FRANCO, ¿JEFE DEL ESTADO? «CON FRANCO NOS SALVAMOS, SIN FRANCO NOS HUNDIMOS». Rafael Dávila Álvarez

Uno de los momentos más trascendentes de la guerra civil española y de la reciente historia de España fue el nombramiento el 1 de octubre de 1936 del general de División Francisco Franco Bahamonde Jefe del Estado español.

De repercusiones, entonces inimaginables, los hechos tal y como sucedieron están sembrados de dudas y las distintas versiones contienen errores en nombres, lugares, fechas y, lo más importante, no relatan con exactitud lo ocurrido. ¿Hubo alguna intención?

Uno de los protagonistas fue el general Fidel Dávila Arrondo y en una de sus habituales notas que a diario tomaba sobre los hechos vividos nos lo cuenta con todo tipo de detalles.

Narrado en el libro La Guerra Civil en el Norte. El general Dávila, Franco y las campañas que decidieron el conflicto, en síntesis viene a decir que Franco fue nombrado Jefe del Estado de una manera un tanto atípica y casual y no con el acuerdo de todos los generales implicados.

A la muerte del general Sanjurjo el alzamiento quedó acéfalo lo que llevó a crear una Junta de generales para dirigir los acontecimientos (Junta de Defensa Nacional). Se pensó en sustitutos de Sanjurjo y aparecieron nombres como el del Infante D. Carlos de Borbón-Dos Sicilias (Teniente general; padre de Dª María esposa de D. Juan), incluso se le propuso al general Severiano Martínez Anido, que declinó el nombramiento. Al no encontrar una persona de consenso que aunase voluntades y fuese aceptada por todos se creó una Junta de Generales en la que se encontraban los que iniciaron el alzamiento y conducían las operaciones, aunque la labor diaria de la Junta la llevaban Cabanellas, Mola y Dávila.

A finales del mes de septiembre de 1936 toda la dirección del alzamiento seguía dirigida por la Junta de generales. Las tropas de Franco y Mola habían logrado contactar y la proximidad a Madrid, objetivo principal, les hizo ver la necesidad de crear un mando único para las operaciones. Un General en jefe que dirigiese a ese Ejército aún sin organizar, que no contaba con la estructura y medios necesarios.

Para tratar el asunto la Junta de generales se reunió en un viejo aeródromo de Salamanca. Dos veces.

La primera el 21 de septiembre. En ella se habló sobre todo de la conquista de Madrid. La capital de España era el objetivo principal. Más urgente que posible; un deseo inalcanzable con los escasos medios disponibles, pensaban algunos miembros de la Junta. También se habló del mando único, pero nadie estaba dispuesto a profundizar en el tema. El carácter de los generales con mando en los ejércitos, Franco, Queipo de Llano y Mola no hacía fácil la designación. Sobre todo había reticencias sobre a quién asignar la dirección política. No se llegó a ningún acuerdo en esta primera reunión.

El día 28 de septiembre, recién liberado el Alcázar de Toledo, volvieron a reunirse en Salamanca.

Se habló de la marcha de las operaciones y el futuro político del movimiento. El último punto tratado fue de nuevo la designación de un mando único para dirigir las operaciones militares. No había mucho interés en el tema, pero en aquellos momentos lo importante era la dirección militar de la campaña. No todos estaban de acuerdo. Al no lograse unanimidad se decidió someterlo a votación que resultó lindante en la unanimidad.

Se aprobó una moción relativa a nombrar generalísimo de los ejércitos y a continuación se pasó a decidir la persona, que recayó en Franco, pero sin que eso afectase a las atribuciones de la Junta de Defensa y sus funciones. En definitiva, el general Franco pasaba a ser jefe de los Ejércitos, pero la dirección política y militar seguiría llevándola la Junta de Defensa Nacional.

Hubo un paréntesis para el almuerzo y al terminar este, con sorpresa para alguno, la mayoría de los generales empezaron, de manera un tanto precipitada, a irse a sus respectivos lugares de procedencia, con lo que no quedaba claro cuáles eran las funciones que en lo militar y político desarrollarían el general Franco y la Junta.

Esto contrarió al general Dávila que se lo hizo ver al general Mola.

La situación que le describió Dávila era la urgente necesidad de que el mando militar tuviera absoluta libertad de actuación sin estar mediatizado por la Junta de Defensa, además de que el bando nacional no estaba reconocido por ningún Gobierno extranjero y se sabía que alguno de ellos había deslizado su parecer para que desapareciese el cariz de «Pronunciamiento militar» que significaba el regir el país una junta de generales. Por todo ello lo adecuado era que la Junta declinase todos sus poderes en Franco y se le nombrase jefe del Gobierno, algo que no se había tratado en Junta por la precipitada marcha de sus vocales.

