OTAN, CEUTA, MELILLA Y GIBRALTAR (General de División Juan Chicharro Ortega)

image_thumbnailA lo largo de este pasado mes de octubre la OTAN ha desarrollado un importantísimo ejercicio denominado » TRIDENT JUNCTURE»  en el que han participado casi 36000 hombres. España ha sido país anfitrión aportando 8000 hombres y ocho escenarios. Sin duda, una buena ocasión para ejercitar capacidades, y de paso, también, enseñar músculo a posibles adversarios o contendientes.

Al hilo, también, de estas importantes maniobras, nuestro exJEMAD podemita ha declarado su parecer sobre esta organización militar con un claro desacuerdo del «status» actual de la misma,  lo que ha propiciado opiniones contrapuestas sobre nuestra integración en esta Alianza multinacional liderada por los EEUU. Nada nuevo viniendo de este partido antisistema y que no debería extrañar a nadie pues ya conocemos sus postulados desde hace tiempo.

gibraltar5Dos noticias diferentes pero que tienen el punto común de tratar sobre esta Organización, poniéndola de actualidad, y que, por lo que a mí respecta, me lleva, una vez más, a tomarla como referencia respecto a la situación de nuestras plazas africanas, Ceuta, Melilla y por ende, también, Gibraltar.

Y a ello voy.

Hablar de Ceuta y Melilla es hablar de dos ciudades españolas que lo son desde antes de la constitución o existencia del Reino de Marruecos que sin embargo – me parece que no es conocido demasiado esto – se encuentran fuera del paraguas de protección de la OTAN.

España ingresó en la OTAN en 1982 y desde entonces ha sido un aliado leal y fiel con la Organización. Ha participado en numerosas operaciones de la misma con un alto tributo en sangre (muertos y heridos). Las guerras en Los Balcanes, Libia o  Afganistán entre otras son testigos del sacrificio de nuestra nación en comunión con nuestros aliados.10.12.13-CEUTA-Y-MELILLA-4

Por si esto fuera poco, cuasi finalizada la instalación de parte del componente naval del escudo antimisiles de la OTAN en la Base Naval de Rota, se ha elevado el riesgo para nuestro territorio por la amenaza de aquéllos contra quienes va dirigida la acción de defensa. Esto es  obvio y hubiera parecido lógico que, digo yo, se hayan   negociado contrapartidas. No sé si así se ha hecho, debido, quizás, a la discreción de estos casos, aunque oficialmente nada se sabe de esto; pero caso de estar en ello  espero que se explique a los el_escudo_anti-misiles_de_rota-1EEUU y a la Alianza que no es de recibo que mientras que la OTAN garantiza los intereses de sus aliados en territorios bien lejanos, una parte del territorio de uno de sus aliados se encuentra fuera de su sistema de seguridad y defensa. Porque esto es lo que sucede en la actualidad. Ceuta y Melilla, ciudades españolas, no son contempladas por la OTAN como tales. Esto es una incoherencia absoluta y que es necesario corregir. Conviene resaltar que de conformidad con el Artículo 5 del Tratado de la OTAN “la responsabilidad más grande de la Alianza es defender nuestro territorio y población contra cualquier ataque”, y les guste o no, Ceuta y Melilla son España.

 

Y en cuanto a Gibraltar obvia extenderse y explicar aquí que es una situación harto diferente por mucho que algunos pretendan lo contrario. Nada tienen en común el contencioso presente que España tiene con la Gran Bretaña por la soberanía del Peñón y la españolidad indiscutible de Ceuta y Melilla. Sin embargo sí que hay, a mi entender, un punto de contacto entre ambos problemas y éste está sin duda en la OTAN.

Me explico: así como el interés de la OTAN por atender a la españolidad de Ceuta y Melilla es nulo, el que muestra para cooperar con España a propósito de Gibraltar es tan inexistente como el anterior. A la Organización le importa bien poco la justa reivindicación histórica española.

¡Menuda Alianza en la que nos encontramos!image_content_3315434_20150703152012

Si los EEUU o la misma Organización hubieran querido apoyar a España, en este asunto, hace tiempo que la base militar británica en Gibraltar habría dejado de tener interés, pues obvia recordar la proximidad de la de Rota que la hace innecesaria. Y el asunto entre España y Gran Bretaña tendría sin duda otro cariz.

