ESPAÑA NO PIERDE LA OPORTUNIDAD DE HACER EL RIDÍCULO Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

«Por eso toda mi obra y toda mi vida han sido servicio de España. Y esto es una verdad inconmovible, aunque objetivamente resultase que yo no había servido de nada». En los mismos términos que Ortega y Gasset  podría haberse expresado el abanderado del rey que perdidos los brazos con los que llevaba la bandera y la espada recogió la enseña con sus muñones y la sostuvo con la boca: Juan de Dios Aldana.

Uno y otro, filósofo o soldado, convirtieron su vida en servicio, algo que no entienden los traidores y cobardes desertores del oficio de la nobleza y sí entienden millones de españoles que cada día trabajan y se esfuerzan en y por su querida España.

¿Quién es este personaje al que todavía se protege en Europa en aras a las falsas libertades para ofender a mi nación? ¿Qué libertad es esa que proclama Europa, una Europa de indefensión además de indefinida, de la que se van sus miembros; y más que lo harán?

No es admisible que el deshonor de un oscuro personaje huido de la justicia diga que España hace el ridículo. Una huida hacia adelante que detrás lleva traición e ignominia.

No miremos en exclusiva al personaje. La mirada y los epítetos deben ser dirigidos al presidente del Gobierno que tiembla pensando que la detención del presunto le cueste el puesto y deje de gobernar. Sería lo mejor para España, uno en la cárcel y el otro a vivir de su suculenta pensión mal ganada; dos por uno para nuestra tranquilidad. Llevamos demasiado tiempo siendo el hazmerreír de Europa, muestra de la epidemia de pobreza intelectual que nos acecha.

Las dos notas destacables del insulto del huido traidor a la patria que le vio nacer son achacables a quien tiembla porque puede ser despedido fulminantemente de la presidencia en cuanto pierda el apoyo independentista y filoterrorista: Pedro Sánchez.

¿Por qué dice usted eso?: por su irresponsabilidad y, lo que no es lo mismo, por el ilimitado poder que se otorga (incluido el de hacer y deshacer España como nación).

En España estamos ante una Revolución de calibre desmedido que va a cambiar (de hecho ya lo ha hecho) nuestro futuro.

Ante tan desasosegante panorama nos encontramos sin general, porque esto es una guerra donde el enemigo también, entre otros, está en esa modernita y perdida Europa que nos humilla.

España no es una nación y de eso se encarga un presidente de España cuya misión es acabar con España. No hay otra.

«Nos falta la cordial efusión del combatiente y nos sobra la arisca soberbia del triunfante. No queremos luchar: queremos simplemente vencer. Como esto no es posible, preferimos vivir de ilusiones y nos contemplamos con proclamarnos ilusamente vencedores en el parvo recinto de nuestra tertulia de café, de nuestro casino, de nuestro cuarto de banderas o simplemente de nuestra imaginación». Esto decía hace muchos años José Ortega y Gasset en La España invertebrada. Como ahora ¿o ahora más?

No estaría mal que Casado y Abascal se diesen cuenta que no monta tanto como tanto monta y que el mando o es único o no es mando.

La carrera política exige: sacrificios y olvidar los retratos a caballo con la espada vencedora. Por encima de todos sus personalismos está España y esta es la oportunidad.

El camino quedaría expedito: Puigdemont frente a la justicia española y Sánchez a cobrar la pensión. Ambos se lo merecen. Única forma de dejar de hacer el ridículo. Ofendidos.

¿Nunca vertebraremos España?

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

27 septiembre 2021

TODO ESTÁ CONSUMADO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Pedro Sánchez: el candidato

Cuando se consumó la exhumación de los restos de Franco de la Basílica del Valle de los Caídos, confundimos el gesto.

¡Que si la ley de memoria!, ¡que hay que ver!, ¡que a lo que hemos llegado!, ¡parece mentira!, ¡esto es la guerra!, ¡el valle no se toca!… ¡Ya!

Es triste recordar aquello del muerto al hoyo y el vivo… Simplemente es. Ahí está, ahí está.

