LA FÓRMULA DEL JURAMENTO A LA BANDERA. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Besando con unción la Bandera

«La bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución» (Ley 38/1981 por la que se regula el uso de la bandera de España y el de otras banderas y enseñas).

Es una buena forma de empezar el año. Con el nombre de España en nuestros labios, con su bandera ondeando en nuestro corazón mientras recordamos el beso depositado entre sus pliegues. Es el símbolo de la patria y de su unidad.

Decían nuestras Reales Ordenanzas antes de que suprimiesen alguna de sus esencias: «La Bandera de España y el Himno Nacional merecen el máximo respeto y veneración. La Institución Militar es la encargada de la custodia, honores y defensa de la Bandera, como símbolo de la Patria y de su unidad». No busquen; estas palabras ya no figuran en las Reales Ordenanzas.

Algunas cosas han cambiado, con intención, sin razones que las avalen a no ser las partidistas o rencorosas fruto del desconocimiento del alma de aquellos que hacen del valor y del honor oficio y sacrificio. Con intención se ha trastocado la tradición militar olvidando que hay un mandato moral en nuestro código ético, en las Ordenanzas.

HISTORIA DE LA FÓRMULA DEL JURAMENTO ANTE LA BANDERA

Besando con unción la BANDERA

Entre los cambios uno muy sensible: la fórmula del juramento ante la Bandera. Decían nuestras Reales Ordenanzas que el juramento ante la Bandera de España es un deber esencial del militar, con él se contrae el compromiso de defender a la Patria aún a costa de la propia vida; su formula será fijada por Ley.

Es el beso a la bandera la huella permanente grabada a fuego y sangre en el alma de todo aquel que besa sus pliegues.

Como una sentencia suena la voz de mando cuando en formación se pronuncia la fórmula del juramento:

«¿Soldados juráis por Dios y prometéis a España, besando con unción su Bandera…?». El juramento sellado con un beso será la conciencia que te conduce moralmente por los caminos del servicio y la entrega a la Patria, incluso con la ofrenda de la vida si necesario fuera.

Besando con unción la Bandera

Rotundo aquel final: «…derramar, si es preciso, en defensa del honor e independencia de la Patria, y del orden dentro de ella, hasta la última gota de vuestra sangre», «… entregar vuestra vida en defensa de España».

El solemne compromiso no es algo reciente. Desde los Tercios de Flandes todo español que sentaba plaza como soldado adquiría el compromiso con el propio Rey, aunque el soldado español, a diferencia con otros vasallos,  no estaba obligado a jurar fidelidad y lealtad expresa ya que el juramento se sobreentendía por ser español, algo que llevaba consigo la lealtad a su soberano.

Besando con unción la Bandera

La fórmula del juramento introducida por Carlos III en sus Reales Ordenanzas (1768) ha servido de guía para las que posteriormente se han impuesto: «¿Juráis a Dios y prometéis al Rey el seguir constantemente sus banderas y defenderlas hasta perder la última gota de vuestra sangre y no abandonar al que os esté mandando en acción de guerra o disposición para ella? ». Los reclutas contestaban: «Sí, juramos», y el capellán rezaba por ellos: «Por obligación de mi Ministerio ruego a Dios que a cada uno le ayude si cumple lo que jura, y si no, se lo demande».

Desde aquel momento se institucionalizó el beso a la Bandera como símbolo del poder real desfilándose bajo sus pliegues como señal de acogimiento.

Es en febrero de 1927 cuando se establece una nueva fórmula: «¿Juráis a Dios, por vuestra fe, prometéis al Rey por vuestro honor, seguir constantemente sus banderas defendiéndolas hasta perder la vida, cumplir las leyes y ordenanzas militares y obedecer a quien en nombre del Rey se os haya dado a reconocer como para mandaros?».

