FRANCO ENTERRADO EN LA CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA JUNTO AL APÓSTOL Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

No se asusten, no es eso lo que ha aprobado el Consejo de Ministros presidido (?) por Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

Pudo ser, pero no fue.  Franco pudo ser enterrado en la catedral de Santiago de Compostela junto al Apóstol ya que hubo una propuesta, con pocas posibilidades de llevarse a cabo, Franco aún no había muerto, pero digna de estudio. Una posibilidad más, histórica, que no creo que conculque la memoria. Al menos es un hecho real lo que resulta peligroso ya  que ello puede ir en contra de la Ley de Memoria Histórica que penaliza la verdad.

En cualquier caso, y dada la vocación tardía del presidente a los ritos funerarios, a lo mejor todavía estamos a tiempo; si la Iglesia lo admite. Enterrar a Franco en Santiago de Compostela junto al Apóstol. ¡Santiago y cierra, España!

En junio de 1923 al frente de sus legionarios moría en combate el teniente coronel Valenzuela y en su sustitución fue nombrado, con ascenso previo por méritos de guerra, jefe de la Legión el teniente coronel Franco. Antes de incorporarse a su nuevo destino se celebró en su honor un banquete en el Palace Hotel acudiendo lo más selecto de la sociedad madrileña. A la hora de los discursos sobresalió el de un sacerdote gallego llamado Basilio Álvarez. Muy conocido en los ambientes políticos y periodísticos madrileños era una mezcla de sacerdote y huracán. Poco se ha hablado de él a pesar de su compleja e interesante biografía. Debía ser amigo de Franco ya que además de asistir al homenaje se permitió una sobresaliente intervención. Sus palabras, recogidas del libro del teniente general Francisco Franco Salgado-Araujo Mi vida junto a Franco, fueron las siguientes: ‹‹Pido al gobierno como gallego que si Franco encuentra en África una muerte gloriosa, como su antecesor, su cadáver sea enterrado en Compostela al lado del sepulcro del apóstol Santiago, lo mismo que Valenzuela lo ha sido en el templo del Pilar de Zaragoza, cerca de la capilla de la Virgen››. Como es lógico la reacción no se hizo esperar y el cura don Basilio fue abucheado a la vez que se le gritaba ¡gafe!, ¡pesimista! No se amilanó el cura que enfrentándose a los abucheos contestó: ‹‹Yo tenía entendido que el hablar de la muerte en presencia de militares legionarios era una cosa natural y sin importancia; ahora me está pareciendo que estaba equivocado››. No fue el tema a mayores por ser conocida la fogosidad y carácter de don Basilio a lo que se unió la complacencia y sentido del humor con el que Franco oyó su discurso.

¡Quién sabe si aquello podría haber sucedido caso de haber caído en combate el nuevo jefe de la Legión!

¡Franco en Compostela! En peregrinación. Del Valle de los Caídos a Santiago… por el Camino.

Aporto el dato y la idea para colaborar, pacificar y calmar estos momentos donde se entra en las iglesias, basílicas para más datos, con la ley en la mano, que es todavía mucho peor que un asalto incontrolado. Nunca se había visto una cosa igual. Usar la ley para desenterrar; para entrar en una iglesia propiedad de la Iglesia. ¿Les recuerda algo? Espero que al menos se retire el culto durante eso.

Aquí no cabe un tonto más.  Habría que añadirle: Aquí no cabe más maldad.

Lo decía Platón: tonto y malo es la misma cosa.

Dios me libre de los tontos que de los listos ya me libro yo.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

2 septiembre 2018

25 JULIO, SANTIAGO APÓSTOL PATRÓN DE ESPAÑA ¡¡¡Una bandera nacional en cada hogar español!!! Adolfo Coloma GB (R) del ET

¡Santiago y cierra, España!

Estamos apenas a diez días de la festividad de Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles de Cristo, de su círculo íntimo.