No nos dimos cuenta que Franco era una escusa, simplemente el gesto, la señal de lo que vendría detrás. Mal agüero, y hasta me atreví a recordar el canto XII de la Ilíada:

<<y llevaba apresada entre sus uñas una roja serpiente color sangre…>>

Ahora se van descubriendo. Ellos y los otros. Casi todo.

Resulta que iban a ganar, pero no ganaron. Lo que no están dispuestos es a perder. Nunca lo sufrieron.

El gesto es lo que significa, es el aviso de lo que con él trae. Los restos de Franco se los llevaron a otra parte. Entre las condiciones: el olvido de la derrota -por ley- y  vuelta a empezar. No era solo vencer a Franco. Un mensaje que creo no necesita más explicaciones. Obviedad.

-Si hemos sido capaces de esto. No sabéis lo que os espera.

Se cerró todo aquello y lo que aquello trajo. Hasta la Navidad; convertida en acto pagano. Volvamos a los inicios y empecemos de nuevo. A los tiempos, no del futuro, no, sino a aquellos anteriores a la derrota. Desde ahí comencemos lo que no supimos ganar con honor. La calle es nuestra. Una vez más. Constituyámonos con aquella Constitución y la ley de defensa de nuestra República.

El Pacto no se llama de San Sebastián, pero nombre tiene.

¿Que la derecha defenderá…? , ¿qué? Como entonces y como ahora. Su parcelita.

¿Presidente? Lo habrá. Hasta Puigdemont podría, que prepara su regreso. O Pujol donde todo empezó de nuevo. Por ahora el que tenemos les ha servido. En bandeja de plata; grabada.

Nosotros, todos, sigamos mirando hacia aquel lugar donde nada se ve.

¡Hechos probados!, dice uno. ¡Discrepamos! dice el otro. Y así.

<<La realidad puede más que la realeza>>, dijo Sánchez-Guerra.

<<Antes de que el sol se ponga>>, conminó Alcalá Zamora.

Todo está consumado. Solo hacen faltan unas municipales.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

12 diciembre 2019

 

CATALUÑA: CUANDO LA POLÍTICA NO ENCUENTRA UNA SOLUCIÓN PACÍFICA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Cataluña: situación prebélica.

Moltke, jefe del Estado Mayor prusiano durante 30 años (desde 1857), enseñaba a sus oficiales que cuando el enemigo tiene abiertos ante sí tres caminos, de ellos elegirá el cuarto.

Alguno se empeña en presentar la independencia de Cataluña como un problema político. Lo es si nos atenemos a la usada, reiterado mal uso, de la definición de Clausewitz de que la guerra es la continuación de la política por otros medios. Queda así dudoso el concepto si no se añade que eso ocurre porque la política no logra encontrar solución pacífica. La guerra es el último recurso de la política. Para llegar a esa situación antes se recorren otros caminos que lo anuncian. Cerrar los ojos ante las evidentes señales es una temeridad.

Hablar de guerra en Cataluña se me antoja prematuro. Todo se andará. Pero las señales nada bueno anuncian.

<<El mejor agüero es este: combatir por la Patria. ¿Por qué te dan miedo el combate y la pelea?>> (La Ilíada, canto XII).

No encuentra la política solución al golpe de Estado en Cataluña. No porque no la haya, sino por cobardía. Lisa y llanamente por cobardía.

<<Sé que los cobardes huyen del combate, y quien descuella en la batalla debe mantenerse firme, ya sea herido ya a otro hiera>> (La Ilíada. Canto XI).

Mejor podríamos hablar de desbordamiento de la delincuencia en el que están implicadas las más altas instituciones de Cataluña. Delincuentes: unos juzgados, otros en delincuencia manifiesta. Abarca a la palabra y a los hechos. Hechos muy graves que la Guardia Civil ha desarticulado a tiempo, antes de una tragedia. En Cataluña no se combate, por ahora, se delinque. Diferencia fundamental. Nada tiene que ver un soldado con un delincuente. Ellos quisieran tener un ejército, ya tienen un proyecto, pero nunca sería tal, sino una banda de delincuentes, o más claro, de forajidos. Uno de sus jefes es ya un forajido; acompañado de otros cuantos. Puigdemont es la definición. (Forajido: Delincuente que anda fuera del poblado, huyendo de la justicia).

