ZAPATERO Y SÁNCHEZ Rafael Dávila Álvarez

La guerra es la continuación de la política cuando cae en manos de incapacitados para el gobierno y negocios del Estado. Representan lo peor de cada familia.

Han conseguido enfrentar, de nuevo, a los españoles y cargarse de un plumazo (en principio fue un membrete que decía d´Ors) la Transición y cualquier vestigio de entendimiento. Ellos encabezan la III Guerra civil española. Les explico esto de la guerra de manera que puedan entenderlo y no haya malos entendidos, a mi manera claro. Estas guerras modernas atacan por dentro, penetran y se heredan.

Sin necesidad de recurrir a Sunzi o Clausewitz, sabemos que la guerra está en permanente evolución: la tecnología y el sentir de la gente. Para cada estado sentimental hay una guerra. Existió la de los caballeros y la otra, esa que unos se comían literalmente a los otros. Breda también, pero fue un gesto español histórico y nunca repetido. Al enemigo ni agua, aunque unas veces se publicite y otras no.

Lo malo de la dedocracia es que cualquier tonto puede ser presidente del gobierno y hasta general en jefe. Las democracias tienen que soportarlo, pero ponen sus límites los dedócratas y así se salva algo el demócrata y el banquero.

Cuando la guerra empezó a enfrentarse con el buenismo, introducido por los peligrosos analfabetos que cada mañana consultan al espejito mágico, que no leen a Platón ni a Mortadelo y Filemón, tuvo que adaptarse al nuevo eslogan de Sí se puede, de cuyo resultado se confirma que cualquier tonto hace relojes, hasta de sol.

Hemos entrado en una de las eras más penosas de la historia de España (y parte del extranjero) y como borregos sin pastor seguimos a los sofistas errantes mientras alguien con precisión matemática establece los planes que le conduzcan a la victoria de la forma más mediática, es decir más económica, y de mayor apariencia noble y humana, endiabladamente humana. Confusos: «hay que desorientar a los que dirigen al enemigo, extraviarlos y, si es posible, hacerles perder la razón», decía un Mao Tse Tung discípulo de Sunzi.

Sé que ni uno ni otro de los protagonistas entienden nada ni piensan en nada que no sea su imagen externa y vacía de contenido. Así siguen una pauta que se extiende en estos confundidos tiempos por el mundo más mundial y menos unido que hasta ahora hemos conocido.

Mires a donde mires solo la solidez de las ideas, buenas, malas o regulares, se extiende por Oriente mientras Occidente se pierde sin pensamiento y sin otra idea que no sea vivir en rebaño balando sin entenderse más que para alimentarse de pasto; gratis.

Ha regido durante siglos, una eternidad, el racionalismo o la mística como corrientes del pensamiento.

Hoy se impone otra más fuerte que se alza en España como pionera y descubridora: el «pensamiento Alicia», que bautizó Gustavo Bueno en la triste figura ya conocida por todos, junto al «pensamiento Narciso», el de Ovidio en la Metamorfosis, más conocido, por actual.

Es una corriente en sus dos caras o formas de expresión que difícilmente pueden superarse en un futuro, aunque uno ya está curado de espantos.

Por si hay alguna duda, voy a terminar como empezaba: Zapatero y Sánchez.

Si alguno no me entiende puede que esté ya en el camino acertado de la nueva corriente filosófica que mueve el mundo; al menos el de España: Alicia o Narciso.

Puro y duro enfrentamiento entre lobos con piel de oveja y aguijón de escorpión. Los otros somos eso: los otros.

Un enfrentamiento endiabladamente humano: la guerra. La continuación de la política cuando cae en manos de incapacitados para el gobierno y negocios del Estado

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 septiembre 2021

 

A POR UVAS. FIN DE AÑO EN PLENA GUERRA SUCIA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La guerra sucia tiene su definición en el Diccionario de la RAE: << Conjunto de acciones que se sitúan al margen de la legalidad y combaten a un determinado grupo social o político>>.

Se entiende con claridad.

La guerra también tiene sus leyes y limpieza en la ejecución. Los tratadistas del Arte Militar no hablan de la guerra sucia, porque aquello que es sucio no es arte tratable. Sucio es lo contrario a la legalidad o a la ética. A alguno (s) le podrá gustar, pero ni es legal ni ético.

Claro que hablamos de la olvidada ética en la que el hombre de acción debe seguir como clase de vida la del honor (Ética a Nicómaco).

Ahora está de moda el anglicismo fair play, innecesario en una lengua tan expresiva y rica como la española: juego limpio que, como dice el Diccionario panhispánico de dudas, es conducta honrada en una competición o juego. Y es que se dan muchas patadas -sobre todo en la guerra política- que se han convertido en misiles. Guerra sucia, conducta alejada de la honradez.

La actual empezó en España un ya olvidado 11M. Tuvo sus consecuencias inmediatas el día 14. Aún las vivimos. Desde entonces la guerra sucia, de acuerdo con la definición, es lo oficial en determinados partidos.

Termina el año y el presidente en funciones la lidera. Una de las características es el hermetismo, la oscuridad y los enredos. Negociaciones en la oscuridad con los que se han puesto al margen de la legalidad para combatir a determinados grupos sociales y políticos.

Aún más grave, sin saber sabiendo, negociaciones que van camino de cargarse España con todas sus consecuencias. El presidente del Gobierno en funciones se sitúa al margen de la moralidad (política y de la otra) y nos mantiene a todos como peleles, mientras él añade ínfulas a su mitra presidencial.