Santo Apóstol

Según la tradición cristiana, tras la venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés, los apóstoles de Jesús fueron enviados a los confines del mundo para la predicación del Evangelio. Santiago vino a Hispania donde, acompañado por sus discípulos predicó la Buena Nueva por esto pagos. Según esa misma tradición, sintiéndose morir María, la madre de nuestro Señor, pidió a su Hijo que le acompañaran en el trance de su muerte los doce apóstoles. Por la intercesión de Jesús resucitado, María fue apareciéndose a todos ellos, haciéndolo a Santiago, sobre una columna de jaspe en la ciudad de Cesar Augusta (que se conserva en la Basílica del Pilar, en Zaragoza) en torno al año 40. Santiago acudió pues a Jerusalén y estuvo presente en la “dormición” de la Virgen, pero fue capturado y llevado ante Herodes Agripa, quien le dio martirio decapitándolo.

Fueron dos de sus discípulos, Anastasio y Teodoro, quienes rescataron su cuerpo, lo trasladaron por mar hasta la Península Ibérica, enterrándolo en secreto en Iria Flavia, (villa próxima a Santiago de Compostela), donde sus restos fueron rescatados en el siglo IX. El Rey de Asturias Alfonso II el Casto, ordenó construir un templo encima de la tumba, que con el tiempo se transformó en la imponente Catedral de Santiago de Compostela. Con el devenir de los años se convertiría en el tercer foco de religiosidad y peregrinación de la cristiandad, después de Jerusalén y de Roma, a través de esa magna ruta conocida como “El Camino de Santiago”

La devoción al apóstol Santiago viene pues de la auténtica cruzada que se vivió en España a lo largo de casi ocho siglos y que conocemos con el nombre de “La Reconquista”. No son pocas las intercesiones del santo en momentos críticos para la cristiandad, especialmente en batallas como las de Clavijo, Coímbra o las Navas de Tolosa. Especialmente significativa es su intervención en la primera de ellas, de donde arranca el patronazgo de España, y en particular del Arma de Caballería del Ejército.

Santiago en la batalla de Clavijo

En efecto, Ramiro I Rey de Asturias, se había negado a pagar el ominoso “tributo de las cien doncellas” al Emir de Córdoba Abderramán II, quien le presentó batalla en los campos de Clavijo, muy cerca de Nájera el 3 de mayo de 844. Dice la tradición que, el primer día de la batalla fue desfavorable a las huestes cristianas. Al anochecer, el Apóstol se apareció a los abatidos soldados confortándoles y animándoles al combate. A la mañana siguiente, según la misma tradición, apareció Santiago a lomos de un caballo blanco, blandiendo la espada en una mano y en la otra el estandarte de la cristiandad, conduciendo a los soldados a la más aplastante victoria.

Enlazando con la devoción a Santiago y para la protección de los peregrinos que transitaban hacia Compostela, nace la Orden de Santiago, una institución religioso – militar, compuesta por caballeros cristianos (miles Christi), que junto con las órdenes de Calatrava, Alcántara y Montesa, conforman las viejas Órdenes Militares Españolas. La de Santiago, tiene su origen en Cáceres en 1170, en los “Trece Frates” que se comprometieron a defender la ciudad. Posteriormente cambió su sede  al Monasterio de Uclés (Cuenca)en tiempos de Fernando III el Santo, donde pervive en la actualidad como “caput ordine” (cabeza de la orden), aunque convertido en seminario menor.

De tal tradición arranca el grito de “Santiago y Cierra España”  que se haría con el tiempo una realidad. Así lo recoge nuestro inmortal Cervantes que pone en boca de Don Quijote y Sancho Panza el siguiente diálogo:

(Sancho) -“… querría que vuesa merced me dijese qué es la causa por que dicen los españoles cuando quieren dar alguna batalla, invocando aquel san Diego Matamoros: “¡Santiago, y cierra, España!” ¿Está por ventura España abierta, y de modo que es menester cerrarla, o qué ceremonia es ésta?

Simplicísimo eres, Sancho –respondió don Quijote–; y mira que este gran caballero de la cruz bermeja háselo dado Dios a España por patrón y amparo suyo, especialmente en los rigurosos trances que con los moros los españoles han tenido; y así, le invocan y llaman como a defensor suyo en todas las batallas que acometen, y muchas veces le han visto visiblemente en ellas, derribando, atropellando, destruyendo y matando los agarenos escuadrones; y desta verdad te pudiera traer muchos ejemplos que en las verdaderas historias españolas se cuentan”.

