PUEDE SER LA GUERRA ¡YALLAH-YALLAH! IRAK General de División R. Rafael Dávila Álvarez

Irak es un nombre que nunca se borrará de la historia militar española. Va emparejado al nombre de un personaje  que políticamente inauguró el camino de la desaparición de España y que militarmente actuó a su antojo y capricho sin, o con muy malos, asesores militares. A la vista están. Dejó el prestigio de nuestros soldados por los suelos y ha costado años recuperarlo de nuevo y, a pesar de ello, nadie, ni dentro ni fuera, lo olvida: la retirada de las tropas de Irak el año 2004 sacando réditos electorales y ofendiendo a más de la mitad de los españoles. Una mentira, un engaño, una grosera manipulación, que poco a poco se va desvelando y dejando al personaje al descubierto junto a su escudero de la Mancha.

El 11M es el origen de nuestros males políticos y la retirada de Irak fue el descenso en caída libre de nuestro prestigio militar. Fue precipitada retirada exponiéndolas a graves riesgos, los mismos que asumieron las tropas aliadas que tuvieron que ocupar nuestro lugar deprisa y corriendo. Lo sabe todo el mundo, aquí y allá fuera.

Pasó el tiempo y tuvimos que volver. Lo sabíamos. Pero ahora era a la paz y concordia que pregonaba ese personaje que pulula por Venezuela o cualquier otro lugar donde el comunismo avanza y se desarrolla. Volvimos y dije:

¡Irak!, suena a guerra y a duros enfrentamientos.

¡Irak!, suena a guerra en el frente y a olvido en la retaguardia.

¡Irak!, es una duda para el soldado que allí luchó y que, sin saber todavía porqué, con urgente frivolidad fue retirado.

Nos obligaron a una infame retirada, pero volvimos a aquella inolvidable tierra, un lugar convertido en agujero negro que absorbe el sufrimiento y dureza de los mejores soldados. Un escenario de guerra donde la muerte, manifiestamente escondida, jamás da la cara. No esperen que se lo cuenten nuestros soldados. No lo van a hacer. A nadie le interesa. Son cosas de ellos. Fatiga, dolor, hambre, sed, sueño… Han hecho todos los trabajos, los que les manden. Han cumplido su deber, obedecer hasta morir. Solo eso. Ni una queja.  Todos soldados del Reino de España cobijados por su Bandera como necesario impulso para el sacrificio diario. No se puede ir por el mundo y jugártelo todo si no está contigo tu Patria, tu Bandera, que representan tus deseos, tus anhelos y esperanzas, bajo cuya protección están los tuyos, los españoles, que para un soldado lo son todos.

Resulta que ahora las tropas americanas, con su tecnología, mandadas por su presidente, Trump, han atacado el convoy donde iba el general Iraní Qassem Soleimani. La reacción iraní no se ha hecho esperar. Ataque a los campamentos de lrak. Allí están nuestras tropas; más de 600 soldados. Si tuviésemos un Gobierno de derechas el escándalo estaba en la calle con la manipulación de siempre y eligiendo a Trump como el pimpampum de las rabiosas izquierdas de ahora. Quizá, estos pacifistas de salones de traición,  en el fragor de su escalada hacia el poder, han olvidado que tienen soldados allí. ¡Que les importa!

El momento es de enorme tensión. Abramos el rústico horizonte al que acostumbramos a mirar y veamos más allá.

Dice Trump: <<Que esto sirva como una advertencia de que si Irán ataca a algún estadounidense o bien estadounidense, hemos atacado 52 sitios iraníes (que representan los 52 rehenes estadounidenses tomados por Irán hace muchos años), algunos a un nivel muy alto e importante para Irán y la cultura iraní, y esos blancos, y el propio Irán, serán atacados muy rápida y duramente. Estados Unidos no quieren más amenazas>>.

Esto ya no va de faroles. La partida va en serio. Hay que ser fuerte y estar unidos. El gran error ya se cometió: abandonar Irak por orden del ex-presidente Barack Obama en 2011. Si caemos en esa trampa daremos entrada plena al plan iraní de crear una poderosa Media Luna chiíta. La guerra sería inevitable en Oriente Medio.

Sería impulsar el proyecto de Soleimani de crear el nuevo Imperio Persa. Y me temo que en el mundo actual no hay ningún Alejandro Magno para aguijonear a Bucéfalo, mientras arenga a sus tropas y suena el trueno de Queronea. ¡Alalalai! ¡Alalalai! ¡Alalalai!

Mi temor es que este Gobierno que nos anuncian en España juegue a la guerra sucia, algo que tan bien sabe hacer. En cuanto se den cuenta de que hay rentabilidad política, ordenan la retirada por si les estalla en las manos la honra y el honor.