No es bueno ni decente que terminemos el año en un horizonte de penuria política a la que el socialismo extravagante de Zapatero y Sánchez, junto al separatismo y terrorismo, nos están llevando.

No se trata del bienestar individual, ni de la derecha o la izquierda, ni de ideologías o formas de entender la vida. Se trata de nuestra casa, de nuestro futuro, de nuestra vida en común; en definitiva se trata de España. De salvar a España de su destrucción. Negocian todo lo contrario.

Despedir así el año es muy triste.

Por tanto al Año Nuevo le pido que se rompan las negociaciones que con separatistas lleva a cabo el señor presidente en funciones y que la cordura hágase en forma de pacto de Estado para salvar a la Nación: España.

Y si no, le pido nuevas elecciones con la lección aprendida. La de la ética.

Por si no lo recuerdan dijo el historiador Chang Yu: <<Clavad una cuña entre el soberano y sus ministros; o, si no, enemistadle con sus aliados. Sembrad entre ellos las sospechas mutuas, de manera que reine en ellos el malentendido. Así podréis conspirar contra ellos>>.

En argot taurino: Hasta la bola.

¿Es que no hay una mayoría de españoles que quieran una España unida? Parece que no. Si así fuese tomaríamos las uvas frente al Palacio donde se aloja el señor presidente; en funciones. Para que se explicase. Hasta que se explicase.

¡Nadie habla? ¿Nadie moviliza a nadie en defensa de la Nación, que está en grave peligro?

El presidente ha entrado a por uvas.

¡Feliz Año! Es un decir. Un imposible.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

31 diciembre 2019

Blog: generaldavila.com

UN DEBATE FUERA DE LA LEY General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

<<Al dirigir la mirada a la situación y ver que todo iba a la deriva por todas partes, acabé por marearme… >> (Platón Carta VII).

No hay mejor resumen. Platón decidió apostar por la filosofía. Es decir: allí donde no hay esperanza, pero sí disciplina. Moral; claro.

Esa es la conclusión que obtenemos. El mareo que precede a la náusea.

Viendo el debate, espectáculo mediático con intentos de ser los Óscar de Hollywood, pero de pueblo, uno saca la conclusión de que no hay esperanza.

Los partidos mayoritarios, los que más votos van a obtener, está alejados, y se debate la identidad de España, el Estado y la Nación. No debe haber más propuesta: o España o nada. O gana España o gana la ruptura de España. Con ello está en juego el empleo, las pensiones, la sanidad, la educación, el bienestar. Si hay España hay futuro; si no, no sabemos lo que nos espera. Nada bueno.

Queda clara la necesaria definición: España. Es el primer punto a debatir. Los otros son consecuencia. El bloqueo político que el señor Sánchez define como primer problema es él mismo: Sánchez.

Porque su propuesta es:

Volvió a salir la nación de naciones, la España discutida y discutible; el enemigo en casa. Incluso con descaro y fuera de la Ley se proclamó la necesidad de dar vía libre al independentismo, eso sí, dentro de la más estricta legalidad, que debe referirse a las propuestas de Puigdemont y los CDR con el amparo del Tribunal Supremo. Es el presidente en funciones, en versión Sánchez, sin tapujos,  que apuesta por empezar a funcionar con esas hipótesis de trabajo.

Visita al Hades. Volvieron a quedar claras las dos Españas irreconciliables. Por su culpa, por su grandísima culpa. Culpa de dos: Zapatero y Sánchez. Aunque ha calado entre el mundo de la ignorancia que transporta al del odio. Pura regresión al lugar que les pertenece históricamente: el Hades. ¡A estas alturas! Sigue internándose en su morada. Acabará la ilustre Perséfone enviándole la cabeza de Gorgo, horrendo monstruo.

¿Formará usted Gobierno con independentistas y batasunos? El <<funciones>> no contesta. Sabe que debe callarse. Se lo han dicho los que le manejan metiendo la mano por la espalda. Presidente que eso está hecho; no lo airees. Él no sabe; solo hacer garabatos en un papel y no mirar al adversario. Fea su postura; mala educación.

Un debate fuera de la Ley. ¿Qué quiero decir? Que las propuestas de los partidos PSOE y Podemos pasan por la nación de naciones, por una España discutida y discutible, por ceder al independentismo, por aceptar la violencia como forma de expresión democrática y, cómo no, por imponer por ley sus criterios, por atentar contra la libertad de pensamiento, de expresión, incluso de pensamiento. Una verdadera propuesta contra la libertad. Utilizar la ley para educar. Manosear el Código Penal.

Debate, combate, contienda, lucha, cualquier cosa menos claridad. Eso: claridad. Una guerra de guerrillas sin generales, añoranzas de Sierra Morena.

Al oír a alguno de estos personajes he recordado la anécdota que Sebastián Miranda cuenta en Recuerdos y Añoranzas cuando yendo a Sevilla el tren se detuvo y un ilustre viajero preguntó desde la ventanilla a uno que miraba al tren.

-¿Pasamos ya Despeñaperros?

-Sí señor; este es el corazón de Sierra Morena.

-Y diga usted, buen hombre, ¿sigue habiendo bandoleros por esta tierras?

-No señor; eso se ha acabao. Por aquí no hay ninguno. Y después de una profunda pausa añadió.

-Los que queais, vais ustedes muy arropaditos en vuestras camas del tren.

Nada nuevo, no hay horizonte al que mirar, encerrados en una tormenta de oscuridad impenetrable. El tren se ha parado.

Termino. No se me pasa el mareo.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

6 noviembre 2019