LA POLICÍA Y LA LEGALIDAD Rafael Dávila Álvarez

El trato que recibe la Policía española (Guardia Civil y Policía Nacional, es decir Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado), por parte del Gobierno es de una indignidad sospechosa.

Quede una cosa clara: si no fuese por esta policía España en estos momentos sería un caos de violencia y delincuencia. Es de las pocas cosas buenas que funcionan, sin saber cuánto durará.

Cometerán errores, como todos, pero podemos dormir tranquilos gracias a ellos. Su impecable labor la llevan a cabo, en general, sin partidismos y con respeto a la ley y rigurosa disciplina a la labor que la Constitución y las leyes les asignan.

A los únicos que la Policía no le gusta es a los delincuentes, algo obvio y que alguno, aún no definido, debería meditar antes de patear las leyes.

Nunca entendí lo de las policías autonómicas ni lo entenderé, porque en España la ley es igual para todos y podría ser que nadie haya caído en la cuenta que la existencia de policías ad hoc es discriminatorio y que estudiado a través de la Constitución las policías autonómicas son de dudosa legalidad. Como tener jueces autonómicos, abogados, militares o médicos. Aunque camino de ello vamos.

El ministro de los policías y del poder de la información, el del interior y de los alrededores, anda como loco abrazándose a policías y guardias civiles para ver si le quieren un poquito, pero él no quiere a los policía ni a los guardias civiles. Él se quiere a él.  Ya se sabe: «dime de lo que presumes y te diré de lo que careces».

El caso es que se ha metido en un jardín sin flores y este sábado día 27 de noviembre se va a enfrentar —ya sabemos que poco le importa a su señoría, tan demócrata él— a una manifestación en Madrid contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como la «Ley Mordaza».

La nueva ley, entre otras maravillas, discrimina a la Policía y alimenta las propuestas comunistas e independentistas, en su idioma, en su afán de mandar en la calle y si es posible patear policías. Algo así como facilitarle las cosas al delincuente. Es la búsqueda constante de la zorra para vigilar el gallinero.

Es en definitiva una entrega a aquellos que más desean que la policía entre en el campo de las limitaciones, que favorezcan el incumplimiento de la ley y perjudiquen la persecución del delito o de la faltas.

Todo lo corrompen.  Aquí solo hay comunistas, independentistas y herederos del terrorismo. Un presidente que con tal de mantenerse en el Poder es capaz de vender a los propios socialistas, como de hecho hace.

Los partidos políticos, no afiliados al grupo gobernante y sus apoyos, estarán en la manifestación en apoyo de la Policía española (Guardia Civil y Policía Nacional, es decir Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado).

Nosotros individualmente también. Con la legalidad y nuestros policías y guardias civiles.

Por la unidad de España y la igualdad ante la Ley. Por España.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

 

 

 

 

EQUIPARACIÓN SALARIAL. SANGRÍA EN EL EJÉRCITO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Preguntáronle también unos soldados: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?». Él les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra paga» (Lc 3,10-18).

Así es y así se ha cumplido desde remotos tiempos.

Da la vida por tu Patria. Cumple tu deber, obedece hasta morir, compañerismo, amistad, unión y socorro.

Éramos pobres, pero con dignidad. Se nos pedía y dábamos lo que no teníamos. Nada tuvimos, más que España, muchos hijos, cambios constantes de colegios, inadaptación y rechazos en ciertos lugares (de España), de un lado para otro; abre casa, cierra casa, curso de esto, curso de lo otro. Para vivir lo justo, a veces ni eso.

Siempre me sorprendió una encuesta que nos hicieron siendo alumno en la Escuela de Estado Mayor. El grueso de la encuesta era que explicásemos las razones de haber elegido la carrera de las armas como forma de vida. Éramos oficiales de todos los países, incluso no pertenecientes a la OTAN, como Corea del Sur o Venezuela. Los españoles, todos, unían sus respuestas, por encima de cualquier otra, a la vocación de servicio a la Patria. Los oficiales del resto de naciones también, pero no como primera razón, sino detrás de un puesto de trabajo, de un sueldo o de labrarse el futuro.

En el Ejército español la vocación ha impulsado el oficio de las armas, pero las armas no siempre han sabido corresponder al sacrificio de sus soldados. Se ha manipulado la información con una vida regalada de prebendas, de economatos y del casi todo gratis, cuando ha sido una profesión mal tratada siempre; repito: siempre.

Llevamos tiempo oyendo hablar de equiparación salarial entre las Fuerzas de Seguridad del Estado, de las Policías Autonómicas, pero nadie habla de la equiparación salarial de las Fuerzas Armadas.

Nadie habla de los sueldos militares fuera del ámbito castrense, no interesa, no hay sindicatos, pero la ministra conoce de primera mano el problema. Eso es seguro. Que le importe es otra cosa. No hacen ruido.

