ORWELL SÁNCHEZ. MEMORIA E IMPOSICIÓN 1984-2023 Rafael Dávila Álvarez

Somos Memoria. Sin ello solo instinto de supervivencia; no más. No hay nada más injusto y cruel en el ser humano que atentar contra ese privilegio único: la memoria. Una de las potencias del alma, quizá sea la única y de ella todas las demás.

De ahí la responsabilidad de todos aquellos que tiene el Boletín Oficial del Estado (BOE)en sus manos y lo utilizan con suciedad para dirigir conciencias y por tanto manipular la memoria con la imposición de unos hechos bajo un criterio oficial que si incumples eres reo de delito. Inquisidor y vomitivo. Algo para luchar contra ello en aras de la libertad.

La balada la oye el lobo que pastorea a sus corderos y los selecciona con hábil colmillo. Nadie osará abrir el redil.

En España se ha cerrado el redil que abarca una verde pradera donde la hierba crece al ritmo de una dulce balada a cambio de entregarse a la voluntad del que cierra la puerta del aprisco. Toda una bella imposición, muy superior a la trabajosa libertad. Ley memorística, criterio único e inquisidor con sus jueces batalla que usan como toga una sutil interpretación de la Ley que rige en el cercado.

Por ello esa lucha por asaltar la conciencia de la Constitución que se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española. Eso duele y no gusta al BOE.

Legislar ideología es muy peligroso. Está escrito y en vigor: 1984. En España.

Dice Pascal: la memoria es necesaria para todas las operaciones de la razón.

Se impone en la interpretación legal una sinrazón aviesa.

Todo se nos hace policial, hay mayor distancia entre lo que es, fue, y la cotidianidad impuesta bajo leyes que tratan de engañar con un cebo que gusta a cualquier pez, que muere antes de llegar a la orilla.

Es seguro que Sócrates, Platón, Aristóteles son borrados por dudar de la ley que ordena, impone; encarcelados por lanzar interrogantes a un mundo tan idílico cuyos jefes pastorean a sus rebaños en verdes praderas, por negarse a comer su dulce hierba y querer más el interrogante que la certeza única.

Claro que no todos se callan: «Vivimos en la gran servidumbre soñada por los totalitarismos, pero de forma voluntaria», porque es muy fácil vivir sin interrogantes y tenerlo todo dicho y hecho; por el poder. Que sea el BOE quien conteste. Es decir la ley nuestra de cada día.

Ya no recuerdo de qué hablábamos. Mejor. La ley se encargará de publicarlo mañana.

¡Qué felices son ustedes!

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

1 febrero 2023

 

LEY DE MEMORIA DEMOCRÁTICA (2) LA SERPIENTE HA PUESTO EL HUEVO

Destierro de Alfonso XIII

Azaña, como presidente del Gobierno, firmaba el 26 de noviembre de 1931 la sentencia dictada por la oclocracia del momento: «El Tribunal soberano de la nación declara solemnemente fuera de la ley a don Alfonso de Borbón Habsburgo-Lorena; privado de la paz pública, cualquier ciudadano español podrá aprehender su persona si penetrase en territorio nacional. Don Alfonso de Borbón será degradado de todas las dignidades, honores y títulos, que no podrá ostentar ni dentro ni fuera de España, de los cuales el pueblo español, por boca de su representación legal para votar las nuevas normas del Estado, le declara decaído, sin que se pueda reivindicarlos jamás, ni para él, ni para sus sucesores».

Se cumplen 90 años. Diez para un Centenario. ¿Habrá celebración?

1947: la Ley de Sucesión hace formalmente de España un reino.

1969: Franco nombra a don Juan Carlos de Borbón heredero suyo a título de Rey.

Muere Franco en noviembre de 1975 y queda vigente la Ley Orgánica y proclamado Rey don Juan Carlos I.

Empezaba la Transición. La prudencia del Rey, en unos momentos en los que el protagonismo egoísta de algunos quiere conducir el proceso, lleva a España a la Constitución:

—Artículo 1

  1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
  2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
  3. La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.

El Rey reina, pero no gobierna.

Menos cuando hay que salvar la democracia:

«He ordenado a las autoridades civiles y a la Junta de Jefes de Estado Mayor que tomen las medidas necesaria para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente».

¿Quién (es) sembró la semilla de la discordia y resucitó el enfrentamiento?

En mi opinión ni Zapatero ni Sánchez tienen capacidad intelectual para ello. Lo cual deja el campo abierto para las especulaciones de todo tipo y entre alguna de las muchas que circulan está sin duda la directiva enviada para (contra) España: Ley de Memoria histórica. Ley de Memoria Democrática.

