El «Espíritu Militar» de un pueblo, que es garantía del militar, no se demuestra en que sus ciudadanos crucen los semáforos de forma marcial cantando «Lili Marleen», ni en la afición a organizar milicias ciudadanas, ni en agradecer la habilidad para apagar fuegos veraniegos. La fórmula de un deseable espíritu militar de un pueblo es que nos vean como: ―« Buenos soldados a su hora y proceder como buenos soldados a todas». (Joge Vigón «Estampa de Capitanes»).
El «Espíritu Militar» es amor a la profesión, entusiasmo, amor a la gloria, valor, desprendimiento, abnegación…; sin olvidar la diligencia que es remedio de la tibieza, del desánimo, el desaliento, la desgana y la inconstancia, defectos que ponen en apuros a los que valen poco para el servicio. La labor del militar debe ser de esas que no buscan el reconocimiento ni el protagonismo, porque está tejida con los hilos invisibles del deber.
Para el Ejército de Tierra, creo que es muy importante el «Espíritu de La General», que bien podría estar basado en en el «Decálogo del Cadete». Documento que data de 1927 y está compuesto por diez artículos, siendo su finalidad que los nuevos cadetes se graben desde el primer momento, las virtudes militares fundamentales que deberán marcar su forma de proceder a lo largo de su vida militar, subrayando la prioridad de la educación moral.
El «Decálogo del Cadete», compuesto por Franco, está inspirado en las antiguas Ordenanzas del Rey Carlos III y en el Credo Legionario. ( Doce máximas, redactadas por José Millán-Astray y Terreros, fundador de La Legión Española).
A los más jóvenes, para que no les engañen, les recuerdo que Franco fue el primer Director de la Academia y el General que transformó su apellido en adjetivo.
El texto de «Decálogo del Cadete» ha llegado hasta nuestros días prácticamente con su redacción original, únicamente el artículo primero, referido a la Fidelidad, ha sufrido a lo largo del tiempo algunas modificaciones, motivadas por los sucesivos
cambios políticos acontecidos en España desde su redacción inicial.
Al proclamarse la II república, el Decálogo hubo de experimentar una importante variación que afectaba a este Primer Artículo y que lo dejaba en estos términos: ―«Tener un gran amor a la Patria y lealtad al Gobierno legalmente constituido, exteriorizado en todos los actos de su vida», a partir de 1927 decía:―«...y fidelidad al Caudillo…», y por último en1975 otra vez:―«…y fidelidad al Rey»
Restaurada en Zaragoza la Academia General Militar, una mañana de octubre de 1928 comenzó la recepción de los primeros alumnos y poco después, entre otras cosas, añaden el mono de instrucción al uniforme de lanilla gris con gorra de franja encarnada, cordones, ceñidor de cuero y el machete que ya tenían. En los primeros años, una vez que el aspirante aprobaba el examen de ingreso recibía en su domicilio el nombramiento de cadete y, entre otras cosas, un ejemplar del Decálogo. Actualmente, se les proporciona en su incorporación a la Academia, para que puedan llevarlo siempre consigo desde los primeros momentos, memorizarlo, y sobre, todo para asimilar su contenido.
La Academia General Militar, al formar juntos durante los primeros años de su vida
militar a los alumnos de todas las Armas y Cuerpos del Ejército, contribuye a la unión profunda entre todos ellos, evitando disensiones que estaban perjudicando tan gravemente a España en otros tiempos, como las escalas cerradas en los llamados Cuerpos Patentados, Artillería e Ingenieros, e implantar en ellos el sistema de ascensos por méritos de guerra, que era habitual en Infantería y Caballería.
Por último, y en este punto de escritura, con los relatos que a continuación expongo, quiero dar un toque de homenaje y admiración a los hombres que años atrás a caballo, en cortijos y dehesas, vigilaban cosechas y ganado, y llegado el caso combatían como plaza montada encuadrados en aquellos Escuadrones a Caballo. Ellos nos supieron legar una tradición y una forma de vivir el «Espíritu Jinete».
Esta forma de ser, este «Espíritu Jinete» que heredamos, ha existido siempre y se ha reflejado en todas las facetas de la vida de esos hombres.
Ese «Espíritu Jinete», que no es fácil de explicar, al menos voy a intentar deciros como ellos lo sentían. Hombres de vida sencilla, que madrugón tras madrugón, sobre sus monturas, lloviendo, con frío o calor, se entregaban a su misión dejándose la vida en ello, con los hígados hechos polvo y quebrados por el riñón; hombres silenciosos, parcos en palabras, sólo las justas, y que sólo subían la voz cuando a caballo se enfrentaban con una adversidad…, pero que, si habían de quitarse el sombrero a la hora de ver el caballo del prójimo mejor que el suyo, se lo quitaban porque así se lo habían enseñado.
Ese sentir palpitante, de un corcel entre las piernas, que lo sentían como suyo; y que se fundían en un puño, al acariciar las riendas, sus corazones con los suyos.
Hombres que poco poseían, pero que se sentían amos del campo, de un caballo, de un perro, y estaban orgullosos de su «Casa», de su «Divisa», y de su «Hierro».