No. Esto no es una guerra. Es pura cobardía e incumplimiento de la ley. Lo de Cataluña es la prueba evidente de la cobardía de España. Digo bien, porque nuestros representantes son los responsables. Los que tenían que tomar medidas, los que asumen la soberanía, hablan y actúan por nosotros. Pues habrá que pensárselo: <<Por sus obras los conoceréis>>.

Todos tenemos culpa.

Esto no es una guerra, pero podría serlo. Es, por ahora, una feroz lucha contra la delincuencia. Los delincuentes están organizados; dirigidos desde las más altas instituciones catalanas, ejecución a todos los niveles, servicio de información que abarca toda la península y se infiltra en los del Estado, agencias en el extranjero, logística pagada con los presupuestos del Estado español, grupos violentos que atacan con objetivos tácticos  que responden a la gran estrategia del terror para la independencia; pero ellos no han sido. Esto no es una guerra, es peor. Es luchar contra delincuentes con riesgo de la vida. Un lucha donde no hay honor ni valor. Solo traición. Ningún apoyo. Ningún capitán que te dirija y guíe. Como caigas en la lucha contra ellos serás humillado, rechazado y declarado culpable. No hay confianza en la batalla. Los que combaten y luchan por la Ley se encuentran desamparados, sin capitán. Sin ejemplo a seguir. El soldado siente una inmensa soledad en estos momentos de la batalla.

La política no encuentra solución

La escalada de la delincuencia puede dar lugar a que la política continúe por otros medios y será por la incompetencia de quien debería haber utilizado los que la política pone a su alcance. No lo hizo, no lo hace y cuando quiera será tarde. <<El necio solo conoce el mal cuando ya está hecho>>.

En definitiva: estamos ante una situación prebélica. La pérdida de la iniciativa es evidente. La lucha partidista no permite hacer un frente común. La unidad de España está en juego, no hay unidad en el planteamiento para su defensa.

Ante ese panorama el enemigo, ha elegido el cuarto camino: el de los forajidos.

De seguir ofreciendo una pírrica defensa habrá que continuar la política con otros medios.

Cuando no hay ley y se desata la violencia dirigida desde un Parlamento, y la respuesta es ninguna,  es señal de que la política no encuentra solución pacífica. Ya se sabe lo que eso significa.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

4 octubre 2019

Quod nihil illi deerat ad regnandum praeter regnum. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

A su regreso de Waterloo Lord Wellington es aclamado como héroe nacional en Bruselas. No conocen al hombre ni al militar.

La pregunta que le hacen es de tal simpleza que podría haberla contestado Copenhagen, su resistente caballo.

-¿Le ha gustado que a su regreso de Waterloo le aclamara la población en éxtasis?

-En absoluto; si hubiera fracasado, me habrían fusilado.

La guerra tiene al menos dos caras. Los vencedores y los vencidos. Nada tienen que ver victoria y derrota para la presencia mezclada de héroes y villanos en el campo de batalla. Por eso el general sabe dosificar sus triunfos y mientras saborea la victoria no olvida la derrota; tampoco pierde de vista su retaguardia.

Nos dice Maquiavelo que Alejandro Magno llegó a ser dueño de Egipto y del Asia Menor en pocos años y, muerto apenas había conquistado tales territorios, cuando parecía razonable que se alzaran en rebelión, los sucesores de Alejandro los conservaron sin hallar otra dificultad que la derivada de sus ambición personal. Nadie debe asombrarse de la facilidad con que Alejandro conservó Asia bajo su cetro ni de las dificultades con que tropezaron Pirro y tantos otros a la hora de conservar sus conquistas cosa que no ha de atribuirse al mayor o menor talento y capacidad del vencedor sino, más bien, a la diversidad de los vencidos. (El Príncipe. Cap. IV. Maquiavelo).

Ustedes lo entienden. Mejor no explicarlo. La capacidad del vencedor es conocida solo en parte (no sabemos lo que nos queda por ver). La diversidad de los vencidos a la vista está.