La Ley y el GAL

«Cuando un pueblo tiene buenas costumbres, las leyes se vuelven simples» sentencia Montesquieu que cree que un aumento de la actividad legislativa indicaba una crisis de la moral social. Cuando se legisla contra y no en beneficio de, cuando se legisla para enfrentar y un autócrata se hace ley, estamos ante la puerta del infierno de Dante donde dice una inscripción: Lasciate ogni speranza voi ch´entrate.

El final de la esperanza llegó cuando lo legal se encamó con lo inmoral, al convertir la ley en arbitrariedad: «En efecto, allá donde la ley está sometida a los gobernantes y carece de autoridad, veo pronto la ruina de la ciudad; y donde, por el contrario, la ley es señora de los gobernantes y los gobernantes son sus esclavos, veo la salvación de la ciudad y la acumulación sobre ella de todos los bienes que los dioses suelen prodigar a las ciudades. (Leyes, 715 d. Platón).

Nadie sale ileso de su enfrentamiento con el poder político y económico. No salió la justicia cuyo mayor peligro es, y el poder lo sabe, ser autónoma.

Se llamaba aquello GAL. El ministerio del Interior convertido en banda armada. Todos. Muchos más.

El gobernador del Banco de España a la cárcel por defraudar; el Director General de la Guardia Civil robo y fraude, huye de España. El ministerio del Interior… «Sangre y dinero».

Elecciones. Declaraciones. Jueces de la Audiencia Nacional prevaricadores. FILESA. España en la desmemoria. Hay que poner fin a tanto desaguisado. ERE,s andaluces de años de honradez socialista, la ETA a las instituciones, los independentistas al Gobierno.

Cal viva para la reciente historia socialista y comunista. Era «la zona de sombra de la transición» como acertadamente la bautiza mi amigo y maestro Gabriel Albiac (desde la incertidumbre. Plaza & Janés).

Una inmensa chapuza sobrevuela la política española, lo hace como dice el Canto XII de la Ilíada: «y llevaba apresada entre sus uñas una roja serpiente color sangre…».

Ley de Memoria democrática

La serpiente ha puesto el huevo.

«Salomón dijo: no hay nada nuevo sobre la tierra. Así como Platón imaginó que todo conocimiento no es otra cosa que recuerdo, Salomón sentenció: que toda novedad no es otra cosa que olvido» (Sir Francis Bacon (1561-1626) Essays, LVIII, en El Inmortal de J.L.Borges).

No ocurre nada que sea nuevo. Ya ocurrió antes. No hay para ello Ley de Memoria Democrática. Ciegos a la realidad, tontos al discurso zafio, grosero, inmaduro, de los obscenos personajes que han hecho de la política un ritual donde serviles personajes se ponen a las órdenes de vaya usted a saber quién. Administración pública, judicatura, bancos y demás entidades financieras, movimientos llamados sociales, medios de comunicación cada vez más y más extorsionadores, entidades benéficas, policías, militares: rodillo implacable.

España es una Emergencia.

Pablo Casado Blanco

Solo me (nos) queda hacer una pregunta en tomo mayestático. No es un yo, sino un nos soberano:

Pablo Casado Blanco, presidente del Partido Popular y alternativa, hoy por hoy, a: socialistas-comunistas-independentistas-herederos de terroristas:

¿Propondrás la derogación de la Ley de Memoria democrática si llegas a ser Presidente del Gobierno del Reino de España?

Debes hacer una declaración sin ambages antes de que me decida a votar. Creo con esta pregunta hacerme portavoz de miles de españoles que necesitan contestación antes de votarte o no. Esto no es una broma ni cuestión baladí. Esa pregunta encierra el futuro de España porque visto lo acontecido en estos años no me fio de ninguno de los que os dedicáis a la política y digo «de ninguno» a pesar de que los hay muy buenos, pero que de nada sirven porque lo hacen con la disciplina que impone el pastor y su cayado; no son ellos mismos.

Contestación sin ambigüedades.

Para engañarme ya me basto solo, sin ayudas ni consejos.

Contesta.

Porque:

Pues a ellos que estaban ansiosos

por traspasar la fosa,

sobrevino un agüero:

un águila de altísimo vuelo

que iba dejando aparte, hacia la izquierda,

a las huestes troyanas

y llevaba apresada entre sus uñas

una roja serpiente color sangre,

enorme, viva, aún jadeante,

que, además, todavía de la lucha,

no se había olvidado;

pues hacia atrás habiéndose doblado,

picó al águila misma

que la iba llevando entre sus garras,

en pleno pecho, al lado del cuello,

y el águila transida de dolores,

lejos de sí dejóla caer a tierra

y arrojóla en medio de la turba,

mientras ella, en chillidos prorrumpiendo,

con los soplos del viento iba volando.