¡Soldados: Juráis por Dios…

Los reclutas contestaban con un rotundo sí que repetían tres veces: «Sí, sí, sí». Finalizaba con el rezo del capellán: «Si así lo hacéis, que Dios y la Patria os lo premien y si no os lo demanden».

Siempre el juramento y el beso se realizaban formando con la espada del jefe de la formación y la Bandera una cruz como señal de fe y protección.

Con la llegada de la República en 1936 los cambios que se introducen en la fórmula del juramento acaban con la esencia y profundidad del juramento convirtiéndola en pura retórica administrativa que nada tiene que ver con el sentido ni con la historia del juramento a la Bandera. Dios desaparece de la fórmula y por tanto el juramento se cambia a promesa. Se hace constar (diría que rabiosamente) que la pregunta y la réplica al juramento se harán sin cruzar el sable con la bandera. También se obligaba a todos los miembros de los Ejércitos a realizar solemne promesa de adhesión y fidelidad a la República so pena de pasar automáticamente a la situación de retiro. Fueron muchos los que optaron por ello.

Estas eran los protocolos que impuso la República:

«Todos los Generales en situación de actividad o reserva y todos los Jefes, Oficiales y asimilados que no estén en la de retirados o separados del servicio habrán de prestar, en el plazo de cuatro días, contados desde el de la publicación de este Decreto en la Gaceta de Madrid, solemne promesa de adhesión y fidelidad a la República».

El texto de la promesa se ajustaba a la siguiente fórmula: «Prometo por mi honor servir bien y fielmente a la República, obedecer sus leyes y defenderla con las armas».

El acto de Jura ante la Bandera fue denominado Promesa a la Bandera Nacional y seguiría el siguiente protocolo.

«Pregunta: ¿Prometéis ser fieles a la Nación, leales al Gobierno de la República y obedecer y respetar y no abandonar a los que os manden?

Respuesta: Sí, prometo.

Réplica: La Ley os amparará y la Nación os premiará si lo hacéis, y si no, seréis castigados.

Jura de Bandera en la Plaza de España de Sevilla

La pregunta y la réplica se harán sin cruzar el sable con la bandera».

Legislación a todas luces rencorosa y que nada tenía que ver con las tradiciones españolas y de sus ejércitos.

Ni juramento, ni beso, ni tradición…

Por Decreto de septiembre de 1936 vuelve a modificarse y se recuperan los principales aspectos de la tradicional fórmula del juramento. Muchos hemos jurado ante la Bandera con aquellas palabras inolvidables; ya no podemos memorizar ninguna otra. No es posible cambiarlas por otras. Son la primera oración a la Patria, los cromosomas que llevan para siempre tu identidad genética. Ni una coma se puede cambiar. Así es y así debe ser: «Soldados: ¿Juráis por Dios y prometéis a España, besando con unción su Bandera, respetar y obedecer siempre a vuestros Jefes, no abandonarles nunca y derramar, si es preciso, en defensa del honor e independencia de la Patria, y del orden dentro de ella, hasta la última gota de vuestra sangre?». Los reclutas contestarán: «Sí, lo juramos».

Luego dicho Jefe añadirá: «Si así lo hacéis, la Patria os lo agradecerá y premiará y, si no, mereceréis su desprecio y castigo, como indignos hijos de ella. Soldados: ¡Viva España!» (Decreto de 13 de septiembre de 1936).

Y se besaba la Bandera formando la Cruz con la espada. Por Dios y por España.

La aprobación de la Constitución en 1978 trajo modificaciones en el texto del juramento a la Bandera.

Ley 79/1980: Para Jurar la Bandera de España se empleará la fórmula siguiente: «¡Soldados! ¿Juráis por Dios o por vuestro honor y prometéis a España, besando con unción su Bandera, obedecer y respetar al Rey y a vuestros Jefes, no abandonarles nunca y derramar, si es preciso, en defensa de la soberanía e independencia de la Patria, de su unidad e integridad territorial y del ordenamiento constitucional, hasta la última gota de vuestra sangre?»