Ya no hay rey. Ahora entra en juego el Emperador. Que tiemble Europa. No hay caballo, ni Bucéfalo ni Copenhagen, ni siquiera la yegua Babieca, pero siempre habrá un mystére rumbo a ninguna parte.

En el Palacio de la Moncloa, camino de convertirse en Versalles, recibe a los vasallos, ahora perdedores: vamos a hablar del Estado. Desde el palacio dirige un imperio de perdedores. Todos. Hablar del Estado.

-¿Del catalán? Me ha preguntado una señora que pasaba a mi lado.

-¿De la España plurinacional o de la federal? Me decían en la cola del supermercado.

-¡Que no! ¡Que no sube los impuestos! ¡Qué vamos a vivir mejor!

En mi calle, cortita y algo de pueblo, han cerrado en estos últimos seis meses tres tiendas.

-No me da para pagar el alquiler.

-Me quedaba una empleada y he tenido que despedirla.

-Llevo tres meses que aquí no entra nadie.

Puede ser que ahora se le ponga cara de bueno y pretenda hacernos creer que él nada tuvo ni tiene con independentistas, filoterroristas, y que nunca caerá en los brazos del comunismo podemita. Pues ni ante notario. Tampoco aquello era una crisis.

Ya nadie pregunta por Puigdemont. ¿Se le mira -y juzga- de distinta manera?

Nadie pregunta por indultos.

Muchos cambian de bando. Los medios no; aferrados a lo suyo, les ha ido bien.

Acaba de terminar una dura batalla. Se retiran las tropas. Algunas retroceden. Una fuerza que se rinde sin haber agotado todos los medios de defensa, está deshonrada, y su jefe es el responsable.

Claro que aquí los motivos son más prosaicos que esas cosas del deber, del honor y del valor. En algún partido político tiemblan solo por una razón: <<Si el emperador me quiere que me pague, pues solo el honor de estar con él no me alcanza>> (Mozart).

En la puerta de ese Palacio, rumbo a Versalles, debería figurar este bello poema del Indio Naborí que figura en la entrada del partido comunista cubano:

Si no vienes a dar,

a dar el tiempo, el corazón, la vida

no desesperes por entrar

que en la entrada comienza tu salida.

Si vienes a buscar

el privilegio, la ocasión mullida,

no desesperes por estar

donde la flor más bella es una herida.

Este lugar es un lugar propicio

para el amor al sacrificio

aquí tienes que ser

el último en comer

el último en dormir

el último en tener

y el primero en morir.

(Jesús Orta Ruiz, Indio Naborí, 1922-2005)

No estaría de más esperar a la salida.

Ver como se entra para ver como se sale.

<<Quod nihil illi deerat ad regnandum praeter regnum>> (Nada le faltaba para reinar excepto el reino).

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 mayo 2019

CONGRESO MUNDIAL DE MÓVILES. ¡LA REPÚBLICA NO EXISTE, IDIOTA! Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

El Rey inauguró ayer en Barcelona el Congreso Mundial de Móviles (Mobile World Congress).

Torra y Colau plantaron al Rey, se escondieron para no darle la bienvenida. No se puede decir que peor para ellos porque estos gestos son muy graves para Barcelona y por tanto para España. Todos perdemos con estas actitudes a las que habría que hacer frente. Allí nos jugamos mucho en todos los aspectos. Y este señor y esta señora, y los que les siguen, animan, empujan, parece que tienen como prioridad hundir Cataluña. Empezando por Barcelona. Les falta cada vez menos.

Los autodenominados Comités de Defensa de la república (CDR)y la organización juvenil Arran han vuelto a tomar la calle, hacerse notar, colaborar en el hundimiento de Cataluña. Insultar al Rey, es decir a España; es su deporte favorito. Pero alguien les empuja y dirige. Torra y Colau parecen muy contentos con estas actitudes.