(La Ilíada. Canto XII)

La serpiente ha puesto el huevo que ahora encuba. Entre vosotros. Turba. No os habéis enterado.

Solo nos queda con Borges: «seguir jugando a no ser ciego, comprando libros, llenando la casa de libros» como una ventana que nos permita saltar por ella antes de ser relegados.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

23 noviembre 2021

 

ZAPATERO Y SÁNCHEZ Rafael Dávila Álvarez

La guerra es la continuación de la política cuando cae en manos de incapacitados para el gobierno y negocios del Estado. Representan lo peor de cada familia.

Han conseguido enfrentar, de nuevo, a los españoles y cargarse de un plumazo (en principio fue un membrete que decía d´Ors) la Transición y cualquier vestigio de entendimiento. Ellos encabezan la III Guerra civil española. Les explico esto de la guerra de manera que puedan entenderlo y no haya malos entendidos, a mi manera claro. Estas guerras modernas atacan por dentro, penetran y se heredan.

Sin necesidad de recurrir a Sunzi o Clausewitz, sabemos que la guerra está en permanente evolución: la tecnología y el sentir de la gente. Para cada estado sentimental hay una guerra. Existió la de los caballeros y la otra, esa que unos se comían literalmente a los otros. Breda también, pero fue un gesto español histórico y nunca repetido. Al enemigo ni agua, aunque unas veces se publicite y otras no.

Lo malo de la dedocracia es que cualquier tonto puede ser presidente del gobierno y hasta general en jefe. Las democracias tienen que soportarlo, pero ponen sus límites los dedócratas y así se salva algo el demócrata y el banquero.

Cuando la guerra empezó a enfrentarse con el buenismo, introducido por los peligrosos analfabetos que cada mañana consultan al espejito mágico, que no leen a Platón ni a Mortadelo y Filemón, tuvo que adaptarse al nuevo eslogan de Sí se puede, de cuyo resultado se confirma que cualquier tonto hace relojes, hasta de sol.

Hemos entrado en una de las eras más penosas de la historia de España (y parte del extranjero) y como borregos sin pastor seguimos a los sofistas errantes mientras alguien con precisión matemática establece los planes que le conduzcan a la victoria de la forma más mediática, es decir más económica, y de mayor apariencia noble y humana, endiabladamente humana. Confusos: «hay que desorientar a los que dirigen al enemigo, extraviarlos y, si es posible, hacerles perder la razón», decía un Mao Tse Tung discípulo de Sunzi.

Sé que ni uno ni otro de los protagonistas entienden nada ni piensan en nada que no sea su imagen externa y vacía de contenido. Así siguen una pauta que se extiende en estos confundidos tiempos por el mundo más mundial y menos unido que hasta ahora hemos conocido.

Mires a donde mires solo la solidez de las ideas, buenas, malas o regulares, se extiende por Oriente mientras Occidente se pierde sin pensamiento y sin otra idea que no sea vivir en rebaño balando sin entenderse más que para alimentarse de pasto; gratis.

Ha regido durante siglos, una eternidad, el racionalismo o la mística como corrientes del pensamiento.

Hoy se impone otra más fuerte que se alza en España como pionera y descubridora: el «pensamiento Alicia», que bautizó Gustavo Bueno en la triste figura ya conocida por todos, junto al «pensamiento Narciso», el de Ovidio en la Metamorfosis, más conocido, por actual.

Es una corriente en sus dos caras o formas de expresión que difícilmente pueden superarse en un futuro, aunque uno ya está curado de espantos.

Por si hay alguna duda, voy a terminar como empezaba: Zapatero y Sánchez.

Si alguno no me entiende puede que esté ya en el camino acertado de la nueva corriente filosófica que mueve el mundo; al menos el de España: Alicia o Narciso.

Puro y duro enfrentamiento entre lobos con piel de oveja y aguijón de escorpión. Los otros somos eso: los otros.

Un enfrentamiento endiabladamente humano: la guerra. La continuación de la política cuando cae en manos de incapacitados para el gobierno y negocios del Estado

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 septiembre 2021

 

EL GRAN ESTAFADOR BERNARD MADOOF Rafael Dávila Álvarez

Ha muerto el que titulan como el Gran Estafador, Bernard Madoof, en una cárcel de Carolina del Norte donde cumplía condena de 150 años. No voy a intentar descubrir en qué consistía su estafa porque para mí es más fácil entender la teoría general de la relatividad de Einstein. Lo de Madoof debe ser algo parecido a lo de «con IVA o sin IVA» de aquellos que no llegan a su nivel, pero se esfuerzan. En la vida todo depende. Del camino que recorres y la tierra donde te plantan. Crecen tulipanes o cardos. Unos vuelan en clase/baja, low cost, y otros se van de turismo musical en avión del Estado: tulipanes y cardos, a las abejas les da igual. Se trata de robar el polen que llevan y de camino hacer germinar tu especie más allá.