Es decir, El grito de guerra “Santiago y Cierra España” contiene en sí dos partes. La primera es una invocación al Santo Patrón pidiendo su protección. La segunda no es sino la expresión de una inequívoca determinación de acometer, abalanzarse, cerrar, sobre el enemigo.

Francisco de Quevedo

Pero ha de esperarse hasta el año 1630, durante elreinadode Felipe IV, el Papa Urbano dispuso que “Santiago Apóstol fuera considerado patrón único de España”. Con gran satisfacción celebró la noticia el no menos insigne Francisco de Quevedo con estas palabras: “Dios hizo a Santiago, Patrón de España, que no existía entonces, para que cuando llegue el día pudiera interceder por ella y volverla otra vez a la vida con su doctrina y con su espada”.

Queda pues manifiesto el hecho de que en la nominación de Santiago como Patrón de España se juntan a parte iguales tradición y fervor religioso. Por eso no es extraño que, en períodos en los que este último ha decaído, el patronazgo de Santiago también lo ha hecho. Así ha sucedido durante la 2ª República, que lo suprimió, remontándose después Bajo el Gobierno del Generalísimo Franco, que en 1937 repuso el patronazgo, para pasar tras la transición y la proclamación de la constitución Española de 1978, que declara el Estado “aconfesional” a una situación  (por así decirlo) de bajo perfil. Sigue siendo Patrón de España, como nos recuerda la ofrenda de SM el Rey o su representante, ante los restos del apóstol, el día de su onomástica, el 25 de Julio, que es también el día de Galicia y el de una docena de pueblos repartidos por la península e Islas Canarias. Pero ni siquiera es una jornada declarada festiva en toda España, lo que contrasta con muchos de los países hermanos al otro lado del Atlántico.

La devoción al apóstol junto con la impronta de la orden Militar de Santiago tuvo su importancia militar no solo en tiempos de la Reconquista, sino que se prolonga hasta nuestros días en muchos de los usos y costumbres del Ejército Español. Basta con confrontar el emblema de la Orden Militar con el del Ejército. Tradición y devoción que alcanza su máximo exponente en el Arma de Caballería, que lo tiene por  Patrón. De hecho, finaliza su himno  con un inequívoco:

Emblema de la Orden de Santiago y del Ejército de Tierra

…. Y un grito pone fin a la hazaña

Con nuestro lema

“Santiago y cierra, España”

Pero lo cierto y verdad es que la deriva que el tradicional concepto de “Arma”  (Infantería, Caballería, Artillería e Ingenieros) está sufriendo desde hace unos años, hacia el más pragmático y administrativo concepto de “especialidad fundamental” unido a la corriente desacralizadora a la que estamos asistiendo, están vaciando de contenido los valores del patronazgo: devoción y tradición. De seguir así la cosa, en poco tiempo el Patronazgo de Santiago, y del resto de Armas y Cuerpos de las Fuerzas Armadas, y otras muchas instituciones del ámbito académico y social, irán perdiendo su significado y su valor como medio para identificar un colectivo con la virtud de un hombre o mujer santificado por la Iglesia, que se da al mismo como patrón de comportamiento o modelo de vida.

Se perderán, sí, a menos que nos rebelemos contra ello, a menos que lo demandemos y mostremos nuestra devoción, respeto y deseo de dignificar ese día.  Se nos presenta `pues en unos días, el 25 de Julio, la oportunidad de celebrar este día tan señalado, y hacerlo visible a los demás. Una ocasión singular para volver a sacar nuestras banderas a los balcones, ventanas o jardines de nuestras casas. Hacer del Día de Santiago un día de unidad de España, frente a los independentistas que quieren  que pretenden desgarrarla  y los tibios que miran hacia otro lado. Un día en el que el grito de “Santiago y cierra España” suene con determinación, con el deseo de reconocernos a nosotros mismos como hijos de esta gran nación. Con independencia de las ideas políticas de unos y de otros, de la condición civil o militar e incluso de la práctica o anuencia de la fe que heredamos de nuestros padres. Un día de júbilo orlado con los colores de nuestra enseña nacional y el grito unánime de:

¡¡¡SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!!!

Una Bandera en cada Hogar

Adolfo Coloma GB (R) del ET

Blog: generaldavila.com

16 julio 2018