Soy soldado de infantería y bien lejano a entender las retorcidas, y para mí absurdas maniobras diplomáticas, que hemos llevado a cabo casi siempre en torno al asunto gibraltareño. La solución en la historia a cuestiones tortuosas entre pueblos se han resuelto siempre – independientemente de con las armas, hoy impensable – con inteligencia, rectitud, visión de Estado y sobre todo con VOLUNTAD de resolver el problema. Sucede que por razones que se escapan a mi humilde intelecto la Gran Bretaña no tiene intención alguna de solucionar este asunto. Se fue de la India, Pakistán, media África, Hong Kong y un largo etc., de países de forma casi siempre ordenada y pacífica, pero hete aquí que por mantener una mísera roca en la península ibérica prefiere la “enemistad”, de quien se supone aliado suyo, a solucionar un contencioso histórico ciertamente ridículo si lo comparamos con los antes reseñados. No, no tiene voluntad alguna de resolver el contencioso. Desengañémonos de una vez. Fotografia-Royal-Marines-marines-EEUU_ECDIMA20151103_0012_20Estamos ante un extraño aliado que incluso se ha permitido la desvergüenza de conmemorar la ocupación del Peñón, con motivo de las citadas » Trident Juncture», en nuestro propio  territorio, sin que se tenga noticia alguna de reacción de nuestros dirigentes políticos ni militares. Yo, desde luego, no lo tengo  como aliado puesto que los aliados no se comportan así.

En consecuencia, sólo vislumbro una solución y ésta pasa por que su  principal y amoroso aliado, los EEUU, le obliguen a ello. Es hora ya de plantearle a los EEUU – país por el que siento una profunda admiración – que o nos ayuda a encontrar una solución satisfactoria para ambas partes, que las hay, o que se acaba de una vez nuestra aquiescencia a todos sus deseos y necesidades en la guerra global que está llevando a cabo desde hace 20 años contra el terror. Y son muchos: desde la permanente autorización para uso logístico de nuestro territorio hasta el apoyo y cooperación militar en operaciones bien lejanas, pasando por la aquiescencia, hoy, para instalar en España parte importante de su escudo antimisiles con el riesgo que esto implica y, además,  por si no bastara con las cesiones en la Base Naval de Rota ahora también en Morón.47ed312dbee39b4feb4a261300270374_l-2

Soy firme partidario de la presencia de España en todos los organismos internacionales, incluidos los que afectan a la seguridad y defensa, pero, visto lo visto, la verdad es que no son pocas las ocasiones en las que parecemos los tontos de la película.

Y pensar que, en gran medida, los aspectos navales de la » Trident Juncture» se han desarrollado entre Gibraltar, Ceuta y Melilla.

¡Lo que hay que ver!

General de División de Infantería de Marina (R.) Juan Chicharro Ortega

4 pensamientos en “OTAN, CEUTA, MELILLA Y GIBRALTAR (General de División Juan Chicharro Ortega)

  1. Podrá parecer un comentario duro, pero no puedo evitar pensar que aquí tenemos un problema: “aquellos que tiene la grave responsabilidad de velar por el prestigio y la dignidad de la Patria muestran una enorme tibieza en sus acciones para garantizarla”
    A pesar de que los sicofantes han pululado y pululan engañando a muchos, los que ya somos viejos sabemos que estos temas se trataron de mejor manera en el pretérito. Cuando caigan las vendas en los ojos de muchos, la historia lo sacara a la luz Podrá parecer un comentario duro, pero no puedo evitar pensar que aquí tenemos un problema: “aquellos que tiene la grave responsabilidad de velar por el prestigio y la dignidad de la Patria muestran una enorme tibieza en sus acciones para garantizarla”
    A pesar de que los sicofantes han pululado y pululan engañando a muchos, los que ya somos viejos sabemos que estos temas se trataron de mejor manera en el pretérito. Cuando caigan las vendas en los ojos de muchos, la historia lo sacara a la luz. Y estos que hoy son alabados serán descubiertos en sus complejos e inoperancia dañina.