Depende mucho de la cantidad porque en esto del dinero no hay calidad. Todo él es idéntico y malo quien lo maneja. Para algunos estafar mucho o poco es una escala marcada no por el nivel de honradez, sino por la capacidad para engañar, la cantidad que pasa por tus manos y las posibilidades que te ofrezcan. Se empieza por «poquitos» para luego ir creciendo, gota a gota, hasta hacerse pilar como la estalactita.

Es el gran tema de lo poco y lo mucho. De la fidelidad o si lo prefieren de la honradez. El siervo bueno y fiel en lo poco y el que no lo es que tampoco lo será en lo mucho.

Hay sin duda un código moral más equitativo que las leyes, pero eso hay que enseñarlo desde pequeñito y ahora la enseñanza se dirige a que seas una buena oveja del rebaño dirigido por determinados pastores que son los que venden las ovejas; a buen precio.

Platón decidió apostar por la filosofía. Es decir: allí donde no hay esperanza, pero sí disciplina. Moral; claro. Qué cosas tan raras decía Platón o gente así.

El estafador penado con 150 años de cárcel llegó a donde llegó porque vio el camino y ejemplos laterales, que eran autopistas. Seguro que nunca leyó a Platón. De Juan March decían que leía mal y escribía peor, pero nadie contaba como él.

Hay quienes se lo llevan y luego presumen de su habilidad y talento, encima dicen que crean muchos puestos de trabajo, que seguro que es verdad.

Como aquellos bandoleros de Sierra Morena. Cuenta Sebastián Miranda un viaje al sur en tren. Detenidos por una avería preguntó a uno que estaba en la estación.

—¿Pasamos ya Despeñaperros?

—Sí señor; este es el corazón de Sierra Morena.

—Y diga usted, buen hombre, ¿sigue habiendo bandoleros por esta tierras?

—No señor; eso se ha acabao. Por aquí no hay ninguno. Y después de una profunda pausa añadió.

—Los que queais, vais ustedes muy arropaditos en vuestras camas del tren.

Se sabía, pero era mejor no saber nada. No hacer y dejar pasar. Lo he dicho muchas veces. Un millón es de cárcel; mil es una estadística y te codeas con Hacienda. Como los muertos de Stalin: uno es tragedia, un millón una estadística.

Nunca sabremos como empezó y por qué acabó la estadística de Madoff; es más fácil entender la teoría de la relatividad.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

18 abril 2021

ALARMA: RELIGIÓN, MAGISTRATURA Y FUERZA. Rafael Dávila Álvarez

Eran los pilares. Rotundos y recios. Ahora sobrantes, desechos de tienta. Bravura no obliga, ni rezos ni leyes y los cañones disparan desde las rotativas. España «debelada, imploró en vano la misericordia del César». La infantería murió en las trincheras mientras dilataba la vida que «era dilatar su agonía y multiplicar el número de sus muertes».

Hubo que huir con los pocos que rezaban, algunos soldados fieles y sin más ley que el honor. Lo que sucedió después fue una enorme pesadilla que casi no recuerdo, pero sé que aquella huida no sirvió de nada.

Errantes sin encontrar, «Yo Marco Flaminio Rufo, tribuno militar de una de las legiones…», me levanté y pude mendigar o robar mi primera detestada ración de carne de serpiente. Unos hombres se comían a otros y todas las puertas daban a una celda o a un pozo, mientras las escaleras morían sin llegar a ninguna parte. No eran valerosos ni, por tanto, felices. Tampoco hablaban y pensé que era por miedo a la libertad sin caer en la cuenta que era para que no los obligasen a trabajar.

Creían que sin religión, sin magistratura y sin ejército podrían vivir en el pensamiento, en la pura especulación.

Todo se construía sin pilares, por lo que aquel era un mundo dudoso siempre. Así que decidieron irse a morar en las cuevas. Construyeron laberintos para confundir a la gente y la enloquecieron al encontrarse cada día con los mismos interrogantes y nunca la solución.

Las iglesias no eran necesarias ante la inmortalidad, la magistratura fútil en la igualdad, y el ejército era palabra olvidada, «todos adoctrinados por un ejercicio de siglos, la república de hombres inmortales había logrado la perfección de la tolerancia y casi del desdén».

