El trato que recibe la Policía española (Guardia Civil y Policía Nacional, es decir Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado), por parte del Gobierno es de una indignidad sospechosa.
Quede una cosa clara: si no fuese por esta policía España en estos momentos sería un caos de violencia y delincuencia. Es de las pocas cosas buenas que funcionan, sin saber cuánto durará.
Cometerán errores, como todos, pero podemos dormir tranquilos gracias a ellos. Su impecable labor la llevan a cabo, en general, sin partidismos y con respeto a la ley y rigurosa disciplina a la labor que la Constitución y las leyes les asignan.
A los únicos que la Policía no le gusta es a los delincuentes, algo obvio y que alguno, aún no definido, debería meditar antes de patear las leyes.
Nunca entendí lo de las policías autonómicas ni lo entenderé, porque en España la ley es igual para todos y podría ser que nadie haya caído en la cuenta que la existencia de policías ad hoc es discriminatorio y que estudiado a través de la Constitución las policías autonómicas son de dudosa legalidad. Como tener jueces autonómicos, abogados, militares o médicos. Aunque camino de ello vamos.
El ministro de los policías y del poder de la información, el del interior y de los alrededores, anda como loco abrazándose a policías y guardias civiles para ver si le quieren un poquito, pero él no quiere a los policía ni a los guardias civiles. Él se quiere a él. Ya se sabe: «dime de lo que presumes y te diré de lo que careces».
El caso es que se ha metido en un jardín sin flores y este sábado día 27 de noviembre se va a enfrentar —ya sabemos que poco le importa a su señoría, tan demócrata él— a una manifestación en Madrid contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como la «Ley Mordaza».
La nueva ley, entre otras maravillas, discrimina a la Policía y alimenta las propuestas comunistas e independentistas, en su idioma, en su afán de mandar en la calle y si es posible patear policías. Algo así como facilitarle las cosas al delincuente. Es la búsqueda constante de la zorra para vigilar el gallinero.
Es en definitiva una entrega a aquellos que más desean que la policía entre en el campo de las limitaciones, que favorezcan el incumplimiento de la ley y perjudiquen la persecución del delito o de la faltas.
Todo lo corrompen. Aquí solo hay comunistas, independentistas y herederos del terrorismo. Un presidente que con tal de mantenerse en el Poder es capaz de vender a los propios socialistas, como de hecho hace.
Los partidos políticos, no afiliados al grupo gobernante y sus apoyos, estarán en la manifestación en apoyo de la Policía española (Guardia Civil y Policía Nacional, es decir Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado).
Nosotros individualmente también. Con la legalidad y nuestros policías y guardias civiles.
Por la unidad de España y la igualdad ante la Ley. Por España.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com