Jura de Bandera en la Legión

Los soldados contestarán: «¡Sí, lo juramos!»

El que tomó el juramento replicará: «Si así lo hacéis, la Patria os lo agradecerá, y premiará, y si no, mereceréis su desprecio y su castigo, como indignos hijos de ella», y añadirá: «¡Soldados!, ¡Viva España! y ¡Viva el Rey!», que serán contestados con los correspondientes «¡Viva!».

Cambio a nuestro juicio sensato y que no modificaba sustancialmente el espíritu del juramento adaptándose a la recién aprobada Constitución.

Ya en el año 1999 la Ley 17/1999 de Régimen de Personal de las Fuerzas Armadas vuelve a introducir nuevos cambios:

«¡Soldados! Juráis por Dios o prometéis por vuestra conciencia y honor, cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?». A lo que los Soldados contestarán: «¡Sí, lo hacemos!». El que tomó juramento o promesa replicará: «Si cumplís vuestro juramento o promesa, la Patria os lo agradecerá y premiará, y si no, mereceréis su desprecio y su castigo, como indignos hijos de ella, y añadirá: «Soldados, ¡Viva España!», y «¡Viva el Rey!», que serán contestados con los correspondientes ¡Viva!

A mi juicio se comete el enorme error de suprimir dos párrafos de enorme tradición e importancia:

  • …besando con unción su bandera
  • …hasta la última gota de vuestra sangre

Inolvidables palabras, profundas y llenas de épica y rotundidad. Toda una lección de amor a la Patria. Una arenga para la sacrificada vida de soldado.

Nunca debieron suprimirse de la fórmula del juramento o promesa. Pero el paso estaba dado; solo faltaba culminarlo. Y se hizo.

Te devuelve agradecida el beso que recibió…

La Ley de Carrera Militar (39/2007) repite la fórmula de 1999 con una pequeña salvedad. Sin importancia ¿verdad? Se suprime a Dios. Y pasó desapercibido; casi sin comentarios. Las anteriores fórmulas en nada contradecían a la Ley, pero… ¿molestaba la figura de Dios?

«¡Soldados! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?». A continuación, los soldados besarán uno a uno la Bandera y, posteriormente, como señal de que España acepta su juramento o promesa, desfilarán bajo ella.

Por último la misma ley introdujo la fórmula para que aquellos españoles que lo soliciten puedan manifestar su compromiso con la defensa de España, prestando el juramento o promesa ante la Bandera, con la siguiente fórmula: «¡Españoles! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey, y si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?».

Así llegamos al final de este relato. Algo tan importante para un soldado como es su jura ante la bandera. El compromiso de su vida. Consagrar su vida al servicio de España hasta derramar la última gota de su sangre. Compromiso sellado con un beso. A nadie se le pide tanto. Nadie da nada hasta que no lo ha dado todo. Morir cada día o el definitivo día. Sin pedir nunca nada a cambio, nunca, nada a cambio.

…formando la Cruz con la espada

Es un buen comienzo del año recordar aquel día, el día en que besamos con unción a nuestra Bandera.

Ten por seguro que en su momento te devolverá agradecida el beso que recibió.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog generaldavila.com

21 febrero 2022

 