¿Equiparar?, ¡claro!, todos somos iguales, desde la ministra al cabo de guardia, aunque no son equivalentes sus trabajos.

En el tema de los soldados la equiparación empieza porque al cumplir los 45 años ya no me sirves. Te quedará el paro y, si acaso, tendrás Cáritas Castrense.

Resulta, siguiendo el escalafón, que el Sargento de la Guardia Civil Jefe del puesto de Torrejón cobrará al final del proceso de <<equiparación>> más que el Capitán del Ejército del Aire que está de Alerta en la pista de la Base Aérea, a escasa distancia del anterior, pero con una responsabilidad ¿equiparable?

Resulta, que hay suboficiales que se apuntan a las pruebas de acceso a la Guardia Civil por una entendible y sencilla razón: 700 euros (más) mensuales.

Resulta, que hay capitanes, jefes de compañías, con experiencia de combate, idiomas, vocacionales, curtidos en unidades especiales, valor reconocido, que han sido captados por grandes empresas, esas que todos ustedes pueden imaginarse, las mejores, con carácter internacional, y a las que no accede cualquiera. Les contratan como directivos y les pagan lo que valen, que es mucho. No son las empresas de las puertas giratorias de nuestros políticos sin mérito.

Resulta, que si la <<Propuesta de equiparación>> que circula es cierta y aprobada, el sueldo de un Capitán de Infantería (sueldo y complementos) estarán por debajo de los de un Sargento, tal vez un Cabo Mayor de la Guardia Civil.

Todo esto va a suponer la pérdida de un activo de profesionales, los mejores, que buscarán alivio a su situación hartos de agradecidos masajes y penurias en casa.

La Ministra actual y la anterior conocen el problema, al detalle, con datos, explicado hasta la saciedad.

Está entendido. ¿Olvidado? Soldados, suboficiales, oficiales, hartos de palabrería, y aburridos de ver como la política se mete en sus entrañas buscan su porvenir justo y equitativo; no equiparable. La ministra de Defensa, mientras, pasea sus elogios a los soldados, hace demostraciones de su moderación y equilibrio, que yo no me creo. La realidad es incontestable: <<No te quieres enterar… ye ye>>.

San Juan Bautista, cuya festividad celebramos en unos días, hoy cambiaría su discurso: Dad a cada uno lo que se merece.

Esperemos que la llamada cúpula militar, JEMAD y JEME,s. sigan en la exposición e insistencia de este grave problema ya que, -utilizando ese idioma tan ajeno al nuestro-, son los únicos <<representantes sindicales>> que tenemos.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez   

Blog: generaldavila.com

8 junio 2020

SUELDOS Y PERMANENCIA. GUARDIA CIVILES, POLICÍAS Y SOLDADOS (General de División Rafael Dávila Álvarez)

Soldados jurando Bandera

De nuevo ha surgido la polémica sobre la necesaria equiparación de sueldos entre las distintas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, policías autonómicas y policías locales. Situación injusta por la desigualdad de las cuantías a pesar de una labor más dura y sacrificada, sometida a diferencias importantes en sus condiciones domésticas, de los que menos cobran. De manera tangencial, y con poco conocimiento, también se ha hablado del sueldo de los soldados, algo más flagrante y desconocido.

No es la primera vez que en este blog hemos explicado detalladamente la situación económica de nuestros soldados. Una vez más lo hacemos por ser de justicia y urgente necesidad atender a su situación.

En un reciente artículo Tropa profesional más allá de los 45 años el general Chicharro explicaba con detalle el problema y daba posibles soluciones. Decía que viene siendo noticia el desamparo en el que se encuentran algunos soldados profesionales al terminar su compromiso con las FAS cumplidos los 45 años de edad.

La existencia de Cáritas Castrense es una prueba de que la situación no es la deseable. ¿Se figuran la existencia de una rama de Cáritas específica para otro estamento de la sociedad? ¿Por ejemplo para cargos públicos? En fin…

Duro oficio el de soldado

También en el artículo Soldados de España. Emociones contenidas se lo pedíamos a la ministra de Defensa al poco tiempo de hacerse cargo del ministerio. Como primera prioridad: ‹‹Duro es que el tiempo, el corto y sacrificado tiempo de servicios a la Patria, el beso agradecido, te lleve a engrosar la lista del paro sin que nadie tenga respuesta. Ocurre en mal momento. En esos momentos nadie se acuerda de Irak, Líbano, Índico… ¿No lo sabía? Pues es una prioridad, quizá la más importante. Dar una salida digna a nuestros soldados cuando la Patria decide prescindir de sus servicios. Una urgente tarea››.