Van y vienen nuestros soldados. Irak es un mal recuerdo, aunque queramos olvidar aquello. Sí, la precipitada e irresponsable retirada del 2004. Allí seguimos, pero eso se incluye en el olvido. Mejor no recordar. Irak sigue siendo el sello del sacrificio, del riesgo y cumplimiento del deber, guste o un guste, un nombre maldito que dejó al descubierto lo peor del ser humano dedicado a los menesteres de una indecente política.

No hubo agradecimiento, entonces, para aquellos soldados sometidos a un innecesario riesgo por la precipitada y oportunista orden de retirada.

En ocasiones el valor y el sacrificio se convierten en moneda de cambio para el engaño y el juego sucio del poder. No lo olvidamos. Irak es la repetición de un desagradable sonido, el eco que insistente nos lleva a recorrer episodios lamentables de nuestra reciente historia. El nombre de Irak no cesa de recordarnos la desidia de una retaguardia.

Allí estuvimos y con reproches volvimos. Allí estamos y con olvido, sin comentarios, ¿nos retiraremos?

Nosotros hoy escribimos para ellos, para los soldados. Con auténtico compromiso de defender su honor y honra, su grandeza de espíritu. Lo mismo fue ayer, es hoy, y será mañana. No es necesario ir más allá.

¡Gracias soldados! La Patria en su silencio os lo agradece. Ese silencio es un tesoro cuando el lenguaje se convierte en lodo.

¡Yallah, Yallah! Irak.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

9 enero 2020

A POR UVAS. FIN DE AÑO EN PLENA GUERRA SUCIA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La guerra sucia tiene su definición en el Diccionario de la RAE: << Conjunto de acciones que se sitúan al margen de la legalidad y combaten a un determinado grupo social o político>>.

Se entiende con claridad.

La guerra también tiene sus leyes y limpieza en la ejecución. Los tratadistas del Arte Militar no hablan de la guerra sucia, porque aquello que es sucio no es arte tratable. Sucio es lo contrario a la legalidad o a la ética. A alguno (s) le podrá gustar, pero ni es legal ni ético.

Claro que hablamos de la olvidada ética en la que el hombre de acción debe seguir como clase de vida la del honor (Ética a Nicómaco).

Ahora está de moda el anglicismo fair play, innecesario en una lengua tan expresiva y rica como la española: juego limpio que, como dice el Diccionario panhispánico de dudas, es conducta honrada en una competición o juego. Y es que se dan muchas patadas -sobre todo en la guerra política- que se han convertido en misiles. Guerra sucia, conducta alejada de la honradez.

La actual empezó en España un ya olvidado 11M. Tuvo sus consecuencias inmediatas el día 14. Aún las vivimos. Desde entonces la guerra sucia, de acuerdo con la definición, es lo oficial en determinados partidos.

Termina el año y el presidente en funciones la lidera. Una de las características es el hermetismo, la oscuridad y los enredos. Negociaciones en la oscuridad con los que se han puesto al margen de la legalidad para combatir a determinados grupos sociales y políticos.

Aún más grave, sin saber sabiendo, negociaciones que van camino de cargarse España con todas sus consecuencias. El presidente del Gobierno en funciones se sitúa al margen de la moralidad (política y de la otra) y nos mantiene a todos como peleles, mientras él añade ínfulas a su mitra presidencial.

No es bueno ni decente que terminemos el año en un horizonte de penuria política a la que el socialismo extravagante de Zapatero y Sánchez, junto al separatismo y terrorismo, nos están llevando.

No se trata del bienestar individual, ni de la derecha o la izquierda, ni de ideologías o formas de entender la vida. Se trata de nuestra casa, de nuestro futuro, de nuestra vida en común; en definitiva se trata de España. De salvar a España de su destrucción. Negocian todo lo contrario.

Despedir así el año es muy triste.

Por tanto al Año Nuevo le pido que se rompan las negociaciones que con separatistas lleva a cabo el señor presidente en funciones y que la cordura hágase en forma de pacto de Estado para salvar a la Nación: España.

Y si no, le pido nuevas elecciones con la lección aprendida. La de la ética.

Por si no lo recuerdan dijo el historiador Chang Yu: <<Clavad una cuña entre el soberano y sus ministros; o, si no, enemistadle con sus aliados. Sembrad entre ellos las sospechas mutuas, de manera que reine en ellos el malentendido. Así podréis conspirar contra ellos>>.

En argot taurino: Hasta la bola.

¿Es que no hay una mayoría de españoles que quieran una España unida? Parece que no. Si así fuese tomaríamos las uvas frente al Palacio donde se aloja el señor presidente; en funciones. Para que se explicase. Hasta que se explicase.

¡Nadie habla? ¿Nadie moviliza a nadie en defensa de la Nación, que está en grave peligro?

El presidente ha entrado a por uvas.

¡Feliz Año! Es un decir. Un imposible.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

31 diciembre 2019

Blog: generaldavila.com