¡¡¡DISCIPLINA!!!…, NUNCA BIEN DEFINIDA Y COMPRENDIDA (General de División Rafael Dávila Álvarez)

general-prim-himno-espanol-644x480Me extrañaba esa lucha por mantener a toda costa la Academia General Básica de Suboficiales del Talarn (Lérida). Cada vez que el ministerio de defensa anunciaba cualquier modificación en la enseñanza militar el ínclito Arturo Mas y su partido saltaban indignados: ¡El Talarn ni tocarlo, eh!

576_1373623795servirhastamorir¡Qué cosas!  ¿A España servir hasta morir? ¡Fuera!, ¡quítelo inmediatamente señor ministro o se van a enterar…! Consulta al Presidente, sí, al del Gobierno; ¡quítalo, quítalo Pepe…!, no quiero líos. No te preocupes Presidente. Tú dale dinero a Arturo que ya me encargo yo de los militares. Dicho y hecho. La excusa: impacto visual para el paisaje. España nubla la vista, pero él sabe manipular el paisaje. Como el texto del homenaje a los caídos. El hacker de Pemán, en magistral ironía del maestro Antonio Burgos. Todo depende. Ministro en defensa de… Nunca lo fue de defensa que no fuese la suya propia. Morir de vanidad. Rentables libros donde no da ni una a derechas, todas a diestro y siniestro. De aquellos polvos… Cesión, renuncia de España. ¿Eso dicta la Constitución para el presidente y el ministro? Tú ve poniendo más dinero que yo iré quitando lo de nación. Dice Arturo, al hilo de lo discutido y discutible. Patada a la Constitución. Por toda la escuadra.

Me extrañaba el interés por mantener la Academia de Talarn.AGBS

Diplocat se llama el consejo de diplomacia pública de Cataluña. Organiza cosas, conferencias, independentismo; gente listilla que le saca partido a esas cosillas: Tú ve poniendo más dinero…

Sin fuerzas armadas no hay independencia. Se lo ha dicho el profesor Malcom Chalmer (miembro de un think tank londinense especializado en defensa) en una conferencia organizada por Diplocat, diplomacia pública (¿), en Cambridge.

¿Has oído? Corre, corre… Y al Talarn que se han ido. ¡Rápido!, llama a la asamblea nacional catalana y organiza una conferencia. Epicentro de Tremp, 17 de julio, y pongamos el título:

‹‹Futuro y oportunidades de la Academia General Básica de Suboficiales de Talarn en el Estado Catalán moderno››. Decidles, que se enteren bien, que el futuro de un Talarn español es muy negativo, mientras que en Cataluña independiente es brillante.

¿Lo entienden ahora? ¡El Talarn ni tocarlo, eh!

0El caso es que, en la conferencia o mesa redonda, que no se sabe muy bien lo que fue, la gente de la zona mostraba un interés más prosaico. Cosas de los transportes, del turismo, de la economía. La pela, la mía, la suya. ¡Nada, nada!, aquí habrá universidad, aeropuerto, hoteles, y la OTAN; la OTAN en pleno a la que invitaremos a que abra un Cuartel General de Alta Disponibilidad. Saltos de alegría. Todo para el 27 de septiembre.

Podría habérmelo inventado pero es una realidad. La conferencia, la mesa redonda y la estupidez humana, que no tiene límites.

Mientras en otro lugar los responsables del paisaje dialogaban, incluso parecían discutir y defender acaloradamente aquello de las lindes soberanas, de la Constitución, llegaron los bandidos y se colaron en la viña. Avisó el guarda, pero cuando quisieron darse cuenta ya el paisaje era otro. De aquel tan viejo y noble paisaje, a España servir hasta morir, había desaparecido España. Ya no hacía falta servir ni, por tanto, morir. No existía España.

sans-_el_general_prim_a_la_guerra_dc3a0fricaPor las montañas leridanas, por la comarca del Pallars Jussà, sonaban los redobles del tambor del Bruch. El general Prim se agitaba sobre sus estribos mientras gritaba: ¿dónde está el sargento Luis Baró y Roig? ¡¡¡Izad la Bandera de España!!!

Se está celebrando el acto de inauguración de la Academia Militar Catalana. Forman los recién llegados aspirantes a oficial. El colorido de la formación parece extraído de un cuadro de los Tercios de Flandes, gran parafernalia, guiones y banderines, largas cornetas, tambores… El sonido de la fanfarria estremece a los asistentes. Preside de uniforme el más alto cargo en el escalafón de las fuerzas armadas. Don Arturo Mas, de uniforme de gala, entra en el patio de armas y se le rinden los honores de ordenanza… Pasa revista, lento, persistente, recreándose en cada paso que avanza.tercios--644x362

En su discurso se dirige a los nuevos aspirantes a oficial. Vibrantes palabras que va leyendo desde el atril. Hay un momento en que se detiene; absorto levanta la mirada que dirige sobre el monte Costampla medio oculto por la niebla. Aún se vislumbra la huella: ‹‹A España servir hasta morir››. Parece perdido. Enseguida se recupera y con mayor énfasis, de memoria, termina su discurso inaugural:

cadete‹‹¡Disciplina!…, nunca bien definida y comprendida. ¡Disciplina!…, que no encierra mérito cuando la condición del mando nos es grata y llevadera. ¡Disciplina!…, que reviste su verdadero valor cuando el pensamiento aconseja lo contrario de lo que se nos manda, cuando el corazón pugna por levantarse en íntima rebeldía, o cuando la arbitrariedad o el error van unidos a la acción del mando. Esta es la disciplina que os inculcamos, esta es la disciplina que practicamos. Este es el ejemplo que os ofrecemos››.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

