Sea mi modesta contribución al homenaje que, desde este prestigioso blog, se hace a La Legión en su centenario, dejarte dos ideas a ti lector, que te acercas a estas páginas. Por una parte, cómo La Legión acoge a estas cualificadas unidades de operaciones especiales (UOES), que queda sintetizado en el emblema de la Bandera de Operaciones Especiales de La legión (BOEL): el escudo de La Legión, hecho de pica, ballesta y arcabuz; abrazando al de operaciones especiales, el machete enhiesto y desenvainado, orlado por las ramas de roble. Por otro lado, tanto La Legión como las Unidades de Operaciones Especiales responden a una idiosincrasia propia y muy acentuada, no siempre fácil de encajar. En este sentido, este emblema refleja también lo difícil que es ser especial dentro de una unidad especial. Pero al mismo tiempo ¡qué grandiosa la fusión de la escuela de milicia que es La Legión con la dureza y exigencia de las operaciones especiales! Ambas ideas subliman la historia de las UOES en La Legión en la que me adentro.
Hablar de La legión es hablar de modernidad, de vanguardia, de maniobra, de capacidad de adaptación; pero también es hablar de disciplina, de sufrimiento y dureza, de compañerismo y de un espíritu de cuerpo perfectamente reconocible, que distingue a sus unidades y a sus integrantes de cualquier otra del nuestro Ejército y aún del extranjero. No podría La legión dar la espalda a las UOES, conocidas inicialmente como unidades de guerrilleros. Unidades que anteponen a cualquier otra consideración la operatividad, el adiestramiento en el campo, de día y de noche, en cualquier medio por hostil que sea y que hacen del secreto en la preparación y la sorpresa en la ejecución sus señas de identidad.
Cuando se crean en nuestro Ejército estas UOES, allá por la década de los sesenta del siglo pasado, lo hacen en las denominadas Fuerzas de Defensa Operativa del Territorio (DOT).La Legión en aquellas fechas desplegaba en Ceuta Melilla y el antiguo Sahara Español. Las UOES quedaban pues fuera de la orgánica legionaria. Sin embargo y gracias a la iniciativa de oficiales que habían realizado en Jaca el Curso para Mandos de Unidades de Operaciones Especiales y que se incorporaron a las filas legionarias, especialmente en los Tercios Saharianos, pronto se distinguieron convenciendo a sus mandos de la conveniencia y organizar ese tipo de unidades en los Tercios. Surgieron así casi de forma espontánea las Secciones de Operaciones Especiales Legionarias (SOES). En el 4º Tercio Los Capitanes Blond, junto con los Tenientes Díaz de Villegas (ambos asiduos colaboradores de este blog), Suero,Albero, Usero yCuesta. El Capitán Perote y el Teniente García Palomo en el 3º.Con su iniciativa y coraje, superaron aquella carencia orgánicahaciéndola virtud en lo práctico y operativo.
Años más tarde, cuando el General Pallás, fue designado como Subinspector de La Legión y trasladó a Ronda su Cuartel General, puso la primera piedra de lo que serían las UOES propiamente legionarias. El 15 de Febrero de 1982, Se constituyó la Unidad de Operaciones Especiales de La Legión (UOEL) tipo compañía, al mando del Capitán Ricardo CastilloAlgar, dependiente directamente del General y ubicándose en el viejo caserón del Cuartel de la Concepción en Ronda. Al mismo tiempo se abrió el Curso de Mando de UOES a los integrantes de la Escala Legionaria diplomándose en Jaca los Sargentos Galarraga, Salgado Rojas, junto con los cabos 1º Mark Stephen Adler y Rogaciano Goana Nelson (entusiasta comentarista de este blog).
