el de alegría, el de adiós y el de pena. Los vivas son el alma que se muestra en forma material; sin vivas no hay soldados, no hay guerreros en las filas… hay tan sólo hombres formados».

Son palabras del Teniente Coronel Millán-Astray extraídas de su libro “La Legión” escrito en 1923.

Himnos y canciones de la Legión. El deseo de Millán-Astray

Era el deseo de Millán-Astray que La Legión contara con sus propios himnos y canciones «que abrevian los kilómetros y alivian la fatiga. Todas las noches, a la retreta, se cantarán esos himnos solemnemente, y siempre, siempre, la Legión rendirá el homenaje del recuerdo a sus muertos».

Iba a ser la música la expresión de la mística legionaria. Para entrar en el corazón humano hay que cruzar la antecámara de los oídos. El silencio de la tragedia legionaria sólo podía ser expresado a través de sus canciones o con el rezo conjunto, recio y vibrante de los espíritus del Credo.

Porque en la Legión hay poco que entender o discutir; aquí no se habla, se reza…

Porque no se habla cuando se va a luchar pero se reza cuando se va a morir.

Así surge la música legionaria que busca la trascendencia, vencer el miedo y la zozobra. Cantando oyes al compañero en compañía hacia la muerte y silencias a los enemigos del alma. La música te hace fuerte, hace legión, cohesiona y acompaña en el recuerdo de las hazañas que fueron y en la esperanza de las que vendrán.

Nace la melodía del combate, la combinación del ritmo del ataque con la armonía de la ciega y feroz acometividad que te arrastra hacia el mayor honor, morir en el combate.

Millán–Astray busca al compositor amigo, Francisco Cales, del Cuerpo de Músicos Mayores del Ejército y con él surge el primer himno oficial de la Legión al que pone letra el poeta Antonio Soler, “Tercios Heroicos”…

¡Viva España! valientes hermanos

¡Viva España! Legión inmortal

No podía faltar en este primer himno la contraseña de la Legión, esa que despierta el alma cuando el cornetín suena por encima del fragor del combate anunciando el inminente momento del encuentro con la victoria o la muerte:

¡Legionarios a luchar!

¡Legionarios a morir!

El compositor y el poeta describen la mística legionaria que habla del misterioso pacto con la muerte:

Ya surja ruda, feroz pelea

o de la lucha cese el afán

notad que os cercan siempre amorosas

sutiles sombras que un beso os dan.

 

La Canción del Legionario del maestro Modesto Romero

A finales del año 1920, el maestro Modesto Romero y el Comandante Emilio Guillén Pedemonti, autor de la letra, habían compuesto “La Canción del Legionario”,

Soy valiente y leal legionario

Soy soldado de brava Legión

Pesa en mi alma doliente calvario

Que en el fuego busca redención

El año 1921 la estrenan en el Teatro Cervantes de Madrid cantando como solista el barítono Ulivarri. Un coro con uniformes legionarios y la Banda de música y cornetas del Regimiento de Infantería del Rey le dan máximo esplendor. Aquella canción se incorporó de inmediato al repertorio legionario sustituyendo con el tiempo a Tercios Heroicos como Himno oficial de la Legión.

Vibrante, trascendente, de ciega y feroz acometividad, era un himno para el combate, para el sufrimiento y dureza:

Mi divisa, no conoce el miedo

Mi destino, tan solo es sufrir

Un canto al compañerismo, a la amistad, unión y socorro:

Cada uno será lo que quiera,

Nada importa su vida anterior,

Pero juntos formamos Bandera

que da a la Legión el más alto honor

Es el himno que esperaba la Legión y que recogía el espíritu de su Credo:

Legionario, legionario,

De bravura sin igual,

si en la guerra hallas la muerte

tendrás siempre por sudario, legionario,

la Bandera Nacional

Desde entonces y hasta nuestros días es el Himno oficial de la Legión; un himno, como no podía ser de otra manera, para el combate y el encuentro con la muerte, un himno para los valientes y leales legionarios.

La Legión había encontrado su propia música acorde con el destino escogido; una marcha nupcial sólo para los soldados de brava legión; notas vibrantes de la divisa legionaria que no conoce el miedo; el pensamiento y el ideal hecho música contagiosa para acudir donde se oiga fuego, de día de noche, siempre, siempre…

Pero el combate de la Legión sólo puede terminar con la victoria o la muerte, legionarios a luchar, legionarios a morir; no hay otra opción.

