EL VIAJE DE SÁNCHEZ A CHINA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Después de meterle el dedo en el ojo al mandatario Chino, Xi Jimping, todos los líderes europeos quieren mostrar pleitesía al mandarín. La política es una cosa para que vivan los que no saben hacer otra, porque en definitiva lo que haces bien hecho está, aunque hagas mucho daño. Teoría del inútil.

El que mejor definió la política fue un general, que la sufría, como lo hacen de soldado a mariscal de campo. El general Patton dijo: «Si todo tu Estado Mayor te da la razón es que ninguno te está escuchando».

Los hay peores: los que se escuchan a sí mismo, en exclusividad, todas las mañanas ante el espejo.

La Cumbre de la OTAN en Madrid fue una apuesta equivocada, la brújula estratégica (muy anglosajón), donde se perdió el norte sin definir nada. Europa se miraba en su espejo mágico y la pregunta siempre era la misma: «Espejito, espejito…».

La OTAN es una alianza política y militar que se define como defensiva cuya indefinición está en no tener ejército que no sea el americano. Europa militarmente no existe más allá de 6 carros de combate por aquí o tres misiles por allá. La Presencia Reforzada Avanzada (EFP), el despliegue en Letonia, está muy bien, pero está mucho mejor tener de aliado al chino. Tiene una ventaja que Europa olvidó hace tiempo: la infantería. Es la que gana las guerras. A pie y sin dinero. En China todos van a pie y además armados de ideología.

Jamás en la historia de las guerras un Estado sin armas ha durado más allá de una generación. Sin infantería nada, ni un día se aguanta.

Es necesario fundamentar la seguridad en ejércitos propios y no confiar en los demás. Tu infantería es la clave.

Antes de la visita el mandatario chino querrá saber quién va: ¿Europa, América o solo Sánchez? En este caso es sabido: la personalidad es una definición implacable.

¿Qué va a hacer Sánchez presidente, Sánchez: Antonio? Pues eso: el Antonio.

Xi Jimping tiene a su favor la sonrisa de Monna Lisa, exacta, calcada, inretratable, y además no habla. No mira nada, pero todo lo ve, lo contrario de Antonio que no ve más allá del espejo; ni siquiera lo trasero. En casos así para este tipo de personalidad cualquier visita es un éxito. Entre el espejo y tú se forma un diálogo como el que señalaba Patton.

En silencio el mundo gira sonriente, a diario, y modifica ligeramente su inclinación: precesión.

China queda siempre como incompleto desarrollo, pero está ahí. La prolongación del eje de la tierra, en breve, no se dirigirá hacia la estrella Polar. Todo cambia sin que nos demos cuenta. Europa, ombligo del mundo, sigue creyéndose ombligo cultural, y se orienta por su estrella. Pero el mundo está en imparables vías de cambio. La desorientación te estrella contra el futuro. La soberbia cultural de Europa ciega su visión de futuro y le impide asumir su error.

A los ejércitos, lentos y conservadores, pesados mastodontes, dinosaurios del pasado, les cuesta adaptarse a las nuevas circunstancias. Deberían empequeñecerse en soberbia y crecer en recursos y filosofía. Ir más allá de su temporalidad. Examinar sus alianzas.

Cierto es que la guerra se gana con calidad más que con cantidad, pero hay situaciones que no soportan tanta presión de la cantidad que tiende a expandirse. Sobre todo cuando la calidad y la cantidad se igualan. China es cantidad y camina a la excelencia en calidad. Lo tiene todo además de dinero, dinero, dinero. Infantería, infantería, infantería.

El eje de giro está cambiando. El mundo dejará de orientarse por la Polar y es necesario adivinar la nueva estrella.

La guerra es el arte de las matemáticas, ese que no permite frivolidades, sino estudio, exactitud y precisión; nada de alquimias, especulaciones o mentiras.

Alguien creyó que la Moncloa era Delfos y pensó en Apolo, el que hiere de lejos. Este monclovita solo conoce el insulto.

De China traerá sonrisas. Al chino no se la va a colar. Vendrá como se fue que es igual a = mucho peor.

Esto acaba de empezar. Es cosa de generaciones. Una o dos todo lo más. Pura matemática como lo es la infantería. Números.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

30 marzo 2023

 

HASTA AQUÍ LLEGÓ ESPAÑA PARA DEJAR DE SERLO. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

 

Este sepulcro alberga, en la fértil Gea,

el cadáver de Esquilo,

hijo de Euforión, ateniense.

De su eximio valor hablar podrían

-pues lo saben bien-

el campo sagrado de Maratón,

y los medos de largos cabellos.

(Epitafio atribuido a Esquilo)

Dice el Credo de la Legión: «El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde».

No seremos unos cobardes. Alzaremos la voz ante la traición y el olvido.

Los muertos, héroes al olvido, renacen entre sus amargas cenizas ya frías por tantas lágrimas derramadas. Se remueven cuando se ensalza a sus asesinos. Ellos, asesinados, olvido y ofensa.

Emociona el latir que palpita en las historias de los héroes a la vez que el olvido hace mella entre los más. Los menos, solos, pasean su dolor sin que nadie mire por un momento a los que ya no existen. Ellos que han consagrado esta tierra entera llamada España.

Puesto en duda el valor moral de las virtudes que te llevan a morir por querer a España, o simplemente las de la inocencia, hoy no queda más que el nombre arrebatado por quienes llevan condecoraciones de asesinos, las que ahora brillan con el beneplácito institucional.

Los asesinados deben callar y esconderse porque pronto pasarán a ser culpables. Los que les arrebataron vida y honor, elevan su apuesta. El gobierno del odio se apodera de los sentimientos y los héroes pasan a ser villanos.

Nunca la nación estuvo tan lejos de serlo y sus gobernantes tan enlodados por el polvo de los caminos del infierno por donde se les ve acompañados de los lazarillos de siempre, esos que emergen para recibir suculenta limosna ensangrentada.

Vivir en ciertos lugares de España es como vivir fuera de España: ya ni su nombre se pronuncia. Es el camino que nos lleva a una peor lucha. No es rechazo: es odio.

Hasta aquí llegó España rasgada de dolor, entre todos silenciada, traicionada y olvidada: lo peor. De ella por mucho que gritéis ¡no queda nada!, sino la traición.

Morían a diario por el tiro en la nuca o envueltos en el chivatazo traidor. De España nada queda ¿Quién de ellos se acuerda?  Podríamos hacer una bandera ensangrentada con tanta lágrima vertida, e izarla con voz rendida, ahogada en el asfalto en esas tierras calcinadas de donde huyen almas aterradas.

¡Qué dolor habéis dejado!, ¡canallas!… ¡y los que con su apoyo institucional los alzan, los cobijan y los usan!: ¡qué canallas!

No venceréis, os derrotaremos, volveréis al lugar del que nunca deberíais haber salido.

 Recordad: aún queda la esperanza

porque en cada sepulcro está sembrado,

en la seca pero fértil España,

el frío cadáver de un inocente

del que brotará un nuevo hijo de España.

De su eximio valor hablar podrían

-pues lo saben bien-

los sagrados campos de nuestra Patria,

dónde hoy, los muy canallas, ya se agitan;

porque hasta aquí llegó, ¡se acabó!

la paciencia, de tanta cobardía.

¡Hasta aquí llegó España!

-pues lo saben bien-

que volverá de nuevo a ser la Patria,

y entre todos volveremos a izar

la bandera de rojo ensangrentada.

Recordad: aún queda la esperanza.

Hablar podríamos -pues lo saben bien- del dolor que han dejado como herencia los que aún tienen el descaro de hacer política desde el terror que sembraron… junto a los que los apoyan y cuidan como hombres de paz. Así les llaman.

¡Canallas!

Todos hemos llorado como convenía a nuestros parientes, hijos y deudos, pero aún no podemos volver en paz  a nuestras casas.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

27 marzo 2023

 

 

 

DIMITE LA DIRECTORA GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL Rafael Dávila Álvarez

Lo importante y grave no es la moción de censura para mover la presidencia, sino la moción de la Directora General de la Guardia Civil. No, no miren al Parlamento, miren hacia fuera, hacia el orden y la ley. El intento de moción en el Parlamento ha sido liquidado en segundos con una dimisión en la cúpula de la Guardia Civil y una cosa no puede tapar a la otra.

