Lo decíamos ayer y se ha cumplido. Era lo suyo. El recuerdo a SM. el Rey Don Juan Carlos era justo y necesario. Mandar es servir, decía nuestro Rey, y en eso fue un ejemplo Don Juan Carlos, autoridad moral que motiva y emociona, una referencia y ejemplo a seguir. La antigüedad sigue siendo un grado.
Recuperado el ceremonial de la Pascua, recortado en anteriores años, sigue sin enraizar entre la población española. Demasiado cerrado (este año por primera vez se ha permitido el acceso a la revista de las tropas) y poco divulgado, el interés mediático se centra en las palabras del Rey y en las del ministro. Hace algunos años el interés era máximo debido a los famosos corrillos que se hacían alrededor del Presidente del Gobierno que aprovechaba el vino posterior a los discursos para despacharse a gusto.
Fue el Rey el que tuvo que acabar con tan inadecuada costumbre.
En los momentos actuales no sabemos si el acto tiene carácter privado, exclusivamente militar o político. Desde luego, como ayer decíamos, el estamento militar no ha tomado la palabra, no se les ha escuchado. Es una cuestión simplemente formal. Que hable el ministro lo que quiera, pero que la máxima autoridad militar pueda felicitar públicamente, en voz alta y en nombre de sus compañeros, a su Mando Supremo parece algo normal. A nuestro juicio es necesario replantearse algunas cosas del protocolo militar y sus actos, y perder el miedo a que hable un soldado.
Por otro lado seguimos en proceso de adaptación y modernización. Es necesario, como siempre, administrar los recursos de forma eficaz y eficiente y alcanzar el equilibrio entre necesidades y posibilidades…
El Rey ha agradecido a los soldados y a sus familias la exigencia, dureza y austeridad de la vida militar.
De las palabras del ministro poco saco en claro, aunque llevo diciendo hace tiempo que en la milicia es muy importante el material, casi tanto como la legislación que regula a los soldados y que es en ese momento de legislar cuando con ellos hay que contar y volcarse en sus aspiraciones y en el cuidado y protección de sus familias.
Por cierto, y termino porque veo que me salgo de los límites de la Pascua Militar, la novedad de los reservistas ha sido un acierto aunque todos sabemos que el “deber y el derecho de defender a España” es un mandato constitucional al que el reservismo no ha dado respuesta siendo simplemente algo testimonial con escasas plazas y escaso interés en financiarlo y desarrollarlo.
Poco más puedo contarles. Quedan muchas cosas por hacer para las que es necesario, además de recursos materiales, una cierta ingeniería del alma.
General de División Rafael Dávila Álvarez (R)
DISCURSO DE SM. EL REY EN LA PASCUA MILITAR
http://www.casareal.es/ES/Actividades/Paginas/actividades_discursos_detalle.aspx?data=5421
DISCURSO MINISTRO DEFENSA EN LA PASCUA MILITAR
http://www.defensa.gob.es/gabinete/notasPrensa/2015/01/DGC-150106-pascua-militar.html
EL ARTE DE MANDAR
Mi querido, admirado y respetado General: Mi opinión es que todo ha sido planificado, estudiado y manifestado como lo «políticamente correcto», pero sin la manifestación de la cúpula militar… la referencia del actual Rey a su Padre era obligado (en la vida, el no ser agradecido es…), sobre la antigüedad y la veteranía como un grado estoy totalmente de acuerdo, y sobre lo de los reservistas, también creo que ha sido una habilidad más para quedar bien socialmente; sobre el agradecimiento a los soldados y a sus familias la exigencia, dureza y austeridad de la vida militar, es lo mínimo exigible al actual Rey, pero dando también ejemplo de ello.
Y sobre el actual Rey y el Ministro, con su permiso, me reservo mi opinión.
Como siempre, un abrazo.
Pedro Motas
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Don Pedro muy agradecido por su ilustración y es un verdadero gozo leerle. Un fuerte abrazo y gracias.
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Buenas tardes, General Dávila. Quise reservar mi comentario sobre la Pascua Militar hasta este previsible nuevo artículo. Así, pues, intentaré condensar mi opinión sobre ambos partiendo de este.
Sobre «mandar es servir» tenemos abundante pedagogía en los artículos de este blog; me atrevería a decir que es una «línea» que atraviesa la mayoría -si no la totalidad- de sus artículos. No hay duda de que el servir a la Nación es la esencia de las FAS, misión elevada sobre cualquier otra Institución por su propia naturaleza, cuyo modo de actuación, cuando se le requiere, implica poner en grave riesgo y hasta aceptar el sacrificio de la propia vida. Así, los «haberes» de nuestras FAS son los incontables miembros de la Institución cuyos hechos de servicio (a menudo, puesta la propia vida en ellos) se pueden relatar y homenajear, así como los miembros que en la actualidad se apuntan a una vida austera, dura, de disciplina, que a menudo se ve acompañada por la expedición arriegada, siempre llevando los emblemas y representación de su Patria.
¿Cuál puede ser, pues, la palabra de un soldado?. No puede ser otra que la de servicio, la de misión, la de disciplina, la de sacrificio, la de ejemplo, esa es la «política» del soldado, y ya me gustaría que tuviera reflejo en la totalidad de los servidores públicos y en el hacer de la sociedad en general.
Celebro que haya ocasión de que el resto de la sociedad (la civil) tengamos oportunidad para reunirnos en torno a los miembros de las FAS, o al menos tener noticias de sus actividades (aunque en este caso sólo sea ante una ceremonia dirigida al entorno militar, pero en loor de la Patria) pues tales oportunidades propician el reconocimiento de lo propio (las FAS) como propio (al servicio de todos). Creo que se puede constatar que la inmensa mayoría de la sociedad española aprovecha cualquier ocasión que se le ofrece para dar testimonio de reconocimiento a la labor de las FAS y, si no hay más, es porque no hay más.
Quisiera acabar recogiendo su alusión a los reservistas voluntarios, clara muestra de deseo de compromiso por parte de quienes desean aportar su profesionalidad al servicio de la Patria por medio de las FAS. Aunque a mí me cogió ya viejo esa oportunidad, en cierto modo me siento también «reservista voluntario», tanto por haber cumplido en su totalidad mi período militar -obligatorio- en su tiempo como, sobre todo, en lo referente al compromiso con mi Patria, solemnizado el día en que juré bandera y legitimado por ser español y, como reconoce el artículo 30.1 de nuestra Constitución, por acogerme al derecho y el deber de defender a España, derecho que reclamo en mi vida como civil y, como puede comprobar, a través de cualquier intervención que se halle a mi alcance; como muchos otros, no tengo más emblema ni galones que el de ser español pero… ¡qué emblemas!.
¡Viva España!, ¡viva el Rey!
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¡Qué emblemas! Efectivamente.
Siento que estas celebraciones no sean más compartidas por el público al hacerse tan restringidas. Creo qye es un error.
Mis saludos y Feliz Pascua Militar con un fuerte abrazo.
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