Hay miedo e indignación, pero nadie hace nada. El presidente del Gobierno de España está donde estaba, y que no vuelva, gracias a ellos, a Torra, Colau, Puigdemont, cede-erres, y un largo etcétera que todos ustedes conocen. Pero el señor Sánchez saca pecho. Ya no recuerda el presidente que el Congreso Mundial de Móviles estuvo a punto, muy en serio, de abandonar Barcelona y llegó a tener elegida otra alternativa. Al final la garantía del Rey, ese al que no quieren recibir, del que queman su foto, fue lo que permitió  que la feria de la tecnología móvil más importante del mundo se haya inaugurado de nuevo en Barcelona. El señor Torra y la señora Colau no son dignos de su cargo.

Hay miedo en Cataluña. Y no solo a la violencia física. Hay miedo a la violencia constante, metódica, programada, dirigida, amenazante, que se palpa en el día a día, en las gestiones ante la administración, en la educación, en el trabajo, en la familia, en el ocio y la cultura. Todo está rodeado del temor a que te fichen y seas violentado en tu vida pública y privada. Así se vive en Cataluña. Se llama odio. Y el pueblo empieza a cansarse de los matones que impiden la normal convivencia y la diaria vivencia. Hartos de gentuza y de matones. También de quienes deberían proteger su vivencia y que están obligados a cumplir la ley, pero más a hacerla cumplir y miran para otro lado; incluso lo fomentan. Y cuando el que anda por la calle se empieza a cansar de los que violentan la calle y su casa ¡ojo!, que pronto se acaban las chulerías de estos valientes de barrio.

Para valiente, Inés Arrimada. Muy valiente. Da la cara mientras otros esconden el gesto y negocian entregar un trozo de España. En política son muy importantes los gestos cuando estos son auténticos. Inés Arrimadas lo hace; como hoy en Waterloo. Ha dado una lección a Puigdemont y a alguno más: «Nosotros le decimos que se entregue a la justicia, no venimos con intermediarios a negociar los Presupuestos Generales del Estado como ha hecho el Gobierno de España».

Le ha costado que la insulten con odio, con mucho odio, un tal Toni Albá, y esperamos sea la fiscalía la que actué contra ese personaje. La propia Arrimadas ha respondido con valentía: “El odio del nacionalismo no tiene límites. Este colaborador estrella de TV3, que se lleva un pastizal pagado por todos los catalanes, vuelve a atacarme por mis ideas, esta vez con un insulto machista y repugnante”.

Es una pena que Inés Arrimadas deje Cataluña, el Parlamento de Cataluña, donde su lucha es la de todos los españoles. Allí, al margen de partidismos, es donde tiene que seguir con su gran trabajo ya que es el más firme valor que hoy tiene España para hacer frente a los independentistas.

Este es el panorama. Muy grave. Gravísimo.

En nuestras manos está el futuro. Torra y Colau, con las espaldas apoyadas en los cede-erres, son la ruina. Necesitamos convivencia, progreso, trabajo y futuro.

Ustedes deciden. Yo me siento muy identificado con el policía que dio una sencilla lección de sentido común: “La república no existe, idiota”. Es decir, déjate de películas y haz algo por ti y por los demás.

Sí, así es, idiota.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

25 febrero 2019

Blog: generaldavila.com

¡AH! ¿TORRA? ¿CUÁNTAS DIVISIONES TIENE TORRA? (Rafael Dávila Álvarez. General de División -R.-)

1 de octubre de 2018

En esta jornada independentista el Gobierno de España cede terreno ante el ataque de las fuerzas que a su manera y modo han declarado la República Catalana declarándose enemigos de la Ley que rige la convivencia en España. Una revolución o guerra con todos los pronunciamientos.

Desde el 1 de octubre del pasado año han alcanzando casi todos sus objetivos mientras las fuerzas constitucionales entregan sus posiciones sin oponer resistencia. Para los independentistas, que son los que han atacado y roto las hostilidades, su enemigo es todo aquel que habla español, que se dice español, que siente a España y a Cataluña como identidad.

Hace un año decíamos que solo había una solución: un Pacto de Estado que condene para siempre cualquier intento secesionista, pasar de las palabras a los hechos. Ya no valen los acuerdos de cara a la galería entre los grandes partidos parlamentarios. Es necesario un pacto de Estado sin intereses, sin letra pequeña, sin mentir al pueblo soberano. Si se rompe la Nación, ese mismo día se gestará la resistencia. Adiós seguridad. En todos los órdenes. Dolor, temor y ruina.