La Legión necesitaba una canción para la muerte; no para la vulgaridad del miedo sino para rendir homenaje a sus muertos de acuerdo con el Espíritu de la Muerte que reza así en nuestro Credo:

«El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez, la muerte llega sin dolor, y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde».

El novio de la Muerte

Baltasar Queija de la Vega es el primer legionario que muere abatido por un disparo enemigo. Es la primera baja de la Legión. Fue el 7 de Enero de 1921 mientras protegía la aguada del Zoco el Arbaa, cerca de Tetuán. En sus bolsillos encontraron un poema dedicado a la Legión:

Somos los extranjeros legionarios

El Tercio de hombres voluntarios

Que por España vienen a luchar

 Era el primer muerto en combate de la Legión, un legionario poeta, un niño legionario. Nos lo cuenta así el fundador de la Legión:

«Baltasar Oueija de la Vega, el infantil poeta, fue el primer legionario que murió en combate. Era un niño, de inteligente mirada y espontánea presteza. Hizo los versos, de todos conocidos, de exaltada pasión y espíritu guerrero; fue el trovador de la 2ª  Bandera, y cantó, como el cisne, para luego morir. Parece una novela, mas sus compañeros lo aseguran: Cierto día, a los muy pocos de salir al campo, dicen que recibió una carta fatal. Allá en su pueblo acababa de morir la mujer de sus amores, y el poeta, en la exaltación de su dolor, se emplazó a sí mismo invocando el unirse a la muerta con la primera bala que llegase. En el primer ataque al campamento hubo una sola baja, un legionario muerto: Baltasar Queija de la Vega. ¡Quién sabe si la sencilla leyenda es hija de otro poeta!».

Dicen que esta historia fue la que inspiró la composición de la que iba a ser la más famosa composición  legionaria, “El novio de la muerte”.

En julio de 1921, una cupletista de moda, Mercedes Fernández González, de nombre artístico Lola Montes, se encontró en la calle Montera de Madrid con el letrista Fidel Prado cuyas letras interpretaba a menudo Lola Montes. En la conversación Fidel Prado invitó a la cupletista a escuchar la partitura de un cuplé, con letra suya, y que le acababa de enviar el compositor catalán Juan Costa.

Se celebró la audición en el estudio del maestro Modesto Romero, en la calle Luchana, emocionando a todos los presentes e incorporándola de inmediato Lola Montes a su repertorio para estrenarla en su próxima actuación en Málaga.

Allí, en Málaga, en el teatro Vital Aza, se estrenó el cuplé. La duquesa de la Victoria dirigía los hospitales de la Cruz Roja en Marruecos y al escucharlo le pidió a Lola Montes que lo interpretase en Melilla para elevar la moral de la población.

El día  30 de Julio de 1921, cuando la Legión acababa de desembarcar en auxilio de Melilla después del desastre de Annual, se estrena en Melilla  “El novio de la Muerte”; es oída por el Teniente Coronel Millán-Astray, jefe de la Legión, que sin dudarlo un instante la incorporó al repertorio legionario introduciendo los necesarios cambios para adaptarla al ritmo de la marcha legionaria.

La Legión ya tenía una canción para sus muertos. Una conmovedora música creada para un cuplé con una letra que bien podía haber escrito Queija de la Vega o cualquier legionario de los que cantaban aquello…

Soy valiente y leal legionario

¡Madre volveré cantando!

…soy soldado de brava Legión.

¡Madre, no llores y espera!

Mi camisa legionaria,

Será para ti Bandera.

En 1952, el director músico de la banda de Guerra del Tercio, Ángel García Ruiz, adaptó el ritmo de la composición al paso procesional de los desfiles de la Semana Santa de Ceuta. Así la cantamos ahora, como si de un rezo se tratara. Sólo hay una razón para tan enorme emoción, «…por ir a tu lado a verte, mi más leal compañera…». Si al escucharlo no te emocionas, es que todavía no has comprendido el alma de la Legión.

La Legión podía honrar a sus muertos. El origen de la música y letra era el cuplé. Así tenía que ser, evitando la retórica pomposa y la expresión forzada. Más las veces son mejor oídos, el puro ingenio y lengua casi muda, testigos limpios de ánimo inocente, que la curiosidad del elocuente. El cuplé llamado “género ínfimo” iba a dar la música y la letra para el estremecedor momento de la muerte en una trascendente confesión colectiva de amor al valor y al arrojo. El novio de la muerte, una declaración colectiva de sentimientos, una expresión del ideal individual, la fe en la vida y en la muerte:

…Si algún día Dios me llama me llama

Para mi un puesto reclama

Que a buscarte pronto iré.

