EQUIPARACIÓN SALARIAL. SANGRÍA EN EL EJÉRCITO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Preguntáronle también unos soldados: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?». Él les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra paga» (Lc 3,10-18).

Así es y así se ha cumplido desde remotos tiempos.

Da la vida por tu Patria. Cumple tu deber, obedece hasta morir, compañerismo, amistad, unión y socorro.

Éramos pobres, pero con dignidad. Se nos pedía y dábamos lo que no teníamos. Nada tuvimos, más que España, muchos hijos, cambios constantes de colegios, inadaptación y rechazos en ciertos lugares (de España), de un lado para otro; abre casa, cierra casa, curso de esto, curso de lo otro. Para vivir lo justo, a veces ni eso.

Siempre me sorprendió una encuesta que nos hicieron siendo alumno en la Escuela de Estado Mayor. El grueso de la encuesta era que explicásemos las razones de haber elegido la carrera de las armas como forma de vida. Éramos oficiales de todos los países, incluso no pertenecientes a la OTAN, como Corea del Sur o Venezuela. Los españoles, todos, unían sus respuestas, por encima de cualquier otra, a la vocación de servicio a la Patria. Los oficiales del resto de naciones también, pero no como primera razón, sino detrás de un puesto de trabajo, de un sueldo o de labrarse el futuro.

En el Ejército español la vocación ha impulsado el oficio de las armas, pero las armas no siempre han sabido corresponder al sacrificio de sus soldados. Se ha manipulado la información con una vida regalada de prebendas, de economatos y del casi todo gratis, cuando ha sido una profesión mal tratada siempre; repito: siempre.

Llevamos tiempo oyendo hablar de equiparación salarial entre las Fuerzas de Seguridad del Estado, de las Policías Autonómicas, pero nadie habla de la equiparación salarial de las Fuerzas Armadas.

Nadie habla de los sueldos militares fuera del ámbito castrense, no interesa, no hay sindicatos, pero la ministra conoce de primera mano el problema. Eso es seguro. Que le importe es otra cosa. No hacen ruido.

¿Equiparar?, ¡claro!, todos somos iguales, desde la ministra al cabo de guardia, aunque no son equivalentes sus trabajos.

En el tema de los soldados la equiparación empieza porque al cumplir los 45 años ya no me sirves. Te quedará el paro y, si acaso, tendrás Cáritas Castrense.

Resulta, siguiendo el escalafón, que el Sargento de la Guardia Civil Jefe del puesto de Torrejón cobrará al final del proceso de <<equiparación>> más que el Capitán del Ejército del Aire que está de Alerta en la pista de la Base Aérea, a escasa distancia del anterior, pero con una responsabilidad ¿equiparable?

Resulta, que hay suboficiales que se apuntan a las pruebas de acceso a la Guardia Civil por una entendible y sencilla razón: 700 euros (más) mensuales.

Resulta, que hay capitanes, jefes de compañías, con experiencia de combate, idiomas, vocacionales, curtidos en unidades especiales, valor reconocido, que han sido captados por grandes empresas, esas que todos ustedes pueden imaginarse, las mejores, con carácter internacional, y a las que no accede cualquiera. Les contratan como directivos y les pagan lo que valen, que es mucho. No son las empresas de las puertas giratorias de nuestros políticos sin mérito.

Resulta, que si la <<Propuesta de equiparación>> que circula es cierta y aprobada, el sueldo de un Capitán de Infantería (sueldo y complementos) estarán por debajo de los de un Sargento, tal vez un Cabo Mayor de la Guardia Civil.

Todo esto va a suponer la pérdida de un activo de profesionales, los mejores, que buscarán alivio a su situación hartos de agradecidos masajes y penurias en casa.

La Ministra actual y la anterior conocen el problema, al detalle, con datos, explicado hasta la saciedad.

Está entendido. ¿Olvidado? Soldados, suboficiales, oficiales, hartos de palabrería, y aburridos de ver como la política se mete en sus entrañas buscan su porvenir justo y equitativo; no equiparable. La ministra de Defensa, mientras, pasea sus elogios a los soldados, hace demostraciones de su moderación y equilibrio, que yo no me creo. La realidad es incontestable: <<No te quieres enterar… ye ye>>.

San Juan Bautista, cuya festividad celebramos en unos días, hoy cambiaría su discurso: Dad a cada uno lo que se merece.