La dimisión de la Directora General de la Guardia Civil es un escándalo con precedente. Decir lo contrario sería olvidar quiénes son estos señores del nuevo socialismo en constante evolución y adaptación al ambiente. Especialistas en la confusión y el mimetismo para adoptar como propio cualquier comportamiento que les sea rentable. La moral no importa, sino los resultados.

Sería un error político que insistiésemos en la moción de censura cuando se ha abierto una brecha de tamaño descomunal con lo que esconde la dimisión del mando político de la Benemérita.

Quizá el PSOE quiera vivir una temporada más de las rentas, pero la realidad es mucho más grande y donde hay que mirar de una vez por todas es hacia la corrupción. Esa que le lleva a un presidente a preguntarse que cuánto cuesta una moción de censura después de bajarse del falcon para comprar bombones o ir de fiesta con los amigos. Esa corrupción que no lo es sino moral y que se centra en que es bueno para ti lo que para los demás es malo. Esa corrupción que confunde la justicia con el personalismo que ha inaugurado el periodo de la democracia presidencialista con un presidente que quiere pasar a la historia como el regente de nombre «El Democrático I» o «El Sostenible I».

Aquí, en esta dimisión, nadie acusa a nadie y es muy saludable porque solo se trata de que el marido de la Directora General de la Guardia Civil está imputado. Solo eso. Que no es nada. Mediador es uno más…, Marlaska no dimite, la nueva Directora General, pues eso: arropada.

Sus argumentos, los de la dimitida jefa política de la Guardia Civil, son suyos, pero solo suyos y no tenemos porqué creerlos o no creerlos. Se irán conociendo más y más y datos. Nadie la va a echar de menos. O no deberían. Aquí se viene a servir y «se es el último en comer, el último en dormir, el último en tener y el primero en morir». Te vas «al Rey servido y patria honrada». No pidas más.

Dimitir es decisión suya, no de los que manda a los que no deja ni bien ni mal. Solo se va a su casa, algo que es un hecho en sí que a nadie perjudica ni importa y tampoco para rajarnos las vestiduras, sino para saber las razones profundas y, sin duda, para que nos preocupemos por esas razones. Adiós sin más y que le vaya bien. Demos tiempo al tiempo para ver en qué queda todo; no estamos juzgando, estamos noqueados.

Pero el acto de dimitir es de ella, personal e intransferible y la imagen de hacerlo rodeada de altos mandos de la Guardia Civil como si estuviese apoyada y sustentada por ellos es inadmisible. Dimite ella y solo ella, sin amparo ni cobijo, sino como cualquiera que decide irse. Ese coro a sus alrededor descompone la imagen de su dimisión, suya y solo suya sin que la Guardia Civil deba pronunciarse más allá, ni con palabras ni con la imagen.

La Guardia Civil sigue y sigue honrada y con el honor intacto sin necesidad de dar amparo a quien dimite.

Lecciones de honradez ni una. La Guardia Civil no las necesita.

Por cierto: ¿Qué le pasa al PSOE con la Guardia Civil?

Memoria democrática condimentada con moción de censura a quienes se echan por encima a la Guardia Civil como si fuese una capa para cubrirse del frío o del calor.

Es un escándalo que hace días ha estallado y el arte de la política ha hecho que miremos en otra dirección cuando la tormenta está dentro.

La orden era: ¡Que no dimita antes de la moción de censura! Después; y moción olvidada.

Sin duda tenemos una oposición que me recuerda al pardillo que ha anidado en la hiedra del jardín y me deja tocar a sus polluelos.

¿O soy yo el pardillo?

Defínanme la situación: Máxima gravedad.

Serlo y parecerlo. Tener y no poseer.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

24 marzo 2023

EL ESPÍRITU DE DISCIPLINA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Suena extraño: ¡disciplina! Es muy sencillo, simplemente un código legionario.

«Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir».

He buscado más, algo que lo defina mejor, pero no lo hay.

Si pretenden explicarme que la obediencia tiene un límite no sigan hablándome de Legión sino de otra cosa. Claro es que la Legión es otra cosa, no para todos, aunque sí para los más. Cumplir, obedecer y morir. Verbos legionarios.

La acción. Ir, ser: morir. Irse con el deber.

Es lo incomprensible para la comprensión, pero es que en la Legión no hay que entender ni comprender, sino obedecer que es mucho más difícil, y confiar en la obediencia, que no es ciega. ¿Ciego es el camino a la muerte? ¿Quién sabe de ese camino incierto cuando es el de todos y el que inconscientes trazamos cada día? El de ayer ya borrado y el final que se acerca.

No hay mayor libertad que la que se refleja en el acto de entregarla de manera consciente y hacerlo para siempre. Ese espíritu de disciplina que con tan breve redacción completa la vida legionaria. La libertad de un legionario se trueca en perderla para dársela a la Legión. Todo es tuyo y a cambio no pido nada.

Por eso ser legionario es no quejarse de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño, hacer todos los trabajos, cavar, arrastrar cañones, carros; estar destacado, hacer convoyes y trabajar en lo que le manden.

No todos lo entienden, pero tampoco se pretende, sino que haya quienes acepten esa vida y como los hay, a miles, tan numerosos que son legión y así se llama.

Cuando se está para luchar, para morir, se habla un lenguaje distinto que el cotidiano y así era cuando la Legión nació y creció.

Esperemos que nunca se haga vieja y no dé muestras de cansancio vital porque a la obediencia se le anteponga la interrogación y se den explicaciones.

La disciplina legionaria no hace preguntas, nada interroga, pero siempre obtiene respuestas. En eso reside la grandeza de cumplir con el deber hasta morir.

Creo haberme extendido demasiado para explicar lo que es inexplicable.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

23 marzo 2023

 

 

CHINA NOS ENSEÑA LA NUEVA GUERRA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

El gran error de la OTAN en la Cumbre de Madrid fue señalar a China como un enemigo a tener en cuenta. ¿Lo es?

El elefante no olvida y responde a la caricia o a la agresividad con más fuerza que con la que recibe una u otra. Es ley de vida para el elefante y para la avispa. Si los dejas en paz es probable que ellos respondan de la misma manera, pero si atacas no rehúyen el duelo.

La sociedad occidental está en uno de los peores momentos de la historia porque se está asentando un futuro desconocido y violento que no responde a los tratamientos aplicados en estos casos en épocas pretéritas. Los llamados máximos dirigentes, los de siempre, pretenden responder a los nuevos desafíos con recetas muy anticuadas que provocan mayor conflictividad.

El análisis de los factores para tomar una decisión es erróneo y lo que estamos a punto de lograr se presenta como una gran tormenta cuyas consecuencias serán de las que hacen historia. Repasen las batallas que han cambiado el mundo y en el futuro una de ellas llevará el nombre de la que se ve venir. Después todo cambiará. Espero no vivirlo, pero llegará.

Es un problema muy sencillo. Somos muchos y todos sabemos lo que hacen unos y otros y la mayoría no está contento con lo que él hace y lo que hace el otro. No queremos ser nosotros ni estamos contentos con los otros.

Es imposible entender lo que se nos viene encima, pero hay un hombre que va dando gritos, contándolo todo: la desnudez y miserias de los predicadores y lo que fuera de la cueva es la realidad.

China se ha cansado de ser China y ahora simplemente quiere ser; con el problema de ser muchos. En definitiva un dilema muy conocido y antiguo, pero de soluciones distintas a lo antiguo que hay que ver y resolver con criterios que aún no se nos han dado a conocer.

Hasta ahora ese tipo de problemas se solucionaba de manera violenta. Decía Hobbes: «Cuando el mundo se encuentra sobrecargado de habitantes, el único remedio es la guerra que provee a cada hombre, ya sea con la victoria o con la muerte»; parece ser que las causas fundamentales de la guerra son biológicas y económicas.

Las grandes sociedades, en tamaño, empiezan a hablar y lo hacen expandiéndose, pero la respuesta generalizada, para hacerlo y a la vez detenerlo, es armarse y cuando digo armarse sí que estoy hablando de armas. Ya saben quiénes son, pero nadie sabe lo que tienen y hasta donde llegan sus intenciones.

El resultado es que nos encontramos en un mundo armado o si lo prefieren en una sociedad armada que ante el panorama que no acaba de reconocer, dominar o asumir con nuevas inteligencias, recurre a las armas, porque hasta ahora esa ha sido la única forma eficaz para resolver problemas de la envergadura que ahora se atisba.