Muchas veces el silencio se expresa cantando y la única forma de oír el silencio legionario, la tragedia interna y la externa, cuando un compañero cae, es cantando nuestra fe junto a nuestro Cristo de la Buena Muerte.

Y en el último beso que le enviaba

Su postrer despedida le consagraba

La historia de los himnos y canciones la tenéis escritas en muchos lugares. No era mi intención repetirla ni detallarla; quería ir más allá y hablar de sentimientos, sin los cuales es difícil entender esta mística. Aunque aquí nada hay que entender y sí mucho que sentir; nada hay que cantar pero sí mucho que rezar; porque veréis a los legionarios enérgicos, airosos, con mirada que brilla con fiebre; son de hablar alto y enérgico, erguidos y resueltos pero saben arrodillarse y morir como un bravo al grito de ¡Viva España!¡Viva la Legión! y despedirse para unirse en lazo fuerte con tal leal compañera.

La Legión tiene un himno para el combate, “La Canción del Legionario”, legionarios a luchar, y una canción para enterrar a sus muertos “El Novio de la Muerte”, legionarios a morir. Forman parte de la mística legionaria y con ellas se han sucedido los actos heroicos, humildes y sencillos de gente dispuesta a morir por su Patria, dando la vida por los demás. Y es mucha la sangre de los novios de la muerte con la que han regado la tierra ardiente.

Era como si la noche no hubiese caído, como si el día no tuviese de largo lo suficiente. Nadie se recogía esperando ver al Cristo, al Señor de la Buena Muerte Todos en silencio, cada uno el de su suerte, con la mirada en la madera de una figura que se retuerce y en la Cruz cobra vida, se transforma de repente en la carne de  los que allí esperaban que el prodigio sucediese

Cantan los novios de la muerte

«Por ir a tu lado a verte…»

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

 

 

TERCIOS HEROICOS (Sigue interpretándose en todos los actos y formaciones de la Legión)

EL NOVIO DE LA MUERTE 

EL EJÉRCITO DE LA MENTIRA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Y era mentira. Como lo era el banderín de enganche que sonó en medio de la tragedia: «Los españoles se merecen un gobierno que no les mienta».

Son expertos en la manipulación, es decir, en usar la mentira como norma de vida. Incluso en la privada, donde no enseñan, sino lo que al otro puede dañar en lo más hondo.

¿En manos de quién(es) estamos?

No somos conscientes en manos de quienes estamos. Es un ejército con todas las de la ley, con una disciplina y organización perfecta, armas desconocidas con proyectiles capaces de romper la impenetrabilidad del alma y construir una religión de efectos transmisibles entre generaciones, por la fuerza de la genética más temible de las existentes: la mentira.

Crean un ambiente que influye de manera decisiva en el campo de batalla.

Está contemplado en todos los manuales para la guerra y vine a definirse como «las circunstancias de carácter físico y humano, distintas del terreno y de los medios, que influyen en el desarrollo de las operaciones».

Esas circunstancias comprenden la cultura, la geografía, la lengua y las creencias; el nivel de vida, la historia, las tradiciones, la situación política internacional y los medios afines u hostiles. Todo es analizado y manipulado para que trabaje a su favor, sean cuales sean las circunstancias, para lo que son expertos en dominar los niveles terceros de las instituciones, a los que remuneran con acierto y generosidad.

No hay más cultura que la suya, basada en un barniz de buenismo con el que aparentan defender y apoyar al débil, asumen las doctrinas que más les favorecen y cosechan con buenos abonos sus votos, con la norma del que parte y reparte siempre se lleva la mejor parte.

Los misiles contra el alma

Por si la punta de sus misiles no penetrase, por las razones que fuese, en el alma que modelan, hacen uso de la fronde a modo de psílites modernos para enturbiar las tropas contrarias confundidas ante la verdad o la mentira.

Es la guerra actual. Son un ejército organizado en la mentira, experto en expresarse con textos que dicen lo contrario de lo que sucede, que confunden y encierran al pensamiento en su peor cárcel: la incertidumbre.

Ese es el caos al que nos someten y la fuerza que manejan, sin que a ello se oponga la verdad porque el que más y el que menos llena sus arcas con la mentira.

Nadie se atreve a tirar la primera piedra. Es por ello que suena un trueno, pero jamás llega la luz.