Esperemos que la llamada cúpula militar, JEMAD y JEME,s. sigan en la exposición e insistencia de este grave problema ya que, -utilizando ese idioma tan ajeno al nuestro-, son los únicos <<representantes sindicales>> que tenemos.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez   

Blog: generaldavila.com

8 junio 2020

EN TIEMPOS DE TRIBULACIONES Visusmilitis19 de junio de 2018 Adolfo Coloma GB (R) del ET

El soldado veteranp

Sabe el soldado que su puesto nunca es del todo suyo. Ya en la escuadra ya en la división, él forma parte de un equipo con el que hace “camada” (de ahí el vocablo camarada), se cohesiona entre sus miembros para integrarse en la unidad superior. Hoy está aquí y mañana allá. Lo único que permanece es la vocación y el espíritu de servir.

Sucede a veces que cambian los aires. Unas de forma suave,otras en forma de vendaval o torbellino que todo lo arroya y no deja de producir tribulaciones que, como las olas del mar, agitan y se extienden hasta más allá del horizonte.

Y si una cosa funciona ¿para qué cambiarla? Es un principio que dicta la prudencia. Y así ha sucedido con el conjunto de la institución puramente militar, unida por el denominador común del juramento a la Bandera y que tiene la bien definida misión que le marca el artículo 8 de la Constitución. Los que están al frente de la denominada cúpula militar, permanecen en su puesto. Claro mensaje de que las cosas se venían haciendo bien, pero además transmite una sensación de prudencia, sensatez y moderación. ¿Para qué cambiar lo que funciona?

La alta información del Estado retorna a sus cuarteles de invierno, desde donde mejor coordinación se podrá establecer con la que manejan los de uniforme para hacer frente con mayor eficacia al abanico de riesgos que se presentan en la actualidad, que hacen extremadamente difícil meter el bisturí y discernir entre los riesgos externos y los militares. Todos afectan  a la seguridad.

Así es que, en su barbeta, el soldado se da un respiro. Parece que han leído a San Ignacio de Loyola. “En tiempos de tribulaciones no hagas mudanzas”. ¡Cómo se agradecería en esta hora algún gesto que corrobore que el objetivo no ha variado: la soberanía, la unidad, la igualdad entre todos los españoles y su seguridad! Solo entonces, el soldado se quitará las botas y se las pondrá por almohada para descansar un tanto.

Adolfo Coloma GB (R)del ET

Blog: generaldavila.com

17 junio 2018

VISUS MILITIS: NUEVOS MANDOS EN LOS EJÉRCITOS (General de División Rafael Dávila Álvarez)

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Pendiente el nombramiento de la Cúpula Militar

Formado el Gobierno de la Nación y establecido el nuevo equipo del ministerio de defensa, a las órdenes de la secretaria general del partido en el gobierno, María Dolores de Cospedal, falta realizar el cambio en la cúpula militar. Cambio no obligado, pero quizá necesario por esas cosas de los personalismos y afinidades. Creo que hemos tenido (todavía tenemos) un magnífico y prudente JEMAD.

Poco se habla de los cambios. Las cartas con los posibles nombres han terminado por marearse después de una intenso barajeo. ¿Hermetismo o desinterés? ¿Están ya designados en el silencio prudente? Eso pensamos.

Prestamos suma atención. La mirada se va hacia cada gesto de la ministra. Ha tenido varios y en varias direcciones. En ocasiones desconcierta, otras no. Radio macuto no ha dejado jamás de funcionar. Envía señales. ¿Habrá en breve cambios inesperados? Incluso no solo en los designados. ¿En los programas?

Estamos en un momento en el que la mirada es insuficiente. Es necesaria una gran capacidad para percibir lo que se avecina, pero por ahora se oculta. El oído y hasta el olfato se hacen necesarios. Siempre hay alguna rendija por donde se cuela el silencio expectante. Nos llega el rumor de la incertidumbre. Con los nombramientos llegará la calma y veremos por donde pone rumbo la ministra. Muchas misiones fuera, mucha necesidad dentro, mucha incertidumbre en las alianzas, muchos programas pendientes y muy poco dinero. Y hasta la fecha mucho olvido del soldado, de su misión y su futuro. Eso esperamos con los cambios:

Simplemente ver si hay futuro.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com