Para terminar con tanta perfección que habían alcanzado nos transmitieron que «ser inmortal es baladí; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte», entonces fue cuando nos sentenciaron que «lo divino, lo terrible, lo incomprensible, es saberse inmortal».

Cuando regresamos nos encerraron en el Palacio de la Alegría y nos dijeron que allí solo quedaban «palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros» y que no hablásemos a nadie de nuestras horas y siglos. Aquello se había acabado y este era un mundo nuevo en el que fuimos, en breve seríamos Nadie y al fin seremos muertos.

Todo ya murió. Por tu culpa. Eso no nos lo dijo nunca nadie.

Como con ello se habían hundido los pilares recios y rotundos, fueron a vivir a las grietas que aún dejaba la ruina.

«Salomón dijo: no hay nada nuevo sobre la tierra. Así como Platón imaginó que todo conocimiento no es otra cosa que recuerdo, Salomón sentenció: que toda novedad no es otra cosa que olvido» (Sir Francis Bacon (1561-1626) Essays, LVIII, en El Inmortal de J.L.Borges).

Olvidada la religión, la justicia y la fuerza, ya no queda nada. Grietas si acaso. Olvido.

Solo nos queda «seguir jugando a no ser ciego, comprando libros, llenando la casa de libros» como una ventana que nos permita saltar por ella antes de ser relegados.

Rafael Dávila Álvarez

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15 marzo 2021

 

 

LA GUERRA NUESTRA DE CADA DÍA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

«En el recuerdo, una verdad nos habla. Enmascarada. Al esfuerzo por descifrarla, llaman Parménides y Platón filosofía». Copio textualmente las palabras del maestro Albiac (ABC 09/02/2018).

Buscar la verdad de algo tan antiguo, tan habitual, como es el arte de la guerra, es un duro trabajo filosófico, aunque muy necesario. Sus razones están tan metidas en el hombre como ocultas. No se diferencian hombre y guerra.

Empiezo a tener dudas sobre el arte en general y en concreto con el de la guerra. Cualquier actividad del hombre es o no es arte. Ante todo el arte debe ser virtud asequible, al menos que se entienda y con la necesaria técnica que evite el fraude. El fraude nos embelesa y la razón suele estar ausente.

El arte de la guerra. Parece un oxímoron, pero puede ser a la vez un pleonasmo. Depende. Sin duda la primera actividad del ser humano debe entrar en la lista de las artes. Parménides y Platón hablaron de filosofía y ¡cómo no!, de guerra: «La guerra es el arte de destruir a los hombres, la política es el arte de engañarlos».

Hay que ir con cuidado. No hace mucho, cuando aún se podía ver la televisión, en una serie divertida, desenfadada y por tanto inteligente, me quedé con una frase que es pura filosofía: «Esto debe ser arte, porque no lo entiendo». El arte de la política.

Descifrar los motivos de la guerra es más sencillo que la verdad que en el recuerdo nos habla. La guerra pretende una única cosa: la posesión. Si existiese la libertad no existiría la guerra. Es el equivalente a la destrucción: o mío o de nadie. Esclavizar a los hombres, engañarlos, también es destruirlos. Muchos se sienten más seguros con esa destrucción metódica que con el esfuerzo que supone ser libre.

La propuesta final de la guerra, la victoria definitiva, es «someter al enemigo sin librar batalla con él»; poseerlo es lo mismo. Engañarlo es lo más malo. La guerra actual, o sea la política,  para la que no se necesitan otros medios, es la mismísima guerra, pero sin ruido, con armas silenciosas y penetrantes que te poseen directamente con la palabra y la imagen: el arte del engaño ya avanzado por Sunzi, pero sin honor. Otra guerra, otras armas, otros guerreros, mismo fin. Consiste en no librar batalla; lo que pocos guerreros conocen. Tuvo que introducirse la política. Desde que la guerra quedó como una forma de posesión gracias a los misiles intercontinentales del mensaje, el conflicto se presenta a diario. La política es, por ello, un arte engañador, que parece y no es eso: un trampantojo. Sus generales portan tirsos y visten hipócritas uniformes mientras arengan con incuria. ¿Muerte? Pocas diferencias.

Palas Atenea relegada al olimpo. Ápate es quien manda.

El príncipe de Maquiavelo tiene las claves que muchos buscamos: «Pues bien, los principales cimientos y fundamentos de todos los Estados —ya sean nuevos, ya sean viejos o mixtos— consisten en las buenas leyes y las buenas armas». Todo un arte, mientras no exista libertad. Ahora leyes y armas son lo mismo: se escriben al dictado político y se disparan contra la inteligencia. La tecnología ha inventado nuevos cañones e infantes minúsculos que recorren las redes. Nadie es capaz de detenerlos.