…Hacía mucho frio en Teruel aquel 7 de febrero de 1938. Era media tarde cuando los Escuadrones a Caballo pertenecientes a la 1ª División de Caballería, la llamada División Monasterio del Ejército del Norte, al «aire de carga» y con el 4º Escuadrón del Regimiento Calatrava en punta, persiguieron a las desorganizadas fuerzas republicanas en retirada, alcanzando su objetivo en las parameras turolenses de Campo Visiedo, la margen derecha del río Alfambra.
¿Quién eran aquellos jinetes desconocidos que en Alfambra llevaron a cabo la última carga de la Caballería Española?.
― ¡Eran la encarnación anónima y gloriosa del límite humanamente insuperable de la acción de un Arma!
Durante muchos años la práctica de la equitación fue la base de esa filosofía de vida, hoy en contra de lo que muchos piensan, ese espíritu creo que no es patrimonio de un Arma o Cuerpo determinado, sino la firme resolución de llegar al enemigo y dominarlo por una brillante ostentación de energía.
Pero también, en acto altamente simbólico, un grupo de compañeros nuestros, oficiales de la Caballería francesa, enterraron sus espuelas en el bosque de Charleroi al sur de Bélgica cerca de la frontera con Francia. Pensaban que con su acción acababan para siempre el modo de actuar del Arma, y que quizás el caballero despojado de su caballo, perdería algo de su esencia y sobre todo ese «Espíritu Jinete», la forma de vivir que siempre los había caracterizado y que nos supieron legar.
Pero a ese «Espíritu Jinete» todavía nadie ha podido vencer, debido a la adarga al brazo, todo fantasía, y a la lanza en ristre, toda corazón, y es que estar con la lanza en ristre, es estar siempre dispuesto o preparado para acometer cualquier empresa.
…Aquellos eran otros tiempos, y yo se que ya no volverán, porque en la vida y en la historia todavía no se inventó la marcha atrás…, por eso a todos ellos, los vivos y los muertos, yo que tuve la suerte de rozarles, en su honor y su gloría, también me quito el sombrero porque así me lo enseñaron. Con tanta gloria ganada, aún en la derrota, no sentirán el dolor de las heridas.
Y acabo con Salomón: ―«No te desvíes ni a la derecha ni a la izquierda y aparta del mal todos tus pasos» sentencia que concuerda muy bien con el «Espíritu Militar», que se mantiene tan joven y vigoroso como cuando nació.
José Pemartín en ¿Que es lo nuevo? decía: ―«Lo militar, no es sino lo humano colectivo elevado de tono, tendido como un resorte puesto en tensión por la elevación de potencial que supone el cercano contacto con esa exaltación de toda la vida que es la muerte», por eso, no podía acabar de otra manera sino con:
«EL ESPÍRITU LEGIONARIO», con ese «CULTO A LA MUERTE» único y sin igual, de ciega y feroz acometividad,que busca siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.
Pero pasa el tiempo. Nos piden confianza... A veces cuesta.
Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver
Zaragoza 17 septiembre 2025, (hoy cumplo 87 años)
Blog: generaldavila.com
17 septiembre 2025
Buenos días, una vez más, mi Coronel y todos; del espíritu nacen los valores, y de estos, el comportamiento.
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Magnífico artículo, mi Coronel. El decálogo del cadete se debería aplicar también a otras profesiones que carecen de esa guía moral, abnegación y de espíritu de sacrificio por España.
Muchas felicidades por esas 87 traslaciones alrededor del astro solar completadas con éxito. Que sean muchas más con salud, bienestar y buen espíritu militar.
Un fuerte abrazo marcial y aviador.
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Felicidades Angel , de un compañero de promoción de Infantería y que el espíritu de la General perdure a pesar de esos tiempos tan convulsos que estamos viviendo
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Felicidades Ángel de un compañero de promoción de Infantería y que el espíritu de la General perdure mucho tiempo en estos tiempos tan convulsos que vivimos
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A las órdenes de V. I., mi Coronel.
Pues muchas felicidades por el cumpleaños. No le parezcan muchos esos ochenta y siete; cabalgo a su izquierda y un cuello por detrás con los ochenta y cuatro hace justo un mes, y cada día que amanece se siente uno más joven, más niño, y con más ansias de eternidad. Por cierto, ya se le añoraba por aquí y andaba uno preguntándose cuándo volvería a deleitarnos con esa prosa inigualable.
La figura mítica de un jinete en lontananza, con toda su mística si se trata de un guerrero, es insustituíble por muchos caballos de potencia que se le pongan a un tanque. Dudo que haya algo más sublime que aquella carga de la caballería polaca contra los tanques, que quedó registrada como la última de la historia.
¿Se puede soñar con más espíritu del que derrocharon en todas sus batallas los jinetes españoles?. Si acaso alguien puede hablarles de tú, esa es La Legión.
Con un escuadrón de caballería y una compañía de La Legión, se podría conquistar el mundo.
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Muchas gracias Mi Coronel por su escrito tan veraz y preciso, ya se le echaba en falta, debe saber que sus escritos nos llenan de solidaridad y un fuerte amor por nuestra España. Saludos para todos.
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Mi más cordial doble felicitación. La primera por tu cumpleaños y la segunda por tu magnífico y sentido artículo. Añadiría una tercera, pero está para mí mismo, me felicitó de haberte tenido de Proto de equitación.
Coronel Grande Urquijo . XXX Promoción
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MUCHAS FELICIDADES MI CAPITAN CERDIDO… SIEMPRE A TUS Órdenes
Gerardo Mayoral… XXXI de la General
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