COSPEDAL. UNA MINISTRA DE DEFENSA PARA LA ESPERANZA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

la ministra de defensa jura su cargo

‹‹Las Fuerzas Armadas tienen la misión constitucional de defender la soberanía nacional, la integridad territorial y el ejercicio de las libertades y los derechos de los ciudadanos y es obligación del Estado ejercer la competencia en exclusiva de ellas››. Lo ha dicho, y muy bien dicho,  la ministra de defensa en la Sesión de Control al Ejecutivo del pleno del Senado. Parece ser que contestaba a uno de esos que, teniendo como meta ser independiente, le molesta la presencia de los ejércitos en Cataluña. Ven aviones de caza, submarinos y soldados por todas partes. Miran hasta debajo de la cama. Es una obsesión. Las palabras de la ministra extrañarían en cualquier nación con un desarrollo de su vida política normal. ¿A santo de qué viene eso? Se preguntaría la mayoría. Pero mira por donde en España hay que recordar lo que dice la Constitución en su artículo 8. ¿Por qué será? Menos mal que ha sido la ministra de defensa. A muchos de nuestros compañeros por decir lo mismo les han puesto en la tesitura de ‹‹o se va usted o le ceso››; unos se han ido y a otros los han cesado. Por no ser neutrales.

De repente en este oscuro horizonte hemos visto un punto de luz que indica el rumbo a seguir. Comprobamos que la dirección que llevamos en el blog  es la correcta y por tanto, y como les decíamos en anterior artículo, mientras ellos sigan erre que erre, nosotros dale que dale.

Por un momento llegamos a pensar que nuestras tropas estaban exclusivamente para estar lejos, muy lejos, y aquí con incendios y nevadas ya nos llega. La ministra ha sido clara, precisa y contundente.

Ministra de Defensa

Se perciben dos mensajes desde el Gobierno ¿también desde el PP? Uno ya conocido y que siempre se apoyó por mayoría de sus votantes y otro tibio y desconocido, sin principios claros, que aún no ha sido verdaderamente refrendado en las urnas. Hoy la voz de la ministra de defensa ha sido clara mientras se oían otras voces, de su mismo nivel, o más,  que suenan a chascarrillo cuando la mesa del parlamento catalán aprobaba una ley (?) para lograr una reforma exprés y llegar al referéndum. En fin cambiar las normas para acelerar la independencia. Otra vez al Constitucional. ¿Y van?

Cuando yo era niño en el colegio me contaron un cuento que nunca he olvidado. Una señora iba a visitar a una amiga y se llevó con ella a su hijo de corta edad. La amiga sacó un bote de cristal lleno de caramelos y se los ofreció al niño al que se le iluminó la cara. Introdujo la mano en el bote intentando coger el mayor número de ellos. Con la mano cerrada llena de caramelos el chaval no podía sacarla del bote, pero su codicia le impedía abrirla. La amable señora se acercó con cariño susurrándole al oído:

-Si abres la mano y los sacas de uno en uno podrás sacar la mano y el caramelo.

Los del 3% y sus extremos complacientes han metido la mano hasta dentro, pero no quieren ceder y soltar los caramelos. Untarles de vaselina de nada vale. Ahora, al ver su fracaso, buscan con ahínco que rompamos el bote. No hará falta. Esperemos. Soltarán los caramelos simplemente con unas ligeras cosquillas. ¡Pero ya! Mientras antes mejor o habrá que romper el bote para que saquen la mano. En cualquier caso siempre es bueno que alguien les recuerde lo que es España y su Constitución dice.

Hay que cumplir la Ley y estar preparados para buscarle, a quien la conculque, las cosquillas, es decir emplear los medios que al efecto se consideren más apropiados.

Saludando a un legionario

Alabamos de la ministra de defensa su rotundidad y claridad. Ante la ley no hay neutralidad sino exigencia de su cumplimiento y en su caso de hacerla cumplir. Los caramelos son para todos. La codicia rompe el saco y hasta el bote. En este caso ha sido el comienzo de la ruptura de España. Todavía estamos a tiempo de no romper nada. Pero algo habrá que hacer. A la Ley y al Constitucional ya vemos el caso que le están haciendo.

¡Ah! Y que no vayan de víctimas porque somos el conjunto de los españoles los que tenemos que sufrir su incumplimiento de Ley.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

9 marzo 2017

COMENTARIO DEL DÍA: UN SOLDADO NO PUEDE SER NEUTRAL General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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Inspección General del Ejército (antes Capitanía General) en Barcelona

Error o equivocada interpretación.