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  2. Buenas noches, General Dávila y General Chicharro. Por supuesto, yo tampoco estoy en la certeza del motivo de la importancia de la Roca para el Reino Unido a día de hoy, a no ser que esa Roca tenga el significado de «prenda» arrancada a un «enemigo histórico» (España), como esas banderas capturadas en el combate y que nunca se devuelven; puede que la Roca, además, tenga algún otro «significado» menos épico (cual pudiera ser el relacionado con el dinero) y en la defensa de ese «significado» puede que no sólo se encuentren los británicos, al que tal vez se pudiera añadir la realización en el Peñón de otras manipulaciones que los británicos tienen reservadas para desenvolver en sus territorios ultramarinos, manteniendo el aspecto «impoluto» de su territorio nativo.
    En general, la descolonización británica fué «ordenada», pero obligada. Creo que se puede decir que los británicos procuraron «vender» una generosidad no merecida, haciendo parecer que su salida era por propia y graciosa voluntad cuando en realidad estaban abandonando apresuradamente avisperos, antes o después de salir las avispas. El caso de Hong-Kong es caso aparte, seguramente debido a la presión de China, que no es poca presión, y a un cálculo de intereses económicos con respecto a China; precisamente el único caso (al menos, que recuerde) en el que la población probablemente no deseaba el abandono de la soberanía británica, lo que invalida la tesis de que la dificultad en la devolución de Gibraltar reside en «la voluntad del pueblo gibraltareño».
    Con respecto a la posición española en relación con nuestros «aliados». Naturalmente, no se puede negociar partiendo de la base de que se tiene que hacer méritos para compensar algo que se necesita expiar, con complejos. Según mi modesta opinión, se comenzó a negociar sobre la base de que España tenía que hacerse perdonar el régimen surgido el 18 de Julio, ocultando que ese régimen nunca obró en contra de nuestros actuales aliados y que, más bien, se benefició de la «no intervención» que, aunque en principio tuviera como fin el mantener el «status quo» en Europa, acabó teniendo un significado de apoyo al nuevo régimen (de wikipedia: «Además en Gran Bretaña las simpatías del gobierno conservador se fueron decantando hacia el bando sublevado, ante en el temor de que España cayera «en el caos de alguna forma de bolchevismo» (en palabras del cónsul británico en Barcelona), especialmente a partir de febrero de 1938 cuando Anthony Eden fue sustituido al frente del Foreign Office por Lord Halifax». Hemos de tener en cuenta también que, durante la II Guerra Mundial, España significó más una ventaja para los aliados que para el Eje, que no podía contar con territorio español para el envío de refuerzos y material a un «tiro de piedra» de África y, en cambio, tenía que arriesgar sus transportes en aguas del Mediterráneo (lo cual fué una de sus grandes debilidades), por no hablar de los cientos o miles de militares aliados que, en caso de poder llegar a territorio español, lo cruzaban en pos del retorno a sus hogares. En mi opinión, el General Franco supo «marear» a los alemanes al estilo gallego: sin decir «no», pero poniendo tanto precio al «sí» que eran los alemanes los que acababan prefiriendo el «no»; a eso se le llama «saber nadar y guardar la ropa» (¿saben aquello del gallego y la escalera?… pues lo mismo); hay otras teorías, pero creo que no son de gallegos.
    Excuso hablar del apoyo a los Estados Unidos durante la «guerra fría»; seguramente a cambio del «reconocimiento internacional» del régimen (y de material, parte del cual saben perfectamente que tenía condicionado su uso), pero no pueden decir que «no nos conocen de nada».
    Así, pues, no tenemos nada que «expiar» ni necesitábamos unos políticos que negociasen en nuestro nombre desde la premisa acomplejada de que tenemos que hacernos perdonar nada.
    Para finalizar. A pesar de un «traspiés» (que ya se ha comentado en este blog), creo que hemos dejado ya suficiente sangre española, como miembros de las intervenciones en apoyo de nuestros aliados, o dentro de los «mandatos ONU», como para merecer otro trato.
    También me gustaría saber qué es lo que ganamos a cambio de «la permanente autorización para uso logístico de nuestro territorio hasta el apoyo y cooperación militar en operaciones bien lejanas, pasando por la aquiescencia, hoy, para instalar en España parte importante de su escudo antimisiles con el riesgo que esto implica y, además, por si no bastara con las cesiones en la Base Naval de Rota ahora también en Morón». Sólo espero que sea a cambio de beneficio para la Nación, y no para beneficio particular, porque seguro que hay beneficio.
    Un cordial saludo.

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