A lo largo de este año la situación ha evolucionado de modo que casi todos los españoles, que son muchos, dudan del presidente del Gobierno actual. Solo hay que recordar que lo es gracias a los independentistas.

Las revoluciones las ganan las armas o el dinero. Aquí las armas (por ahora) ni están ni se las espera. ¿Dónde está el dinero? Sería sorprendente descubrir que la revolución, esta guerra, se esté pagando con el dinero de España, de todos los españoles. Un secreto a voces y publicado en el BOE. Para prueba el Gobierno de España les acaba de regalar unos millones de euros, 1500, para que sigan los combates. De esos milloncejos cerca de la mitad son para subir los sueldos de los mozos de escuadra, mientras las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y los soldados de los Ejércitos de España, asisten atónitos al espectáculo.

Sabemos quien es Puigdemont, el derrotado de Waterloo, el tonto útil, pero no sabemos en toda su dimensión quien es Torra. Cuando parte de su currículo, de su pensamiento, palabra y obra, ha sido desvelado su reacción ha sido desafiante: la amenaza como estilo.

Permítanme que con pocas palabras diga como se dialoga con este personaje. Es lo único que entiende:

¡Ah! ¿Torra? ¿Cuantas Divisiones tiene Torra?

Mañana les daré el parte de guerra de este 1 de octubre.

Hoy nada más que hablar.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez 

Blog: generaldavila.com

1 octubre 2108

 

 

 

 

 

COMENTARIO DEL DÍA: ESPAÑA, ESCOCIA y CATALUÑA POR ALFONSO DASTIS

El ministro de Exteriores contenta a Puigdemont

Al  ministro de Asuntos Exteriores, Fernando María Castiella le decían el Ministro del Asunto Exterior. En su cartera ministerial no existía otra cosa que no fuese Gibraltar. Mucho han cambiado las cosas, pero el ‹‹asunto›› Gibraltar sigue en su sitio, inamovible.

Las opiniones de un ministro de Exteriores siempre han tenido un gran valor y se han tomado como palabra de Estado siendo examinadas con lupa en todas las cancillerías del mundo. No se pueden permitir ciertas alegrías verbales y jamás echar leña al fuego en momentos de tensión. No se distingue si la leña la echa él o quien le manda.

El actual ministro de lo exterior se llama Alfonso Dastis y administra mal sus palabras. Ahora quiere rectificar y alegar malas interpretaciones. A un ministro de Exteriores no se le interpreta sino que se le oye y lee. Dice lo que dice o se calla, que en ocasiones es de mayor prudencia. Ha tenido la ocasión y el deber de hacer las dos cosas. Hablar alto y claro. Salir en defensa de la postura de España con Gibraltar ante las declaraciones de los mandamases británicos. Con rigor y firmeza. Callarse ante la posición del nuevo referéndum de Escocia y no ir de alumno aventajado de las rupturas y nacionalismos fuera de lugar. ‹‹España no vetaría de entrada la integración de Escocia en la UE››. ¿Lo dice usted o se lo han dicho para que lo diga?

Calladito debería estar cuando dice lo que dice no decir y se mete donde no sabe o no entiende.  Imprudencia es lo último que se espera de un ministro de Asuntos Exteriores.

Imprudente ministro de Exteriores señor Dastis

Imprudente ha sido también con la independencia en ciernes de Cataluña. Nos sorprendió, o no, cuando Alfonso Dastis, ministro de Exteriores, dijo que es legítimo y que forma parte de la libertad de expresión que el presidente de la Generalidad defienda en una conferencia en el Parlamento Europeo el proceso soberanista y la celebración de un referéndum sobre la independencia catalana. Ahora, erre que erre, dice que en ‹‹España no puede haber referéndum, pero claro… si se modificara la Constitución››. Todos encantados, ingleses, escoceses y catalanes. Es un genio de lo exterior e interior. Un irresponsable ministro

La alegría de Puigdemont

Tan contento está Puigdemont que se ha atrevido a lanzar ya las preguntas de ese referéndum que le ha dado a oler el señor ministro:

-¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente?

-¿Quiere que Cataluña sea una república independiente?

-¿Quiere que Cataluña siga formando parte de España?

Conteste señor ministro de Asuntos Exteriores.

Tres eran tres, las hijas de Elena; tres eran tres y ninguna era buena.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

4 abril 2017

PUIGDEMONT VIAJA A EE.UU., TOITO TE LO CONSIENTO MENOS FALTARLE A MI MARE… General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Puigdemont

Piugdemont viaja a EE.UU

‹‹Toíto te lo consiento
menos faltarle a mi mare
que a una mare no se encuentra
y a ti te encontré en la calle››.

Debería dedicar este artículo, toíto él, al autor de esta glosa: Rafael de León. Generación del 27, pero de los grandes olvidos y olvidados; no sé si intencionado. Un gran poeta que sobrevivió con sus coplas. Un gran hombre que sobrevivió por su bondad. Un señor con un alma tan elegante que la sinrazón y la ordinariez nunca llegó a entenderle. No olviden, yo no lo hago, a Rafael de León. Muchos han ganado la fama cantando sus letras: Raphael, Nino Bravo o la mismísima Pantoja.

Hoy me quedo con su glosa a la soleá:

‹‹Y me enterao casuarmente
de que le faltaste ayé
y mí nadie me lo ha dicho,
nadie, pero yo lo sé››.

Rafael de León

Puigdemont, a usted se lo digo. Me han contado que ha estado por Estados Unidos, aunque esa palabra ‹‹unidos›› no la entienda muy bien, y, mira por dónde, ha hablado más de España que de lo suyo. Me han contado que en la Universidad de Harvard le han llenado esa salita del fondo a la derecha y que, a pesar de su escasa capacidad, los suyos, previo aviso, no han faltado. A mí todo esto ni me interesa ni me ocupa, pero se empeñan en contarme sus andanzas. Me he enterao casuarmente…

Mire Pugdemont, toito se lo consiento menos faltarle a mi mare.

Puigdemont viaja a EEUU

Y en este caso, como en tantos anteriormente, ha faltado gravemente a los que tenemos a España como madre a la que servimos y amamos más allá de lo que usted es capaz de comprender y amar. Ha querido hablar de ley en la nación de la ley, de solidaridad cuando no conoce su significado, y al final de su incomprensible perorata nos ha ofendido gravemente. Ha llegado a decir que la Constitución española es la única, junto a la de Turquía, que autoriza al Ejército  a actuar contra sus propios ciudadanos. Hartos de incumplimientos de ley, de ofensas a todos los españoles, de ofensas a la razón y a los sentimientos, de dejar por los suelos a la gran Nación española, ahora va y hace usted el ridículo en Estados Unidos. Su golpe contra el Estado español también allí lo han anotado; han descubierto sus mentiras y las que ocultan sus bolsillos. Que haga usted el ridículo es algo habitual, pero parece mentira que no tenga asesores que le indiquen los límites entre hablar y el desprestigio. Ha pretendido desprestigiar a España y se ha desprestigiado usted. Ha ridiculizado a la democracia y se le ha visto el plumero. Hasta aquí nada nuevo sobre usted y sus intenciones. El mismo traje ahora en Estados Unidos.

Pero al margen de lo ilegal de sus planteamientos, de sus mentiras y errores históricos, en este caso nos ha faltado gravemente. Nos ha faltado a los soldados. Gravemente.

Y me enterao casuarmente de que le faltaste ayé y mí nadie me lo ha dicho, nadie, pero yo lo sé.

Puigdemont, sí, el que habla de derechos humanos y de libertades. El que habla de ley desde el incumplimiento y la hipocresía, ha dicho, allí en la distancia de una pequeña sala de la Universidad de Harvard, al fondo a la derecha, que la Constitución española es la única, junto a la de Turquía, que autoriza al Ejército a actuar contra sus propios ciudadanos.

Si lo que quería es ofender desde luego que lo ha conseguido. Si lo que pretendía es asumir su desprestigio internacional también.

Así que hoy y a raíz de su ofensa le dedico esta glosa de Rafael de León. Con todas mis fuerzas y seguro que en nombre de muchos soldados.