Neutral: Que no participa de ninguna de las opciones en conflicto. Dicho de una nación o de un Estado: Que no toma parte en la guerra movida por otros y se acoge al sistema de obligaciones y derechos inherentes a su actitud. (Diccionario de la lengua española).

No caben interpretaciones y cuando uno se refiere a algo tan delicado como el intento desde las instituciones catalanas de romper España, las palabras se pueden convertir en dardos envenenados. Hay un conflicto en Cataluña y, aunque un soldado deba permanecer atento, como cualquier otro ciudadano, y no deba participar en el debate político ni ir más allá del cumplimiento de su deber con respeto y obediencia al Gobierno constituido, no puede ser neutral ante lo que significa la ruptura de España. No participar en el debate político ni pronunciarse no significa ser neutral. Sería lo mismo que decir: imparcial, indiferente, neutro…  ¿Neutral significa tibieza? No entrar en valoraciones políticas nada tiene que ver con la neutralidad. Si comparamos lo que pretenden las instituciones catalanas y cuál es la misión de un soldado la neutralidad no encaja por definición.

Un soldado está para lo que está. Saberlo lo sabes en cuanto juras bandera, acto que te consagra como tal, y cuando lees en todas las leyes y ordenanzas tu misión: Constitución, Ley de Carrera Militar, Derechos y Deberes, Reales Ordenanzas…

Garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.

¿Neutral es indiferencia ante la ruptura de España? ¿No hay un conflicto en Cataluña promovido desde sus instituciones?

Seamos claros y hablemos con respeto, pero con rotundidad. Hoy en día nadie piensa en golpes de Estado militares, nadie conspira ni está en las cavernas del pensamiento. Un soldado es un servidor de su patria y obediente al sistema legal establecido. Pensar en otra cosa es una maldad. Nadie acusa, pero hay una mala intención instalada en muchas retorcidas mentes que envía constantes mensajes de miedo en cuanto un soldado dice algo tan sencillo y elemental como es el enunciado de su misión. De ahí el temor de muchos mandos a hacer declaraciones que luego se analizan con lupa. Hoy los golpes de Estado tiene otros enunciados y los ejércitos saben muy bien lo que es una democracia y como deben cumplir, con clara rotundidad, su misión. Otros, incluidas algunas instituciones, no lo hacen.

Disciplinado, obediente, cumplir la Ley, pero no neutral. Puede uno tragar bilis y ver como se desgarra España, pero ante eso neutral nunca. Se puede sonreír con una irónica mueca, pero neutral no.

Quizá la palabra no ha sido la más apropiada, pero tampoco era necesario pronunciar ninguna.

El silencio en ocasiones es más contundente y claro que las palabras.

Ante el riesgo de acabar con la unidad de España, con España, puede haber silencio y preocupación, pero nunca neutralidad.

¡POR ESPAÑA. TODO POR ESPAÑA!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

4 marzo 2017

EL COMENTARIO DEL DÍA: LA INJUSTICIA ES UN CACHONDEO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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Artur Mas camino del Tribunal de Justicia de Cataluña

Es un aviso o escenificación de lo que puede ser. Toda una provocación. Autobuses fletados desde toda Cataluña para la exhibición de fuerza que acompaña en su paseo al líder vencedor. De eso se trata. Tiene todas las características de un aviso de rebelión, jurídica, pero rebelión. Por ahora. Estos son mis poderes y las banderas asoman en formación frente a la justicia.

¡Queremos justicia! Gritan y asustan. Se preparan y desde luego no es para el diálogo ni para la negociación. El miedo en su fase más aguda se convierte en pánico; el peligro a partir de ese momento es que se convierte en colectivo y contagioso. No hagamos nada. La justicia se entiende como principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. Cataluña es España y no hay más ni Mas que lo impida. Ante eso la respuesta del independentismo es un organizado y provocador desfile, con pitidos y abucheos a la Bandera de España incluidos. Derecho a decidir, a ofender, a incumplir la ley. Una injusticia que de permitirse sería un cachondeo. Por ahora.