La política aprendió, en primer lugar y sobre todo, que su engaño debería «hacernos creer que existía una inutilización, un desarme artístico del adversario sin causarle demasiadas heridas, y que tal sea la verdadera tendencia del arte de la guerra»; leyeron sin entender y copiaron literalmente de Clausewitz sin continuar con el párrafo que seguía: «Por muy bello que esto nos parezca, nos vemos obligados, sin embargo, a destruir tal error, pues en asuntos tan peligrosos como es la guerra, los errores que se dejan subsistir por benignidad son, precisamente los más perjudiciales».

Guerra—Política. No busquen arte alguno; si acaso malas artes para alcanzar la posesión. Da igual cómo, se trata de destruir.

Echo de menos el honor y el valor.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

22 febrero 2021

ÁCRATA DE DERECHAS Rafael Dávila Álvarez

Mi amigo es soldado. Por lo menos general (lo más común), que a lo mejor es más. De los de trinchera, aunque él a veces me dice que mejor de alambrada, la trinchera es solo un paso momentáneo para apretarse el correaje, calmar el resuello y preparar las granadas de mano. Momento cumbre el del asalto. Olvidado.

Me ha sorprendido que al hablar de esto y aquello, que viene a ser lo que ocurre en España, diga que él ya ha encontrado su definición para lo que le quede de vida. De sopetón me suelta: «He llegado a la conclusión de que soy ácrata, de derechas, pero ácrata». La reflexión es obligada para poder entrar en el juego, si es que lo es, y decir algo oportuno; o inoportuno.

El no a la autoridad parece lo más alejado del sentimiento militar y es por lo que debo pensar en lo que mi amigo dice.

Recuerdo a Gustavo Bueno al citar a Epicuro en su libro El mito de la Cultura: «Toma tu barco y huye, hombre feliz, a vela desplegada, de cualquier forma de cultura».

No sé si esto de la cultura es algo convertido en una ideología, y podría, entonces, ser que la autoridad sea ideológica y por eso discutible. Una forma más de imposición en el engaño que deja muy claro Platón cuando nos avisa que para el beneficio de los hombres, es frecuentemente necesario engañarlos. Lo sabía hace tiempo y cuando llega un cierto momento tan descarado dices: se acabó.

Dice mi amigo: «ácrata de derechas». Ni a él ni a mi nos gusta que nos engañen.

Claro, que alguno se asustará y, confundido, puede pensar en otra cosa que nada tiene que ver con el tema del que hablamos.

La edad juega malas pasadas, o buenas, y te hace adivinar un horizonte final demasiado cercano lo que te obliga a ir despacio para retrasarlo todo lo posible, a la vez que evitas mirar atrás porque el pasado es la caja de misterios abierta, al descubierto muchas farsas y no apetece dilucidar cuales son unas y otras. No está mal morir en el engaño, el que así lo quiera.

Mientras más leyes y más autoridad, más ácratas, que no es que lo sean, sino que buscan respirar de manera automática, por el simple cambio de presiones, y no por el respirador de la política; y de la autoridad sin tenerla.

Dice mi amigo que somos demasiados y no hay para todos y no todos valen para lo mismo, pero todos dicen ser iguales y no todos lo son.

Al final ha habido un cierto entendimiento en eso de ácratas, pero no hemos llegado a tener muy claro lo de derechas.

Y me viene a la memoria: «Pues dos cosas tenemos que llorar los españoles: la una, lo que de nuestras cosas no se ha escrito, y lo otro, que hasta ahora lo que se ha escrito ha sido tan malo, que viven contentas con su olvido las cosas a que no se han atrevido nuestros cronistas, escarmentadas de que las profanan y no las celebran. Y así, por castigo, ha permitido Dios todas estas calamidades, para que con nosotros acabe nuestra memoria» (España defendida. Quevedo).

Creíamos que era el paraíso y hemos topado con el Apocalipsis que tanto, al parecer, nos gusta.

Se acabaron los afectos en política. Todo era una farsa y contento vive aquello que permanece oculto.

Cada día entiendo más a Tácito: «Antaño sufrimos a causa de nuestros vicios; hoy sufrimos a causa de nuestras leyes»; y también entiendo a mi amigo que dice ser ácrata de derechas.

Menos autoridad y más educación. Me voy haciendo ácrata por y de la edad.