El Ejército de la mentira

Son el ejército de la mentira que no luce, solo hace un infernal ruido. Mediático. Hace a muchos felices al amparo del rebaño. El ruido les protege. A un ejército solo se le combate con otro más fuerte y con voluntad de vencer. Nuestro problema quizá es que ni está ni se le espera. De eso se aprovechan.

Ahora su ataque se centra en acabar con España, con la prensa libre, con el Poder Judicial y con todo lo que suene a libertad. Hay que estar preparados y no lo estamos.

Les puedo asegurar que esto estaba tramado, era una maniobra perfectamente urdida para no mostrar el verdadero objetivo. No soy yo solo el que tiene pruebas. Lo que nadie sabe es lo que se ha estado cociendo estos días de aquelarre en la Moncloa.

Reflexión final: Me dicen con excesiva frecuencia que soy pesimista en mis apreciaciones y que no veo nada positivo en la España actual. Me reafirmo en mi pecado: soy muy pesimista que es en definitiva estar enterado de lo que ocurre. Es más, creo que el gran problema de muchos está en eso: no enterarse de nada. Así están las cosas y a los críticos les agradezco la misma, por leerme y a la vez negarlo. Todos sabemos jugar a las cartas y conocemos a quienes lo hacen con ellas marcadas. Los hay hasta en ese insospechado lugar tan noble y bien parecido.

El deber de mentir. Sí también se ha convertido en un deber.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

Sin fecha

 

EL PUTO AMO. Rafael Dávila Álvarez

 

Imagínense al divino Ulises, canto IX, encabezando la embajada que le va a pedir a Aquiles que entre en combate contra los troyanos porque las cosas se están poniéndose muy feas:

-Salud Aquiles, eres el puto amo. Te necesitamos.

La expresión parece ser que viene del griego, cuando el rey Filipo vio que su hijo Alejandro era capaz de montar sobre Bucéfalo:

-Es el puto amo que doblegará al mundo.

O quizá de aquel soldado veterano dirigiéndose a Jenofonte:

-Mi puto amo.

Un  nuevo protocolo nos inunda. Más parecido al protoculo de las palabras.

<<Limpia, fija y da esplendor>>.

Imagínense el Consejo de Ministros. Ni Real Decreto ni nada que se le parezca: puto Decreto que firma el puto amo.

Sintomático es el nivel logrado por la caverna que enlaza con la taberna ¿o era la bodeguilla?

No nos merecemos un Gobierno dirigido por cualquiera. Nos merecemos eso: el puto amo.

No es la primera vez que traigo a colación a Étienne de La Boétie.

Étienne de La Boétie escribe, mediados del siglo XVI, Discurso de la servidumbre voluntaria o el contra uno: «En tener varios señores no veo ningún bien; que uno, sin más, sea el amo, y que uno sólo sea el rey».

Así empieza; con Homero: «Esto dice Ulises en Homero (Iliada, Libro II, vs. 204–205)…».

Uno solo sea el amo. Hay interpretaciones.

La Boétie: «Lo único que los hombres no desean es la libertad, y no por otra razón que ésta: porque, si la deseasen, la obtendrían».

En Diccionario de Adioses encuentro la cita del maestro Gabriel Albiac: «La libertad, los hombres no la desean… Su enfermedad es el placer de ser siervos».

La claridad de La Boétie puede que no guste demasiado; rotundo, aclara todo. Todo. Y vemos que es así.

La política solo tiene un nombre: dominación. Dominantes son también los que están a la espera de ocupar el puesto, o no, pero, mientras lo logran, o no, forman parte de la especie. Dentro de la política de un partido se es casta. Sea el que sea. Puro despotismo: «Autoridad absoluta no limitada por leyes; también abuso de autoridad, poder o fuerza en el trato con las demás personas», nos dice el Diccionario de la RAE.

El resto somos dominados y formamos parte de su rebaño encerrado en el redil. Rediles o naciones que nos abren, más o menos, sus puertas al amanecer. Vigilados por el perro pastor, bien educado de fidelidades pagadas. Nunca le faltará un plato con pienso. Ahora de asesor, incluso de embajador o general. Ya  saben.

La política es un juego que no admite moderación ni humanidad. Nada de sentimentalismo. Al dominante y al dominado les separa un abismo insoslayable.  Metafísica.