¡A las armas!, parece gritar este mundo enloquecido donde la economía es inentendible para la mayoría, pero no para los que la dirigen tras una economía de guerra, de las armas: han logrado también que las armas dejen de estar en manos de los militares. Ahora son munición económica, de empresa, de sustancioso tráfico, del poder que todos desean.

El despertar del nuevo mundo se está mostrando mientras se ven los lloros del infante junto a los lamentos del pasado que resuenan cada vez más lejanos y tenues.

Alguien ha agitado las aguas de China que caminaba con rumbo fijo y seguro, pacífico en un principio, lo que ha precipitado su disposición para el combate. En su presupuesto ya se contempla el supuesto de guerra.

Pronto sus barcos de guerra serán los más poderosos y sus ojivas nucleares cubrirán cualquier objetivo del mundo. Sus ejércitos solo tendrán que andar, casi sin disparar, miles de soldados, millones que solo necesitan una orden: ocupar. Sobran voluntarios, sobran soldados, hay técnicos en cada esquina y la ingeniería inversa ya no les es necesaria; todo lo dominan sin copiar. Han aprendido todo para ser ahora maestros.

Taiwán puede esperar toda la vida, como el resto del mundo. Será mañana o pasado mañana, pero será. Sin prisa, sin pausas crecerá el poder militar y el civil.

Lo que ahora vemos es inútil. Armar a la sociedad occidental no servirá para nada. La guerra ya no se hace así, como creemos, tecnología armamentística es una quimera. No es necesaria. Las armas tal y como las conocemos han perdido el filo. Buscad otras armas para vuestros hijos si queréis que conozcan el mundo nuevo que viene despacio, sin galopes, pero viene; ya está cerca. Formad al nuevo ejército, que sea independiente y libre, que no se someta a la nueva religión, la que en altura no sobrepasa una cabeza.

La única verdad sobre la guerra y su futuro está en ganar sin combatir. El combate lleva a dominar y eso en el futuro se hará con otras armas.

El dominio no será a base del terror sino de la sonrisa. El entretenimiento hará mella en todas las conciencias y así entregaremos nuestra voluntad: al más atractivo de los juegos: el yo. Habrá un yo universal tan vigente como Apolo o Dionisio y todos bailaremos a su alrededor. Seremos ese yo y nadie será más allá del nuevo dios de la sonrisa.

Serán esas las armas. Arrojad los misiles y las bombas. Ya no son necesarios.

La nueva era llega a través de la benévola sonrisa que aparece en una pantalla alrededor de la que baila el mundo.

No es ni bueno ni malo: es.

La lucha entre el bien y el mal ya se considera una enfermedad de la mente.

No hay lucha sino sumisión. Esa es la victoria. China sonríe.

La antigua munición se agota y los cañones no callan, pero esa es una guerra ya muy antigua.

El tiempo juega a favor de los más pacientes.

­«Fue el ascenso de Atenas y el temor que eso inculcó en Esparta lo que hizo que la guerra fuera inevitable» (Tucídides).

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

22 marzo 2023

 

ETHOS Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Xi Jinping en Moscú. No es una visita ni un acuerdo ni nada parecido. Es solo una imagen. No hacen falta palabras: es la guerra y esta visita una de sus imágenes más importantes. Quizá la definitiva por si alguno no se ha enterado.

En el libro de las Estratagemas de Frontino preguntado Metelo Pío en Hispania qué planes tenía para el día siguiente, dijo: “A mi propia túnica prendería yo fuego si pudiera hablar”».

Esta reunión es un mensaje gráfico que forma parte de la interpretación y el director del coro, como en un tragedia griega, será el encargado de traducirlo.

El futuro está en sus manos. Nada descubrirán ellos. Se abrazan y América se desbraza. Europa mira a un lado y a otro.

Ethos es palabra griega recogida por el Diccionario de la Real Academia: «Conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el carácter o la identidad de una persona o una comunidad».

Nos recuerda el mariscal Montgomery en su libro Historia del arte de la guerra que Polibio escribió que un general debe «aplicarse en conocer las inclinaciones y carácter de su adversario».

Un general debe conocer la mentalidad de su oponente y por ello no es extraño que profundice en el estudio del mando al que se enfrenta y lo haga en todos sus aspectos, no solo militar, gustos, aficiones, fortalezas y debilidades. Muchos se hacen incluso con una fotografía de su adversario en la que buscan un detalle que le haga vulnerable.

Recojo en mi libro El nuevo arte de la guerra la insistencia de Polibio en este tema cuando dice «Si alguien cree que en el arte de la guerra hay algo más importante que conocer las preferencias y el carácter del general enemigo, es un ignorante y está cegado por la soberbia».

Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo y entre los dos elige la victoria; que puede que no esté en tus manos.

En una guerra el factor humano tiene un peso tal que puede él solo inclinar la balanza. La ciencia domina el campo de batalla, pero el principio o el final suelen ser decisiones de un hombre que mucho tiene que ver con su carácter y prestigio. Siempre, en cualquier guerra, hay un Aquiles, un Melcíades, Leónidas o Alejandro…

Eran expertos en el arte de conocer al hombre, se conocían ellos, y miraban en el corazón de los suyos.

Estamos en el momento decisivo de la guerra en Ucrania y ese es el que nos va decir algo sobre este futuro incierto que habla de guerra; por ahora.

Centrados en la ciencia olvidamos que el arte de la guerra ha muerto con ella y con la técnica, pero que las voluntades siguen a sus posibles guías anclados en primitivas formas cuya evolución no lleva caminos convergentes, sino todo lo contrario.

La guerra no está en las bombas ni en los misiles, sino en los corazones como ya avisaba Baruch Spinoza:«La paz no es la ausencia de la guerra, es una virtud, un estado de la mente, una disposición a la benevolencia, la confianza y la justicia».

Es por lo que ni mirándonos a los ojos podremos entender la guerra: «Incluso la verdad que nos habla se presenta enmascarada en el Teatro de la Guerra, escenario preferido para jugar al mortal baile de máscaras en el que se inscribe la historia de la guerra».

El escenario se abre con el paseo del protagonista por el lugar clave de la escena: Mariúpol. Es su punto débil y su fortaleza. Poliercética del alma que no todos los ejércitos conocen. Señalado el lugar donde apoyará su palanca.

Las máscaras se han reunido en una ficticia paz que solo sirve para preparar la próxima guerra; que será aún peor.

Ethos enfrentados. Algo que no es nuevo por lo que esta reunión de Xi Jinping y Putin no deja de ser el sonido de los tambores de Queronea. Está por ver el resultado final de la batalla defintiva; que la habrá.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

21 marzo 2023

 

DESTITUIDO EL JEFE DE LOS EJÉRCITOS General de División Rafael Dávila Álvarez

General Eberhard Zorn.The Chief of Defence de Alemania

«No hay nada más reservado que un militar en activo ni nada más activo que un general en la reserva».

El mayor cargo militar de los ejércitos alemanes, el general Eberhard Zorn, The Chief of Defence, (equivalente en España al Jefe de Estado Mayor de la Defensa), ha sido destituido de su cargo. Dicen que por unas declaraciones que hizo el pasado 2022 sobre la situación de la guerra de invasión a Ucrania en las que dudaba de la capacidad militar del ejército ucraniano para, en esos momentos, expulsar al invasor ruso de su territorio.

No creo que esas declaraciones sean la razón de su destitución, sino que el tema va más allá de una apreciación personal y el fondo de la cuestión, que es una cruda realidad de mayor envergadura que una simple opinión, sea lo que sobre la guerra haya expuesto a su Gobierno de una manera real y detallada.

Porque el general Eberhard Zorn no es cualquiera, sabe muy bien de lo que habla y su opinión, guste o no, está fundamentada en la información y el análisis del proceso bélico del que conoce hasta sus más mínimos detalles. Quiero decir que cuando se ocupa un cargo como él ocupa no se tiene opinión personal, sino la de un informado y estudiado general que ha recibido miles de informes sobre la situación y habla como resultado de serios y concienzudos análisis. Que se pueda equivocar es ley de guerra donde el azar y la fricción clausewiana mandan casi siempre.

La suya no es una opinión aislada, eso es seguro, y no sé el alcance de la misma más allá o más acá de su propio ejército y de la OTAN.