El planteamiento inicial para la profesionalización de los ejércitos fue una trampa para esconder los gravísimos problemas que trajo la supresión irresponsable del servicio militar obligatorio. Aquello fue un parche mal puesto que desinfló en pocos años a las unidades dejando a los ejércitos bajo mínimos y en algún caso sin operatividad. Profesionalidad equivalía a temporalidad, sin futuro, ni más salida que la de la puerta del cuartel y un infinito desagradecimiento. Los años de bonanza económica dejaron al descubierto los grandes errores cometidos. Ejércitos vacíos; buques sin tripulaciones, aviones sin volar y armamento sin soldados. Los Cuarteles cerrados y vendidos a precio de saldo (las irresponsables ventas del Patrimonio de Defensa requiere un análisis que nadie ha hecho hasta ahora, pero eso es otra cuestión).

Soldados a bajo precio

Se volvió a parchear con medidas de poco calado y cortas miras. La profesionalización era y es para países ricos, muy ricos, y sin graves problemas de seguridad latentes. Aquí pretendíamos tener soldados a bajo precio y corto tiempo. Unos años de esfuerzo y sacrificio y una despedida rápida y sin futuro.

La crisis económica hizo que de nuevo aumentasen las solicitudes para ser soldado. Con verdadera insensatez se pensó que las medidas adoptadas eran brillantes y duraderas. Los barcos volvieron a navegar, los aviones a volar y los centros de formación se llenaron de aspirantes a soldados. Pero la solución al futuro seguía sin solución y en cualquier momento se puede invertir la situación. Pasa la legislatura actual sin que veamos voluntad firme para resolverlo cuando de nuevo la salida de la crisis económica amenaza con la vuelta al problema inicial. En cuanto los jóvenes vean una salida laboral a su situación, los aspirantes a soldado disminuirán de manera alarmante y las unidades se quedarán vacías. Es el sueldo, pero también es algo más. No se puede tener como expectativa el paro después de años de sacrificio y de estar sometido a un continuo ir y venir a lugares lejanos y de riesgo. Es de todos sabido que en su recorrido a los soldados se les ofrecen alternativas para su futuro. Con un esfuerzo adicional, gran esfuerzo, al que a diario se ven sometidos, pueden optar a ser oficial, suboficial, ingresando en las Academias Militares, o en la Guardia Civil y Policía. También pueden optar, tras un duro examen y pocas plazas, a la permanencia en las Fuerzas Armadas. El que a lo largo de su vida militar no logre una de estas salidas, a los 45 años solo le quedará el paro. Difícil edad para comenzar una nueva vida.

Sabemos la necesidad de juventud para encuadrar las unidades y soportar el esfuerzo que se exige. Sabemos y ellos -el ministerio y los Cuarteles Generales- saben las dificultades y exigencias. Nada nuevo o distinto que cuando decidieron dar el paso de la profesionalidad sin pensar en el futuro.

A los 45 años solo les quedará el paro

Como decía el castizo: haberlo pensado antes. Ahora hay que buscar la solución al error cometido.

Acabo de leer las declaraciones en prensa de un guardia civil en activo y me he quedado con una frase que pronuncia al comparar su sueldo con el de los mozos de escuadra: ‹‹Si nos valoran más, ¿por qué no cobramos lo mismo?››.Tiene razón. Los soldados podrían decir lo mismo, pero su comparación es más amplia. Pueden hacerla respecto al sueldo de guardias civiles, mozos de escuadra, policías nacionales, policías autonómicos y cualquier otra policía que se les ocurra. Podrían decirlo. No más alto quizá. Sí desde más lejos: Irak, Afganistán, Líbano, Somalia… Podrían hablar de su incierto futuro.

Para los soldados el problema en definitiva no es de cantidades sino simplemente de vida laboral futura. Algo habrá que hacer cuando todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, policías locales y autonómicas tienen su futuro asegurado. Los soldados no. ¿Es menos exigente el oficio de soldado? ¿Cuántas plazas de funcionarios y personal laboral  hay en el ministerio de Defensa?

El oficio de soldado no tiene futuro. A la hora de su profesionalidad se sigue pensando que son de reemplazo. Un oficio temporal y poco agradecido. Su misión es exigente, cada vez más. Son profesionales muy cualificados, tanto o más que cualquier otro. De cualquier policía.

El oficio de soldado no tiene futuro

Quizá habría que ser más exigente a la hora de su ingreso, pero eso debe compatibilizarse con la seguridad en su permanencia y futuro.

Estoy seguro que en el ministerio de Defensa conocen el problema. Mis dudas surgen cuando veo que pasa el tiempo y nada se hace. Será triste comprobar que las medidas solo se tomarán cuando este viejo oficio de soldado no lo quiera asumir nadie. Ya sufrimos sus consecuencias, que todavía arrastramos. En cualquier momento podemos volver a tener los barcos sin navegar, los aviones sin volar y las unidades vacías.

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Blog: generaldavila.com

1 noviembre 2017