Ante ellos se presenta una auténtica lucha armada invisible. Podría llamarse guerra defensiva individual, porque el hombre desde que nace está defendiéndose de lo que le rodea y le oprime, desde el hambre, la enfermedad, hasta su propio crecimiento, todo es una guerra permanente. Es por ello que, cansado, se deja dominar en busca de no tener que preocuparse del todo.

Esa relación de servidumbre es la que existe entre los políticos y nosotros los dominados que, como si fuese —que lo es—  la guerra, se asemeja a la de vencedor y vencido. Desde la política administran la fuerza que les da su condición y se escudan en ella para no ser administrados. Y hacer su justicia.

Pretender hablar de política justa es hablar de guerra justa. No existe, porque no hay justicia cuando el fin es que el otro cumpla mi voluntad y renuncie a la suya. Que es el fin de la política. Por la Ley o por la fuerza, es decir las armas. Simplemente eso, sin más, y sin menos, ni bueno ni malo, y hay que aprender a estar en ese campo de batalla en el que te plantas desde el nacimiento. Destruir al enemigo en la guerra. Alrededor de morir se  desarrolla vida. ¿Cuál es la diferencia?

La política y la guerra son lo mismo. Entre el militar y el político abundan las diferencias desde al menos el siglo XVII. Fue la política la que adivinó que su mejor instrumento de poder era la guerra y la utilizó para sus fines.

Hemos evolucionado hacia la catábasis. Lo avisó el mensajero en Orestes: «Porque así es la casta. Los heraldos saltan siempre del lado de los afortunados. Amigo de ellos es todo el que tiene poder y ocupa cargos en la ciudad».

De lo que no me cabe la menor duda es que llevamos bien esto de vivir bajo la tiranía, en el placer de ser siervos de este (os) señor (es).

«Los bueyes mismos bajo el peso del yugo gimen, y los pájaros en la jaula lloran». Nosotros: bla, bla bla.

¿Qué vamos a hacer sin el puto amo?

Quédate. Te lo suplico.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

29 abril 2024

 

APUNTES SOBRE LOS PATRONAZGOS EN LAS FUERZAS ARMADAS ESPAÑOLAS. IV.-INGENIEROS. Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver

El 11 de noviembre de 1938, se declaró la restauración de los cultos a los Santos Patrones por las Armas y Cuerpos, dándoles consagración oficial a su celebración y solemnidades. Y es que fomentar en las Armas o Cuerpos que forman el Ejército estas tradiciones que arraigan en los ánimos, conducen a sostener el noble espíritu de compañerismo que, alejando todo egoismo individual, impulsa con poderoso estímulo los sentimientos, base firme de todas las virtudes militares.

FERNANDO, hombre, guerrero, Rey y Santo.

30 DE MAYO.-SAN FERNANDO.- PATRÓN DE LOS INGENIEROS MILITARES.

 

Por Real Decreto de SM. Felipe V, dado en Zaragoza el 17 de abril de 1711, aparece el proyecto de organización del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, fecha considerada como la antigüedad del Arma.

Posteriormente, el 16 de enero de 1804, se comunicó al coronel jefe del Regimiento Real de Zapadores Minadores para que se reconociera a este Santo  por Patrón; y más tarde, el 2 de mayo de 1805 y por R.O. firmada en Aranjuez, se hizo extensivo el Patronazgo de San Fernando a todo el Cuerpo de Ingenieros, Direcciones y Comandancias, tanto de España como de Indias, sobre todo por su demostrada habilidad para rendir plazas fuertes y castillos, por su impulso en la construcción, en mayúsculas (catedrales como las de Burgos, León y el inicio de la de Toledo), y por su ingenio, demostrado en múltiples ocasiones, pero especialmente durante la conquista de Sevilla.

Hay dos fechas en la Historia de España que brillan tanto como el sol: las de la  conquista de Córdoba y Sevilla los dias 29 de junio de 1236 y  23 de noviembre de 1248, ambas  a manos de Fernando III de Castilla, el que por méritos propios sería canonizado por el Papa Clemente X un 4 de febrero de 1671.

Cantaba la copla:

Guadalquivir abajo, rueda un son de mesnada
La noche con estrellas corre con su espuela loca
Va de bodas Fernando y es la novia Sevilla

Si  grande es San Fernando cuando levanta catedrales como la de Burgos y Toledo; grande, cuando erige universidades  como la de Salamanca; grande, cuando asienta los cimientos de las Siete Partidas y traduce el Fuero Juzgo; grande , cuando vence  a los emires de España…pero es más su grandeza, porque alzando catedrales, es un monarca creyente; erigiendo universidades, es un rey celoso por la cultrura de su pueblo; dando comienzo a las Siete Partidas es un sabio, y alcanzando laureles con su tizona, es un héroe.