Cada vez que a través de la imagen o la palabra analizo esta guerra dejo claro que en general no disponemos de más información que la que los medios de comunicación, a través de sus enviados especiales, los milbloger, o entidades cualificadas que siguen el proceso, nos remiten sin que haya el más mínimo pronunciamiento de profesionales en activo que nos den a conocer detalles de lo que allí ocurre. Esto es lógico por lo que nuestra palabra es un simple análisis de factores basados en los estudios y el conocimiento del arte y la ciencia militar. Eso es todo.

También he dicho que asistimos a una guerra donde la información ha sido sustituida por la desinformación y el confusionismo a lo que cooperan con gran acierto los silencios de muchos. Porque no siempre hay que hablar, pero hay veces que es peor callar.

Todos mienten y nadie habla; todos callan y todos hablan; todos dicen la verdad a la vez que mienten. Nunca sabes quienes son los unos y los otros.

Me hago eco de Kant: «la veracidad es absoluta e incondicionalmente exigible, sea cual sea el inconveniente que de ahí resulte», incluso en la guerra, o si no mejor no la hagas, o no digas nada.

Otra importante cuestión que debemos dejar claro los que hablamos de la guerra es que lo que exponemos es el análisis de lo que en nuestra opinión está ocurriendo y puede ocurrir y no lo que nos gustaría que ocurriera. Ese es un factor importante porque intentar llevar el análisis a favor de una opción, la que nos gustaría que fuese, cuando una vez analizados los hechos vemos que eso es casi imposible o muy difícil, sería un error y el mentir podría tener graves consecuencias.

Mejor estar callado y ya sabemos lo que eso significa.

El general Eberhard Zorn, a diferencia de nosotros, está informado, muy bien, tiene datos para basar su análisis, es conocedor de las tácticas y técnicas de la guerra moderna, y conoce muy a fondo la estrategia política y militar de Alemania, de la Unión Europea y de la OTAN. La opinión dada en aquella entrevista del año 2022 en la que declaraba que «Ucrania realiza contraataques, con ayuda de los cuales puede recuperar lugares del frente, pero no puede hacer retroceder a Rusia en un frente amplio» era una cruda realidad y lo sigue siendo y en ello coincidimos la mayor parte de los analistas.

Porque el arte de la guerra no responde a los deseos, sino a la cruda realidad que surge del análisis de la misión, el terreno, los medios y el ambiente, algo que solo hacen los militares y no aquellos que creen que la guerra es agua de rosas de lo que ya avisó Napoleón y Clausewitz.

Destitución o no del general alemán no es la cuestión.

Lo verdaderamente grave de la situación es saber si en esta cruel guerra de invasión se está escuchando a los profesionales del arte de la guerra o solo es una cuestión política y económica. Intereses que cada vez se enredan más por la falta de valores entre los que nos mandan.

Porque la guerra no se gana con desear ganarla sino con la voluntad de vencer y mandos que sepan manejarla, junto al armamento y un planeamiento real y eficaz. Y con valores morales.

En definitiva creo que la destitución del general ha sido más por decir lo que nadie quiere oír lo cual es un grave error cuando se trata de asuntos de guerra. Estos tiempos son capaces de poner al mando político, e incluso militar, a hombres que piensan que el Ejército ya no está para la guerra, que ahora la sociedad demanda otra cosa lo que significa acabar con la voluntad de vencer.

Doy fe.

El maestro Jiménez Lozano dijo que «la corrección política es un adiestramiento a los totalitarismos, y éstos celebran su triunfo cuando todos mienten, los de arriba y los de abajo». Yo no les voy a mentir.

Ya saben ustedes el dicho: «No hay nada más reservado que un militar en activo ni nada más activo que un militar en la reserva».

Añadiría: como debe ser. Claro que sin exageraciones. En España siempre ha sido mayor el silencio, casi total, que la expresión.

Creo que eso es algo bueno porque uno de los grandes problemas que tiene la desaparición del servicio militar obligatorio es el cada vez mayor distanciamiento entre los ejércitos y los ciudadanos a los que sirven y así ocurre que llegan a tener muchos de ellos la conciencia de que el soldado es un bombero o cosa parecida.

Acabamos creyendo que otros vendrán que nos defenderán y cuando llegamos a casa el enemigo está en la cocina.

Rey don Sancho, no me digas que no te aviso.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

16 marzo 2023

 

 

GUERRA DE UCRANIA 16.- LA BATALLA QUE CAMBIÓ EL MUNDO Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

«En la actualidad aún se oye el eco del antiguo ideal encerrado en el mito de las Termópilas: es el concepto de que hay valores por los que merece la pena morir y también vivir» (Paul Cartledge, Termópilas. La batalla que cambió el mundo).

No solo se oye: se repite: Ucrania. «Ve, caminante, y di en Esparta que nosotros caímos aquí en obediencia a sus leyes».

Merece la pena morir y es Credo para muchos soldados entre ellos los legionarios españoles que proclaman: «El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde».

Cara es la libertad; hay que defenderla con la vida, pero es tarde cuando se traiciona la historia de los que se sacrificaron por ella.

Dice Esquilo: «La victoria de Grecia sobre Persia fue la lanza sobre el arco, ¿Cómo le irá a Jerjes, el Rey que nació de Darío? ¿Será vencedor el disparo del arco? ¿O ha prevalecido la lanza de punta de hierro?».

Habla simplemente del valor; de defender las leyes y la vida de los tuyos, pero sin miedo a lo que ello supone; casi siempre perder la vida. Según se entienda: o ganarla.

Ucrania es el paso, el desfiladero por donde se cuela la traición de Efialtes. Ucrania es Maratón, Termópilas, Salamina, ¿Platea?Estamos avisados. La retaguardia va a quedar desguarnecida. El mar Mediterráneo vuelve a ser el juego y Oriente y Occidente se miran y penetran. Ahora después de tanto tiempo sigue todo igual, pero peor. Ya no se forman hombres que suben a la escala de lo mitológico y se sitúan entre los dioses y los hombres. Sólo alguno. Cuando la necesidad de ellos obliga, se buscan y se crean. En Ucrania los héroes mueren cada día entre el olvido o ligeras lágrimas del amigo. La guerra une más que la paz, es una nueva familia que hermana para crear la obra mayor del ser humano: ser libre. Por ello se muere. O se vive.

También otros son capaces de luchar —mandar a otros por ellos—para privarte de la libertad en base a encontrar la suya perdida, quizá a esconderla como si no existiese: solo la sumisión sirve de forja a algunos corazones.

Es una historia ya muy vieja que lleva al hombre a la lucha más animal conocida: el deseo de ver muerto a quien no piensa como tú, a aquel que no puedes dominar y doblegar a tu gusto y manera.

Se luchaba con la lanza. El arco persa era detestado porque lo usaba el cobarde, ese que escapa cuando llega la hora de batirse cara a cara.

O cometía traición:

«¿Dónde paran, ¡oh Pándaro!, tu arco

y tus aladas flechas y tu fama?

Nadie contigo en arco rivaliza

aquí al menos; ni tampoco en Licia

de ser mejor que tú nadie se jacta…»

(Ilíada Canto V, 171, 173).

Pándaro había roto la tregua. La lucha con el arco era considerada una cobardía. Hasta que se impuso Apolo, el dios que hiere de lejos.

La flecha se lanza sin que te salpiquen sus efectos.

Hay un cuerpo a cuerpo en Ucrania que no es digno de estos tiempos; cuando otros disparan desde lúgubres sótanos sin sentir el efecto de la flecha que destroza desde la inocente distancia de los que aún no pueden coger ni arco ni lanza. Aprenden a odiar y a cuidarse muy mucho olvidar aquella flecha. Aprendices de Apolo como semidioses y de Odiseo como hombres. Su vida será venganza por aquella flecha y buscarán al que a escondidas guerreaba. Querrán ver su cara, aunque sea por última vez.

Esta es una guerra de máxima crueldad donde se forman barreras de hombres que sirven de parapeto mientras se lanzan las flechas sobre sus ciudades como si de un videojuego se tratase.

La victoria será de la espada, aunque sean pocos los que la manejen.

Como Pándaro tendrán que renunciar a las flechas cuando llegue el momento decisivo. Porque los campos de cereales quedarán sembrados solo de odio. Y este, tarde o temprano, sin mediar el tiempo de las nubes, crece y crece sin secarse; hasta que arde por todas sus parcelas. No hay flecha que apague el odio de la guerra.

«Y así

los dejé y como infante me he venido

a Ilio, en mi arco confiado

que, cual se ve, de nada me valdría.