Mola estuvo de acuerdo en todo y ambos se lo plantearon a Franco que aún permanecía en el lugar. La respuesta de Franco fue inmediata: «Dispuesto a asumir el cargo y a pechar con la papeleta si se tomase tal decisión».

Era necesario el acuerdo de todos los vocales y Dávila inició los contactos con ellos para recabar su voto. No fue fácil. Cada uno estaba en su lugar, alejados y poco interesados en el tema. Con los primeros generales con los que Dávila habló fueron Cabanellas (presidente de la Junta) y Gil Yuste; el primero se negaba en rotundo y el segundo ponía severos inconvenientes. Queipo de Llano se oponía en rotundo e hizo llamadas telefónicas a otros vocales para que no lo aprobasen. Dávila contaba con la aprobación de Orgaz, Mola, Saliquet y Ponte con lo que obtenía la mayoría absoluta, pero no le parecía adecuado la aprobación sin la aceptación del presidente de la Junta, general Cabanellas. Hubo que convencer a Gil Yuste y plantearle a Cabanellas lo improcedente de aquella aprobación sin contar con su voto siendo el presidente; accedió sin más objeciones.

Durante sus consultas a los vocales, aquellos con los que Dávila trató directamente le propusieron que fuese él el nombrado Jefe del Gobierno, a lo que se negó por su edad y ser desconocido por la mayoría del pueblo. Era necesario un general con más prestigio.

Aprobadas, al fin, las propuestas se mandó publicar en el Boletín Oficial lo acordado, que era nombrar a Franco Jefe del Gobierno del Estado y Generalísimo de las fuerzas de tierra, mar y aire, y general jefe de los Ejércitos de operaciones.

¿Pero cómo llegó el nombramiento de Jefe del Estado? Era enorme la distancia entre jefe del Gobierno y la de jefe del Estado.

Enviado el Decreto esa misma noche del día 29 para su publicación al día siguiente, en la madrugada el teléfono despertó a Dávila. Era Nicolás Franco quien desde Salamanca decía no ver acertada la disposición de jefe del Gobierno ya que no proporcionaba la suficiente libertad de acción. Se llegó a un arreglo rápido y definitivo: se suprimía la palabra Gobierno y quedaba solo Jefe del Estado.

Era todo el mando lo que exigía Franco a través de su hermano Nicolás. Así se hizo.

No se pudo avisar del cambio introducido a los generales de la Junta dadas las horas en que se produjo, pero nadie objetó nada ante tan inopinada decisión dado el prestigio de Dávila que hasta la fecha había sido el promotor de las iniciativas de la Junta.

Franco obtenía el mando. Todo el mando.

Eran momentos muy delicados y estaba en juego la victoria o la derrota. El carácter de los generales protagonistas era fuerte, hombres de mando, no fáciles de convencer y dirigir. Estaban a las puertas de Madrid y había distintos criterios sobre la dirección de la guerra. Para relacionarse con el exterior era necesaria una cabeza visible y una organización administrativa y estatal representativa. En la milicia eso se conoce bien y a ello respondía la decisión: alguien que mande.

Dijeron: «Con Franco nos salvamos. Sin Franco nos hundimos».

Y Franco obtuvo el poder, todo el poder.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

10 junio 2021

Blog: generaldavila.com

La Guerra Civil en el Norte. El general Dávila, Franco y las campañas que decidieron el conflicto

7 pensamientos en “FRANCO, ¿JEFE DEL ESTADO? «CON FRANCO NOS SALVAMOS, SIN FRANCO NOS HUNDIMOS». Rafael Dávila Álvarez

  1. Mi respetado y muy querido GENERAL ,

    Magnificamente detallado las fases del nombramiento del Generalísimo Franco como Mando Único y del Gobierno.

    La intervención de su abuelo fue decisiva y la coordinacion de todas las reuniones de La Junta de Defensa perfectamente organizada. D.Fidel Dávila ejerció marcadamente y debe reconocerse el Prestigio implicativo .

    Las dos fechas 21 de septiembre del 36 y la del día siguiente a la Liberación del Alcázar de Toledo son determinantes. El. 29 de septiembre todo estaba sentenciado merced a la intervencion de Nicolás hermano de Franco.

    La frase fue rotunda y contundente: «Con Franco nos salvamos. sin Franco nos hundimos».

    Enhorabuena y Gracias mi General .

    Viva El REY

    Viva El General D. Fidel Dávila Arrondo

    Viva y ARRIBA España

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  2. ¡ARRIBA ESPAÑA Y MUERA EL MAL GOBIERNO!!!

    Yo pensaba otra cosa

    ——————————————————————————–
      Cuando Franco se murió

    Yo me alegré de su muerte

    Pensando en esa razón

    Que era Franco el dictador

    Ante el todo omnipotente.