La idea del General Pallás era constituir una Bandera de Operaciones Especiales Legionaria. Sin embargo, el limitado número de mandos diplomados hubiera retrasado su formación, por lo que el general, con su empuje y determinación, acudió a dos resortes. De una parte, abrió por primera vez las Unidades de La Legión a la Escala Básica de suboficiales. Los sargentos Larrañaga, Palencia, Plaza Jurado, del Moral Luque y Formoso, fueron los primeros integrantes de ésta escala que se unieron las filas legionarias. Por otro lado, utilizó toda su influencia en el EME para que se admitiese en un único curso, a los sargentos y cabos 1º de la Escala Legionaria necesarios para constituir la Bandera. Como la Escuela de Jaca se repuchaba aduciendo falta de infraestructura y profesorado, el General Pallás resolvió: -“Yo pondré ambas cosas”-. De esta manera se organizó en Ronda el Curso de Mandos de Unidades de Operaciones Especiales para la Legión.
En septiembre de 1983, fueron designados cuatro oficiales Diplomados en Operaciones Especiales procedentes de los Tercios de La legión, bajo la dirección del Comandante José Antonio Vázquez Soler de Jaca y un selecto grupo de alumnos constituido por sargentos y cabos 1º de escala Legionaria en el Campamento de Montejaque. Fue un curso singular,duro, muy duro, ajustado en lo técnico y eminentemente práctico. Los alumnos pasaron por las mismas fases y vicisitudes que los que realizaban el curso en Jaca. Los llevamos al Mulhacén en invierno, donde por primera vez se cantó “El novio de la Muerte” formando bandera en aquellos parajes. Se realizaron agotadoras marchas con armamento y equipo de 40, 60 y 80 Kms, intensas prácticas con explosivos y un largo etc. En el verano de 1984, la Legión disponía de 1 sargento y 14 cabos 1º diplomados en OES, que junto con los que ya se habían diplomado en Jaca, y losque procedían de la escala básica de suboficiales, suponían el número de mandos diplomados suficientes para formar la Bandera de Operaciones Especiales.
El 17 de mayo de 1985, día en el que los componentes de la antigua UOEL pasaban a la BOEL, se constituyó formalmente la Bandera de Operaciones Especiales de La Legión, bajo el mando del Teniente Coronel Antonio Lucas González y dependiente del 4º Tercio, que por aquellas fechas ya había pasado de ser un tercio de apoyo a ser un tercio operativo. Iniciaba así su andadura la BOEL. Ningún comienzo es sencillo y el de a BOEL tampoco lo fue. Lo anunciaba al principio, pero en justicia hay que decir que la BOEL fue un revulsivo para La legión en su aspecto operativo. Se constituyó en la punta de lanza del 4º Tercio que, con el tiempo, lo sería de toda La legión.
En el mes de junio la BOEL ya tenía la plantilla al completo, por la incorporación de cuadros de mandos diplomados OES y la captación de 150 legionarios en el 1º y 2º Tercios. Al final del verano, todos los componentes eran además diplomados paracaidistas. Solo quedaba organizar la fase básica que finalizaba con la tradicional “Prueba de la boina” superada la cual, se imponía al legionario la tradicional boina verde de operaciones especiales.La boina verde era expresión de exigencia, entrega, dureza y por tanto de prestigio. Como lo era también, sin lugar a dudas, el “chapiri legionario”. Encajar ambas prendas dentro de la cartilla de uniformidad de la BOEL no fue tarea fácil, como tampoco lo fue incorporar el estilo operativo de las unidades de operaciones especiales a la tradicional y un tanto rígida uniformidad legionaria. La supresión de los guantes blancos por los oficiales en actividades operativas, el uso de prendas más prácticas y silenciosas, como el jersey, la mochila de combate como parte inseparable del equipo de instrucción, el machete o los rostros embadurnados para evitar brillos; fueron algunos de los rasgos más difíciles de ser aceptados por los mandos del resto de unidades.Poco a poco se fueron aceptando.