Porque ya a dos caudillos disparé,

al hijo de Tideo y al de Atreo,

y sin duda, de entrambos brotar hice,

pues di en el blanco, sangre,

pero más excitéles el coraje».

Por muchos que sean, por muy lejanas y mortíferas que sean sus flechas, por mucho odio que siembren, los pueblos han vivido y entregado su vida por la libertad. Es decir porque nadie se les imponga violenta —o pacíficamente— con armas —o engaños— para someterlos a su voluntad —o a su negocio— que requiere amansar las conciencias.

Son cosas, no de la historia, sino de la libertad: no ser esclavo de nadie. También de no desear nada de lo que ofrece el dios que hiere de lejos y en silencio.

Triunfará la verdad: el cara a cara, desnudos uno frente a otro. Claro que eso no será ahora ni por ahora. Eso fue cuando la sabiduría: antes de nacer Platón.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

14 marzo 2023

 

 

FERROVIAL ¿POR QUÉ TE VAS? Rafael Dávila Álvarez

«La patria no es solo hacer patrimonio, es ser solidario, arrimar el hombro y ayudar cuando tu país lo necesita, estamos hablando de la tercera fortuna de España» (Presidente del Gobierno de España).

¡Ay la libertad! ¡Ay Gobierno de mis entretelas! ¡Tan patriótico! En tromba salen ahora sacudidos porque alguien ha osado no aguantar más un arbitraje dictado a su capricho y sin más garantía jurídica que la de iletrados cumplidores del dictado(r).

No cometeré el error de hablar de lo que desconozco así que la repercusión económica y los aspectos empresariales del traslado de la sede de Ferrovial no la juzgaré, aunque pienso que nada se tambalea para los accionistas, sino todo lo contrario y Europa es España y España es de Europa, o al menos eso nos venden a diario. Ganará España y su prestigio; perderá quien la quiere empobrecer.

¡Ay la imagen de esta pobre España en manos de quien está!

«Una de las cosas, dijo a esta sazón Don Quijote, que más debe de dar contento a un hombre virtuoso y eminente, es verse, viviendo, andar con buen nombre, por las lenguas de las gentes, impreso y en estampa…».

No; no andamos con buen nombre. Aquí se dice hoy lo contrario de mañana y nadie se fía de nadie ni es de fiar quien manda ni quien obedece que cuando cuenta te has dado España te han robado; los mismos que antes te han prometido y jurado, los que por norma tienen el engaño y, encima, se ríen en tu cara y te envían al algoritmo del más votado; que va siendo un descaro.

Se va Ferrovial, ¿por qué te vas? Inseguridad ¿Jurídica? Casi que me voy allá donde la libertad.

De lo que no me cabe la menor duda es que el Gobierno de España queda en muy mal lugar, lo cual era de esperar y razones hay más que sobradas.

«Aur, aur… Desperta ferro», era el grito de guerra de los almogávares. El de la empresa española Ferrovial ha sido parecido, pero no de huida como algunos pretende calificar, sino de encontrar libertad sin ira, como antes se cantaba, encontrar posiciones estratégicas que le permitan vencer: fuera y dentro. A todos nos vendrá bien su ejemplo.

«Agur, agur… España» ahora suena como un primer ataque, aviso a navegantes de que estos mares están minados y hay que tomar posiciones para recuperarlos. Estrategia y táctica que con buenos generales hará que volvamos triunfantes al echar a los piratas.

¿Por qué te vas? Lo más fácil es escuchar las mentiras a modo de claves, las que pronuncian los patrióticos de un Gobierno que en tromba hablan de esos valores cívicos olvidando los que arrastran con ellos: el independentismo y las razones para que el ingenioso hidalgo haya puesto de moda «Que te vote Txapote» (el patriota). ¿Por qué será? Silencio de muerte abrazados a quienes no les preguntan ¿por qué? Hay que abrazarse con la serpiente salida del odio.

Laocoonte avisó y para ello clavó su lanza en la panza del caballo y de inmediato sus hijos fueron comidos por las serpientes.

España se muere. ¿No estará ya muerta?

«Cuenta el viejo Herodoto que, vituperados unos soldados egipcios por haber pasado a servir a otro pueblo, e invocándoles el nombre de la patria, contestaron señalando sus partes genitales: “Donde va esto, va la patria”».

Aquí nadie se va a servir a otro pueblo (¿Europa es otro pueblo?) sino a levantar el nombre de España allí donde se puede hacerlo en libertad, sin que nadie meta mano en donde no debe, en donde la honradez y el control se mide con la misma vara de medir sin cambiar las reglas de juego con el «pito del partido», allí donde eres libre para ir o quedarte, donde se Gobierna para gestionar la libertad y no para minarla e ideologizarla  y desde se construirá más España que la  que aquí se destruye.

Con patriotismo y no enfrentando a la gente y dividiendo los unos a mi derecha los otros a mi izquierda. De hunos y hotros…

«La patria no es solo hacer patrimonio…».

¿Lo es renunciar a ella, a su historia?, ¿lo es repartirla entre los nuevos hunos independentistas y lo hotros: («que te vote Txapote»)?

¿Recuerdan?

Al insultador de oficio le contestaría: «A mí me deshonra mi patria; pero tú eres el deshonor de la tuya».

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

6 marzo 2022

EL NUEVO ARTE DE LA GUERRA: RETROCESO EN EL CAMPO DE BATALLA. General Dávila

Cuando finalicé mi libro El nuevo arte de la guerra aún no se había producido la invasión de Ucrania. De lo cual ahora me alegro porque veo que lo expuesto aumenta su valor y no me he desviado de los aconteceres de esta guerra que todos creíamos iba a ser una guerra moderna, desconocida, que nos iba a ofrecer todo tipo de espectaculares novedades en el campo de la información, de lo cognitivo y de lo cibernético. Nada de nada.

Muchos cambios, no tan novedosos, en el armamento y poco más.

Cuando apareció la pólvora en el campo de batalla se pensó en el renacimiento del arte militar. Alguno puede que ahora esperase ese renacer de nuevo. Nada.

Tras la Ilíada que empieza con la cólera, aunque prefiero la traducción del resentimiento, todo queda  en repetitivas acciones humanas que solo buscan ser como el dios que hiere de lejos.

Cólera, resentimiento. «¡Que mal haya! ¡Que infligió a los aqueos mil dolores, y muchas almas de héroes esforzados precipitó al Hades!».

«Redújose el arte militar a reforzar a los caballeros su armadura y cubrir de hierro a sus corceles para aventajar en violencia de impulso a los adversarios».

«…pues sabido es que los hombres sólo agreden o por miedo o por odio» (Maquiavelo, El Príncipe).

Ptolomeo I, general de Alejandro, uno de los diácodos, que dio origen a la dinastía ptolomeica en Egipto, era cercano y conocedor profundo del significado de dormir con la Ilíada y la espada bajo la almohada, como hacía su amigo y general Alejandro. Todo sigue igual en bibliotecas enredadas. Tratados políticos que dicen lo mismo sin más diferencias que los precios que le han puesto a todo. Con tener es suficiente; murió la necesidad de leer: libro y espada matan igual. Los hombres de armas junto a los de letras han recibido el golpe de gracia. La ciencia destruyó el arte. También el de la guerra. Las actuales máquinas producen efectos devastadores anulando el libre albedrío hasta penetrar en las conciencias sin apenas oposición. Los guerreros son el pensamiento de otro, capaz de transmitir su voluntad sin apenas esfuerzo alguno, ordenar como si de un dios se tratase cuya voluntad es agradable de cumplir porque su presencia la notamos en todas partes. Día y noche, a todas horas su pantalla está encendida para ti. Es el nuevo cielo de la comprensión o el hades de la soledad encerrada en la oscuridad. Tu oscuridad. Es exactamente la guerra, la que desde lo más antiguo se sabía que ganarla era no hacer uso de las armas.

Esta guerra es muy antigua. Pero hay alguien que la provoca para entretener el discurrir hasta que esté en condiciones de haber ganado las voluntades. Será el momento de arrastrar a todos tras la paz meliflua del color y la luz. Entonces habrá paz, pero no habrá voluntades. Un olimpo sustituirá a todo: surgirá una nueva mitología que, a punto de nacer, esperamos.

El arte de la guerra ha muerto y hemos entrado en el periodo de la destrucción que dará pie a lo dicho por el filósofo que prologa mi libro: «La guerra es el arte del no yo».

Desearás la guerra. La de la clásica biblioteca ahora ya destruida. Homero pondrá el final.

