En las páginas de este blog pueden encontrar varios artículos dedicados a la bandera. Con devoción y fervor tratamos el tema de los símbolos de la Nación y cualquier pretexto es bueno para volver a hablar, recordar y enarbolar nuestra bandera roja y gualda.
Enarbolar: Levantar en alto un estandarte, una bandera… para que se vea bien. Una expresión acertada y querida por mí porque me recuerda una entrañable anécdota que paso a contarles esperando no descubrir un alma sino un sentimiento; que es muy parecido.
Era un mes de enero cuando como ayudante de servicio acompañaba al Rey Don Juan Carlos de regreso de unas audiencias militares en el Palacio Real de Madrid. El día intentaba despejarse de las pesadas y persistentes nieblas posadas en los encinares del Palacio de la Zarzuela. Al cruzar el último cinturón de acceso ya se podía distinguir la bandera sobre su mástil presidiendo aquel lugar, quizá el más simbólico de la Nación. Abrazada al mástil como formando parte de él parecía sin vida y apagada; casi ni los colores se distinguían. El día espeso y húmedo no la permitía desplegarse y ondear con prestancia.
Don Juan Carlos tenía la costumbre, siempre, de dirigir su mirada a la bandera al entrar o salir de Zarzuela. Siempre. Para mí que muchos pensamientos iban y venían por su mente en aquellos breves segundos de significativas miradas. Un gesto involuntario que retrata sentimientos y quereres más que extensas biografías. La proximidad advierte los semblantes cuando emiten ciertas frecuencias del alma y que solo los receptores que están en sintonía llegan a captar.
-Rafa ¿No se puede hacer algo para que la Bandera esté siempre ondeando?
El interrogante dejó paso al silencio y aquel deseo fue asumido con la seguridad de que cuando se quiere se puede.
-Lo miraré Señor, y seguro que encontramos alguna solución.
Que ondee la Bandera
La buscamos y no sin dificultad encontramos parte de la solución. Hubo propuestas de todo tipo y anécdotas sabrosas que demostraban el ingenio español. Pero de todas ellas sobresale la que pude comprobar en algún lugar donde las nieblas son frecuentes y el viento escasea. Ya les diré en otra ocasión donde pude observar tanta diligencia para que su bandera luciese en movimiento en cualquier circunstancia. Era un día de calma chicha y la bandera ondeaba majestuosa y rítmica como si con el viento se hubiese puesto de acuerdo para soplar solo en sus inmediaciones de manera suave y cadenciosa. ¿Cuál era la magia para que aquello sucediese sin aparente mecanismo que provocase el movimiento de la bandera? No daba crédito a lo que me explicaron. En la parte superior del mástil habían hecho unos agujeros por donde salía el aire que lanzaba un ventilador allí situado y unido mediante unos cables a un pequeño motor colocado en la base del mástil. De manera sencilla e ingeniosa hacían flamear la bandera sin preocuparse del viento. Quedé sorprendido y seriamente pensé en aquella solución como la más práctica de todas.
Al final no fue necesario acudir al curioso artilugio, sino que encontramos un astillero español donde fabricaban las banderas para los barcos con un material especial tan sensible que con un simple soplo la bandera flameaba con la elegancia necesaria. Además los materiales con los que estaban fabricadas aquellas telas ofrecían una gran resistencia al deterioro por las inclemencias y paso del tiempo. La Bandera de España que preside el Palacio de la Zarzuela dejó de presentar un aspecto cansino y lacio para flamear con la debida elegancia.
¡Salve bandera de mi patria, salve!
No hay nada tan bello como la majestuosa danza del viento y la bandera. Se hace necesario enarbolar la bandera, que ondee allí en lo alto y desafíe al viento…
‹‹ ¡Salve Bandera de mi Patria, salve!
y en alto siempre desafía al viento››
Así empieza el Canto a la Bandera, composición de Sinesio Delgado que siendo ganadora de un concurso para poner letra a la Marcha Real se adoptó en 1907 como himno para ser cantado en los centros de enseñanza primaria. A Sinesio Delgado se debe también la Canción del Soldado. ¡¿Quién no la ha cantado alguna vez?!
‹‹Soldado soy de España
y estoy en el cuartel,
contento y orgulloso
de haber entrado en él››
O quién no recuerda sus estrofas recitadas:
‹‹ ¡Soldados!, la Patria entera
para nosotros sagrada
palpita en esa Bandera
que os entrega la Nación.
Traidor es quien la abandona
o la vuelve mancillada
y la Patria no perdona
el crimen de traición››
Hoy recordaba unos versos del poeta José Luis Santiago de Meras. Merece la pena meditar despacio el poema completo. Es como enarbolar la bandera y que ondee allá en lo alto.
‹‹España somos tú y yo
y el hogar que nos ampara,
la tumba de nuestros padres
y el jardín de nuestra casa.
España es el cielo azul
que amanece en tu ventana,
y las montañas agrestes
que te velan y te guardan.
España es el limpio orgullo,
de la historia de la raza,
es el incierto futuro
donde pones tu esperanza,
y es tu voluntad de ser
español, cada mañana.