      Mi padre fue un izquierdista,

    Y once años de prisión

    Estuvo engrosando lista

    En los penales franquistas

    Que poblaban la Nación.

      Y me enseñaron a odiar

    Lo que en la derecha estaba,

    Y empapándome ese mal

    Fui creciendo en la sociedad

    Que contra Franco gritaba.

      De aquella forma secreta

    Que murmuraban los miedos,

    Y entre cambios de chaquetas

    Fabricaban la espoleta

    Que explosionan los enredos.

      Yo pensaba que al morir

    Aquel que a España oprimía

    La libertad en su proferir

    Rompería para siempre el uncir

    Que al pobre se le ponía.

      Yo pensaba en la otra cosa,

    En las campanas futuras,

    Aquel camino de rosas

    Que en mañanas primorosas

    Se extienden por las llanuras.

      Yo pensaba que el socialismo

    Era base de la humanidad,

    Y que acabaría el caciquismo

    Que abastece al terrorismo

    Dividiendo a la sociedad.

      Yo pensaba en el clamor

    Que en justicia se concede:

    Yo pensaba en una Nación

    Con mandatarios de honor

    Que al cumplimiento se deben.

      Yo pensaba en esa ESPAÑA,

    Sin yugos, NI independencias.

    Yo pensaba en las campanas

    Que despuntan las mañanas

    Con clamores de decencias.

      Yo pensaba en libertades

    Que se extienden por doquier,

    Sin los sones inmorales

    Que despiertan temporales

    Por los mares del desdén.

      Yo, pensaba; Y SIN SABER

    Que el yugo es la ignorancia

    Del que no sabe entender

    Porque preso en el perder

    Todo le viene en desgracia.

      Yo pensaba en el bienestar

    SIN sinónimos de limosnas

    Que a los pobres se les da

    Para poderlos esclavizar

    En las convenientes normas.

      Yo pensaba que la libertad

    Era decir lo que se siente,

    Y el hacer por la humanidad

    Con el amor y la dignidad

    De un mañana más decente.

      Cuando Franco se murió

    Yo me reía del difunto,

    Y brindando por mí NACIÓN

    Empecé a creer en Dios

    SIN saber lo que estaba oculto.

    ESPAÑA DÍA 28 DE JULIO DE 2.024

    Autor. Ramón Lencero Nieto

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  3. Muchas gracias Mi General, por su información. Tenía pocos años cuando falleció el Generalísimo, pero tengo que decir, que ahora estamos inmersos en una vorágine de desencuentros, fraudes, corrupción y muchas cosas más, que entonces no ocurría. Occidente está entrando en una decadencia total, véase la presentación de los juegos olímpicos en Francia. Y aquí a los malos se les premia y a los malos se les castiga. Saludos para todos.

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  4. Cuando he visto la piedra con la inscripción que conmemora el nombramiento de Franco, lo primero que he pensado es: ¿existirá aún ? Porque, por ejemplo, la placa que señalaba el primer cuartel general peninsular de Franco en el palacio de Yánduri ha desaparecido.

    Franco obtuvo todo el poder y, en principio, no es buena la concentración de poder. Pero no es lo mismo tener el poder absoluto para industrializar un país y acabar con el analfabetismo y el hambre, que tener el poder absoluto para desmembrarlo y empobrecerlo.

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  5. Vivo en un pueblo de Teruel y precisamente en Rubielos de Móra también había una placa – o azulejos, no recuerdo bien – dedicado a la estancia de FF en el cg del Cuerpo de Ejército de Navarra en algun momento de 1938. Hace unos años los señorones del palacete con muchos títulos mobiliarios y muchos consejos de administración a sus espaldas quitaron la placa. Uyuyuy… El pescado se pudre por la cabeza.

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  6. A las órdenes de V. E., mi General.

    Decisión en buena hora. La de aunar todo en las mejores manos. Alguna vez leí, no recuerdo dónde, que hasta el General Mola planteó su decisión de apartarse de todo y viajar al extranjero, si no se llegaba al acuerdo de un mando único.

    Y alguien que participó desde el primer día en el alzamiento a las órdenes del General Mola, y que llegó a formar parte de mi familia, me confirmaba este extremo. Esta persona fue promovida al empleo de Alférez Provisional de la primera promoción de Burgos, y se retiró del Ejército, a la edad reglamentaria, con el empleo de Coronel. Murió hace ya unos años, faltándole solamente unos días para cumplir los cien.

    Tengo de él el mejor y el más inolvidable recuerdo. Había estudiado la carrera de Magisterio, lo que le valió para optar al curso de Alférez Provisional.

    Ay, si ahora la juventud sintiera el patriotismo como ellos en aquellas fechas.

    ¡¡¡Viva España!!!

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