La Academia General Militar (AGM), ha tenido tres épocas. La primera, de 1882 a 1893, en el Alcázar de Toledo; la segunda, de 1927 a 1931, en Zaragoza; y la tercera, la actual, comenzó en 1942 hasta el día de hoy, también en la ciudad a orillas del Ebro.

Después de una visita que en 1923 hicieron los reyes, D. Alfonso XIII y Dª. Victoria  Eugenia  con Primo de Rivera, al Campo de tiro «Alfonso XIII»,  (que desde 1931 se denomina campo de tiro de San Gregorio),  preguntó el Rey:

― ¿Qué podríamos hacer allí, Miguel?

¡La Academia General Militar!, Majestad.

La Ciudad de Zaragoza y su Ayuntamiento  se apresuraron a presentar su candidatura y ser sede de la nueva AGM (Academia General Militar), para reemplazar a la de Toledo, como consecuencia del incendio del Alcázar en 1887 iniciado en su biblioteca.

Y así fue como la AGM comenzó su andadura en la Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Muy Benéfica, Siempre Heroica e Inmortal Zaragoza.

La coincidencia en esta segunda época con la Presidencia del Gobierno en la persona del General Primo de Rivera, antiguo alumno de la General, y otros condicionantes como pueden ser la existencia en Zaragoza del magnífico campo de maniobras “Alfonso XIII” ya comentado, o las facilidades económicas y de servicios proporcionadas por esta ciudad, fueron decisivos para la designación de la ciudad del Ebro.

Desde entonces han pasado  años de feliz convivencia entre los zaragozanos y la AGM, y un año más, este 20 de febrero se celebra el aniversario de su fundación y el de esta, su 3ª Época. En todos estos años, aparte de la formación científica, militar y de líderes que ha dado a todos los componentes de  las sucesivas promociones, la tarea más importante de la  Academia, ha sido la de mantener a toda costa el llamado “Espíritu de la General”, definido como el conjunto de valores que conforman nuestra identidad como Oficiales, vínculo de conexión y compañerismo entre promociones y de unión entre las diferentes Armas y Cuerpos.

El 20 de febrero de 1927, durante el reinado de Alfonso XIII y bajo la dictadura de Primo de Rivera, se firmó el Real Decreto que contenía el proyecto de reapertura  de la Academia General Militar, en esta ocasión en Zaragoza. Franco fue su primer Director en esta 2ª Época, desde 1927, recién restaurada por la Dictadura de Primo de Rivera, hasta el 30 de junio de 1931, cuando  fue clausurada por Manuel Azaña durante  la II República.

Fue el mismo Franco quien propuso a Primo de Rivera, la candidatura de  Millán-Astray, fundador de la Legión, para dirigir la Academia, pero  la respuesta del dictador fue tajante:

―«Nadie admira tanto a Millán como yo, pero mi candidato para dirigir la Academia es usted, Franco, y le advierto que es también el candidato del Rey»

Mientras vigilaba la construcción de la Academia, Franco se dedicaba a la selección del profesorado, para el que escoge a 79 militares experimentados de todas las Armas y Cuerpos, entre ellos 34 son de Infantería y 11 de la Legión.

El 27 de septiembre de 1940, se volvió a inaugurar la Academia y en 1942 ingresan en Zaragoza los primeros 170 alumnos de la I Promoción de la General de  la 3ª Época.

A todo esto, en 1942, el Ayuntamiento de Zaragoza promueve y financia la realización de una estatua ecuestre del general Franco para ser instalada en la Academia General Militar. El 24 de julio de 1943 se publica en el Boletín Provincial la convocatoria del concurso,  La escultura se modela en el Palacio de Cristal de Madrid a lo largo de 1946 y 1947 y Franco posa para el escultor.  La estatua, en dos partes, se traslada a Zaragoza en octubre de 1948 y una vez recompuesta se instala e inaugura el 15 de diciembre de ese año.

El caballo, recio y nervioso, se dispone en posición rampante, pero además el escultor inclina y rebaja la base en la zona posterior para reafirmar el apoyo de los pies y propiciar una sensación de impulso  hacia delante. Apuesta en el mismo por una línea vigorosa y expresiva, aunque el tratamiento general es sintético, con los arreos simplificados y las crines casi eliminadas. La inclinación de la cabeza, sujeta por las riendas, crea cierta tensión, a la par que da prestancia al animal, mientras la cola ofrece un cierto efectismo. Antes de emprender la ejecución a escala definitiva, el escultor realizó un segundo boceto en yeso, con Franco ataviado con capote militar y casco y un,

caballo de factura más enérgica y naturalista, que ofreció como alternativa a la comisión, pero no fue aceptado. Desde el punto de vista artístico es una de las estatuas ecuestres más importantes de la escultura española moderna y su retirada ha supuesto una pérdida relevante de patrimonio en este sentido.

La escultura donada por el Ayuntamiento de Zaragoza, siendo alcalde José María Sánchez Ventura, e inaugurada el 15 de diciembre de ese año, pero  a lo largo de la mañana del jueves 24 de agosto de 2006, personal de la empresa Tragsa procedió a retirar, la estatua ecuestre de Franco de la entrada principal de la Academia después de 58 años presidiendo los desfiles de los cadetes de otras tantas promociones. Todo empezó con la petición por parte del Delegado del Gobierno en Aragón (Teniente Coronel de Ingenieros en situación administrativa de Reserva, y antiguo profesor de la AGM).

Corrían los años de gobierno socialista con el Presidente Zapatero al frente y José Antonio Alonso como Ministro de Defensa. El grupo socialista encuadró la actuación del Ministerio de Defensa dentro de la “normalidad democrática” que respondía a una proposición no de Ley aprobada el 9 de febrero de 2005 en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados a la que ningún grupo parlamentario mostró su oposición, incluido el PP que se abstuvo.

¿Qué España paga mal? Indiscutible; pero debemos consolarnos como Catón que nunca tuvo estatua. Por ello cuando iban los extranjeros a Roma a visitar el Capitolio, veían en él las estatuas de tantos y tantos hombres famosos y todos preguntaban por la de Catón. Esta pregunta era la mejor estatua de todas, ya que a los otros la estatua se la puso el Senado; a Catón se la puso el mundo.

¿Dónde está la estatua de Franco?

Dejemos que pregunten por ella,  y que los visitantes se sorprendan al no ver a Franco al entrar a la Academia, lo que hará que sea premiado y enaltecido; esta pregunta y la admiración que producirá esta sorpresa será para él el mayor y el mejor de todos los premios. Lo que os dio la virtud no os lo quitará jamás la envidia; lo que os dio la fama no os lo quitará nunca la ingratitud. Dejadlos ser ingratos, para que él sea más beneficiado. Como dijo Séneca:

Mal evalúa sus acciones quienes piensen que las puedan pagar los hombres.

―“El que hizo lo que debía, debía lo que hizo; y ninguno espera paga, por pagar lo que debía»

Lo que os dio la virtud no os lo quitará jamás la envidia; lo que os dio la fama no os lo quitará nunca la ingratitud. Dejadlos ser ingratos, para que él sea más beneficiado

 ―«Imponente caballo que en esplendoroso monumento ecuestre, nos dio una callada  pero maravillosa bienvenida a la AGM, hace ya más de 25, 50, 60, 70…años.                                                                                                                 Toda una vida , todo un caballo.

Coronel de Caballería  ® Ángel Cerdido Peñalver.

Zaragoza 20 febrero 2017.  

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20 febrero 2025