España son tus costumbres
y el idioma en el que hablas,
y el pan de trigo que comes
también es un poco España.
España es el padrenuestro
que rezas por la mañana,
y el rojo y gualda que pone
ese nudo en tu garganta.
España es el pulso alegre
de tu sangre alborotada,
porque el futuro que es tuyo,
también lo será de España.
España es la fe que tienes
en tus padres y en tu casa,
y cuando todos te falten
estará contigo España››.
También es España esa majestuosa danza del viento y la bandera. Es España la mirada de un pueblo y la de su Rey. Mirada a la bandera. ¡Siempre!
‹‹¡Porque te juro hijo mío, que la bandera es España!››.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
Mi respetado y muy querido GENERAL,
¡Salve, Bandera de mi patria, salve,!
y en alto siempre desafía al viento,
tal como en triunfo por la tierra toda
te llevaron indómitos guerreros.
Tú eres España, en las desdichas grande,
y en ti palpita con latido eterno
el aliento inmortal de los soldados
que a tu sombra, adorándote, murieron.
Cubres el templo en que mi madre reza,
las chozas de los míseros labriegos,
la cuna donde duermen mis hermanos,
la tierra en que descansan mis abuelos.
Por eso eres sagrada, en torno tuyo,
a través del espacio y de los tiempos,
el eco de las glorias españolas
vibra y retumba con marcial estruendo.
Salve, Bandera de mi patria, salve,
y en lo alto siempre desafía al viento,
manchada por el polvo de las tumbas,
teñida con la sangre de los muertos.
SINESIO DELGADO
En el libro de escuela de mi padre se ensalzaba LA SAGRADA Y GLORIOSA BANDERA ESPAÑOLA CON EL SUBLIME DECORO. Perdí el libro pero lo recuerdo con toda alegría y ETERNO SENTIMIENTO.
España somos tú y yo,
y el hogar que nos ampara,
la tumba de nuestros padres
y el jardín de nuestra casa.
España es el Cielo azul
que amanece en tu ventana,
y las montañas agrestes
que te velan y te guardan.
España es el limpio orgullo
de la historia de tu raza,
es el incierto futuro
donde pones tu esperanza,
y es tu voluntad de ser
español, cada mañana.
España son tus costumbres
y el idioma en el que hablas,
y el pan de trigo que comes
también es un poco España.
España es el Padre Nuestro
que rezas por la mañana,
y el rojo y gualda que pone
ese nudo en tu garganta.
España es el pulso alegre
de tu sangre alborotada,
porque el futuro que es tuyo,
también lo será de España.
España es la Fe que tienes
en tus padres y en tu casa,
y cuando todos te falten
estará contigo España.
JOSE LUIS SANTIAGO DE MERAS
A LOS HEROES
Los héroes ya están cansados
de aquello no queda nada,
ya no es suya ni la guerra
ni la paz de la Cruzada.
Unos rindieron la pluma
otros guardaron la espada
y el resto desalentado
volvió en silencio la espalda.
Así se quedaron solos
todos los muertos de España.
Sin gloria, sin ideales
sin el honor de la Patria.
Porque ya no son caídos
sólo son muertos sin alma.
La Historia la escriben otros,
que no son sus camaradas,
sus gestas ya no son gestas,
sólo son simples batallas.
La de Oviedo y la del Ebro
la del Cuartel de Simancas
el Alto de los Leones,
la defensa del Alcázar
son páginas fratricidas
y es preferible olvidarlas.
Que lejos están los muertos
de sus viejos camaradas
Las Centurias de Castilla
las Brigadas de Navarra,
y las Columnas Gallegas
La Legión y la Mejala.
¡TE PIDO PERDÓN BANDERA!, tanto como a MI MADRE , ¡MADRE DE TODAS LAS MADRES Y CORREDENTORA NUESTRA!
Si DIOS QUIERE LE HARÉ , Y LO PROMETIDO ES DEUDA.
GRACIAS Y ENHORABUENA MI GENERAL ¡SENSACIONAL E INSUPERABLE SENTIMENTAL!.
A la orden de V.E
VIVA LA SAGRADA BANDERA DE ESPAÑA
VIVA EL REY
VIVAN LOS EJERCITOS, LA ARMADA Y LA GUARDIA CIVIL
VIVAN LOS HEROES DE ESPAÑA
VIVA Y ARRIBA ESPAÑA
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Muy interesante mi general lo de la bandera..
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Buenos das, mi General y todos; rojo y amarillo, el esquema de colores que en contraste con un fondo azul o gris, en el que mar y aire se funden y confunden, mejor se ve, y a falta de manga de aire, indica de donde sopla el viento; quienes hayamos jurado Bandera, tenemos deber de defenderla contra los que se la tienen jurada.
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A las órdenes de V. E., mi General.
Hablar de la bandera de España me trae dulces recuerdos de la infancia, de cuando con seis años recién cumplidos llegué por primera vez, de la mano de mi padre, a mi primer colegio; bueno, entonces se llamaba la escuela, del pueblo, naturalmente. El «aula», única habitación y espacio para los pocos alumnos que éramos, pues los demás niños iban al campo con sus padres para ayudarles en el trabajo, era lo que había sido la cocina-comedor-sala de estar-salón de la casa que fue de mis abuelos maternos, y en la que habían nacido mi madre y mis dos tías.