Rafael Dávila Álvarez. El nuevo arte de la guerra. La esfera de los libros.

Blog: generaldavila.com

@generaldavila

2 marzo 2023

 

23F. POR MUCHO QUE ESCUCHÉIS, NO ENTENDERÉIS…

images (2)Entre pícaros y juglares, funámbulos y trileros, se mezclaban unos aprovechados mensajeros que vendían o intercambiaban sus indecentes propuestas amparados en lo que decían representar. Aprovechando los festejos en algunos pueblos leridanos, adecuada cobertura para no llamar la atención, tanteaban al personal a la vez que medían sus capacidades. Se intercambiaban informes personales y hubo inconfesables delaciones, lo que obligó a refugiarse en las alcantarillas para seguir con la negociación política. Nadie se sorprendió al verse en tan extraños lugares y con tan singular compañía. Aquello te hacía importante en una España que se encontraba navegando por un proceloso mar. Entre el ruido y la música alguien elevó la voz, “es necesario un golpe de timón”. Unos lo oyeron y otros se hicieron los sordos, pero los más se preguntaban ¿quién lo ha dicho?, que en la intimidad se convirtió en ¿quien te lo ha dicho?, sutil matiz que creó incertidumbre y hasta equivocadas interpretaciones. Se oyeron muchas cosas, tantas cosas que se oyó ruido, mucho ruido. Todo terminó un 23F en lo que pudo ser una tragedia. Después desaparecieron casi todos, no hubo protagonistas, y por un tiempo se hizo el silencio. Pero una vez vacunados, y amparados en la necesidad de controlarlo todo, volvieron las intrigas, los dosieres, los tahúres y los juegos peligrosos. Ya no había militares. Hasta las clausuras fueron controladas y se compraron traiciones tanto en oscuros mercadillos como en iluminados salones enmoquetados. Informes, dosieres, dinero, poder, y el enigma que vuelve acusándose unos a otros. ¡Cuántos secretos!, tanto por saber y mucho que esconder. Anclados en el tiempo, sin evolucionar, seguimos en la intriga; sólo algunos, muy pocos, saben algunas cosas y los porqués. Van desapareciendo los que conocen el guión y al guionista que lo escribió; se pueden ya contar con los dedos de una mano. Nunca hablarán porque…

Ahora son los contadores o inventores de historias los que se enzarzan en la polémica y publican hasta los más mínimos detalles de lo acontecido, envuelto en la permanente duda que empaña nuestra historia. La duda y la polémica mantienen vivos y recientes los hechos oscuros que no por juzgados quedan aclarados. Vuelven el recuerdo y las palabras, las imágenes grotescas del tricornio pistola en mano, libros, artículos, nuevas interpretaciones… y más dudas.

Se conjugaba entonces el verbo saber en presente indicativo, “yo sé, tú sabes, él sabe” y ahora se conjuga en pretérito imperfecto simple “yo supe, tú supiste, él supo”, aunque alguno haya preferido escudarse en el pluscuamperfecto “si yo hubiese sabido”. Lo que cada uno sabía, decía saber o dice saber, no ha logrado componer el puzle al completo.

Antes del Golpe de Estado en política se jugaba a conspirar; la prensa aireaba sin descanso y sin rubor, incluso alentaba, situaciones de dudosa constitucionalidad; los servicios de información, militares, y de cualquier otra índole, eran Mortadelo y Filemón o así pretendían hacerse ver; un autor material del golpe, que había sido condenado por algo parecido, estaba, se supone, sin vigilancia; todos sabían, todos insinuaban, todos informaban y se informaban…y nadie hizo nada o no quiso saber nada. Todos dejaron hacer sin saber que hacer, sin querer hacer, hasta que Goya con sus pinceles trazó el cuadro más negro de nuestra historia reciente. No fueron las Fuerzas Armadas ni la Guardia Civil las autoras de este horrendo cuadro. En su mayoría presenciaron, como todos los españoles, atónitas y avergonzadas aquella comedia sin saber  quien la representaba. En el cepo cayeron los conejos y se escaparon los zorros, aunque allí dejaran su olor que llega hasta nuestros días.

Se ha escrito y se seguirá escribiendo; se ha insinuado y se seguirá insinuando; se han ocultado datos y se seguirán ocultando; se ha novelado y se seguirá novelando; se ha mentido y se seguirá mintiendo. Cada uno vive con su verdad pero las operaciones con estas verdades dan los mismos resultados que los misteriosos números primos sólo divisibles por uno y por sí mismos.

Quizás todo sea más sencillo de lo que pensamos y el error fue que en el Congreso sonó aquella tarde una música estridente muy distinta a la esperada por algunos.

Sólo nos queda un concierto malinterpretado- y peor dirigido-, gracias a Dios, por unos actores que repiten: “lo que yo dije”,  y “lo que quería decir”; “lo que yo hice” y “lo que yo tenía que hacer”; y el aderezo, “no era eso” “no era eso”. Todo unido por un tenue hilo de seda que enlaza lo abstracto y lo concreto, lo que sabemos y lo que no sabemos; lo que ciertamente pasó y lo que supuestamente algunos sabían que tenía que pasar.

Por mucho que escuchéis, no entenderéis; por mucho que miréis, no veréis.

Aquello pasó a la historia trágica o cómica de España. Ahora los golpes de Estado se dan desde las Instituciones y sin mover un dedo. La Ley los ampara a través de sus intérpretes.

23 febrero 2023

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R)

Blog: generaldavila.com

 

 

ARTÍCULO PUBLICADO EN ABC POR EMILIO ROMERO EL 31 DE ENERO DE 1981(un mes antes del Golpe).

Las tertulias de Madrid

Madrid era anteanoche un heredero de tertulias. Casualmente me encontré en dos: en la primera tuvo

lugar el nacimiento de la noticia de la dimisión de Adolfo Suárez, y algún día la contaré por ¡lustre, por

excitante y por galdosiana. En la otra, tenía el carácter exuberante de un despliegue de las hipótesis.

Todavía en España la democracia es un sistema provisional y la dictadura una contingencia histórica.

Aquí no se estabiliza otra cosa que las cordilleras. El ambiente era de «acontecimiento nacional» y esto

habría que inscribirlo más cerca de la psicopatía que del raciocinio. Ni el suceso, ni el personaje que lo

protagonizaba merecían la ansiedad, ni la masturbación mental. De Gaulle, Churchill o Adenauer —tres

personajes históricamente universales— no produjeron en sus países, con su marcha, conmoción, sino

noticia de interés a toda plana y episodio interesante de normalidad democrática. Los dos grandes temas

eran «los estímulos de la dimisión», la verdadera revelación histórica de las causas de la marcha —que es

un ovillo y no un hilo— y las profecías sobre el sucesor. Para lo primero se precisa una mentalidad

analítica a lo Pedral Ríus en el legajo del asesinato de Prim. Para lo segundo, la exigencia es menor; basta

un retrato-robot de las condiciones necesarias. Dentro de lo que hay en los cuadros de UCD salieron

siempre Leopoldo Calvo-Sotelo y Landelino Lavílla. Y por todas estas cosas: por una exigencia de

integración; Suárez había separado. El sucesor tenía que reunirse o juntar. Tendría que estar familiarizado

con la economía, que es la exigencia principal en todos los presidentes actuales de Europa.

Y hasta sería también un mérito conocer Europa en sus entresijos económicos. Tendría también que tener

algunas

condiciones parlamentarias de conocimiento de cosas y de repentización. No debía alarmar a la izquierda,

a los militares, a la Conferencia Episcopal. Y, por supuesto, tendría que ser un hombre de clara confianza

para la Corona, en primer lugar porque el Rey es el protagonista principal de la restauración democrática

la Monarquía de todos—, y después porque la relación obligada entre e! presidente del Gobierno y e! jefe

del Estado no autoriza sombras recelos. De todas maneras, la primera acción de posibilidades que ha de

tener el sucesor de Suárez es la aceptación e identificación de su partido, representado ahora

principalmente en sus parlamentarios. El partido y el Congreso de Mallorca son todavía una nube.

Después de esta presunta normalidad de procedimientos, se manejaba otro factor que no debo silenciar, y

es que se decía que aquí están pasando cosas que obligan a una remodelación sustancial. Si para hacer

esto UCD no proveyera, entonces existiría la vía de «un hombre ajeno y políticamente bendecido».

