SEMANA SANTA CASTRENSE General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Legionarios portando a hombros al Cristo de la Buena Muerte en Málaga

¡Guiones y banderines de la Legión, rindan honores a nuestros muertos!

Es la voz de mando del Jefe de la formación legionaria. Es el recuerdo al legionario de todos los tiempos. Tiene la Legión especial rito para dar tierra a sus hijos y para recordarlos en sus formaciones. Los muertos de la Legión, los legionarios novios de la muerte, son inmortales. ¡Qué difícil explicarlo! Tanto como comprenderlo y asimilarlo. Siempre presentes. No da miedo pronunciar la palabra: muertos de la Legión. Es la rotundidad del lenguaje legionario. La muerte es familiar, forma parte del combate y de la historia de la Legión.

La muerte en los soldados no se toma con frivolidad ni es un reto arrogante o temerario. Se es muy consciente, en silencio y en los adentros, en los sentimientos, que en cualquier momento puede ocurrir. Ante el hecho, el más trascendente de la vida: dignidad.

Es una temporalidad que pasa, aunque deje imborrable huella cuando es el compañero el que se va. Eterno recuerdo porque  la muerte es vida y ejemplo que a todos, cada uno en su único momento, nos llegará.

La Semana Santa da comienzo

¡Guiones y banderines rindan honores a nuestros muertos!

La Semana Santa da comienzo. Es momento de reflexión y dolor. Un paréntesis necesario. ¿Se celebra la muerte? Sería un eterno fracaso. Es el necesario tránsito del dolor, del sufrimiento y entrega por los demás, a la victoria sobre esa temporalidad llamada muerte.

La Semana Santa mucho tiene que ver con la entrega y sacrificio, con los soldados de España; tanto que es el espíritu que define su quehacer diario. La entrega y el sacrificio por los demás.

La muerte no es el final

La muerte no es el final, cantamos en un profundo rezo por nuestros compañeros muertos. Es el canto que abre el camino, el paso siguiente hacia la eternidad. Esperanza: ‹‹Cuando, Señor resucitaste, todos vencimos contigo, nos regalaste la vida, como en Betania al amigo››

Rodean los pasos y tronos los soldados. Cientos van por ellos escoltados. Firmes y pensando en centinelas, vigilias en noches compartidas.

Aquel hombre que decía ser Hijo de Dios pasó sus últimas horas entre ellos, entre soldados. Azotado y vigilado. Cuando murió, el Centurión, el capitán, dio la voz de alarma que conmocionó al mundo hasta nuestros días:

¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios! No hubo más pregón. Era la consigna, el santo y seña, que recorrería cualquier posición, cualquier rincón. Lo había dicho el capitán cuando Jesús murió.

También en el momento de la Resurrección, vigilando el sepulcro, estaban los soldados. El paso de la muerte a la vida, el tránsito, vigilado y pregonado por los soldados. Ahora se entiende mejor todo este misterio. La mística enraizada en la tropa con su capitán al frente. Venía de lejos aquella fe comentada, desde el día en el que un centurión fue sorprendido por su fe:

‹‹Jamás vi tanta fe en Israel››.

Resuena desde entonces, desde aquella fe lejana y heredada, la pena que nos alcanza por un hermano perdido. Es cuando el adiós dolorido busca en la Fe su esperanza. Empezamos a comprender. Desde entonces en su palabra confiamos.

La muerte no es tan horrible como parece porque la muerte no es el final. Por eso hay un Cristo Legionario, de la Buena Muerte. Por eso hay fe en los soldados. Por eso cantamos y rezamos:

‹‹En tu palabra confiamos

con la certeza que Tú

ya le has devuelto la vida,

ya le has devuelto a la luz››.

El morir en el combate es el mayor honor

Testigos del tránsito entre la muerte y la vida fueron los soldados. Testigos de la Resurrección. La muerte en los soldados no se toma con frivolidad ni es un reto arrogante o temerario. Es la Fe en que La Muerte no es el Final

‹‹Tú nos dijiste que la muerte

no es el final del camino

que aunque morimos no somos,

carne de un ciego destino››.

Ahora se entiende que El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.

‹‹Si así mi vida concluyo

Y así la muerte me espera

Aquí me tiene por suyo;

Ni la llamo ni la huyo;

Puede venir cuando quiera››.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

6 pensamientos en “SEMANA SANTA CASTRENSE General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

  1. Mi respetado y muy querido GENERAL,

    ¡MARAVILLOSA EXPOSICIÓN!, NADA QUE AÑADIR NI QUITAR: ¡MAGNIFICO!

    i)LOS MUERTOS DE LA LEGIÓN YEL CRISTODE LA BUENA MUERTE

    ii)LA SEMANA SANTA DA COMIENZO

    iii)LA MUERTE NO ES EL FINAL

    iv)LUZ Y FE EN ISRAEL

    v) MORIR EN COMBATE: «EL MAYOR HONOR».

    Se me ocurrió un día, adentrarme en las once décimas del «DOS DE MAYO» de Bernardo López García (Jaén 11.XII.1838- 15.XI.1870 Madrid).Tomé el verso más adecuado de cada décima e hice un sonetillo ajustando.

    Salve Bernardo por oda divina,

    once décimas configuradoras,

    en un soneto tan encantadoras:

    ¡triste concierto, invicta doctrina!.

    Traicionada por las conspiradoras,

    brava tierra en valle o colina,

    invicta, gloriosa por disciplina,

    arrogante madre que atesoras.

    Del Orbe imán y mástil tu manto,

    nunca esclava es, quien sabe morir,

    ¡Guerra!, el sacerdote en su canto.

    ¡Hijo mío!, lánzate ya a combatir;

    las legionarias madres van sin llanto:

    ¡Orgullo de España por resistir!.

    ENHORABUENA Y GRACIAS MI GENERAL

    A la orden de V.E

    VIVA EL CRISTO DE LA BUENA MUERTE

    VIVA EL REY

    VIVAN REGULARES Y LA LEGIÓN

    VIVA Y ARRIBA ESPAÑA

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  2. Muchas gracias Mi General, por las plegarias tan preciosas que ha subido para esta Semana Santa Castrense. Como bien se dice. La muerte no es el final. Saludos para todos.

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  3. Con permiso de Vuecencia mi General. Está claro en el Credo Legionario, en La Muerte no es el Final y en El Novio de la Muerte. Así como Cristo, Dios y Hombre, aceptó la muerte, así la aceptan los legionarios, porque saben que no es el final. Julio de Felipe Jimeno. !! Arriba España y viva La Legión !!

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  4. A las órdenes de V. E., mi General.

    Pues celebremos la muerte, porque sin ella no hay resurrección posible. La muerte en acto de servicio, quiero decir, la muerte para salvar a otro, y más si es compañero.

    Quien mejor puede hablar de tú a la muerte es aquel que alguna vez, en acto de servicio y para librar de ella a un compañero, sin distinción de categoría ni empleo, que ante ella todos somos iguales, ha pasado por ese dilema y ha elegido ese riesgo y la ha tenido por acompañante durante todas las horas necesarias hasta conseguir poner a salvo llevando sobre la espalda al otro a un punto de socorro médico.

    ¡¡¡Viva España!!!

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  5. Mi general : Envidia me dan los muertos en el combate. Yo con “solo 88” años, solo podré morir sin pena ni gloria.🇪🇸🇪🇸🇪🇸

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