San Fernando es Patrón de los Ingenieros Militares, porque en su vida no hizo más que tender y volar puentes, y abrir y cerrar caminos, para gloria de Dios y de  España.

El primer puente que San Fernando tendió fué uno muy grande  entre él y su arisco padre , salvando la paz entre Castilla y León. Uniendo por primera vez los dos reinos , tras la sabia decisión de dos mujeres con nombre propio: Doña Berenguela de Castilla  y doña Teresa de Portugal …, las dos mujeres de su padre Alfonso IX de León.

Ingenieros, vuestro Patrón, dejó limpios los caminos de ambos reinos de revoltosos acabando  con las ambiciones de su padre y las intrigas de algunos infantes de la Corte.

No solo levantó puentes, sino que también los voló, como hizo con el puente de barcas moras,  del barrio de  Triana, por donde los sitiados  recibían los únicos auxilios de hombres y suministros en el cerco que vuestro Patrón  puso a Sevilla. Las naves españolas de  Bonifaz,  arremetieron a los pontones del puente destruyéndolo ante el asombro de las tropas moras, arrojando al invasor de nuestro suelo. Conquistó todo el valle del Guadalquivir e hizo a este río  cristiano para siempre con la primera escuadra comentada de Ramón Bonifaz, la brecha estaba abierta. La flota había cortado la barrera de pontones  de Triana y ahora Sevilla capital estaba completamente aislada.

San Fernando, tendiendo puentes salvó la paz de León y de Castilla; al destrozar el puente moro de barcas, y al arrojar al invasor de nuestro suelo, salvó la independencia y libertad de España. El rey Fernando III el Santo, fue el personaje más importante de toda la Edad Media española, unificó las coronas de Castilla y León, con tanta eficacia, que jamás volvieron a separarse. Dio a la Reconquista un impulso sin precedentes, conquistó la práctica totalidad de Andalucía, y ensanchó Castilla hasta alcanzar el mar por el sur.

Seguramente hubiese sido él quien entrase en Granada de no sobrevenirle la muerte un día  del mes de mayo  del año 1252 en Sevilla.

Ingenieros y Zapadores, en San Fernando, hombre, guerrero, Rey y Santo, se reunen, junto a sus virtudes humanas, habilidades castrenses, dotes de liderazgo, y capacidades para sobreponerse a las adversidades, que lo convierten no sólo en el referente de todo ingeniero militar, sino en el paradigma de todo militar, de todo soldado español. Es el gran precursor, de nuestra España actual,  el Patrón del Arma de Ingenieros, pero bien podría serlo, junto a Santiago, también de España.

 La construcción de las Bases de las Fuerzas Armadas Españolas  presentes en las 17 misiones que tiene en  el exterior, ha sido un ejemplo claro de lo que son  capaces los  Ingenieros Militares  del Ejército español, con trabajos tan importantes  entre otros, como la Base Miguel de Cervantes en Líbano, la Base Ruy González de Clavijo en Afganistán, y la Base Gran Capitán en Irak… Su fecunda trayectoria sigue dando sus frutos.

El cuerpo incorrupto del Santo Rey Fernando se encuentra enterrado en la catedral de Sevilla., donde Unidades de Ingenieros desfilan en su interior a tambor batiente cada 30 de mayo.

Lo que no dice la Historia es que San Fernando montaba un hermoso caballo Negro sin nombre, el mismo que al parecer le ragaló el rey de Sevilla, Aben Hud, en la primavera del año 1235, cuando aliados ambos luchaban contra Granada. Según la leyenda fue sobre este ejemplar, oriundo por lo que se ve de las yeguadas de las Marismas, en el que Fernando III colocó la imagen de Nuestra Señora al iniciar la «cruzada» andaluza. Y montado en este «Negro» entró el Rey Santo en el patio de los naranjos de la mezquita aquel día de junio de 1236, dejando constancia de que la Cruz había vencido a la Media Luna.

Tal fue el glorioso tránsito del tercer Fernando de Castilla, a quien la iglesia en razón de sus excelsas virtudes colocó después en el catálogo de los más ilustres santos españoles que llorose su muerte en todo el reino como la de un padre. Al día siguiente fue aclamado y reconocido su hijo don Alfonso rey de Castilla y de León, bajo el nombre de Alfonso X.