Hablamos con un médico, también amigo, y resulta que eso puede ser algo producido por obedecer a tanto inútil. Que no tiene cura por ahora. Dice que leer puede aliviar algo el mal.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

15 febrero 2021

 

 

LOS HÉROES DE MIS DÍAS RETIRADO Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

En estos días de zozobra, cuando el retirado se retira, <<avanzada la tarde, me vuelvo a casa y entro en mi despacho. Y en el umbral me despojo de mis vestidos cotidianos, llenos de fango y lodo, y me visto de ropas nobles y curiales. Entonces dignamente ataviado, entro en las cortes de los hombres antiguos, donde, amablemente recibido por ellos, me deleito con ese alimento que es solo para mí, y para el que yo nací>> (Palabras que gentilmente me cede Maquiavelo).

Hoy, 17 de noviembre del año 2019, encuentro el descanso en la sabiduría, en la de uno de los hombres más sabios que conozco. Claro que sabiduría y bondad es lo mismo. Y viceversa. Desde Platón lo sabemos.

No hace falta que me entiendan. Él tampoco lo necesita.

¡Velay! Si lo hacen.

EL PITAJUELO

<<Entró el hombre en la librería y se puso a mirar los libros, pero no encontraba nada interesante hasta que dio con una historia de la guerra civil del 36 y, como vio que la gente hojeaba los libros, él también se puso a hojearla y vio allí fotografías que debían de recordarle aquel tiempo porque sus gestos eran como si reconociese allí a las gentes o los hechos y los lugares. Y luego comenzó a buscar por el libro.

El librero se acercó y dijo:

-¿Busca alguna cosa en especial en este libro?

Y él contestó:

-No, no.

Y dejó el libro en el anaquel. Luego preguntó al librero si tenían una historia sagrada de José y de sus hermanos, cuando estuvieron en Egipto, o de Florinda la Cava.

-No, no –contestó el librero.

Pero entonces él miró de todos modos el índice de los nombres de pueblos y ciudades y luego de personas, y no venía.

-¿Y entonces? –dijo él.

Y le comenzó a contar al librero que el cura de su pueblo era muy pequeño, y que andaba siempre, cuando iba a otros pueblos a confesar, montado en una burra muy grande, y llevaba un paraguas colorado, que tenía lentes de metal blanco, y que jugaba al pitajuelo y a las canicas con los chicos, pero que, cuando llegó la guerra civil, se las tuvo tiesas con los rojos y con los azules.

-Y ¡cuidadito! -dijo- si le tocaban a alguien.

Y también le dijo que, cuando vinieron una vez a su pueblo a hacer política, entre él y los monaguillos soltaron los cerdos, y ese fue el recibimiento que tuvieron.

-¡Claro! ¡Claro! –dijo el librero.

Pero el hombre muy serio, le miró al librero de hito en hito, y dijo:

-Y digo yo que con los que salvó y aunque solo fuera por lo del pitajuelo, tendría que tener alguna mención en un libro ¿no?

-Pues no -dijo el librero.

Y el hombre saló de la librería muy desilusionado>>.

(José Jiménez Lozano)

Esta es una narración, una pequeña gran historia, escrita por don José Jiménez Lozano, al que sin haber visto nunca conozco muy de cerca.

No es necesario que nos veamos porque, como me sigue diciendo Maquiavelo, aunque nunca le hayas visto <<ellos por su humanidad, me responden. Y durante cuatro horas no siento ningún aburrimiento, me olvido de toda ambición, no temo la pobreza, no me da miedo la muerte: me transfiero enteramente donde están ellos>>.

A pesar de que, como auténticos héroes, suelen permanecer en silencio.

¡Velay!

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

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17 noviembre 2019

MALOS MALÍSIMOS. ELECCIONES. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Aristóteles y Alejandro Magno

<<O el problema tiene solución y entonces es inútil preocuparse, o el problema no tiene solución y entonces es inútil preocuparse>>.

¿Diría eso Aristóteles? No a su discípulo, el Gran Alejandro. O poco caso le hizo. Su veredicto fue la guerra, triunfador; un cambio histórico.

<<Platón dijo que tonto y malo es la misma cosa>>. Lo que significa: elecciones. Malo, es muy malo. Luego lo otro: es. Consecuencia. O al revés.

Hace unos días en su columna de ABC nos recordaba el profesor Albiac lo que la tradición dice que figuraba en la entrada de la Academia de Platón:

<<Nadie entre aquí que no sepa geometría>>.

Se van aclarando las cosas. Supe que habría elecciones el día que imputaron a Esperanza Aguirre. Alguno sabe geometría; o gramática parda. De esta red no se escapa nadie. Estamos enredados. Hay que descubrir al pescador que teje y lanza la red.

Para mí que tenga o no tenga solución el problema, es un problema; algo habrá que hacer.