Ahora o pasado mañana. Un tranquilizador neutral y en aquel objetivo. Eché entonces un vistazo a los

profesores y a los militares, y de profesores me rendí. Los había, pero en la endoesfera. Estimulé entonces

a la imaginación y encontré al general Alfonso Armada. Todo esto no quiere decir otra cosa que las

tertulias de Madrid eran prisioneras del «clima esotérico de las hipótesis» que decía Rusell. Pero hay una

realidad que me consta, y es que lo que pasa es tan importante, o tan grave, que no es aceptable ningún

continuinlsmo. Un golpe de timón, en la versión Tarradellas, es un golpe de timón. No le demos

vueltas.—Emilio ROMERO.

OFENSAS A LA BANDERA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Junts mueve la bandera de España en el Congreso e Inés Arrimadas la coloca. El Mundo

España y sus Fuerzas Armadas son la prioridad de este blog. Dicho de otra manera: España y su unidad, su historia y tradiciones, su cultura, es decir el conjunto de todos los españoles representados en sus símbolos: la Bandera, el Escudo, el Himno Nacional. De tal manera que cualquier ofensa de las que a diario se lanzan contra nuestros símbolos y sus Fuerzas Armadas es motivo de denuncia y de réplica por nuestra parte, aunque el ofensor no sea para tenerlo en cuenta por su incultura democrática. Lo que ocurre es que uno a uno, esta incultura democrática suma y se instala en las instituciones para nutrirse del esfuerzo y buena voluntad del conjunto y, lo que es peor, ser admitido por el partido en el Gobierno, encamarse con ellos para destruir desde dentro la unidad de España y la convivencia democrática.

Este preámbulo viene porque la portavoz del partido independista Junts, Míriam Nogueras, pretendió mostrar su falta de educación democrática, y de la otra, retirando de su proximidad la bandera de España, la suya, cuando hablaba, no sé para qué ni por qué, en el Congreso de los Diputados. Le guste o no, la señora Nogueras sabe que esa bandera que pretendía alejar de su proximidad es la suya, lo es y será, por lo que mucho será su dolor al tener que soportar los colores de nuestra bandera y así será día a día hasta el final de los días. No hay quien la cure este mal antidemocrático. Es para siempre. Lo sentimos.

La unidad de España no hay ni habrá quien la destruya y su bandera será hoy, mañana y siempre. Ofende quien puede y no quien quiere. No hay quien pueda.

Nos indignan las ofensas, incluso las concesiones de nuestro Gobierno al independentismo, que tenemos que soportar, al ver la calaña de sus compañeros de viaje. Pero nada de eso nos intranquiliza, solo nos indigna temporalmente, porque sabemos que tarde o temprano las aguas volverán a su cauce porque no hay quien pueda con España, con su bandera y sus símbolos, su unidad. Nadie destruirá España; ni su Ley. Van a rabiar durante todo el tiempo porque España seguirá siendo España y sus Fuerzas Armadas cumplirán con su deber y su misión constitucional.

Hubo España, hay España y siempre habrá España; y españoles para contarlo y defenderlo.

Lo siento señora Nogueras, va a tener la bandera de España muy cerca, siempre, para siempre, y si no le gusta váyase del Congreso, deje su sueldo y prebendas que la Patria, la suya también, España, le da; y que le vaya bonito.

Conviene que recuerde que:

«La bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución».

Sentencia del Tribunal Supremo del 24 de julio de 2007:

«La bandera debe ondear diariamente con carácter de permanencia, no de coyuntura, no de excepcionalidad sino de generalidad y en todo momento».

Es cierto que la Bandera de España no se iza en todo el territorio nacional. En Cataluña y en muchos rincones del País Vasco se ha arriado la Bandera de España. Incluso se la ofende a diario. Nadie hace nada, no pasa nada.

No lo olvidemos. Pero es coyuntural. Les aseguro que es coyuntural.

España aguanta y resiste. Sus enemigos no. Caerán derrotados por la Ley y por los españoles que levantan España cada día con su esfuerzo, respeto, educación y amor a España y su bandera. ¿He dicho pocas veces España? Pues lo diré de nuevo: ¡Viva España!, y su bandera.

Mañana será otro día. Lucirá la bandera de España. Como ayer, hoy y mañana.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog generaldavila.com

22 febrero 2023

 

¿ESTÁ USTED DISPUESTO A DEFENDER LA UNIDAD DE ESPAÑA? Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Publicación del Estado Mayor de la Defensa (EMAD)

El resultado de la encuesta ha sido: «Depende».

¿Maneja el Ministerio de Defensa encuestas, datos, prospectivas sobre la disposición de la población española para defender lo que dice la Constitución?

Está bien eso de «Depende».

Podría ocurrir que Antonete Gálvez, diputado federal, huertano o no, declarara «…el Cantón de…» y el Capitán General (ahora con nombre más… y menos…telegrafiase (o pusiese un wasap) al Jefe del Ejército o al Rey (?): «A las seis mañana castillo Galeras ha enarbolado bandera turca» mientras la bandera roja anuncia la República Federal.

Antonete fue el terror del Mediterráneo, bombardeó Alicante, se enfrentó a escuadras extranjeras y quiso invadir el resto de España. Algún televisivo golpista de ahora es su vivo retrato, pero en cobarde.

El cantonalismo en marcha.

No se lo tomen a broma, ocurrió, acaba de ocurrir y volverá ¿para quedarse?

Por eso: «Depende». ¿De qué depende?

¿Defender qué? Nada que bombardear, nada que defender, nada que objetar. Se hace y basta y si la Ley dice que eso no se debe hacer, se cambia la Ley con efectos retroactivos. Nunca en España ni en época del tan traído a colación jefe del Estado, Francisco Franco, se manejó el orden y la ley tan a la orden y dictado del que dicta y ordena con la sutil interpretación de sus asesores ento(enfan)gados.

Estamos ante una situación muy preocupante porque para colmo la otra alternativa política está dividida y confundida sin distinguirse las churras de las merinas y la soberanía popular sin enterarse de nada de lo que ocurre tras las bambalinas, que es mucho y muy grave. Nunca hubo tanta ocultación y oscurantismo, nunca la política se hizo tan a escondidas y nunca los medios estuvieron tan al servicio del poder u otros poderes.

España no requiere Defensa porque ya ha perdido la guerra. ¿Defender qué?

Encuesta va y viene. El Instituto de Estudios Estratégicos, perteneciente al ministerio de Defensa, se pronunció allá por el año 2015 con los resultados de una encuesta del CIS en la mano. Si este tipo de encuesta se sigue haciendo la deben guardar muy en secreto. Los resultados empeoran.

Solo un 16,3% de la población española estaría dispuesto a defender a España ante una agresión extranjera. Apaguemos y vayámonos. Más del 50% se reparte entre rechazar o se muestra reacio a tomar parte en la defensa de España. El último que apague la luz.

¿Para qué seguir con tanto engaño?

No se han vuelto a hacer más encuestas de ese calibre. ¿Asustan? Las cosas han cambiado: a peor.

Ahora el ministerio prefiere otras encuestas: ¿Están ustedes contentos con nuestros soldados?

No necesitamos saber lo que opina España sobre sus Fuerzas Armadas, es harto sabido, sino lo que opinan sobre la Defensa de España, de la Constitución, de la Ley y su disposición a luchar por ella y el orden constitucional si necesario fuera. Saber lo que opinan sobre ellos mismos y su postura de indolencia ante España a la que ni sienten ni padecen, sin melifluas actitudes y sin querer el resultado de «que contentos están todos con sus soldados». Esa no es la cuestión, sino enseñar y defender las razones por las que hacen falta los soldados y cuál es su misión verdadera. No estar contento con su papel de ONG, sino con el auténtico de soldados para la guerra. Porque a día de hoy cerca de tres mil efectivos de nuestras Fuerzas Armadas están en guerra, a las puertas de la guerra o para evitar una guerra, en 17 misiones en el exterior. Hace falta material de guerra, munición, equipos muy caros, pero sobre todo y ante todo que la soberanía popular se entere y asuma que estar hoy en el mundo significa tener un Ejército muy preparado y dotado. El resto es perder y perderse, ser más pobres y menos desarrollados. Las Fuerzas Armadas dicen como la canción: «No me quieras tanto, quiéreme mejor»

Si no asumimos esta cruda realidad, estamos engañando a la soberanía. Claro que está primero por definir quién es el soberano, quién ejerce la soberanía, como se impone y quien la maneja a su capricho. También, que se esconde detrás del secreto que se oculta a la auténtica soberanía que parece debería ser la popular y no la dedal.