Fernando III  ha sido calificado como santo con  capacidad de alcanzar la excelencia en varias áreas del conocimiento,  ya que en la reconquista por el valle del Guadalquivir utilizó las máquinas de guerra o «ingenios», poniendo sitio a las ciudades y utilizando las minas, como en el sitio de Sevilla, si bien sin utilizar la pólvora, porque era desconocida. Fernando III fue también un santo constructor, como lo demuestra la edificación de catedrales, o la rehabilitación del castillo de Santa Catalina en Jaén. Bien merece que un Rey que dejó testimonio de su espíritu constructor por toda la España cristiana de su tiempo, fuera propuesto para ser el patrón de aquellos hombres a los que se les dio como emblema un  castillo.

«Pontoneros fuertes / se hacen y se harán / en el rio Ebro / que besa el Pilar».

Hoy los Ingenieros Militares siguen aclamando al Santo Rey con el mismo fervor  que lo hicieron  sus compañeros de Arma, cuando el 2 de mayo de 1805 fue declarado oficialmente  Patrón de todos los Ingenieros Militares de España.

Soldados valerosos

del Arma de Ingenieros.

Cantemos a la Patria

con recia fe y amor

¡¡Arriba nuestro lema

Lealtad y valor!!

Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver

Zaragoza abril 2024.

Blog: generaldavila.com

LA RETIRADA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

 

Algo se escapa a nuestra capacidad de entendimiento. No puede ser ni será por eso. Será otra cosa. Será.

En la guerra el esfuerzo principal se esconde y se utiliza otra dirección que lo parezca y así no desvelar el lugar por donde se van  a emplear  los recursos mayores.

La política es el arte máximo de la guerra por lo que es el mayor juego del engaño. Entre otras cosas saber si esto es táctica o estrategia, si es una batalla perdida o una retirada a tiempo. Podría ser, ¿podría? Que una nueva batalla llevase a un desastre completo y alguien del enemigo te haya avisado. -Todavía estás  a tiempo. Tengan cuidado y lean a Clausewitz porque las retiradas se parecen siempre a la huida de un león herido y siempre dejan muerte. Es importante por tanto conocer el valor del que se retira, si es el caso y lo tiene. Recojo en mi libro El nuevo arte de la guerra la insistencia de Polibio en este tema cuando dice: «Si alguien cree que en el arte de la guerra hay algo más importante que conocer las preferencias y el carácter del general enemigo, es un ignorante y está cegado por la soberbia». Conociendo al personaje la retirada puede ser una huida o una trampa mortal.

Es muy cierto que «Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta». Nunca hasta ahora se había visto algo semejante. En plena batalla no puedes dejar a tu ejército sin mando y retirarte a meditar no se sabe muy bien qué.

En combate queda prohibido replegarse o rendirse bajo pretexto de estar desbordado, envuelto, sin municiones o por ver retirarse a unidades o fracciones próximas… Solo el jefe es el responsable. ¿Unos días?

Todo está muy confuso. En el arte del buen mandar, tan escaso en modelos actuales, se repite constantemente: <<No hay nada más amargo en las filas de un Ejército que verse sometido a las oscilaciones de un jefe vacilante en sus decisiones. Desespera, exaspera y acaba en pérdida de prestigio, en riesgo al que somete la vida de sus hombres. Después: la derrota>>.

La Moncloa no es la Pasarela Cibeles, ni un programa del mundo del corazón, televisado. Allí está el presente y el futuro de todos los españoles y su inquilino se debe a la seriedad y el deber que ese lugar exige. No hay descanso para asuntos personales.

En la Academia Militar teníamos un profesor al que llamábamos el Engañabaldosas. Cuando paseaba por el pasillo central del aula hacía unos giros extraños a cada paso que daba; parecía que iba a pisar una baldosa, pero pisaba la de al lado: el Engañabaldosas era impredecible.

Diego Saavedra Fajardo tenía una explicación muy clara para lo que intento explicarles: <<Dudoso es el curso de la culebra torciéndose a una parte y otra con tal incertidumbre, que aun su mismo cuerpo no sabe por dónde le ha de llevar la cabeza; señala el movimiento a una parte, y le hace a la contraria, sin que dejen huellas sus pasos ni se conozca la intención de su viaje>>.