La justicia es igual para todos o no es justicia. Esto debe entenderse en los dos sentidos, del que juzga hacia el juzgado y de este hacia el que le juzga. Ambos se deben respeto y exacto cumplimiento de la ley. Sin amenazas ni exhibiciones del poder de cada uno.

Hay responsables de hacer cumplir la ley. No solo son los jueces. Si ves cometer un delito, el responsable de evitarlo no llama al juez sino que debe evitar que se cometa deteniendo al autor y llevándolo ante el juez. Los mecanismos estamos aburridos de explicarlos y todos ustedes los conocen.

Puede que lleguemos tarde. Todo esto no es nuevo y grandes sectores de la sociedad llevan denunciándolo hace tiempo. Claro que podría ocurrir que no estén los partidos tan de acuerdo en esto de la unidad de España. Hay motivos para pensar que alguno en lugar de estar con España simplemente está en España. Si todos, y cuento hasta tres y me sobra el resto, tuviesen la idea clara de la unidad de España, esto tendría solución.

Un verso de una vieja zarzuela dice:

El pensamiento libre

proclamo en alta voz

y muera quien no piense

igual que pienso yo.

En este caso no se trata del pensamiento libre, sino de hechos evidentes. La injusticia sería un cachondeo si no fuese porque se trata de la unidad de España. Algo más serio. ¡Ojo!, ellos sí que van en serio. Lo que se ha visto en Barcelona es simplemente una demostración de fuerza.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 febrero 2017

SOLDADOS DE ESPAÑA. EMOCIONES CONTENIDAS General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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La ministra de defensa en su primera visita a las tropas

‹‹Se me llenan los ojos de lágrimas y el corazón de emoción con vuestra labor››.

Estamos acostumbrados a que el ministerio de defensa lo ocupe gente que nada sabe de lo militar, incluso que no lo siente; alguno ha llegado hasta el repudio. En cualquier caso conviene estar bien rodeado porque este es un oficio, el de las armas, en el que poco se habla, pero todo se sabe. El primero en enterarse es el afectado, pero estamos en un momento en el que nadie se cuestiona nada. Es el mejor camino para lograr la disciplina de la desgana junto a la obediencia de mínimos. Lo preciso del deber sin que la propia voluntad adelante cosa alguna. La derrota. Directamente a la moral. Los soldados de verdad saben que ese no es el camino y están en guardia. Siempre y en todas direcciones.

No saber no es pecado. No sentir lo es, pero mortal. Si entras como enemigo, tendrás que luchar y, aunque a ti te lo parezca, jamás vencerás. Ejemplos múltiples. Algunos de los que han pasado por ese ministerio lo intentaron, pero son hoy unos derrotados. Aunque su peligrosa inercia continúa haciendo daño.

Aquí cualquier brisa es analizada en el laboratorio del alma.

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La ministra de defensa a bordo

‹‹Se me llenan los ojos de lágrimas y el corazón de emoción con vuestra labor››. Dice la ministra de defensa en su primera visita a las tropas españolas en misión fuera de España.

Tenemos memoria y sentimientos, aunque rara vez se nos refleja en el rostro. No olvidamos sus primeras palabras en el debate de investidura como presidenta de Castilla-La Mancha en recuerdo a los soldados que acababan de sufrir un atentado en Afganistán.

Los primeros análisis se enmarcan en la esperanza y el sentimiento. Sentir no lo es todo, pero es mucho, muchísimo. Fluyen las lágrimas desde el corazón. Es una sensación que experimentan con frecuencia los soldados.

Nadie espera de usted, señora ministra, que sea un soldado. Sí que tengamos, sin fisuras, idéntica misión: ‹‹garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional››.