No sé lo que hace la Mesa de Defensa del Congreso de los Diputados, si están informados, si nos informan, si nos oyen, si oyen, si les cuentan algo que es tan secreto que la soberanía se queda entre unos cuantos, ¿es que hay tantos secretos? De cintura para abajo.

¿Está usted dispuesto a defender la unidad de España?

Les daría un par de direcciones para que fuesen allí a preguntar, pero ¿para qué?; ustedes saben muy bien el código postal; incluso lo que significa «arrimar al código».

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

20 febrero 2023

 

 

 

UN COCIDO LEGIONARIO EN PALACIO REAL DE MADRID General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Cocidito Legionario,

que han tocado ya fajina,

huele a Tercio de Extranjeros

con sus cien años encima.

Cocidito Legionario

de Dar Riffien y Tahuima,

alegría de furrieles,

¡atenta la compañía!

Me reengancho de este rancho

si sus garibolos veo,

Cocidito Legionario,

Cocidito Legionario,

¡y que se mueran los feos!

A esta letra del Cabo de la Topográfica y General del Ejército de las Letras D. Antonio Burgos Belinchón pónganle ustedes la música del estribillo de «Cocidito Madrileño» de Pepe Blanco y degusten un cocido en la Hermandad Nacional de antiguos Caballeros Legionarios en la Capital, calle San Nicolás. El mejor cocido de España porque es el único que se hace con garibolos y el alma legionaria de la familia de Angelines, su marido Félix y sus hijos Mª Ángeles, Natalia y Juanfe. Más que amigos; te cuidan como en familia, que lo son; legionaria y que mucho se hacen querer.

El año 1921 en el hospital de sangre de Málaga se recuperaban de sus heridas muchos legionarios que venían de la campaña del Rif y entre ellos se encontraba el teniente de legionarios Sr. Sampietro al que una de su heridas, en concreto la tercera, le había destrozado la boca; una bala le explotó en su interior y hubo que restituir la mandíbula. S.M. Alfonso XIII, acompañado de la Reina Victoria Eugenia, visitaron el hospital y hablaron con el teniente de la Legión al que atendió el médico odontólogo Florestán Aguilar enviado por el Rey.

Cuando hablaban del tiempo de su recuperación el Rey le dijo que sin prisas a lo que el teniente Samprieto le contestó

—Majestad no quisiera irme de aquí hasta que no esté en condiciones de comerme un buen cocido.

El pobre teniente legionario no se acostumbraba a vivir a base de caldos y otros líquidos. Don Alfonso no lo dudó y después de hablar con la Reina le dijo:

—Todo está arreglado. El próximo cocido lo comerás con nosotros en Palacio.

No sabemos si aquel almuerzo palaciego tuvo lugar; o no. El final de la historia es libre, pero seguro que bueno. Por si acaso existe la posibilidad de acercarse al Palacio Real y preguntar por sus alrededores. Los mirlos que corretean por los setos de arrayanes de la Plaza de Oriente guardan el secreto.

Hoy se puede comer ese cocido, no será en Palacio, pero si a su vera, en la Hermandad de la Legión donde el cocido madrileño se hace con los mejores garibolos del mundo y el alma legionaria. Ni en Palacio.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

19 febrero 2023

 

 

GUERRA EN UCRANIA 12. ¿HACIA EL FINAL DE LA GUERRA? ¿CÓMO SERÁ? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Acabamos de oír al Secretario General de la OTAN Stoltenberg: «La nueva ofensiva rusa en Ucrania ha empezado ya».

Miles de soldados y armas se disponen al ataque.

El caso es que la Inteligencia Militar aún no sabe por dónde es o será ese ataque.

Es indudable que la guerra ha dado un giro en contra de Ucrania. Fue una pena que en el mes de junio cuando Rusia estaba sin iniciativa no se hubiese ayudado más y mejor a Ucrania. Occidente se equivocó. La ayuda parece ser que ahora llega tarde cuando hasta el más elemental Estado Mayor sabía que después de los primeros seis meses de guerra el material de la era soviética se acababa y debería ser reemplazado por el occidental.

Hagamos un resumen:

—Febrero a julio ofensiva Rusa. Los tres factores que lograron detener el avance ruso fueron: Javelin/Stinger/Inteligencia estadounidense.

—Agosto a noviembre contraofensiva ucraniana. Faltó apoyo de sistemas de armas de alta gama (Aviación-Carros de combate-munición de largo alcance y DAA) y aprovechar la desorganización de las unidades rusas. Hubiese sido el golpe definitivo para expulsarlas incluso de Crimea. ¿Por qué no se hizo? Nunca habrá respuesta, pero todos la imaginamos.

—Noviembre hasta ahora: Guerra posicional. Rusia se hace fuerte en el río Dniéper, de Jersón a Zaporiyia, cada vez más fuerte y ejerce su presión en el Dombás, donde hay que adivinar si el esfuerzo lo lleva hacia Jarkov o por el contrario hacia Zaporiyia. Ha reforzado sus unidades, instruido a los movilizados y puesto en marcha toda una industria armamentística que estaba a medio gas. Apoyos internacionales no le faltan; mayores de los que pensamos.

Ucrania está en un momento de indecisión y falta de iniciativa impuestos por la necesidad de más materiales de medio y largo alcance, defensa antiaérea y medios de combate terrestre y aéreos, algo difícil de obtener de un día para otro, sobre todo cuando el adiestramiento (manejo de los elementos coordinados y en formaciones de combate) es muy complejo. Los carros de combate sin el apoyo aéreo poco harán en un escenario de guerra.

Por otro lado la munición necesaria escasea. En palabras de Stoltenberg: «La guerra de Ucrania está consumiendo una enorme cantidad de municiones y agotando las reservas de los aliados» con lo que se gasta más de lo que se fabrica. La artillería de 155 y los cohetes Himars son claves así como los javelin y stinger.

En estos momentos Rusia está mostrando músculo: en el Báltico, en Moldavia, en Ucrania no cesan los bombardeos y en el fondo hay un silencio bélico que habla más que las órdenes de operaciones. Algo se traen entre manos.

No es posible hablar de derrota de una potencia nuclear como Rusia (6.000 Ojivas). Esto lo entienden todos. Se podrá alcanzar un acuerdo que esté basado en los acuerdos de Minsk o en otros nuevos, pero no contemplo la derrota militar de Rusia y si es por el derrocamiento interno de Putin la cosa puede ir a peor.

Quizá estamos ante la última oportunidad de Zelenski. Austin Lloid, Secretario de Estado de Defensa estadounidense, avisa y parece dar de plazo hasta la primavera. Los apoyos no van a ser siempre; son finitos.

Esta guerra como todas da síntomas de agotamiento. Los dos púgiles se abrazan. Hay que esperar al nuevo asalto, si habrá gancho o crochet, KO o victoria por puntos.

En estos momentos hay una carrera hacia la movilización y otra armamentística en ambos bandos. Más hombres, más armamento. Y mucho agotamiento físico y psíquico.

Rusia se mantendrá en el Dniéper y asestará golpes fuertes para alcanzar Bajmut y si puede Jarkov. Enseña su fuerza nuclear, maniobras con los misiles Iskander en Kaliningrado y con los buques cisterna Aframax navega desde el Báltico hasta el Mediterráneo para allí descargar el petróleo en buques cisterna que cargan hasta 700.000 barriles con destino China e India.

Estamos jugando con la velocidad. Hay que se rápido. Temer cualquier cosa y negociar desde una posición de poder. Rusia la busca y desde ese momento hay que escuchar propuestas, aunque en principio parezcan descabelladas, para detener la guerra. Se ha llegado a acuerdos en situaciones más complejas y difíciles que la de Ucrania.

Pongamos fin a esta guerra que a nadie favorece. Cualquier guerra por la que planee el arma nuclear solo puede acabar por medios no militares.

Es tiempo de cosecha. Deberían estar ya sembrados los campos; no de chatarra y odio.

«Cayó en el Océano la luz

del sol esplendorosa, arrastrando

la negra noche sobre el alma tierra;

como era de esperar, a los troyanos

les contrarió que la luz se hundiera,

en cambio, a los aqueos deseada,

tres veces anhelada,

la tenebrosa noche sobrevino»

(Ilíada, VIII, 484)

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog; generaldavila.com

16 febrero 2023