El caso es que así no podemos seguir y conviene que los que tienen como responsabilidad la gestión de España y la defensa de los intereses de los españoles, de su convivencia y bienestar, acorten las inmerecidas vacaciones y se pongan a trabajar. Urge, es prioritario, que el inquilino del palacio de la Moncloa y otros palacios dejen de creerse lo que no es y se convoque a los españoles a decidir lo que quieren y a quien quieren para ello. Si alguien tiene que decidir que sean los españoles y no los separatistas ni los herederos del plomo.

No somos baldosas. Tampoco un ejército en retirada,  aunque a veces lo parecemos.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

25 abril 2024

Blog: generaldavila.com

 

LA II GUERRA CIVIL DE FRANCO. Por el General Dávila . Ya en librerías.

General Dávila  (Autor foto Rafael Dávila López)

LA II GUERRA CIVIL DE FRANCO (1939-1981)

¡Por fin! Ya en librerías. Editorial La Esfera de los libros.

No voy a extenderme. Leánlo, les anticipo que no les va a defraudar Historia que abarca de 1939 a 1981, pero que aún no ha terminado porque hay unos cuantos que prefieren vivir en guerra, les viene bien no terminarla.

Este libro es de alguna manera la continuación documentada de mi primer libro: La guerra civil en el Norte.

Desde el final oficial de la Guerra Civil hasta la Transición pasaron muchas cosas. Algunas se las cuento. En documentos. Otras se adivinan. Por los documentos. Sorprenden otra muchas. ¡Si no fuese por los documentos…!

No les va a defraudar. De eso estoy seguro.

Espero que este libro que hoy ve la luz la proyecte para que sea la verdad la que resplandezca.

¡Gracias! si lo compran y ¡gracias! si además lo leen.

Me tienen a su disposición en X  @generaldavila o en el correo generaldavila1@gmail.com

También  en mi página web generaldavila.com

 

 

PASITO A PASITO LA ETA QUEDA INSTALADA. Rafael Dávila Álvarez

El terrorismo sigue siendo protagonista en España. Es tal el nivel alcanzado que ocupa las instituciones, el Gobierno, o facilita este al que lo preside. La ETA dirige y conduce la política en España. Terrorismo no es solo pistolas y bombas, sino que hay mucho más; las guerras no solo se hacen con misiles, sino que hay procedimientos más sutiles y aparentemente melifluos para hacer creer lo contrario de lo que está ocurriendo.

La guerra solo pretende una cosa: dominar la voluntad del enemigo e imponer la propia. En la guerra se enfrentan los ejércitos.

El terrorismo usa la traición y la cobardía para someter e imponer su voluntad. Son un atajo de cobardes constituidos en banda de pistoleros. Personalmente los he visto hacerse de todo encima mientras lloraban cobardemente cuando eran detenidos. Pero han vencido.

¿Cómo y por qué? Usted y yo lo sabemos, pero nos es más fácil mirar para otro lado. No es la primera vez que algo así ocurre en España.

No hay ETA política, ni militar, ni político-militar, no hay nada de eso, solo una panda de asesinos dirigidos, teledirigidos por la peor calaña de políticos que ha dado la tierra y que esperaban su oportunidad para recoger el fruto del asesinato.

El terrorismo de la ETA ha logrado su objetivo: imponer su voluntad y someter a su enemigo que era España y los españoles. Para ello ha asesinado a cerca de 1000 inocentes, pero eso está ya olvidado y su premio es mostrado como la cabeza del enemigo ensartada en la lanza: «Euskadi y España son países libres». Iba como una bala hacia su objetivo. Estaba pensado y muy consensuado.

La ofensa está hecha y el mensaje ha salido con más fuerza que la última de sus balas. Objetivo alcanzado.

El procedimiento de las pistolas y la bomba, del ataque por la espalda, ha dado resultado.

Las víctimas llevan camino de ser culpables. Así parecía en el homenaje a Miguel Ángel Blanco cuando entre el descaro de las alianzas interesadas para mantener el puesto —el personaje lo llama diálogo — se apuntalaba, delante del Rey de todos los españoles, la nueva ley hecha para ellos y por ellos.

Ni siquiera era un armisticio, era la firma de la derrota incondicional de España a los terroristas.

No le den más vueltas.

Sin duda la política no debe judicializarse, pero aún es más importante que lo judicial recuerde aquella sentencia del Tribunal Constitucional amañado para acabar con el Tribunal Supremo y reconocer a la ETA.

Si lo recordamos todos empezaremos a explicarnos de donde venimos y a donde vamos.

Todo está consumado.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

Fue publicado el 12 julio 2022. Como si fuese hoy.