Se hace cargo, señora ministra, de los mejores soldados del mundo. No lo dude. Allí donde esté un soldado español jamás habrá derrota. Ya quisieran todos los países que sufren el horror de la violencia y la guerra tener con ellos una unidad de soldados españoles. La inseguridad huye ante ellos. A ellos no les oirá hablar con frecuencia de sus cosas; a sus familias tampoco. Ya sabe. Lo ha oído en más de una ocasión en sus visitas a la Academia de Infantería.

Aquí la más principal

hazaña es obedecer,

y el modo cómo ha de ser

es ni pedir ni rehusar.

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Soldados españoles en Irak

También a ellos y a sus familias se les llenan de lágrimas los ojos y el corazón de emoción. Usted lo ha descubierto al hablar con sentimiento, en directo, sin palabras de gabinete, insensibles y preparadas. Hacen falta. Una arenga no se prepara. Al militar hay que arengarle y no alabarle. A los soldados las alabanzas y elogios les suenan a quimeras lejanas, a promesas siempre incumplidas. El elogio no forma parte de su fortaleza. No se prestan al juego mediático y huyen de los discursos y brillante literatura. Sus leyes por difíciles son escasas y sencillas. Escritas con el honor, el valor, la tradición y el ejemplo de sus héroes.

Señora ministra. Estoy seguro que le han dejado una herencia larga en necesidades. Esperemos que esté completa.

El presupuesto, la deuda… ¿¡Cuántas veces se lo habrán repetido!?

Los Programas Especiales de Armamento, el vehículo 8×8, las ininteligibles Brigadas Polivalentes, aviones de transporte, reabastecimiento en vuelo, submarinos (fallidos sin explicación), la industria armamentística…, y, cómo no, la revisión de los despliegues en el exterior. Muchas cosas que atender y poco dinero para repartir. Para colmo Europa se asusta, de repente, y aprieta. ¡A las Armas! ¡El presupuesto! También le habrán dicho que la mayor parte del dinero se va en gastos de personal. ¡Qué cosas! Habría que analizar qué personal sobra y excede.

Porque aquí a la sangre excede

el  lugar que uno se hace

Duro es que el tiempo, el corto y sacrificado tiempo de servicios a la Patria, el beso agradecido, te lleve a engrosar la lista del paro sin que nadie tenga respuesta. Ocurre en mal momento. En esos momentos nadie se acuerda de Irak, Líbano, Índico… ¿No lo sabía? Pues es una prioridad, quizá la más importante. Dar una salida digna a nuestros soldados cuando la Patria decide prescindir de sus servicios. Una urgente tarea.

Todo lo que se hace fuera, los éxitos en cada misión, dependen de lo que se hace aquí dentro. Formación, instrucción, adiestramiento e ilusión. Eso también es una prioridad de la que pocos hablan. Ni pedir ni rehusar no debe ser una excusa para mirar a otro lado.

Escribo de España y sus soldados que son la prioridad del ministro de defensa. De usted depende el orden de prioridad de las muchas tareas que tiene pendiente su ministerio.

Por primera vez como ministra de defensa ha visto el rostro de nuestros soldados. La severidad de su mirada refleja una acostumbrada actitud a ver pasar los acontecimientos con cierta indiferencia. Mientras te miran sobrecoge ver como escrudiñan y analizan el más mínimo gesto, hasta la más ligera brisa. Vigilancia extrema a través de la austeridad de su mirada. Solo comparten su canción con quien con ellos va.

Respondiole el marinero

tal respuesta le fue a dar

yo no digo mi canción

sino a quien conmigo va.

España es su canción. Este es su ministerio señora ministra. Con leyes muy antiguas, no rancias, y ancladas en la tradición. Pocas leyes, pero severas. Subraye alguna de ellas y cúmplalas y hágalas cumplir. Este es un ministerio de emociones contenidas.

Porque aquí a la sangre excede

el lugar que uno se hace

y sin mirar cómo se hace

se mira cómo procede.

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España es su canción

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez