Hace unos años un periódico de tirada nacional mantuvo una permanente guerra abierta contra el Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME) y contra el mismísimo Ejército de Tierra. Toda la información era para desprestigiar la persona del Jefe del Ejército a base de dar noticias negativas sobre la Fuerza o sobre su persona. La mayor parte de las noticias eran falsas o, peor, medias verdades.
Los ataques contra el JEME estaba claro que llevaban muy mala intención, pero al fin y al cabo intención: hacer daño donde más duele.
Ante tales hechos incomprensibles el Jefe del Gabinete de Comunicación del Ejército, con la debida autorización, invitó al periodista que habitualmente daba las noticias militares a un almuerzo. Era necesario conocer cuál era la intención.
Todo quedó meridianamente claro.
El ataque estaba dirigido por el director del periódico de cuyo nombre me he olvidado, aunque lo recuerdo.
En fin, simple anécdota.
Cuando esta singular historia la recordaba con uno de los protagonistas nos llegó al móvil un mensaje con un sorprendente titular en el «diario monárquico» ABC sobre el traslado de los restos de José Antonio Primo de Rivera. No pudimos evitar el respingo y mirarnos asombrados. El titular, que es la noticia, «hasta donde puedo leer», como dicen en los concursos de la tele, viene a a decir que José Antonio (líder de Falange) escribió una carta a Franco para evitar que este le fusilara: «La desesperada carta del líder de Falange para evitar que Franco le fusilara». Claro hay que ir al ABC —quien esté suscrito al digital— para adentrarse a aclarar la dudosa hipótesis del fusilamiento por Franco (o por un pelotón de fusilamiento de Franco (¿) o vaya usted a saber…, que todo puede ser dado el manoseo a la Historia.
Perplejo ante el titular surgen las preguntas: ¿Fusilar a quién? ¿A José Antonio Primo de Rivera? ¿De quién habla? ¿Quién era el líder de Falange?
¡Ah! ¡Se refieren a Manuel Hedilla! ¡Qué susto! ¡Haberlo dicho antes, hombre de Dios! Al menos citarlo en el titular, digo yo.
Resulta que de Hedilla, que fue efímero jefe de Falange después del asesinato de José Antonio, no hablan hasta muy metido en el artículo que además es de pago con lo que el que no está suscrito al ABC (digital y tal)) se quedará con el titular que les muestro (ese es de libre acceso) y que repito por si no ha quedado claro: «La desesperada carta del líder de Falange para evitar que Franco le fusilara».
No sé si está escrito al dictado, sin querer queriendo, o simplemente con mucha mala intención. Claro que también está dentro de las posibilidades esa que muchos de ustedes estarán pensando. Eso —por ahora— de pensar (siempre que sea en voz baja) es libre, algo que no ocurre con la verdad histórica.
No sé si el ABC es o era —o será— monárquico, de Madrid o de Sevilla, o de «depende de», pero siempre se le han dado muy bien las esquelas. No creo que la de José Antonio se publicase en los dos ABC, el monárquico y el otro, el de Elfidio Alonso, que no se sabe muy bien qué era.
Pues nada: ante la duda histórica, el monárquico, de derechas, el ABC de toda la vida, deja caer sin querer, sin intención, una tesis doctoral periodística y ante todo histórica: Franco también fusiló a José Antonio.
Se quedan tan anchos como panchos.
«Pancho toca a zafarrancho».