Inicialmente, la BOEL ostentó el numeral de la XII Bandera de la legión y su nombre: “Cabo Suceso Terreros”.Fue posteriormente designada como la III, la de “los Tigres de Buharrat” hasta que finalmente, al ser considerada por el General Subinspector una bandera nueva en su especialidad, se le otorgó el numeral XIX y el nombre “Cabo CL Maderal Oleaga” en recuerdo al último legionario condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando, por su desempeño en el Combate de Edchera el 14 de enero de 1958.
En los años siguientes, La BOEL, incrementó considerablemente su radio de acción, actividades y especialización. Participó durante dos años en la cobertura de los peñones e islas de soberanía del norte de África.Fue pionera en la especialización tanto de sus unidades, en patrullas de combate y de reconocimiento especial, como de la especialización de cada uno de sus componentes operativos en armamento, explosivos, comunicaciones, inteligencia, primeros auxilios y navegación.Todo ello contribuyó a un bien ganado prestigio, dentro y fuera de la Legión y aún fuera de nuestras fronteras ya que participó en numerosos ejercicios internacionales y fue la primera de la Unidades de operaciones Especiales en participar en misiones en el extranjero en 1993 (UNPROFOR, Bosnia Herzegovina).
En estos años, el Ejército de Tierra, acometía uno tras otros, sucesivos planes de reorganización que, indefectiblemente, suponían una reducción de unidades y de efectivos. En lo que a UOES, se refiere, de las siete unidades tipo Batallón existentes a principios de siglo (6 GOES más la BOEL), quedaron reducidos a tres, que se ubicaron el Alicante bajo el mando de un General de Brigada constituyendo el Mando de Operaciones Especiales del Ejército (MOE). La BOEL fue una de aquellas tres UOES que sobrevivió, pero a costa de perder su carácter legionario. Sus componentes, con el corazón partido, hubieron de decidir entre quedarse en Ronda, integrándose en el 4º Tercio, o marchar con su unidad a Alicante y continuar siendo una UOE. El día 22 Junio de 2002, en una formación presidida por el General Jefe de la Brigada de la Legión se despedía la BOEL de La Legión. El TCOL Varela, 17 oficiales, 23 suboficiales, con una parte de la tropa marcharon a Alicante, para constituir GOE XIX, formalmente ya sin carácter legionario,aunque mantuvo el nombre “Maderal Oleaga”, su número: XIX, y el guion de mando de la BOEL. Su Jefe, el Teniente Coronel Varela, antes de dejar el mando del GOE pronunció unas palabras que con el tiempo, resultarían proféticas: “Si un día la fortuna permitiera que yo fuese JEME, el GOE XIX volverá a ser legionario”. En efecto en marzo de 2017, Javier Varela Salas fue designado Jefe de Estado Mayor del Ejército y cumplió su promesa. En las adaptaciones orgánicas promulgadas a final de ese mismo año, el GOE XIX se constituía de nuevo en la BOEL. Sigue perteneciendo orgánicamente al Mando de operaciones Especiales (MOE) pero mantiene con la Legión, lazos similares a los que ostentan el 1º y 2º Tercios, desplegados las plazas de soberanía.
Hoy la rediviva “Bandera de Operaciones Especiales Caballero Legionario Maderal Oleaga XIX de La legión” camina con paso firme de cara al centenario de La Legión, hombro con hombro, con el resto de las Banderas y unidades legionarias,con su empeño puesto no en ser la mejor – como siempre se ha dicho – sino el de ser la que más da de sí misma para serlo. Dentro de su campo operativo, las operaciones especiales.
Si en sus orígenes, la BOEL fue una Unidad de Operaciones Especiales dentro de la Legión, en la actualidad, es una unidad legionaria, dentro del Mando de Operaciones Especiales. Ese es pues su reto, en palabras legionarias, “demostrar qué pueblo es el más valiente”, con chapiri y boina verde.
Adolfo Coloma. General de Brigada (RET) del ET
(Veterano capitán y comandante de la BOEL y antiguo General Jefe del MOE)
4 junio 2020
Blog: generaldavila.com