Como muchas otras casas antiguas, tenía el típico aire morisco de los pueblos de La Alpujarra, y la puerta de entrada, tanto para las personas como los animales para acceder a su cuadra atravesando esa habitación, era de dos hojas, una inferior, que solía mantenerse siempre cerrada, que en la parte más baja tenía una gatera, agujero grande para que entrara y saliera libremente el gato, y otra hoja superior, que se mantenía abierta durante el día, y que a modo de ventanal hacía visible la calle y a quien circulara por ella, además del paisaje exterior. Conservaba hasta el fogón, en el que todos los días del año quienes la habían habitado habían encendido fuego para guisar las comidas, además de para calentarse en tiempo de frío.
Las paredes estaban encaladas, y la poca superficie que ofrecían estaba ocupada con mapas fijados con chinchetas clavadas en las esquinas, la fotografía en tamaño de cuadro del Caudillo vestido de militar (ésta con su marco y cristal), y algunos otros papeles con textos o dibujos.
Sobre la pared lateral frente a la chimenea u hogar, y justo por encima de mi pupitre, estaba la bandera, cuyo escudo con la leyenda Una, Grande, Libre, cruzaba por delante del cuello del águila de San Juan, quedando a la altura de mis ojos. Me sentía como arropado y protegido por ella, y fue mi compañera entrañable durante aquellos primeros años escolares. En recuerdo de aquellos días, tengo sobre la pared del cabecero de mi cama, una bandera de España del tamaño para mochila, y donde correspondería el escudo actual, un tanto desangelado sin aquella majestuosa águila, pues el bonito y sugerente emblema de una Unidad del Ejército del Aire, que en mis tiempos, todavía no habíamos llegado ni a la luna.
Cuando ahora levanto la mirada, a la entrada de ese pueblo y contemplo sobre un mástil altísimo, día y noche, una bandera enorme que siempre ondea aunque no haya viento apreciable a nivel del suelo, siento la misma emoción de niño.
Recuerdo mi primera guardia como Suboficial en mi primer destino, una Base aérea, en la que a la hora del toque de oración y arriado de la bandera, de la emoción estaba tan nervioso, que dije al corneta, al cual tenía a mi izquierda, que me hiciera de apuntador de los movimientos que tenía que mandar, porque temía equivocarme y deslucir un acto tan íntimo y bonito.
Qué tiempo aquel, con sólo veinte años y fuerzas para comerse el mundo. Y cuántas satisfacciones y emociones vividas a lo largo de mis años en activo. Cómo quisiera poder rebobinar la moviola del tiempo y comenzar otra vez desde el principio, aunque sé que ya muchas cosas no serían lo mismo.
Perdón. ¡¡¡Viva España!!!
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ATENTAMENTE Y CON EL DEBIDO RESPETO
SIEMPRE HUBO, HAY Y HABRÁ UNA BANDERA ESPAÑOLA ONDEANDO SU MAJESTAD
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ROJA Y GUALDA ES LA BANDERA
QUE A ESPAÑA LA IDENTIFICA
Y CON ELLA SE SIGNIFICAN
QUIENES SU AMOR PROLIFERAN
SIN IMPORTARLES LAS CRITICAS.
QUE LAS MANADAS DE TRAMPOSOS
ACOSTUMBRAN A DESPRECIAR
EN LAS FORMAS QUE AL CRIMINAL
DEL DESGOBIERNO MISTERIOSO
LO REVERENCIA LA INDIGNIDAD.
ABANDERADA POR RETORCIDOS
Y LOS ENEMIGO DE LA NACIÓN
VENERADOS POR LA MALDICIÓN
DEL PUEBLO QUE NO HA SABIDO
MANTENERSE EN EL VALOR.
MAS. NO POR ESO ESTÁ SOLA,
SIEMPRE HUBO, HAY Y HABRÁ
PARA ELEVARLA Y SALVAGUARDAR
UNA BANDERA ESPAÑOLA
ONDEANDO SU MAJESTUOSIDAD.
DE ESPAÑA SOY UN SOLDADO
QUE ESTÁ DISPUESTO A LUCHAR
Y. AUNQUE SOBRE PASO LA EDAD
QUISIERA MORIR LUCHANDO
POR LA GRANDEZA DE SU UNIDAD.
Y. NO QUISIERA MORIRME
SIN VER PRESO A ESTAS BASURAS
DE LAS DIESTRAS Y LAS ZURDAS
ENZARZADAS EN LOS CHISMES
QUE LA FRENTE NOS ARRUGA.
QUE MI FÉRETRO LO CUBRAN
LOS COLORES DE LA BANDERA
QUE EN ESPAÑA REVERBERAN
Y. PONGAN DENTRO DE MI TUMBA
CUAL DISTINTIVO EN BANDOLERA,
ESPAÑA DÍA 12 DE FEBRERO DE 2.025: Ramón Lencero Nieto
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