Piugdemont viaja a EE.UU sin éxito

Esos que se baten el cobre por todos, usted incluido. Esos que respetan y aman la ley, que la cumplen para que usted pueda incluso ofenderles. Los que a usted le forman y rinden honores a pesar de los pesares porque la Patria, España, es generosa y noble e incluso asume con dolor las ofensas de sus hijos. Su ofensa es a España y a sus soldados. ‹‹Actuar contra sus propios ciudadanos›› son palabras que le condenan aquí y en Estados Unidos. Si quería desprestigiar el nombre de España allí donde desde sus primeros amaneceres estuvo España, se ha equivocado gravemente. Y me alegro. Está usted desprestigiado.

Sus palabras han sido sarcásticas y dolorosas; una tragedia, por cierto, consentida. Si usted perteneciese a alguna de las naciones, que nombra y que no nombra, seguro que no podría haber dicho semejantes barbaridades. Mucho le cuesta aprender el sentido de la democracia señor Puigdemont.

La democracia y el Ejército

La democracia, como el Ejército al que usted ofende, es un sistema donde la cortesía, el buen trato, la verdad, la firmeza, la lealtad, el honor, la bizarría, el crédito, la opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la obediencia, fama, honor y vida son caudal de pobres soldados.

Usted ha ofendido a la democracia, a España y a sus soldados. Y no se lo consentimos.

‹‹Menos faltarle a mi mare
to te lo consiento, serrana
menos faltarle a mi mare
que a una mare no se encuentra
y a ti te encontré en la calle.
¡Vete, vete! si no te tié cuenta.

Conque a ver si tu consiensia
se aprende esta copla mía
mu semejante a aquer cante
que escuchamos aquer día
sin sabé quién lo cantaba
ni de qué rincón salía:

Desde la cuna…
a mi mare de mi alma
la quiero desde la cuna,
¡por Dios! no me la avasalles
que mare no hay más que una
y a ti te encontré en la calle››.

Mi madre España: «Servir hasta morir»

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

30 marzo 2017

EL COMENTARIO DEL DÍA. CATALUÑA Y UN IRRESPONSABLE MINISTRO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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El ministro de Exteriores del Reino de España con el Presidente de la Generalidad

Puede ser que no lo haya meditado y de ahí la irresponsabilidad. Es Alfonso Dastis, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación del Reino de España. Ayer en Barcelona nos dijo a todos los españoles que es legítimo y que forma parte de la libertad de expresión que el presidente de la Generalidad, Carlos Puigdemont, defienda en una conferencia en el Parlamento Europeo el proceso soberanista y la celebración de un referéndum sobre la independencia catalana. Sin duda que aquí cada uno es muy libre de decir y opinar lo que le venga en gana. Pero algunos se deben a su cargo que implica responsabilidad, respeto a los españoles y sobre todo respeto a la Ley. Simplemente cumplir lo que juran o prometen: ‹‹Juro (o prometo) cumplir fielmente las obligaciones del cargo de ministro del Gobierno con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros››.

Guardar y hacer guardar la Constitución. Lo suyo, como mínimo, señor ministro, es imprudente. Dejémoslo ahí. Rectifique o que le rectifiquen. Usted no puede decir y hacer lo que le venga en gana. Usted se debe a su cargo y a lo que representa para España. Por eso denunciamos su actitud, incluso más que sus palabras. Porque lo dicho responde a una actitud de consentimiento que nos parece además de irresponsable, peligrosa. ¿Es esa la nueva actitud dialogante del Gobierno?

El tema reviste cierta gravedad y si uno empieza a darle vueltas a la cabeza y a observar los últimos acontecimientos le surge una duda aún más grave. Puede que usted, señor ministro de asuntos Exteriores y Cooperación del Reino de España, nos la resuelva:

¿Lo que usted ha dicho lo dice usted o habla en nombre de otro(s)?

Porque legitimar, le recuerdo, significa justificar la verdad de algo conforme a las leyes. Y defender el proceso soberanista y la celebración de un referéndum sobre la independencia catalana por el presidente de la Generalidad no es legítimo.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez