«…Quiero que esta Unidad sea muy alegre y muy eficiente, porque si no es lo primero difícilmente podrá ser lo segundo; con caras largas no se vencen la fatiga, el miedo ni el hambre: sólo se soportan, pero lo que nosotros perseguimos no es soportar sino vencer, a eso y a todo…» (Alocución de un Capitán en la primera formación de su C.O.E., Compañía de Operaciones Especiales, vulgo guerrilleros.)
Y con ese talante empiezo:
Lo que no he dejado de hacer desde que estoy encerrado con la 2ª lumbar chafada, es ver «La Promesa» por las tardes. Todos tenemos nuestros pecados, pero este no me importa confesarlo, así que ahora me dedico entre otras cosas a ver pasar capítulo tras capítulo, donde todo se complica sacando nuevos personajes para que nunca se acabe, como dice Pérez-Reverte deben pertenecer a la organización EPYPA (Éramos Pocos y Parió la Abuela).
Como estoy cansado de pensar siempre sentado, preferiría reflexionar andando, pero con este corsé que me han puesto para corregir los desperfectos, me resulta difícil (una estructura de aluminio, marco de hiper-extensión Jewett largo con adaptación esternal tridimensional Orliman J001G le llaman). ¡«Cágate lorito»! ; y no me refiero a una de esas expresiones chulesca de los jóvenes de hoy, sino a una de las vías ferratas deportivas de alta dificultad situada en Sant Llorenc de Montgai, en la Noguera (Lérida).
Todos aseguran estar en posesión de la verdad, pero la lógica me dice que no debería apoyar ninguna que no admita que pueda estar equivocada, y así lo hago.
Pero con mi ingenuidad se me ocurrió preguntar al traumatólogo:
―¿Que estaba más lejos, el sol o mi recuperación?.
El doctor todo irritado me contestó:
―«¿Tú ves la recuperación?
Al menos desde Sócrates, la filosofía sirve para no ser tan necio como ese doctor.
Como aquel capitán de la COE, yo no quiero soportar, quiero vencer.
Y aquí me tenéis encerrado sin el último elemento grotesco de esta torre de Babel en que vivimos, el «kit de supervivencia» de la Unión Europea. Seguiré mi vida con normalidad, sin hacer acopio de provisiones, y mucho menos de grandes cantidades de papel higiénico. La Promesa, el blog y todas estas canciones de marcha, creo serán la mejor estrategia de mi supervivencia.
En fin, que Dios nos dé humor para seguir asomados al mirador cómico de la vida, olvidando su fase trágica; hay que reír, porque la risa es vanguardia de la bondad, y porque de no haber ocasión de reírse de vez en cuando, sería cosa de dar parte por escrito de los infortunios de la existencia. (Anónimo militar)
Vais a la muerte con alegría con el galope de la Caballería…
El maldito corsé, se parece a un baste de las Baterías de Montaña para los mulos, como los que se usaban en la General en el ciclo de Artillería. Debido a mi no excesiva estatura, fui conductor de manguito del obús 105/11, y ahora me acuerdo de aquellas sufridas acémilas.
Cuando fuimos al campamento de Ezcaray con ellos, los hombres del campo decían:
―«¡Que bestias más guapas!»
Y siempre cantando. En 1953, en las revistas «Armas» y «La Taquilla» de la Academia de Zaragoza, apareció el «Canto al Mulo». Entre otras cosas decía:
Oigo «alférez» tu aflicción
y escucho el triste concierto
que forman tocando a muerto
la cureña y el cañón.
Estoy en la batería asiendo fuerte una cola.
viendo la manera de meter en limonera
a mi tormento La Lola.
«Alférez»,
descansa en paz,
que este maldito mulero
jura con su rostro fiero, que hasta que el mulo sucumba
luchará como en Otumba contra ese animal tan fiero.
Y mucho antes, en 1949, ya cantaban los cadetes: «Un Conductor de Montaña»
Un conductor de montaña,
un testamento dejó…pilín, pilón
que le entierren con el tubo, la cureña y el cañón
que lo suban, que lo bajen, que le canten el kirie eleyson,
ah,ah,ah que le canten el kirie aleyson…
que le hagan una corona, más reluciente que el sol…pilín, pilón
con los pelos de la cola del mulo que lo mató
que lo suban, que lo bajen…
En la Academia de Infantería de Toledo, en los años cincuenta, aparte de las canciones, estaban de moda los llamados «Ovillejos Académicos», como muestra este con cariñosos recuerdos a tres protos:
Astuto, feroz y fiero,
«El Barbero».
Del «elenco» el más «felón»
«Cromañón».
No escatimará el «paquete»
«Morterete».
Son el terror del cadete
que sufre castigo duro
cuando le meten un «puro»
«Barbas» «Croma» y «Morterete»

1951.-La Batería de Montaña obuses 105/11. Desfilando ante el General Fernandez Capalleja. Del libro «AGM apuntes para su historia» del Coronel Julio Ferrer Sequera.
En aquellos años se cantaba casi todo: canciones de guerra como «Lily Marlen», «Yo tenía un Camarada», «La Madelón»… Gozaba también de cierta popularidad «La Campanera»: (¿Por qué seré tan Alférez?/ La estrella la tengo ya,/ solo me falta el Despacho/, y ese muy pronto me lo darán….) con la que los «retras» ponían los dientes largos a los sufridos «nuevos», que a su vez se defendían tímidamente entonando «La Contracampanera».: (¿Por qué te crees tan Alférez?/ si estás en la General…/ si aún te queda el despacho,/ y hasta septiembre, no te lo dan…).
En el lado oeste del edificio histórico, se encuentra la denominada entre los cadetes como «escalera del cañón». Accediendo desde el Patio de Armas al pasillo interior, antecede a nuestra protagonista un arco sobre el que reza el conocido refrán latino: «Si vis pacem para bellum» , que resume con elocuente sencillez la razón de ser de nuestros ejércitos.
Su traducción en español para los nuevos es: «Los novatos por la otra escalera».

Escalera del Cañón. Por tradición la escalera, está vetada a los cadetes de primer curso, quienes por ello, en multitud de ocasiones deben dar un largo rodeo para llegar al lugar donde el profesor les espera con exigente puntualidad para comenzar la sesión o actividad programada
Esta prohibición de acceso finaliza, buscando la sorpresa, en fecha indeterminada, nunca antes de la Jura de Bandera, cuando los «nuevos» que ya empiezan a no sentirse como tales, deciden llevar a cabo su primera acción coordinada de combate, agrupándose al pie de la escalera con la intención de tomarla al asalto. Pero, sus compañeros de segundo curso, los «retras», que ya vivieron la misma experiencia como atacantes un año atrás, sienten ahora la necesidad de defender la posición, impidiendo mediante la fuerza de la masa perder apenas un centímetro de terreno en forma de escalón, empleando para ello, agua y harina como armas arrojadizas, y como medio disuasorio, las estrofas de la Canción de la Escalera.
Tras unos minutos de imposible avance, las promociones se disuelven ante la cómplice y parsimoniosa llegada de los oficiales de servicio, quienes igualmente vivieron años atrás la misma experiencia, atacando y defendiendo junto a sus compañeros una escalera, que fue es y será testigo callado, de cómo se forja mediante el respeto y amor a las tradiciones el «Espíritu de la General», vínculo de unión entre generaciones y promociones. Aunque eso sí, todos contarán que fue la suya la única que consiguió subir la escalera del cañón.
Una mañana de invierno
llegaron los «nuevos» a la General
y toda la «alferecía» con mucha alegría se puso a cantar:
¡No subirán la escalera!
aunque juren Bandera
los novatos de la General ¡No hay, no hay, no hay, no hay…!
Algunas de esas canciones y otras más, también las cantan los soldados destinados en unidades de montaña, tropas escogidas, que por su movilidad, perfecta instrucción y conocimiento del terreno, son los llamados a defender las fronteras montañosas, conocidos con el nombre de Cazadores, sin tener ninguna analogía entre la guerra y la caza como deporte; de buscarlas, solamente serían la agilidad, actividad y conocimientos del terreno que ambos tienen.
Hubo una vez un hombre, Francisco de Asís, que llamaba hermanos a los animales, hasta el más malvado de los cuentos infantiles, era para él, el hermano lobo. Desde Esopo hasta Samaniego o Iriarte, en el mundo de la fábula, los animales han sido ejemplo de comportamientos del hombre
Bajo la piel del mulo, se esconden lecciones que los humanos no deberíamos tener reparo en imitar. En este mundo en el que las voces «servicio» y «sacrificio» parece que están en crisis, ¡Que gran lección, para nuestra vergüenza, nos da el hermano mulo!
Para la confección de estas notas, me fueron imprescindibles los libros:
―La Academia General Militar «Apuntes para su historia» Tomo II, de mi admirado y amigo el Coronel de Infantería y Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza † JULIO FERRER SEQUERA, de la 8ª promoción, que en su presentación ante su COE pronunció las palabras con las que he comenzado este artículo, y
―«El Ganado».-Guia del Oficial y Suboficial de Cazadores, y «Chascarrillos militares»,del Coronel de Infantería † LUIS ESQUIROZ MEDINA, de la 9ª, que un día me contó:

Soldado español de montaña: CAZADOR. Dibujo del Coronel Luis Esquiroz Medina de su libro ―«El Ganado».- Guia del Oficial y Suboficial de Cazadores
―Mi padre fue Cazador, mi abuelo en ellos sirvió, mis hijos son Cazadores, ¿qué quieres que sea yo?
Mi más profundo agradecimiento a mis dos queridos Coroneles, a los que he tenido el gran lujo de conocer y estar a las órdenes del primero. Muchas gracias.
¡Descansen en Paz!
Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver.
Zaragoza abril 2025.
Nota: Los dibujos son obra del coronel Esquiroz. Las fotos y las letras de las canciones están sacadas de ambos libros. Obligación de todos es mantenerlas y que no se pierdan con el tiempo.
Blog: generaldavila.com

A las órdenes de V. I., mi Coronel.
Qué cosa más hermosa, los recuerdos. El Doctor Rojas Marcos, eminente psiquiatra, escribió un magnífico libro al que tituló «Somos nuestra memoria». Plagiándole la mitad del título, un servidor ha ido escribiendo el suyo, inédito y que nunca verá la luz de un escaparate de librería, pues a ver a quién puede interesar la vida de alguien tan insignificante y anónimo como para gastarse unos Euros y luego aburrirse y dejarlo. Su título es «Solamente soy mis recuerdos».
A veces, cuando tengo que añadir algo, o cuando tropiezo con el archivo al pasar la vista por la carpeta «Mis Documentos» en el ordenador, lo abro y vuelvo a releer episodios que me son especialmente emotivos, vivencias sobre todo de mis años en el Ejército, desde las, con perdón, «putadas» inocentes cuando solo era un recluta aspirante a Soldado Alumno, con solo dieciséis años y todavía imberbe, recién salido del internado y por todo bagaje académico un modesto título de bachiller, hasta hechos puntuales posteriores en los que tuve que decidir qué hacer sin ayuda ni parecer de ningún superior, y en un brindis al deber, a vida o muerte, actuar en conciencia para salvar la del compañero de misión llevándolo sobre mis hombros durante horas por terreno imposible de alta montaña, hasta conseguir asistencia.
Este bonito y emotivo artículo también me ha recordado mis dos largos años como invitado, o de prestado, en un antiguo Parque de Artillería de Costa, desde el que dentro de un auténtico congelador, como si fuera un cañón más, lo que el heroico inolvidable Capitán Palacios Cueto llamaría «régimen de caterna», en el que había que utilizar abrigo reglamentario hasta en los meses de Julio y Agosto, se turnaba día y noche para ver, anotar, obtener pruebas irrefutables e informar sobre actividades no precisamente amistosas ni respetuosas para con la Patria. Allí aprendí, por mero interés personal, que no por obligación, algo sobre artillería y cañones. Y sólo me faltó haber cargado y conducido algún mulo con un cañón de aquellos pequeñitos, que según decían los artilleros, eran escopetas formidables disparando camuflados e indetectables en la montaña.
A seguir recordando, pues eso nos hará perpetuarnos en la memoria de los que nos suceden.
¡¡¡Viva España!!!
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Batería de Montaña, tan importante el mulo como el cañón. Buenos días, mi Coronel y todos, y cuidado con el curandero, se cree el Rey Sol, y a su chapuza o apaño, lo llama tratamiento.
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Gracias ÁNGEL. Mejor imposible.🇪🇸🇪🇸🇪🇸
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Muchas gracias Mi Coronel por tan ameno escrito el suyo. siento que esté así, pero con la fuerza de voluntad que posee, pronto lo superará y como bien dice, escribir en el blog es una forma de llevar los contratiempos mucho mejor, además sabe que somos muchos que deseamos leer sus comentarios, y sobretodo hoy vamos a ensalzar a los sufridos mulos. Saludos para todos.
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Mi respetado y muy querido CORONEL CERDIDO PEÑALVER,
FELICITACION ENTUSIASTA POR TAN EXCELENTE EXPOSICION «BASTES Y CANCIONES».
INTRINSECAMETE, ENALTECE A DOS UNIDADES DE MONTAÑA POR EXCELECIA : COE-51 DE ZARAGOZA Y LA BIA DE MONTAÑA DE LOS OBUSES 105/11.
RECOGE LA GRAN ENTREGA PATRIA DE DOS EXTRAORDINARIOS CORONELES :
–COR. D. JULIO FERRER SEGURA . FALLECIÓ EL 5 de Mayo de 2016
. FUNDADOR DE LA COE-51
. DIRECTOR DE LA AGM
.AFICIONADO A LAS ARMAS Y
.CAMPEON MILITAR DE TIRO.
D.E.P
–COR.D.LUIS ESQUIRON MEDINA . FALLECIDO 15 de Marzo de 2018.
.ESCRITOR
.PINTOR y
.TALLISTA
Dedicó su trabajo a los PATRONES Y PATRONAS MILITARES .
D.E.P
Reitero ENHORABUENA Y GRACIAS POR EL ACICATE IMPULSOR QUE VERTEBRA TAN PROFUNDO Y BELLO ARTICULO DONDE VIBRAN DE ILUSION LOS BASTES DE TAN ACOGEDORA SILLA DE MONTAR.
A la orden de V.I
A la orden de V.E
VIVA EL REY
VIVA EL RELÁMPAGO DE LA CABALLERIA
VIVA Y ARRIBA ESPAÑA
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