Inquieto por  la situación de inseguridad y desasosiego que ha acampado en España y sus aledaños europeos, la mirada del soldado intenta encontrar sus causas en busca de soluciones que puedan  revertir el momento preocupante que vivimos.

Al igual que el saber popular califica como “La madre de todos los vicios a la pereza”, pues no hay nada como la ociosidad para que la holganza de cuerpo y alma  incline al ser humano a los peores hábitos para sí y para con los demás, el soldado está convencido de que: “La Lealtad es el centro de todas las virtudes, el deber central de todos los deberes y el principio moral básico, del cual se derivan todos los otros principios”. Tal y como lo considera el filosofo Josiah Royce.

 Para el soldado la LEALTAD es la virtud cuyo valor principal consiste en el respeto a la obediencia, cuidado y defensa de lo que se cree, definiendo como persona  LEAL a quien no engaña, traiciona o abandona a subordinados ni a superiores y se mantiene firme en sus ideales y convicciones.

La LEALTAD debe ser además multidireccional, con el fin de  crear realmente el ambiente necesario para con la causa que se defiende, sin que los dirigentes pretendan recibir la lealtad de sus ciudadanos o subordinados, si ellos no practican esta imprescindible virtud con mayor compromiso, si cabe, que los dirigidos..

La manifiesta escasez de esta virtud en nuestros tiempos por parte de los poderes establecidos, el establishment, hace que el sentimiento de respeto a los propios principios o a las personas se tambalee y con ello el cumplimiento de las normas de fidelidad, honestidad, honor y hombría de bien. Los males que ello puede conllevar   para la convivencia en auténtica paz de las futuras generaciones y tal vez a las presentes, son una probabilidad que solo una DESLEALTAD interesada tratará de enmascarar.

Hay motivo por tanto para la inquietud y algo más.

Emilio Pérez Alamán Teniente General (R.)

Blog: generaldavila.com

5 febrero 2017