Alejandro tenía en su mesilla la Ilíada y la daga. Sería por eso de los tontos. No deje que uno se le acerque porque es contagioso. Hay epidemia. Eso es malo; <<malo malísimo>>, en expresión de mi nieto. Ser tonto forma parte de la libertad. ¿Se podrá elegir?

Geometría es una asignatura difícil para los políticos. Lo cual es un riesgo. Las guerras se hicieron interminables desde que la suprema dirección fue incumbencia suya. No saben el daño que producen las tonterías. Más que el lenguaje de las armas. No saben geometría, no saben nada, que no sea su propio ego.

En estas condiciones no abandonaré la protección de mi trinchera. Hasta que no haya un jefe que me inspire confianza y quede convencido de que la lucha no es en vano. Ante esto creo mejor seguir envuelto en la geometría. No abandonaré La Ilíada ni la daga; junto a mi almohada.

Me retiro con Obermann o Unamuno.

<<¿Quién eres tú? Para el universo soy nada, pero para mí todo>>.

De los generales se espera que ganen las batallas. De lo políticos que no provoquen la guerra.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

26 septiembre 2019

FRANCO ENTERRADO EN LA CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA JUNTO AL APÓSTOL Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

No se asusten, no es eso lo que ha aprobado el Consejo de Ministros presidido (?) por Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

Pudo ser, pero no fue.  Franco pudo ser enterrado en la catedral de Santiago de Compostela junto al Apóstol ya que hubo una propuesta, con pocas posibilidades de llevarse a cabo, Franco aún no había muerto, pero digna de estudio. Una posibilidad más, histórica, que no creo que conculque la memoria. Al menos es un hecho real lo que resulta peligroso ya  que ello puede ir en contra de la Ley de Memoria Histórica que penaliza la verdad.

En cualquier caso, y dada la vocación tardía del presidente a los ritos funerarios, a lo mejor todavía estamos a tiempo; si la Iglesia lo admite. Enterrar a Franco en Santiago de Compostela junto al Apóstol. ¡Santiago y cierra, España!

En junio de 1923 al frente de sus legionarios moría en combate el teniente coronel Valenzuela y en su sustitución fue nombrado, con ascenso previo por méritos de guerra, jefe de la Legión el teniente coronel Franco. Antes de incorporarse a su nuevo destino se celebró en su honor un banquete en el Palace Hotel acudiendo lo más selecto de la sociedad madrileña. A la hora de los discursos sobresalió el de un sacerdote gallego llamado Basilio Álvarez. Muy conocido en los ambientes políticos y periodísticos madrileños era una mezcla de sacerdote y huracán. Poco se ha hablado de él a pesar de su compleja e interesante biografía. Debía ser amigo de Franco ya que además de asistir al homenaje se permitió una sobresaliente intervención. Sus palabras, recogidas del libro del teniente general Francisco Franco Salgado-Araujo Mi vida junto a Franco, fueron las siguientes: ‹‹Pido al gobierno como gallego que si Franco encuentra en África una muerte gloriosa, como su antecesor, su cadáver sea enterrado en Compostela al lado del sepulcro del apóstol Santiago, lo mismo que Valenzuela lo ha sido en el templo del Pilar de Zaragoza, cerca de la capilla de la Virgen››. Como es lógico la reacción no se hizo esperar y el cura don Basilio fue abucheado a la vez que se le gritaba ¡gafe!, ¡pesimista! No se amilanó el cura que enfrentándose a los abucheos contestó: ‹‹Yo tenía entendido que el hablar de la muerte en presencia de militares legionarios era una cosa natural y sin importancia; ahora me está pareciendo que estaba equivocado››. No fue el tema a mayores por ser conocida la fogosidad y carácter de don Basilio a lo que se unió la complacencia y sentido del humor con el que Franco oyó su discurso.

¡Quién sabe si aquello podría haber sucedido caso de haber caído en combate el nuevo jefe de la Legión!

¡Franco en Compostela! En peregrinación. Del Valle de los Caídos a Santiago… por el Camino.

Aporto el dato y la idea para colaborar, pacificar y calmar estos momentos donde se entra en las iglesias, basílicas para más datos, con la ley en la mano, que es todavía mucho peor que un asalto incontrolado. Nunca se había visto una cosa igual. Usar la ley para desenterrar; para entrar en una iglesia propiedad de la Iglesia. ¿Les recuerda algo? Espero que al menos se retire el culto durante eso.

Aquí no cabe un tonto más.  Habría que añadirle: Aquí no cabe más maldad.

Lo decía Platón: tonto y malo es la misma cosa.

Dios me libre de los tontos que de los listos ya me libro yo.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

2 septiembre 2018