 

 

 

4 pensamientos en “¡¡¡DISCIPLINA!!!…, NUNCA BIEN DEFINIDA Y COMPRENDIDA (General de División Rafael Dávila Álvarez)

  1. En mi opinión, esa definición de disciplina que el general Franco pronunció en el marco de su discurso de cierre de la AGM por orden del gobierno, fue oportuna y acertada. Sin duda fue un error y quizás también arbitraria la decisión política tomada, pero su efecto negativo afectaba solo al ejército, más concretamente al cuerpo de oficiales y con el tiempo, como así fue, era posible revertirla. Aun suponiendo ciertos daños colaterales al conjunto de la nación, ese hecho concreto no iba dirigido contra ella, ni pretendía romperla o destruirla. Ocurrió en el pretérito y su formulación fue acertada por gallarda y leal (se hizo en voz alta) y oportuna pues pudo templar cualquier espíritu inquieto que pudiera haberse equivocado e inducido a error.
    En el presente también los ejércitos han soportado y soportan decisiones imperativas preñadas de arbitrariedad y de error que han provocado daños físicos y morales. Gran parte de ellos imposibles de resolver transcurrido el tiempo como puedan ser los miles de recursos ante la integración de escalas. Si provocó injusticia, en injusticia queda y quedará. Otros, como la aplicación de la llamada “ley de memoria histórica” en el seno de la institución ha herido el alma castrense y no parece que nadie tenga el menor interés en revertir. Nadie, en el foro adecuado, ha formulado en voz alta esa definición de disciplina y el silencio, ni calma los espíritus inquietos, ni es compatible con la lealtad. Lealtad que debiera circular en ambas direcciones.
    Dicho lo que antecede, el ambiente en que nos encontramos y por lo que supongo esta entrada en el blog, no afecta solo a los ejércitos. Afecta a España como nación. Los que quieren destruirla están crecidos y lo están tanto que conculcan el derecho e incumplen resoluciones judiciales. Ante ellos, Los partidos que se autodefinen como nacionales se muestran desunidos y en consecuencia, aquellos que tienen la sagrada obligación de hacer cumplir la ley parecen mostrarse inseguros, poco resolutivos, no van por delante, aparecen ya a los ojos de muchos como tibios en su acción. De eso, a caer en la figura de “ilegalidad de ejercicio” presumo un paso muy cortito.
    La desunión de aquellos, que no debieran estarlo, ante quienes agreden la soberanía y la integridad territorial ponen al conjunto en peligro y, ante eso, esta definición de disciplina ya no sirve, parece más adecuada esta otra del Credo de La legión. “Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir”. No en vano la Constitución de 1978 asigna a los españoles el derecho y el deber de defender España.
    No obstante, personalmente me cabe la esperanza de que el agua no llegue al rio. Pero esta incertidumbre provocada por la falta de unidad y reacción ya ha conculcado muchos derechos a compatriotas, ha equivocado a otros y creado daños de importancia que requerirán tiempo para su reparación y de eso muchos pueden ser culpables, pero a la cabeza de ellos por su alta responsabilidad mal ejercida, los dos grandes partidos políticos que se han alternado en el ejecutivo. Y lo digo convencido, alto y claro. Son, sin duda, los mayores responsables.

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  2. Un abrazo y gracias por tu claridad y precisión. El fondo del artículo es una ironía para que la cojan estos dictadores de pacotilla pero aquí no es que no se lea. Hay un problema mayor: no se entiende lo que se lee. Analfabetos y botarates.
    ¿Recuerdas aquello de ¡botarates!?Lo recogeré en próximo artículo.

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  3. Buenas noches, General Dávila. Desde que tuve noticia de ese «querer» por la AGBS supe que la querían no por cariño, a modo de esposo, sino a modo de amante, para poseerla. Estoy de acuerdo con el Coronel Alonso sobre el discurso de aquel Director de la Academia General Militar de Zaragoza, enunciado en unas determinadas circunstancias y época, puesto que la disciplina se guarda mientras se supone la lealtad al valor superior que se sirve, la Patria, y se rompe por y para con los que han roto su lealtad a ese valor superior. El juramento no es de aplicación hacia quienes han abjurado de él, los traidores y sus cómplices, sea cual sea el título que ostenten que, en cuanto han abjurado de su compromiso, ostentan de forma ilegítima.
    Como no pasé de soldado (y orgulloso de haberlo sido) y tuve que hacer muchos servicios de armas, mi mente se encamina a aquel artículo de las Reales Ordenanzas de Carlos III, de preciosa redacción y de aplicación en mi época, que todavía para mí señala el «límite» en el servicio, de la lealtad y de la disciplina:»Toda Centinela hará respetar su persona; y si qualquiera quiriese atropellarle, le prevendrá, quese contenga: si no le obedeciere, llamará a su Cabo, para dar parte a su Comandante; pero si, endesprecio de esta advertencia, prosiguiese la persona apercibida a forzar la Centinela, o atropellarla,en qualquiera forma,
    usará de su Arma». Por ello, por haberme «acostumbrado», y por historia y por ley, sigo considerando a las Fuerzas Armadas como el centinela de la unidad de la Patria, y más les valdría a algunos darse por apercibidos, y no intentar más forzar la Centinela.

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